¡RENUNCIEN!

Todo está mal en el país, no hay ningún sector que pueda mostrar algún avance positivo, a favor de la gente, del pueblo. El fracaso del gobierno en dirigir el país ha sido total, “en toda la línea”, les quedó grande la tarea. Los números están allí: en la economía, la producción petrolera, la hiperinflación, la mega devaluación, la pobreza y extrema pobreza, la exclusión, la violencia, la persecución política, el control social, la desigualdad. 

EL GOBIERNO DEBE RENUNCIAR, maduro debe hacerse a un lado del poder; no ha podido o no ha querido conducir el país, todo lo ha arruinado, no puede dirigir al Estado, ni sus empresas, ni su economía. Con este gobierno cada día que pasa el país se deteriora más, con sus políticas improvisadas y su PLAN de NO-PLAN. Todos los activos del país se entregan, debilitando en extremo al Estado y a nuestra soberanía, abriendo más posibilidades para el advenimiento del fascismo, del caos, del conflicto, de más sufrimiento para el pueblo. 

Luego de casi 8 años de gobierno de maduro, no queda nada del legado del Presidente Chávez, ni la Plena Soberanía Petrolera, ni la soberanía económica, ni el Vivir Bien, ni las Misiones y Grandes Misiones Sociales, ni el Poder Popular, ni la democracia participativa y protagónica, ni las plenas garantías y el respeto a los Derechos Humanos, ni las conquistas laborales, ni la doctrina militar bolivariana, ni el Plan de la Patria. Más aún, llevaron al país a un estado peor del que se encontraba cuando asumió el presidente Chávez en 1998, con más venezolanos empobrecidos ahora que entonces y con el país en condiciones mucho más extremas de las existentes en 1998. Y todo esto en poco más de un lustro. 

Acabaron con todo, y lo más grave es que terminaron con la esperanza, atacaron la espiritualidad del pueblo, sembraron el miedo hasta los huesos, el pueblo de las 7 avenidas, aquel del 4 de octubre de 2012, ahora escapa como puede del horror en que el gobierno de maduro ha convertido a Venezuela. 

El madurismo, desde el gobierno, ha desmantelado de manera sistemática la institucionalidad del país, a todos los Poderes Públicos –el Judicial, el Ministerio Público, la Asamblea Nacional–, los han convertido en instrumentos al servicio de sus propios intereses políticos y económicos, de grupos. Han violentado la Constitución y las leyes, al tiempo que han construido todo un parapeto de decretos y leyes inconstitucionales, promulgadas y aprobadas por la Asamblea Nacional Constituyente. Las más emblemáticas de ellas como el Decreto 3.068, la “Ley de Protección de Inversiones Extranjeras” y la “Ley Anti Bloqueo”, han dado al traste con buena parte del marco legal y constitucional de la V República y, ahora, la Asamblea Nacional avanza en la derogación de lo que queda del marco legal petrolero y de preservación de nuestra soberanía económica, aprobando leyes como la “Ley de Zonas Económicas Especiales”, y modificando la “Ley Orgánica de Hidrocarburos”; todo ello para entregar al país, sus recursos y sus trabajadores a la voracidad y el saqueo del capitalismo más ramplón y depredador.

Esta restauración del capitalismo salvaje es peor que la que intentara Carlos Andrés Pérez y su paquetazo del FMI. El paquetazo impuesto por maduro es mucho peor para el país en términos económicos y sociales, porque implica la pérdida de la soberanía petrolera, la entrega de nuestra economía, con grandes privaciones y dificultades para el pueblo. 

Para imponer su política económica de “choque”, el gobierno ha recurrido a la violencia y al control social, a las “limpiezas sociales” en los barrios, utilizando para esto grupos de exterminio como el FAES, a la militarización de las empresas del Estado, a la represión abierta contra los trabajadores y dirigentes sociales, por medio de los cuerpos de seguridad del Estado, como el DGCIM, SEBIN y CONAS, y utilizando al Poder Judicial y al Fiscal General –quien ya lleva varios muertos en su haber– que actúa como un sicario, “dispara o calla”, dependiendo de lo que le ordene maduro. 

El pacto.

Por supuesto que esta restauración del capitalismo salvaje, con sus evidentes impactos en lo económico y social, requieren un piso político del cual carecen actualmente, un acuerdo que le dé sostenibilidad en el tiempo y la aceptación de la nueva situación por parte de las potencias internacionales, las cuales se disputan los mercados y las áreas de influencia, se pelean nuestro petróleo. 

Al madurismo le ha funcionado utilizar la figura y el nombre de Chávez para manipular al chavismo de base y, así, darse algo de legitimidad política, pero esto ni es suficiente, ni le interesa al espectro político de la derecha con la cual el gobierno está buscando acuerdos, por eso el madurismo seguirá entregando todo lo que pueda, garantizando así que ellos no constituyen un peligro ideológico ni programático para el nuevo acuerdo, ya que no habrá ni socialismo, ni Plan de la Patria posible con ellos en el poder, entregarán hasta a Chávez en el Cuartel de la Montaña. Después vendrán las lágrimas y golpes de pecho, pero es cuestión de tiempo el que saquen a Chávez de allí, de borrarlo como símbolo de un periodo revolucionario y transformador que estos canallas han traicionado. 

El pacto del madurismo será con cualquiera del espectro de la derecha, ya sea con el G4 o con el “co-presidente”, buscarán acuerdo con quien sea para obtener la aprobación de las potencias con intereses en el país. El problema que tienen los involucrados en este pacto es el de ¿QUÉ HACER CON LOS CABECILLAS DEL MADURISMO? 

La situación actual recuerda mucho a los finales de la IV República, cuando el bipartidismo entregó a Carlos Andrés Pérez con el fin de salvar al pacto de Punto Fijo de la crisis política en la que estaba inmerso tras El Caracazo. Algo similar, en plano electoral,  hicieron luego con Irene Sáez, a quien sacrificaron en favor del candidato adeco para de esa manera detener a Chavez. Ni siquiera el “caudillo” Alfaro Ucero se salvó (de por allá de Monagas, por cierto) de la estampida. Ahora, los cabecillas del madurismo buscan su propio pacto, uno que le otorgue garantías para ellos. ¡Y sí que las necesitan!

Pero mientras las élites buscan su acuerdo para mantenerse o repartirse el poder, todo a su ritmo porque no están apuradas, ya que viven de la política y del poder que detentan, el país se cae a pedazos y el pueblo sufre graves consecuencias por la actual situación. 

Cosas muy graves suceden en el país, mientras sigue la diatriba política y la crisis –mientras “el palo va y viene”, como decía nuestro Aquiles Nazoa– que están afectando nuestras posibilidades reales de salir de este abismo y reconstruir la Patria. Veamos algunos ejemplos.

El desastre de la frontera con Colombia.

Luego de más de 20 días de los enfrentamientos en la frontera con Colombia, donde grupos irregulares emboscaron y diezmaron a más de 30 soldados venezolanos enviados a esa trampa por los mandos militares, el Ministro de la Defensa, General en Jefe Padrino López, sale, apresurado y a destiempo, a reconocer que una fracción de las FARC tiene a 8 soldados venezolanos como prisioneros de guerra. El apuro del Ministro, repito, luego de 20 días de omisión y hermetismo, se produce porque los insurgentes pusieron en circulación un video, una “fe de vida”, donde se observa  a nuestros soldados capturados. Ya el Ministro no podía seguir guardando silencio.

Al General en Jefe Padrino López y al Alto Mando militar, incluyendo al CEO Remigio Ceballos, el gobierno y maduro los han embarcado en una guerra que no es nuestra, en el marco de una narrativa de confrontación con Colombia, donde los voceros más destacados del madurismo prometen que “barrerán Bogotá”, como si hablara Netanyahu. 

Entre ejercicios militares y amenazante exhibición de armamento pesado ruso adquirido para la defensa del país, nuestra Fuerza Armada, instigada por maduro, se involucra de manera directa, se hace parte, en un conflicto armado cruento, que data desde hace más de 50 años, en zonas remotas de difícil control y acceso, con muchos actores e intereses involucrados, donde ha sido permanente la presencia de grupos irregulares colombianos y el resultado ha sido desastroso. A pesar de la cantidad de recursos y toda la propaganda, está claro que nuestros soldados han sido muertos, desaparecidos o prisioneros, en una guerra que no conocen y donde los han masacrado. 

El liderazgo del Alto Mando Militar en su conjunto y del General en Jefe, en particular, queda muy golpeado en estas circunstancias, como consecuencia de haberse involucrado en operaciones militares, atendiendo a los intereses políticos de maduro. Hoy muchas voces piden su renuncia.

Nadie salió a dar la cara por los soldados, nadie informa de la situación real en la zona de combate, el gobierno envía al FAES a sembrar el terror entre los campesinos, ¿qué motivación tienen nuestros oficiales y soldados de ir a quedar atrapados en una gigantesca emboscada, en operaciones improvisadas, sin apoyo? Ellos y todos, sabemos que el discurso de la defensa de la soberanía de sus jefes, no se corresponde con lo que está haciendo este gobierno cuando entrega el país. 

El desastre en la frontera, las andanzas del “Coqui” en Caracas y de los grupos armados en el Arco Minero, dejan al descubierto una peligrosa debilidad del Estado y de su Fuerza Armada, en su capacidad para controlar y proteger el territorio nacional. ¿Qué pasaría si toda esa retórica guerrerista e irresponsable de maduro, nos involucra finalmente en una guerra a gran escala con Colombia?

La entrega del Esequibo

Mientras el gobierno lleva a nuestros soldados a la trampa de la frontera con el discurso de la defensa de la Patria y la soberanía, en sus propias narices Guyana sigue entregando áreas de producción de petróleo en aguas del Territorio Esequibo a las transnacionales norteamericanas, canadienses y chinas.

Hoy día, en los reportes de la OPEP, mientras se muestra la permanente caída de la producción de petróleo de Venezuela –445 mil barriles día de petróleo en abril, lo que representa una caída de 2,57 millones de barriles en relación con la producción de 3,015 millones de barriles día de 2013–, también se reporta el incremento de la producción de petróleo de Guyana, con 125 mil de barriles día. Mientras que la ExxonMobil, con base en los descubrimientos de petróleo en las aguas del Esequibo, ha anunciado que producirán más de 800 mil de barriles de petróleo para el 2025.

Tal como lo hemos denunciado de manera reiterada en artículos y videos, la entrega del territorio Esequibo –en disputa con Guyana– ha sucedido ante la negligencia, el silencio y la inacción de este gobierno que, buscando una negociación con la administración de D. Trump, consintió que las transnacionales –con la ExxonMobil a la cabeza–, avanzaran en sus actividades de exploración y producción de petróleo en aguas en disputa, han conseguido más petróleo y han otorgado más permisos a otras transnacionales, incluyendo de países “aliados”.

De esta forma Guyana y las transnacionales,  no sólo se han apropiado de hecho de aguas y territorios que son venezolanos, sino que han reafirmado su presencia en nuestra fachada Atlántica, bloqueando la salida del Orinoco y el acceso a los recursos estratégicos de nuestra plataforma continental.

El remate de PDVSA

Circula en el mercado un documento donde el gobierno de maduro ofrece toda PDVSA al sector privado, lo cual significa un remate de los activos más importantes del país. Tal como lo denunciamos el 30 de abril de 2020, la Comisión Alí Rodríguez Araque encabezada por Tareck Al Aissami como Ministro de Petróleo, tiene el único propósito de vender PDVSA y entregar el petróleo y el gas al capital privado transnacional.

En aquella oportunidad denunciamos el Plan de entrega, hoy en día ese Plan se ha convertido en un REMATE de activos de la empresa y entrega de todas nuestras áreas de petróleo y gas al mejor postor.

En el año 2014, los Estados Financieros Auditados de PDVSA, mostraban que nuestra empresa, sin incluir las reservas de petróleo –las más grandes del mundo, 316 mil millones de barriles de petróleo– que pertenecen al Estado, estaba valorada en 231 mil millones de dólares. Hoy en día maduro remata PDVSA y sus activos, por 77 mil millones de dólares, ¡un 33% de su valor, una ganga para el capital privado transnacional!

En una operación sin precedentes en NINGÚN país petrolero, el gobierno de maduro, ante su incapacidad manifiesta para administrar y operar la explotación de nuestro petróleo, luego de perseguir, de encarcelar a nuestros obreros y destruir las capacidades operativas de PDVSA, decide entregar un gigantesco patrimonio que es de todos los venezolanos.

El remate de PDVSA y la entrega de la explotacion de petróleo y gas al capital privado transnacional, no sólo es inconstitucional al violar flagrantemente el Articulo 302 de la Constitución, sino que es absolutamente ilegal al violar la Ley Orgánica de Hidrocarburos en todo su articulado, en particular las normas que impiden la venta de ACTIVOS EXISTENTES de PDVSA y las que consagran el CONTROL efectivo de PDVSA de las actividades de producción, procesamiento y venta del petróleo.

La venta de activos no sólo es absolutamente ilegal y lesiva a los intereses del país, sino que es un fiasco, donde incluso se ofrecen áreas en el Golfo de Venezuela en disputa con Colombia y en las aguas del Esequibo, donde opera actualmente la ExxonMobil. 

Es por ello, que la fracción parlamentaria del PSUV se apresura a aprobar en la Asamblea Nacional la modificación de la Ley Orgánica de Hidrocarburos, donde los diputados que antes se rasgaban las vestiduras por el socialismo, hoy en día se las rasgan para facilitar la entrega de la Patria. 

Lo que no se han enterado o quieren obviar los entusiastas privatizadores de ahora, es que la materia petrolera está reservada al Estado por la Constitución, por lo que cualquier modificación a la Ley Orgánica de Hidrocarburos, que atente contra estos preceptos, es absolutamente inconstitucional y, por tanto, viciada de nulidad, absolutamente nula, además de las responsabilidades, política y penal, que su aprobación trae consigo. 

Señores del PSUV: van a tener que cambiar -tal como hizo Carmona en aquel infausto 12 de abril de 2002-, no sólo las leyes de Chávez, sino la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. 

La ley de Zonas Económicas Especiales (ZEE)

Los más conspicuos representantes del madurismo, de aquello que llamaban chavismo sin Chávez, hoy desde la bancada del PSUV en la Asamblea Nacional, avanzan y defienden a viva voz las leyes para la   entrega del país. Pero esta Ley de ZEE es emblemática, porque pretende crear zonas y territorios donde no tendrán validez ni las leyes de la República, ni la Constitución.

Se promueven Zonas donde impere el capitalismo salvaje, explotador, plena de incentivos fiscales, sin pagos de impuestos, sin legislación laboral que ampare a los trabajadores. Grandes maquilas, como las han llamado tibiamente, cuando en realidad es una entrega y una claudicación del gobierno a todas las conquistas económicas, políticas y sociales del país. 

Hay que hablar claro, se trata de llamar las cosas por su nombre para entender el porqué de la pobreza, los bodegones, el salario mínimo más bajo del hemisferio y la destrucción de PDVSA, es necesario dejar de darle vuelta al asunto y hablar de lo que está sucediendo, sin cálculos, ni pinzas: éste es un gobierno de derecha que representa los intereses de sus grupos privados, que en el proceso de restablecimiento del modelo capitalista salvaje y dependiente, ahora ofrece al interés particular Zonas Especiales, con cero intervención del Estado, con abundantes recursos, privilegios de todo tipo, garantías a sus inversiones y, por supuesto, mano de obra esclava. 

Cuando uno escucha a los voceros del madurismo promoviendo desde la Asamblea Nacional este tipo de leyes, recuerda con indignación y dolor a Chávez, su lucha, su desesperada predica por superar el capitalismo, su pregunta permanente ¿donde está el socialismo? Ahora, habría que insistir en esa pregunta, agregando ¿y dónde está Chávez? ¿Dónde está el pueblo?

Chávez insistió en el socialismo, en los injertos socialistas y veía la necesidad de que el Estado legislara para crear las condiciones para transformar, superar el modelo rentista petrolero, el capitalismo extractivista y dependiente que ha marcado a nuestro país desde la aparición del petróleo, con un modelo económico basado en el trabajo. 

Por eso, impulsó la Ley de los Distritos Motores de Desarrollo, éstos, eran la oportunidad de crear territorios especiales, donde se establecerían relaciones de propiedad social, Estatal, con relaciones de trabajo distintas, basadas en el principio de equidad, igualdad, donde no se explotara a nadie, donde se contribuyera a toda la sociedad, donde prevaleciera la solidaridad y la justicia social.

La ley de ZEE, que regirá para los activos y empresas del Estado, ahora transferidas a los privados, significa un retroceso a los tiempos de la dictadura de Juan Vicente Gómez y a los enclaves o áreas petroleras manejadas por las transnacionales. Allí, las transnacionales no pagaban impuestos, ni tasas de ningún tipo, no había legislación laboral que amparara a los trabajadores y la dictadura protegía las inversiones y el señoreo de sus intereses, pero no al país. 

Nosotros reivindicamos a Chávez.

Ante este desastre hay que volver al camino de Chávez, a los objetivos del Plan de la Patria, como la única manera de salir de este abismo, de esta trampa, de esta inmensa emboscada donde el gobierno ha llevado al pueblo.

El caos y la crisis se produce y profundiza en la medida en que el gobierno abandonó el camino de Chávez, traicionó su legado y sus postulados. Cuando la nueva élite económica se apropió del gobierno, cuando el Chavismo fue perseguido y expulsado de la conducción de la economía, del petróleo, el país comenzó a derrumbarse. 

Era la conquista de la soberanía económica, de la Plena Soberanía Petrolera, la distribución popular de la renta petrolera, lo que sostenía nuestras garantías económicas y sociales, nuestras posibilidades de superar el modelo rentista petrolero, el capitalismo extractivista y dependiente, que instalaron las transnacionales en el país, luego de 70 años de llevarse el petróleo, expropiando al pueblo y deformando nuestra economía y nuestra sociedad. 

No es volviendo a la entrega, al saqueo y a la explotación que vamos a salir de esta profunda crisis. No podemos seguir retrocediendo décadas a pasos agigantados, el gobierno tiene que RENUNCIAR, no puede seguir destruyendo, ni regalando el país, haciendo tanto daño a todo el pueblo. 

Ellos intentarán pactar con cualquier facción de la derecha tradicional, un pacto de élites, de espaldas al país, secuestrando la participación política de los venezolanos, someter y manipular a nuestro pueblo, ahogar toda participación y protagonismo popular en la conducción de nuestro destino como pueblo.

El chavismo y las fuerzas patriotas tienen que reaccionar, dejar a un lado las divisiones y diferencias mezquinas, entender que se juega el destino de la Patria. Nosotros somos leales a la palabra empeñada por Chávez al pueblo venezolano, al programa bolivariano, a la propuesta de país, al Plan de la Patria. Te invitamos a ponerte del lado de la patria, junto al pueblo, a volver al camino de Chávez ¡Venceremos!