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ActualidadEl sagrado derecho del voto y ese 69 tan incómodo

El sagrado derecho del voto y ese 69 tan incómodo

La idea de participación que tienen los comunistas falsos del gobierno es votar, por un batallón de desconocidos, y de otros que son “demasiado conocidos”. Esto es lo que dice el fiscal general de la república sobre la participación: «Las instituciones se fortalecen ejerciendo la participación. Quienes no participan no opinan y no pueden tener derecho a querer atentar contra la democracia», https://www.aporrea.org/imprime/n361088.html Un entiende que se refiere a los que conspiran, pero no lo aclara, según sus palabras el que no vota atenta contra la democracia. Y según él la opinión se resume en el voto; eso es opinar, un acto que puede llegar a considerarse el más indiferente de nuestras vidas, porque, en este país, y en unas elecciones como estas, casi nunca hemos sabido por quién votamos, así conociéramos su nombre y su partido político, siempre nos desengañan.  Un abogado y supuesto comunista que nos ve cara de tontos, nos da estas lecciones de democracia.

El pueblo elector no pudo haber sido más elocuente con su opinión. No se lo puede acusar de haber sido manipulado porque sería decir que aquellos que votaron a su vez no fueron manipulados. Si manipularon a unos lo hicieron con los otros. Sin embargo, en este caso, abstenerse fue un muestra contundente de una acción más valiente que votar, cuando te premian con comida y perniles y tú mujer te da sexo (Diosdado Cabello sabe cuán real puede ser esta vulgaridad, en una capa extensa de la población que lo escucha: sexo por voto)

Resulta que ahora el voto lo es todo, es lo más sagrado. Pero, gracias a la nueva ley del sufragio, gracias a Chávez, el voto hoy no es una obligación sancionable, como cuando la cuarta, en la cual te obligaban a votar bajo la amenaza de no poder trabajar, viajar, etc., pues era considerado un deber, y para muchos, votar por sus partidos. Los controles y monitoreo del PSUV a su militancia, a los empleados públicos, a los urbanismos del Estado,  son una vergüenza para un partido poco democrático, poco socialista y con un nombre tan pomposo.

Cuáles instituciones se fortalecen con el voto y cómo. Mientras haya un poder ejecutivo omnipotente es imposible estar seguro del funcionamiento (autónomo o no) de ninguna institución, verbigracia: la fiscalía general de la república, la cual actúa como una oficina adscrita  a Miraflores, no se necesita ser un gran detective para saberlo. El fiscal le rinde cuentas al presidente y este le da órdenes por televisión, “señales muy explícitas” para que actúe de tal o cual manera. Igual pasa con el TSJ y la ANC, un pastillaje de torta, y así será ahora con la nueva Asamblea Nacional, con el todopoderoso Diosdado a la cabeza lanzando rayos como Zeus. Las instituciones se fortalecen con la participación real de la gente, tomando de decisiones reales, debatiendo, pensando, construyendo, no llevando a la gente de las narices para que cumpla con el “sagrado derecho” de votar por candidatos impuestos en partidos donde lo menos que se hace es política, mediante chantajes y amenazas.

La realidad los abruma. 69% de la población no quiso participar en esta farsa seudo democrática cansada, hastiada de tantas mentiras, de lado  y lado, de tantas manipulaciones, confabulaciones, peleas que se dan por encima de sus vidas, indiferentes a sus vidas, mostrando un desprecio total por ellas; gente que solo sirve para votar, para más nada. Y ahora les preocupa, pero no lo dicen, deben preparar en silencio el muro de contención.

De parte del gobierno, reprocharle a la derecha gringa que llamó a no  votar la “baja participación” es admitir su derrota, o una derrota aplastante. Debería el gobierno agradecer, ¡darse con una piedra en los dientes!, que esa gente no participó, porque el derrumbe hubiese sido peor, una humillación. Pero el gobierno hasta ahora no lo ha hecho, solo lo niega y busca convencer a los que votaron por ellos que fueron muchos más de lo que indican los números de CNE. Sin embargo, los analistas que argumentan a su favor si deben saberlo, por ejemplo, el señor Juan Martorano, que justifica la legitimidad del gobierno y de la Asamblea, con un caso similar en Rumanía.

No caben excusas para la abstención. No sirve decir que en Rumanía hubo elecciones similares con una participación de 30 %; porque se trata de dos realidades distintas, dos pueblos, dos países, dos continentes y dos historias distintas, pero creo que el susto no le deja admitir a este señor que ha perdido legitimidad un gobierno, en tiempos de Chávez altamente popular,  el cual solo lo  apoya un parte pírrica de la población.

En la Venezuela post Chávez hemos vivido 8 años votando con la esperanza de que se cumplieran las promesas de los arranques, impulsos y reimpulsos de las fuerzas productivas capitalistas que nunca vimos (ya no de cambios socialistas, los cuales fueron olvidados). Y el gobierno viviendo de la utilidad de la imagen del comandante, de sus ojos y de la manipulación de sus discursos. Esa excusa no hace legítima ni siquiera a la presidencia de Maduro, él lo sabe, él sabe que con el solo apoyo a sus candidatos no cuenta con las mayorías, que solos son 3 millones de votos (no de líderes o de gente consciente dispuesta a dar la vida por ellos, son solo votos), frente a 20 millones, de gente que no quiere al gobierno y tampoco a los otros; Chávez hubiera renunciado.

69 frente a 31, 20 millones frente a 3 millones, ahora debemos evitar que esos 3 millones no nos someta al resto a una cruenta dictadura o que 5 millones nos sometan a otra dictadura peor, la del capitalismo más salvaje y disolvente. Hay que solicitar la renuncia del gobierno, y sustituirlo por una junta de reconstrucción nacional, sobre la constitución y el plan de la patria, si no estamos perdidos como sociedad y como nación, estaremos repartidos por el mundo capitalista.

¡VOLVAMOS A CHAVEZ!

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