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ActualidadEl egoísmo y la ruta de las privatizaciones

El egoísmo y la ruta de las privatizaciones

“Exponen los trabajadores (de Café Fama de América) que: La empresa trabaja a 25 % de su capacidad con la figura de alianzas y maquilas. Los trabajadores le hemos hecho saber a la junta administradora, dirigida por el Coronel José Alfredo Mora, la preocupación por el deterioro de las máquinas. Desde su nombramiento se le ha informado que las maquinarias están en riesgo de parada por falta de repuestos y mantenimiento preventivo, hoy en día tenemos solo tres máquinas operativas y 5 paradas por falta de repuestos.” Alianzas con privados, maquila, merma productiva, sin repuestos, incumplimiento de beneficios y deudas. Trabajadores de Café Fama de América denuncian desmejora continua de esta empresa pública; Por: Aporrea | Martes, 01/02/2022.

Luego de que se aprueba una ley orgánica de ZEE, es inevitable que todos los “empresarios” privados, que toda la “empresa privada” busque las ventajas que ofrecen la ZEE. Es una panza no pagar impuestos y no respetar los fueros laborales…, y lo que es bueno para los inversionistas extranjeros lo será para los “nacionales”.

Las “alianzas estratégicas” del Estado con la empresa privada es el primer paso para la privatización de nuestra economía, una privatización de oportunistas muchos de ellos seudo empresarios, advenedizos con dólares sacados de la trampa con fondos públicos. ¡Ahora todos somos empresarios!, unos cogiéndose a Café Fama de América, una empresa socialista para su propio provecho, y otros vendiendo cacao (o pidiendo cacao, sea el caso). El asunto es que no todos seremos empresarios, la gran mayoría de los habitantes de este país trabajará para otro, para un “oportunista”, sea en maquilas o en “emprendimientos”, o en una falsa cooperativa; la mayoría estará destinada –si ya no lo está – a ser esclavo del capricho del capital privado, grande o pequeño (mientras los grandes no se los traguen): esa es ¡la lógica del capital!

El centro moral que estimula los “emprendimientos” es el mismo que estimula a la empresa privada, el egoísmo; actuar para sí mismo sin importarse por el bienestar o destino del hermano o vecino de al lado. La competencia podría ser un estimulante para la producción, pero fácil degenera en ambición y poder, los grandes se comerán a los pequeños y los pequeños se harán grandes, es la lógica del capital, es Marx para principiantes. Con las maquilas de las ZEE se estimula la explotación humana y el saqueo de recursos materiales, con los “emprendimientos” se estimula el egoísmo material y mezquino, por razones insustanciales; resulta redundante decirlo.

Hablar de esto termina fastidioso para muchos, pero el egoísmo está en el centro del problema a resolver por la revolución socialista. El egoísmo no es malo en sí mismo si protege al espíritu, si alimenta el espíritu, pero el egoísmo material deviene en mezquindad, no hay razones para que un tonto quiera todo para él, para que acumule dinero, harina pan o vacas y así ¡dominar al mundo!, o a muchos pobres desposeídos. La acumulación de bienes materiales no hace al individuo más noble, o más digno, o más inteligente, o más artista. Pero sí lo enferma de codicia y lo hace dependiente de ella y de aquellas personas que debe explotar o esclavizar, lo “animaliza”. El socialismo es una forma de humanizar la acción humana, así suena feo.

El trabajo social o no social, hecho por una causa social, es también un gran estímulo espiritual; alimenta la imaginación y la creatividad. Trabajar con satisfacción para que todos podamos tener tiempo libre y crecer como individuos, como personas, crecer en “sustancia espiritual”, en conocimiento. Trabajar para que todos podamos realizarnos como individuos plenos es lo más cercano a la felicidad humana (una verdadera redundancia). El egoísmo capitalista es una aberración, una verdadera corrupción en la naturaleza humana, no obstante, ésto es lo que ahora estimula el falso socialismo de Maduro: la “iniciativa privada”.

El socialismo es una forma de igualar las satisfacciones y obligaciones materiales del individuo con la sociedad pero para desatar las fuerzas creativas individuales. Si se tratara de criar parásitos en vez de seres humanos, para eso existe el capitalismo, para corromper el espíritu humano, para ablandar al hombre, a la mujer, a todos y hacerlos autocomplacientes, esclavos de una mecánica sin sentido, intrascendente. El socialismo es para que cada individuo sea sano y fuerte, mental y físicamente; esa es su moral. Para elaborar un plan político, esas razones morales deben estar de primero, deben gobernar el espíritu en el trabajo, y no solo las razones materiales; el socialismo se distingue del capitalismo en el “imperativo moral” de justicia social que mueve la acción individual y colectiva en el trabajo, no en la simple promesa de igualar las condiciones materiales de vida, lo cual, al tiempo, sólo estimularía una competencia egoísta y fútil, torciendo la conciencia, fraccionando al unidad en el propósito socialista de criar a un hombre nuevo.

El socialismo es conciencia del deber social.

CHÁVEZ ES CONCIENCIA DEL DEBER SOCIAL, VOLVAMOS AL PLAN DE LA PATRIA SOCIALISTA

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