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Actualidad¡Celebrar el aniversario de los Clap es celebrar la improvisación!

¡Celebrar el aniversario de los Clap es celebrar la improvisación!

Los Clap, junto a los bonos de la patria, son para el gobierno de Maduro,  formas del mentado “socialismo en lo social”; dentro tienen la cabeza llena de ideas pobres e inocuas para vencer al capitalismo: bolsas de comida insuficiente y mala, y limosnas, ¡olvídense de consciencia social, de espíritu de lucha social, de lucha de clases! 

Mientras, en la acera del frente, en las del “capitalismo en lo económico”,  la antigua tienda del ipfa (¿?), que ahora se llama Forum, todo se ve boyante, está repleta de alimentos y de toda la producción nacional que nunca encontraremos en las bolsas de los Clap, ¡todas las marcas!, incluyendo los productos del Tunal promovidos por Castro Soteldo, y la pesca congelada de los “los pescadores productivos”, y que ¡tampoco podremos comprar! los empleados y obreros con nuestros no-sueldos, porque están dolarizados y son muy muy caros. Pero también vemos en sus estanterías los productos importados que se venden en los misteriosos bodegones, cosas, alimentos, medicinas y demás,  que (se supone) el gobierno no puede importar por el bloqueo. Un negocio próspero, muy organizado y bien administrado, como debe ser, por los militares, parecido al de los bodegones, pulcro, muy clase media alta. ¡Podemos decir  que esa parte del país prospera!, lástima que sea una porción tan pequeña, indiferente y egoísta.

A la otra, la más grande, solo le queda celebrar el aniversario de los Clap, celebrar las bolsas llenas de harina de maíz brasilero, o mexicano, o colombiano,  arroz nicaragüense, y azúcar si hay suerte, y comprar todo lo demás con los bonos (quizás huevos… ¿Otros productos?…, no se pueden comprar; ¿medicinas?…)  El ”socialismo en lo social” de Maduro es una forma de exclusión social velada, que le ha permitido sostener atado a todo un pueblo, pero de del hambre y las necesidades, con la excusa de las sanciones y el bloqueo (el cual parece que nunca ha toca a los que más tienen). Visto con frialdad, es un descaro, ¡es irritable!

Los Clap realmente nacieron como una medida de emergencia, provisional,  para prever el desabastecimiento por parte de los comerciantes e importadores conspiradores. Al principio, cuando se vio el efecto soporífero que causaron las bolsas de comida dentro de la población, luego se inventaron el carnet de la patria y los bonos, y decidieron darle carácter socialista a esa limosna asistencialista llamándola “socialismo en lo social” para así poder liberalizar la economía («capitalismo en lo económico»). Más adelante, como siempre, se redactó alguna ley que institucionalizó los famosos comités de abastecimiento, y  los convirtieron en un programa fijo, en «norma», para que quedara inaugurado de forma definitiva el “socialismo en lo social”, pregonado por el presidente Maduro como parte de la «nueva economía».

Así se ha venido consolidando, grano a grano, como el túmulo de un hormiguero, lo que ahora tenemos como Estado, sociedad y país; el “estilo madurista”, la “nueva economía”, el anti-Plan de Maduro, armado de improvisaciones. Nada de lo que ahora tenemos en el país ha sido pensado con inteligencia política, consecuencia de un plan, sino del desmontaje de otro plan que ya existía; resultado de la liberalización económica, del dejar hacer a los privados, al comercio y  a los importadores (a la banca, a todo el mundo, menos al chavismo); quebrar o vender las empresas del Estado (caso El Tunal y Castro Soteldo, con su amigo Alejo Hernández Acosta) a favor de los privados, liberar los precios, “flexibilizar” la ley del trabajo, “estimular” las inversiones condonando deudas y el pago de impuestos; todo eso resumen el anti-plan del gobierno. Lo único firme hasta ahora ha sido el cúmulo de las improvisaciones las cuales se han secado y luego hechas leyes “constitucionales” y de las otras (Ley del plan de la patria, ley de inversiones extranjeras productivas, el Plan de la patria II,  ley antibloqueo, etc.). La dolarización de la economía es una de estas bolitas de barro, la hiperinflación y los conos monetarios junto con el cierre de las agencias bancarias; el pasaje gratis en el Metro de Caracas; los mercados iraníes que son igual de caros, las farmacias y areperas ambulantes de la patria (venta de medicinas y comida subsidiada) la comedera de basura y los mendigos  frente al escándalo de los bodegones…, y así el gobierno legisla y fija normas sobre la marcha del “como vamos yendo, vamos viendo”. Otras de estas bolas de barro  se han ido desmoronando desde lo  más alto, como el Consejo de Estado y todos los demás consejos, el congreso de la Patria y sus “capítulos”, los “Motores de desarrollo”, los reimpulsos, las firmas de Obama, el movimiento “somos Venezuela”, la Asamblea Nacional Constituyente, etc.. Y en el piso, incinerados o guindando están el Plan de la Patria de Chávez, las normas y principios de PSUV, la constitución bolivariana, la ley orgánica del trabajo, la ley orgánica de hidrocarburos,  y cualquier otra que a bien considere el gobierno desaplicar y saltarse.

Tanto nadar para quedarse en la orilla. Ahora vuelven al llegadero de las elecciones. Cansados y obligados van a competir por las gobernaciones y alcaldías, en unas “elecciones libres y seguras”, ya no les importa mucho si las ganan o no, el “estilo maduro” cumplió su cometido de restaurar la cuarta república y hacer emerger una nueva burguesía, la “burguesía revolucionaria” de Castro Soteldo, El Tunal, Forum, los Bodegones, los dueños de las Estaciones de Servicio, mineros, etc…. A empezar de nuevo…

Pero ¡Chávez vive!, es cuestión de tiempo su regreso.

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