El Comandante Ernesto «Che» Guevara en su discurso a los «Pueblos del Mundo», en La Habana, por allá en el año 1967, dijo que al «Imperialismo no podía creérsele ni un tantico así», donde además habló de la «naturaleza del Imperialismo», pasando a describir sus atrocidades y crímenes alrededor del Mundo.
La administración norteamericana ha impuesto sanciones económicas y financieras a nuestro país. Las mismas, que fueron antecedidas de las sanciones a funcionarios del Estado Venezolano, incluyendo al Presidente de la República, y de la amenaza de considerar la opción militar contra nuestro país, no tienen precedente en nuestra historia contemporánea.
Estados Unidos amenazó a nuestro país durante la guerra de independencia en 1818. El Libertador Simón Bolívar respondió a estas amenazas, hechas por el agente del gobierno yanqui, John Irving Baptiste, diciéndole «…que no permitiré que se ultraje ni desprecie el gobierno ni los derechos de Venezuela. Defendiéndonos contra la España ha desaparecido una gran parte de nuestra población y el resto que queda ansía por merecer igual suerte. Lo mismo es para Venezuela combatir contra España que contra el mundo entero, si todo el mundo la ofende.»
De manera tal que, el imperialismo EXISTE, y actúa de manera precisa y despiadada. No le importa nada, sino garantizar sus intereses y sus mecanismos de dominación. En nuestro caso, es evidente que su interés fundamental es arrasar con la posibilidad revolucionaria y restablecer la subordinación de nuestro país a sus políticas, además de garantizarse el acceso a nuestros inmensos recursos naturales: las mayores reservas de petróleo del planeta, además de otros minerales como el hierro, coltán, uranio, oro y de un extenso territorio amazónico y de una privilegiada posición geoestratégica en nuestra región.
La administración del Presidente Trump conjuga en su seno las fuerzas más reaccionarias de la sociedad norteamericana. En su propio país existe gran preocupación por el resurgimiento de las corrientes de extrema derecha vinculadas al Ku Klux Klan, a la «supremacía blanca» y al «Tea Party». Además de los representantes más connotados del complejo industrial-financiero-militar de los Estados Unidos.
La imagen cuando el Presidente Trump amenazaba a nuestro país, a todos los venezolanos con la opción militar, reflejaba con claridad los intereses que conspiran contra nuestro Pueblo, contra nuestro país.
Por un lado estaba flanqueado por el Secretario de Estado Rex Tillerson, ex presidente de la transnacional petrolera Exxon Mobil, representante de los intereses petroleros más agresivos del planeta, que fueron nacionalizados por el Comandante Chávez y que ansían la revancha, para volver al país a imponernos sus condiciones colonialistas y expropiarnos las riquezas de todos los venezolanos.
Del otro lado Nikky Haley, política, ex gobernadora de Carolina del Sur y miembro prominente del «Tea Party», cercana a sectores del exilio cubano en Miami y factores de la extrema derecha venezolana. Conforma este el grupo político más ambicioso y pleno de odio, que ansían volver a controlar al Estado Venezolano como lo hicieron durante todo el siglo XX.
Todo este cuadro de agresiones, amenazas y sanciones, prefiguran una situación cualitativamente distinta en nuestra confrontación con los Estados Unidos, se ha pasado de la retórica y situaciones puntuales de confrontación política, a una agresión directa, abierta contra el país. Hay que estar conscientes que, más allá de las diferencias políticas o desavenencias internas hay que estrechar la unidad de los Patriotas para defender nuestra integridad, porque por primera vez, la potencia militar más agresiva del planeta, la más criminal, la más desesperada por actuar y marcar su presencia en el mundo, centra su acción y ha tomado la determinación de agredir a nuestro país.
Esta nueva situación, extraordinaria, amerita que el Estado Venezolano tome todas las medidas, también extraordinarias, para defender nuestra soberanía y proteger a nuestro pueblo.
En primera instancia, nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas, deben tomar todas las previsiones y medidas necesarias en defensa de la Patria y en cumplimiento del mandato Constitucional que tienen como garantes de nuestro territorio y seguridad, con un amplio uso de todas sus atribuciones en este sentido.
La permanente activación de la acción Cívico-Militar en defensa del país, nuestra movilización en el marco de la doctrina militar Bolivariana, la guerra asimétrica, como única respuesta posible ante la agresión de una súper potencia militar.
En el plano político, todas las fuerzas patriotas, bolivarianas, revolucionarias, deben actuar de conjunto para rechazar la agresión extranjera. El Estado Venezolano debe actuar de manera muy severa contra los que pregonan o minimizan la agresión extranjera. Debe actuarse con todo el peso de la ley contra la traición a la patria de aquellos sectores políticos, sociales o económicos que sean partidarios de una agresión extranjera.
El Estado Venezolano debe actuar, como lo estamos haciendo, en el ámbito internacional, bilateral, regional, multilateral para denunciar estas agresiones y prevenir una abierta intervención contra nuestro país.
En el ámbito económico, hay que tomar medidas para garantizar el pleno funcionamiento de todo nuestro sector productivo y económico. No puede tolerarse más la guerra económica, debe actuarse de manera contundente contra los sectores productivos que estén conspiren contra la economía del país. No puede haber libertad económica cuando se trata de enfrentar una agresión externa. Debe legislarse y tomarse medidas extraordinarias para garantizar el funcionamiento eficaz de todos los sectores económicos del país.
PDVSA
Nuestra industria petrolera es el centro de la agresión. Obviamente los agresores saben y comprenden de nuestras vulnerabilidades al depender en gran medida del ingreso petrolero.
Lo hemos planteado desde hace bastante tiempo, PDVSA tiene que haber previsto que sería el blanco de la agresión, que debe protegerse su actividad como una actividad estratégica para la seguridad de nuestra nación.
En nuestro momento, cuando estábamos al frente de la empresa, lo hicimos y esas medidas nos han protegido y nos deben permitir movernos con éxito en estas circunstancias.
Lo primero es la politización y movilización de nuestros trabajadores. Por eso insistimos en vincular a nuestros trabajadores, técnicos, gerentes en el acontecer político diario de nuestra revolución. Con movilización política y participación en las tareas de la revolución, los trabajadores petroleros se convirtieron en un baluarte de nuestra soberanía y defensa de la Patria. Tenemos que ser capaces de garantizar el petróleo para nuestro Pueblo, pero al mismo tiempo, impedir, por todos los medios que el petróleo y nuestra empresa sea el botín de los enemigos de la Patria. Despolitizar a PDVSA, desmovilizarla y perseguir o excluir a sus líderes naturales o históricos es un grave error que la debilita en este propósito estratégico.
Diversificación de mercados.
Fue solo hasta el año 2005, luego de la derrota del sabotaje petrolero en el 2003 y la estabilización de la operatividad de la industria, que comenzamos la política de diversificación de nuestros mercados petroleros.
Hasta ese momento TODA nuestra producción estaba dirigida al mercado norteamericano o al mercado especulativo. Iniciamos el duro trabajo de establecer nuevas rutas comerciales a nuestras exportaciones. En base a nuestros acuerdos bilaterales y bajo la orientación política del Comandante Chávez, iniciamos la exportación de petróleo a China, hasta llegar en pocos años en una colocación de más de 600 MBD de petróleo a la segunda economía del planeta y un destino seguro para colocar nuestro petróleo, operación que incluía la participación de las empresas petroleras Chinas en la Faja Petrolífera del Orinoco y la construcción de nuevas refinerías en el territorio Chino.
Para estas nuevas rutas comerciales establecimos una flota exclusiva y especializada en sociedad con las empresas chinas de súper tanqueros propios de más de dos millones de barriles de capacidad de transporte.
Igualmente, logramos acuerdos con las empresas de la India, país con gran capacidad de refinación de crudos pesados para colocar 400 MBD de petróleo. Hicimos acuerdos con Japón para colocar petróleo y Fuel Oil en ese mercado.
Igualmente, por primera vez, vendimos a nuestro propio mercado natural, nuestro espacio geopolítico, el caribe y sur américa, así como países de Europa y África.
A pesar de todos estos movimientos estratégicos, siempre mantuvimos la premisa de seguir suministrando petróleo al mercado norteamericano, no solo porque es un excelente negocio, es nuestro mercado natural, sino porque nuestro gobierno nunca utilizo al petróleo como un arma política. Solo suspenderíamos el suministro en caso de una agresión contra nuestro país.
Toda esta tarea de diversificación y cese de dependencia con el mercado y economía norteamericana, por supuesto tuvo que enfrentar toda la campaña de desinformación y manipulación de los intereses norteamericanos y la derecha venezolana, que durante todos los años de las transnacionales se lucraron del comercio exclusivo y de los descuentos que se daban en los suministros petroleros a los Estados Unidos, que llegaron a ser del 40% durante los años de la nefasta apertura petrolera.
Diversificación tecnológica.
Cuando los precios del petróleo cayeron entre mediados del 2008 hasta enero del 2009 desde 120$/barril hasta 35$/barril, el Comandante Chávez, aprobó el Plan de Soberanía tecnológica que le presentamos, para disminuir nuestra dependencia en PDVSA de suplidores tradicionales norteamericanos. Fue por eso que se creó la filial PDVSA Industrial. Esa fue la razón.
A partir de allí, creamos la empresa de Software «Guardián del Alba», para satisfacer las necesidades estratégicas de la empresa en materia de automatización e informática y no depender de las empresas tradicionales, creamos la Empresa Nacional de Tubos, un conglomerado de empresas de tubos («Batalla del Juncal», «Batalla de los Horcones», entre otras), Fábrica de Válvulas, Lodos de perforación, PDVSA Servicios, Talaros Chinos, Empresa Nacional de Transporte, Empresa mixta VICOHA, PDVSA Naval, etc.
Esa fue la razón de la creación de tantas filiales de PDVSA, no petroleras, pero determinantes para nuestra soberanía. Luego llegaron los opinadores de oficio, que no entendiendo o sin ni siquiera preguntar el por qué de estas decisiones estratégicas, criticaron e incluso revirtieron estas decisiones del Comandante Chávez.
Diversificación Financiera.
En la misma orientación iniciamos una diversificación de las instituciones financieras con las que trabajaba nuestra empresa, previendo ya la agresividad de la administración norteamericana de entonces y por las pretensiones exorbitantes de las transnacionales petroleras en los juicios internacionales de arbitraje establecidos en el marco de la apertura petrolera y que se activaron producto de las decisiones soberanas del Estado venezolano.
Así, comenzamos a buscar otras fuentes financieras para la empresa y para el país como el Fondo Chino, suscrito en el marco de nuestros acuerdos bilaterales con el banco de Desarrollo de China. Igualmente transferimos todas nuestras cuentas colectoras a bancos chinos, rusos, europeos, previendo cualquier acción de las autoridades norteamericanas contra nuestro país.
Acá, igualmente tuvimos que enfrentar la desinformación, manipulación y matrices comunicacionales contra estas medidas de defensa de nuestra economía. Incluso las acusaciones infundadas en los medios opositores por estos cambios de nuestras cuentas a espacios seguros para nuestro país.
CITGO
Siempre lo dijimos. Citgo es un rehén de las autoridades norteamericanas. Fue el segmento de la apertura petrolera que no pudimos derrotar. El Comandante Chávez dio la instrucción de vender, salir de esta filial, establecida como una empresa norteamericana, durante la apertura petrolera, como una garantía de recobrar las inversiones de las trasnacionales en Venezuela, si las mismas eran afectadas por decisiones soberanas del Estado Venezolano.
Solo pudimos desprendernos de unas 5.000 estaciones de combustibles de las 12.000 originales que nos convertían en grandes compradores de productos para poder satisfacerlas, representando costos de hasta 34 mil millones de dólares al año.
Solo pudimos vender algunas refinerías y terminales para repatriar estos recursos al Estado venezolano, activos que nunca dieron dividendos al país y que no se justificaban como inversiones, más aun cuando las mismas se realizaron en los años de crisis económica entre los años 1986 y 1999.
No pudimos liquidar estos activos. Durante nuestra gestión como vicepresidente económico, iniciamos un proceso de venta, salvaguardando los contratos de suministro de petróleo venezolano de largo plazo, por el cual recibimos ofertas de hasta 15 mil millones de dólares. No se pudo, se inició de inmediatico la campaña mediática en contra de la operación, el chantaje y miedo de avanzar en esta línea.
Defensa de la Patria.
Estuvo con nosotros en las Naciones Unidas el canciller Arreaza. Juntos le dimos respuesta a las agresiones norteamericanas, nos entrevistamos con el Secretario General Guterres y pudo tener contacto directo con los embajadores del Alba, Movimiento de No Alineados, Grupo Africano, Árabe y los embajadores de Rusia y China.
Acá estamos desplegados en defensa de nuestra soberanía y nuestro pueblo. Daremos la batalla hasta sus últimas consecuencias, con lealtad y firmeza. Seguro estoy que nuestros trabajadores petroleros, soldados, estudiantes y todo el Pueblo sabrá movilizarse en defensa de la patria y de la Revolución. Con Chávez siempre. ¡Venceremos!