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Actualidad1ero DE MAYO DE 2007: LA NACIONALIZACIÓN DE LA FAJA PETROLÍFERA DEL ORINOCO

1ero DE MAYO DE 2007: LA NACIONALIZACIÓN DE LA FAJA PETROLÍFERA DEL ORINOCO

Este primero de mayo, se cumplen 16 años de una de las medidas más radicales y revolucionarias del gobierno del Presidente Chávez: la nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco, asiento de las mayores reservas de petróleo del planeta, que había sido entregada al control de las transnacionales petroleras durante la nefasta política de la Apertura Petrolera de los años ‘90.

Con el Decreto 5.200, se promulgaba el 26 de febrero de ese mismo año, la Ley de Nacionalización, que entraría en vigencia el 1ero de mayo, cuando PDVSA asumiría el control de estas vastas áreas y del manejo de nuestro principal recurso natural: el petróleo.

Estábamos en ofensiva revolucionaria por conquistar nuestra Plena Soberanía Petrolera. Luego de la derrota del Sabotaje Petrolero (diciembre 2002 – enero 2003) y el nacimiento de la PDVSA del Pueblo, desde el Ministerio del Petróleo iniciamos el desmontaje de la nefasta Apertura Petrolera, política entreguista que era contraria a la Ley y la Constitución Bolivariana y que había entregado el control y manejo de nuestro petróleo al interés transnacional.

En sucesivos actos de gobierno, restablecimos nuestro régimen fiscal petrolero, la Regalía de 33,33%, el Impuesto de 50% y asumimos el control de nuestras operaciones, frenando y revirtiendo el proceso de privatización al que había estado sujeta PDVSA. Luego, derogamos la ilegal figura de los Convenios Operativos, los cuales migraron a Empresas Mixtas, en los términos y condiciones de nuestra Ley Orgánica de Hidrocarburos, que devolvió a PDVSA y al Estado el control de las actividades petroleras, tal como lo establece la Constitución.

Sin embargo, nos faltaba avanzar sobre el control de la mayor reserva de petróleo del planeta que aún estaba en manos, de manera ilegal, de las transnacionales petroleras: La Faja Petrolífera del Orinoco, una extensa franja de 55 mil kilómetros cuadrados ubicados al norte del río Orinoco, donde se ubica la última gran provincia petrolera del mundo.

Esta inmensa concentración de petróleo había sido enmascarada como “Bitumen” por las transnacionales, una farsa que contó con la complicidad de la vieja PDVSA y el Ministerio de Petróleo de los años de la Apertura Petrolera. 

La calificación de nuestro petróleo como “Bitumen”, pretendía restar todo su valor económico y estratégico para luego llevarse nuestro petróleo pagando regalías de solo 1% y un impuesto sobre la Renta de 34%, donde la participación de PDVSA ni siquiera representaba el 40%, por lo que no tenía el control de las operaciones. Esa figura, llamadas eufemísticamente “Asociaciones Estratégicas”, era la más acabada del control transnacional sobre muestreo petróleo, la entrega de la IV República. 

Desde el Ministerio de Petróleo y la Nueva PDVSA, en plena ofensiva revolucionaria, iniciamos en 2006 un proceso de cuantificación y certificación de reservas de petróleo en el país, que nos permitió alcanzar la cifra de 316 mil millones de barriles de petróleo certificado, cuya mayoría  están concentradas en la Faja Petrolífera del Orinoco, colocando a nuestro país en una posición estratégica única, al tener las mayores reservas de petróleo del planeta, equivalentes al 20% de las reservas de petróleo del mundo. 

Ese primero de mayo de 2007, era el día de la clase obrera y queríamos rendir un homenaje especial a los trabajadores petroleros que fueron el factor determinante en la derrota del Sabotaje Petrolero y constituían el corazón, la fuerza, de la PDVSA del pueblo, la Roja Rojita.

Ese día, más de 40 mil trabajadores de toda PDVSA, una verdadera marea Roja de trabajadores movilizados y conscientes, nos concentramos en el Complejo Industrial de Jose, para acompañar al Comandante Chávez y al gobierno revolucionario de entonces, en un acto de reafirmación soberano que le mandaba un claro mensaje al mundo entero: Venezuela era un país soberano y utiliza el petróleo en beneficio del pueblo venezolano, para la construcción del socialismo. 

Me pidió el presidente Chávez que hablara en ese acto histórico. En mis palabras dirigidas a los trabajadores, además de ratificar nuestra lealtad a Chávez, al pueblo y al proceso revolucionario en marcha, expresé mi reconocimiento a los trabajadores petroleros, no solo por ser un bastión de la soberanía, sino porque en sus manos estaba la posibilidad de construir un nuevo país, una sociedad más justa, el socialismo, donde el petróleo estuviese siempre al servicio del pueblo. 

Las palabras del presidente Chávez fueron encendidas, haciendo un reconocimiento a todos los trabajadores de PDVSA –a la PDVSA del Pueblo– y del ministerio de Petróleo, un recuento de todas las batallas que habíamos tenido que librar para conquistar la Plena Soberanía Petrolera, el control de nuestros recursos naturales y que el petróleo sería, finalmente, un instrumento de liberación de nuestro pueblo. Chávez hacía un llamado a los trabajadores a avanzar –sin que nada nos detuviera–, en la construcción del socialismo. 

A partir de allí, la nacionalización de La Faja Petrolífera del Orinoco nos permitió establecer alianzas con todo el mundo; era el epicentro de una nueva geopolítica petrolera del Estado venezolano. Se constituyeron 44 Empresas Mixtas en los términos y condiciones establecidos en la Ley, con una participación mínima de PDVSA del 60%, tal como establece el Decreto 5.200, lo cual asegura el control de toda la actividad petrolera tal como establece el texto Constitucional.

Así, el desarrollo de la Faja Petrolífera del Orinoco permitió elevar la producción de petróleo de 699 MBD, antes de la nacionalización de 2007, a 1.300 MBD, hasta 2013 bajo la gestión de la Nueva PDVSA . Así quedó demostrando la capacidad y fortaleza técnica de nuestra empresa nacional, la entonces poderosa PDVSA y sus trabajadores, nuestro bastión de Soberanía. 

Pero más allá del aspecto petrolero, la Nacionalización de la Faja Petrolífera del Orinoco y el despliegue y control de PDVSA y el Estado sobre esta inmensa área, nos permitió, por primera vez, dar el piso material, abrir la posibilidad de desarrollar el Gran Proyecto Socialista Orinoco (PSO), en el eje Orinoco-Apure, el último gran proyecto del país, que nos permitiera lograr desconcentrar el país y revertir buena parte de las deformaciones del modelo rentista petrolero instalado por las transnacionales e a inicios del siglo XX. 

Con el petróleo, pero en manos del Estado Venezolano, comenzamos a revertir los efectos perniciosos del modelo petrolero de las transnacionales, ocupamos nuestro territorio y, todos nuestros recursos, los pondriamos al servicio del pueblo, pero con relaciones de propiedad y producción distintas, que nos permitieran avanzar en la construcción del socialismo. 

La Faja Petrolífera del Orinoco sería el epicentro de un nuevo país, un intento de cambiarlo todo, con la participación de todo el Estado y el pueblo; seríamos el conector de todo el país, del norte y el sur, del este y el oeste, para lograr un desarrollo equilibrado, sostenible, en base a los objetivos históricos del Plan de la Patria.

Este es el primero de mayo que el gobierno de maduro ni siquiera se atreve a mencionar, porque su gobierno ha aniquilado las posibilidades de desarrollar este gran proyecto del Presidente Chávez. 

El gobierno de maduro, no tiene nada que celebrar ni ofrecer a los trabajadores más allá de un bono o un aumento que se desvanece por culpa de su paquetazo neoliberal, de su modelo económico hambreador del pueblo.

Este gobierno nos ha arrebatado nuevamente la soberanía sobre nuestra economía, el control del Petróleo, ha entregado la Faja Petrolífera y PDVSA al saqueo, nuevamente las transnacionales se llevan muestreo petróleo, sin pagar regalías, ni impuestos, condenando a nuestro pueblo a la miseria. 

Es por eso que hoy, este primero de mayo,  en un momento tan difícil para nuestra patria, vaya mi reconocimiento permanente a los trabajadores petroleros y a los trabajadores de todo el país.

Hoy día, a pesar de la represión y la persecución de la que todos somos víctimas, es un día para reafirmar el propósito de luchar por recuperar nuestras conquistas económicas, políticas y sociales, recuperar el manejo soberano del petróleo para ponerlo al servicio del pueblo, de todo el país. 

La clase trabajadora está llamada a conducir a nuestro pueblo, a todo el país, en la lucha por lograr un cambio político que nos devuelva al hilo Constitucional, a la vigencia de las leyes de la República, a los grandes proyectos y objetivos del Plan de la Patria, que nos devuelva al camino de Chavez. ¡Venceremos!

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