EL GOBIERNO CAMBIA SUS BARAJITAS

¿A QUIÉN LE IMPORTA?

Pocos gobiernos en la historia del país han sido más anodinos que éste, plagado de ministros desconocidos e incompetentes, piezas de grupos de poder que pasan agachados, ejerciendo el papel de mandaderos, sin brillo propio, sin ideas, sin gestión. El gobierno de maduro pasará como el peor gobierno de nuestra historia, responsable de la destrucción del país, junto a sus ministros y funcionarios de cuyos nombres nadie se acordará, esos que pasan por el poder aplaudiendo y ejecutando las barbaridades del autócrata.

Ésto ha sido así desde que, por allá, a inicios de esta tragedia en 2014, en el madurismo se impuso la tesis de que nadie en el gobierno podía “hacerle sombra a nico”, excusa perfecta para ir sacando del gobierno a todos los ministros que estuvimos con Chávez. Uno a uno fuimos saliendo. Unos, en silencio –entonces los dejaron irse en “pax”–; mientras que otros, los que nos dimos cuenta que se trataba de una maniobra en contra del Chavismo y el socialismo, salimos perseguidos, acusados, exiliados. Otros están sepultados en vida en las cárceles de maduro, como el Mayor General Rodríguez Torres y los trabajadores de PDVSA.

En el día a día de estos burócratas, de este circo de enanos, transcurre la tragedia del gobierno. Nadie dice, nadie hace, nadie se mueve, mientras el país se hunde. Sólo luchan por mantenerse en el cargo, al frente de instituciones huecas, puestas al servicio de otros intereses, ejecutando leyes y órdenes inconstitucionales, ilegales, contrarias al pueblo y al interés general. No saben exactamente para quiénes gobiernan, pero cada día resulta más claro que la línea la trazan FEDECAMARAS, las transnacionales petroleras y los demás representantes de las élites –nuevas y viejas– que, envalentonadas, exigen, presionan y dan orientaciones al gobierno para el remate final del país, y erradicar cualquier posibilidad revolucionaria. Para ésto, necesitan terminar de borrar a Chávez, hasta que no quede nada de su obra.

Por eso, cuando maduro anuncia con escándalo de redes sociales y bots “cambios en su gobierno”, a nadie le importa, no pasa nada, es más de lo mismo, sin cuidar ni siquiera las formas, maduro hace con sus barajitas lo que le da la gana.

Tapando las grietas del PSUV

La elecciones internas del pasado 08 de agosto para escoger los candidatos del PSUV para las elecciones regionales, fueron una clara muestra, un “contacto con la realidad”, del absoluto desprecio que tiene el madurismo por la opinión de las bases del partido, así como, por cualquier vestigio de consulta o debate interno que pudiese existir en el otrora partido de Chávez.

Lo primero que hizo el madurismo, fue decirle a los líderes (¿ingenuos?) que optaron por participar en el proceso interno y que resultan incómodos para el madurismo que “no iban”, que no podían ser ni siquiera candidatos para las elecciones internas. Éste fue el caso de Elías Jaua y de Arias Cárdenas, quienes callaron en aras de la “disciplina” castradora. 

Luego de ese primer “filtro”, las elecciones internas del PSUV transcurrieron como un triste espectáculo adeco, donde los gobernadores y grupos de poder se activaron para amenazar, presionar, y –como ya es una práctica extendida del madurismo– manipular a los pobres, a los humildes, para que apoyaran al candidato de la “maquinaria” del gobernador, con la amenaza de recibir o no la caja Clap o la posibilidad de medrar algo de los recursos del Estado. De allí, las trifulcas y peleas callejeras, difundidas en las redes sociales, donde la “militancia” se insultaba y jalaba de los pelos. Aunque triste espectáculo, fue un termómetro en vivo y directo para medir la “salud” del partido.

Allí no hubo ningún tipo de debate, ni discusión sobre la situación del país, ni el papel del partido de cara a ésta, no pasó el debate de un insulto de Drácula, vía Twitter, a uno de los ex capitanes del 4 de febrero. Nada que ver con los procesos de consulta interna que tuvimos en el PSUV de Chávez. Recuerdo que, en 2008, como vicepresidente del partido para el oriente del país, me correspondió organizar debates públicos entre los candidatos del partido a las gobernaciones para las elecciones regionales del 23 de noviembre de ese año, donde se discutía la situación política del país y del Estado, el papel del partido y la militancia en la construcción del socialismo, el compromiso del candidato con respecto al pueblo, su programa de trabajo; todo ello, en un ambiente de respeto y altura, lo cual llevó a las bases del partido a elegir, el primero de junio de 2008, al candidato que los representaría. En esas elecciones regionales, por cierto, conquistamos para la revolución, Anzoátegui, Monagas y Sucre, arrasando en este último, la tierra del Mariscal de Ayacucho Antonio José de Sucre. Era otro partido, otro liderazgo, era Chávez y estábamos en revolución. 

Volviendo al PSUV en época del madurismo, luego de los resultados, con una participación abultada por el gobierno, pero que, aún así, refleja la merma del caudal electoral del partido en los estados donde las bases rechazaron a los candidatos apoyados por la “dirección nacional” (eso que nadie sabe qué es dentro del PSUV). Diosdado anunció que “eso no era así”, que no se lo vayan a creer, porque hay “reglas” que impiden que se respete la decisión de las bases. Entonces, los cinco que manejan el país impusieron a dedo, como el “candidato” del partido para el Estado, a los candidatos más inverosímiles, incluso, personajes que hacen vida fuera del Estado. El caso más vergonzoso es la imposición, en el estado Apure, de Eduardo Piñate, el mismo personaje que, como Ministro de Trabajo, le arrebató a los trabajadores sus conquistas laborales y las convenciones colectivas, a través de la Resolución 2792.  

Hubo dirigentes del PSUV que quedaron aplastados por las imposiciones del madurismo, el cual sigue decantando y apartando, de manera diaria y sistemática, a los factores del Chavismo que quedan en el PSUV y gobierno.

El partido sigue fracturado, quedaron en evidencia las grietas y quiebres internos, el desplazamiento de los sectores afectos a Diosdado, el avance de los incondicionales a maduro, Cilia o los hermanos Rodríguez. 

Luego, como premio de consolación, maduro designa al frente de los ministerios, a los dirigentes rechazados por las bases. ¿Méritos?, ¿capacidades?, ¿experiencia?, no importa, el objetivo es seguir repartiendo cargos, y así mantener contento a “fulano  o sutano”.

Los que pagan los platos rotos

La situación en la Fuerza Armada Nacional Bolivariana no es distinta, pero la intervención del madurismo y los grupos de poder en la institución, resulta un tema más delicado. La permanencia “at perpetuum” del General en Jefe Vladimir Padrino López como Ministro de la Defensa, retardando el ascenso de promociones enteras de oficiales, es un factor de tensión permanente. maduro no se atreve a mover a nadie, por eso, reparte estrellas a diestra y siniestra –tenemos alrededor de 2000 entre generales y Almirantes–; los puestos en el gobierno, empresas e instituciones del Estado, no sólo ya no le alcanzan para satisfacer los intereses que se han creado en el sector, sino que los resultados de la gestión militar han sido desastrosos y han corrompido la institución. La experiencia del General Quevedo al frente de PDVSA, no sólo ha sido catastrófica para la empresa, sino que –contrariamente a lo que dijo Diosdado de manera cobarde en uno de sus programas– demostró que los militares “sí saben robar”. Allí está PDVSA, CAMIMPEG, el manejo de la gasolina, Lácteos Los Andes, la importación de alimentos y el Arco Minero, como ejemplos de este fenómeno que le hace un daño irreparable a la institución armada.

Por otra parte, la institución y sus oficiales siguen pagando los platos rotos de los errores y bravuconadas de maduro y el gobierno, tal como sucedió en los graves episodios ocurridos en el estado Apure, en la frontera con Colombia, donde nuestra Fuerza Armada incursionó, por instrucciones de maduro,  para involucrarse en  una guerra con grupos irregulares que tienen años operando en el territorio fronterizo. El resultado fue lamentable, con más de 10 bajas entre nuestros soldados, equipamiento militar destruido y el repliegue de nuestra fuerzas militares, obligadas a llegar a acuerdos de convivencia, para que los grupos armados liberaran a los soldados venezolanos capturados en la aventura militar. Menos mal que ese conflicto no escaló en las proporciones en que quería maduro y que nuestra Fuerza Armada no mordió el peine de involucrarse en un conflicto a gran escala con las fuerzas militares colombianas. 

Sin embargo, la salida intespectiva del Almirante Remigio Ceballos, del Comando Estratégico Operacional de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (CEOFANB), deja en evidencia que fue la Armada y este oficial, los que pagaron los platos rotos del desatino guerrerista y la falta de sindéresis de maduro. Ceballos va al Ministerio de Relaciones Interiores –con ese peso a cuestas– en sustitución de Carmen Meléndez, flamante candidata del PSUV a la Alcaldía Libertador, en sustitución de la actual alcaldesa Erika Farías, otra prominente miembro del Frente Francisco de Miranda que sale de puestos de elección popular.

Otro tanto sucede con Arreaza, personaje que ha estado medrando en altos cargos del gobierno desde inicios de este desastre, a cuenta de su relación pasada con la familia Chávez, convirtiéndose en uno de los más conspicuos representantes del madurismo, haciendo un terrible daño al país y a la revolución desde los altos cargos que ha desempeñado. Arreaza ha hecho todo lo que maduro le ha pedido que haga, desde guardar silencio ante el despojo del Esequibo hasta romper lanzas por Alex Saab, emitiendo comunicados donde se rasga las vestiduras por este agente de maduro e incluso lo designa “diplomático”, otorgándole documentos oficiales de manera fraudulenta para salvar la cabeza del empresario, solicitado por la justicia norteamericana por corrupción y lavado de dinero, devenido en “héroe” del madurismo.

Pero algo le falló a Arreaza en sus cálculos, algo va mal. Salió de manera inesperada, sustituido por Félix Plasencia, persona de confianza de la vicepresidente de maduro. ¿Qué pasó? Nadie sabe, nadie dice, realmente no importa mucho. Delcy quiere el control de todo: del caso Saab (que parece que no va muy bien), del caso de maduro y otros jerarcas por la comisión de crímenes de lesa humanidad ante la Corte Penal Internacional o del caso del Esequibo ante la Corte Internacional de Justicia. 

Arreaza, como Canciller –nuevamente–, se  dedicó a complacer los caprichos de maduro y desatendió los temas de su exclusiva competencia, tan importantes para el país, el más emblemático de ellos, El Esequibo, donde, ante el silencio y la inacción de Cancillería, ante el hecho de que Guyana y las transnacionales petroleras (Exxon Mobil, Amerada Hess Corporation y la CNOOC de China) ocupen de facto las aguas territoriales del Esequibo –en reclamación por nuestro país–, produciendo 130 mil barriles dia de petróleo y con planes de llegar a 750 mil barriles día en 2022, bloqueando nuestra salida al Atlántico, la fachada Atlántica, estratégica para el país. Un caso gravísimo de vulneración de nuestra soberanía.

Así como eso, la pobre conducción de la presidencia pro tempore del Movimiento de No-alineados, el aislamiento del país, la pérdida de nuestra presencia política en el Caribe y el abandono a su suerte de millones de venezolanos, que se han visto obligados a salir del país, que, no solo son extorsionados para recibir los documentos oficiales y hacer cualquier trámite para regularizar su situación en el exterior, sino que no cuentan con ningún tipo de apoyo o respaldo del gobierno ante los enormes problemas que confrontan en el exterior y los abusos de los que son objeto en muchos países de destino.

Mientras tanto, siguen rematando PDVSA

Mientras maduro mueve sus barajitas, se burla de la oposición en México –allí les mandó a sus negociadores estrellas– y sigue metiendo preso a quien le da la gana. La verdad, lo importante, es que el gobierno sigue en su plan de entrega del país. En este caso –como hemos denunciado una y otra vez– entregando los activos de PDVSA, nuestra otrora empresa nacional de petróleo que, en diciembre de 2013, contaba con activos –plantas y equipos– valorados en 231.120 miles de millones de dólares.

El Ministro de Petróleo de maduro, anunció que “vendieron” a la empresa PATSA LTD nuestra participación del 49% en “Refidomsa PDV, S.A.” en República Dominicana. Una refinería con capacidad para procesar 34 MBD, donde siempre se vendía y procesaba crudo venezolano, capaz de abastecer el 70% de la demanda de República Dominicana, cuya participación del 49% fue adquirida por PDVSA en el 2010, en el marco del despliegue de nuestro país en Petrocaribe, durante el gobierno del presidente Chávez. 

Mientras el ministro de maduro informaba la “venta” en un solo tuit, el gobierno dominicano, por medio del Ministro de Hacienda, Jochi Vicente, lo hizo en una rueda de prensa de 14 minutos y en más de ocho publicaciones en twitter.

El detalle de esta operación –lo que se puede conocer de ella–, es que el 19 de agosto de este año, una empresa privada, PATSA LTD (filial del grupo Rizek) “canjeó” –es decir, entregó– a PDVSA y al Gobierno, Bonos de PDVSA, papeles, por un valor de 88 millones de dólares a cambio del 49% de la propiedad de la refinería que pertenecía a nuestra empresa, y que, en 2010 estaba valorada en 135,7 millones de dólares. Es decir, el gobierno le hizo un descuento del 35% del valor de nuestra participación a la empresa PATSA que los adquirió. La empresa PATSA transfirió, a su vez –con el mismo precio–, ese 49% de nuestra participación al gobierno de la República Dominicana, quien ahora es propietario del 100% de la Refinería y PDVSA queda fuera. Según las propias palabras del ministro dominicano, el gobierno de República Dominicana “garantizó” que el precio en el cual se fijó las transacción fuese “razonable y ventajoso” para el gobierno dominicano.

El gobierno de maduro está obligado a explicar los detalles de esta operación, la cual, según informó el gobierno de República Dominicana, comenzó el 26 de marzo de 2021 cuando ellos (República Dominicana) recibieron una carta desde Venezuela donde les informaban que el gobierno venezolano había acordado con PATSA las ventas de las acciones de PDVSA en Refidomsa y le preguntaron al gobierno dominicano si querían ejercer su derecho de “preferencia” para adquirir a PATSA las acciones negociadas. 

Normalmente, corresponderia a la Asamblea Nacional interpelar al Ministro y al presidente de PDVSA, para que expliquen los detalles de una transacción que implica la venta de activos del Estado Venezolano. Lo que se sabe, de acuerdo con la escueta información pública, es que, el gobierno de maduro le hizo un descuento a la empresa PATSA de 47,7 millones de dólares, y no se conoce qué pasó con la deuda que tenía Refidomsa con PDVSA, la cual, según propias declaraciones del entonces Ministro de Información Jorge Rodriguez, del 27/03/2019, era de 240 millones de dólares.

Pero, no es la primera vez que el gobierno de maduro hace operaciones con República Dominicana que, al menos, deberían ser explicadas al país.  El 30 de enero de 2015 –antes de las “sanciones y bloqueo criminal”– el gobierno dominicano anunció que había saldado la deuda acumulada con Venezuela de 4.123,8 millones de dólares, con un pago de solo 1.933,2 millones de dólares. Es decir, el gobierno de maduro le hizo un descuento del 52% a República Dominicana en la deuda contraída con Venezuela.

La actitud de maduro de rematar, entregar o ceder activos del Estado no es nueva, ni tiene que ver ni con “las sanciones” ni el “bloqueo criminal”.  En la administración de maduro ha sido una constante actuar y manejar los recursos del Estado al margen de la Ley, sin rendir cuentas a nadie. 

Igual sucedió cuando maduro cedió a Cuba en diciembre de 2017 nuestra participación del 49% en la Refinería Cienfuegos. La entonces Canciller, Delcy Rodríguez, argumentó que nuestro país “le debía dinero a Cuba”, luego de 10 años enviando 100 mil barriles día a la isla y de una comisión mixta de 3000 millones de dólares interanual. Algo inverosímil. 

Pero también sucedió cuando el gobierno cedió nuestra participación accionaria a los rusos y chinos en las “joyas de la corona”: nuestras empresas mixtas PetroMonagas y PetroSinovensa en la Faja Petrolífera del Orinoco,  y cuando cedió la participación mayoritaria de PDVSA en nuestra Refinería en NYNAS, Suecia, a capitales “desconocidos”, aparentemente vinculados a los socios de la empresa mixta PetroMonagas.

Por y para ello, es que el gobierno promulgó la muy inconstitucional “ley anti bloqueo”. Lo hizo para amparar con el secreto y la desaplicación de las leyes de la República, el remate de nuestros activos, tanto de PDVSA como de las empresas y activos del Estado. 

Lo que pasa es que en casos como éste de República Dominicana, la contraparte –en este caso Refidomsa–, está obligada a informar y rendir cuentas de sus operaciones, y, es por ello, que los venezolanos nos enteramos –de “refilón”– de alguna de las operaciones de entrega de nuestro país. 

Esto sólo es la punta del iceberg de la podredumbre, la rapacidad y el desespero de este gobierno, capaz de hacer cualquier cosa para mantenerse en el poder, mientras distrae y ocupa a todo el país entre la tragedia cotidiana de la crisis económica y social, las tendencias de twitter y el caos impuesto a todo un país, el de una retroceso brutal en nuestra calidad de vida.