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ActualidadLa condena pública y la justicia de los que más gritan

La condena pública y la justicia de los que más gritan

¿Qué hace que todo el mundo condene a Rafael Ramírez de corrupto sin un juicio previo, sin que se pueda defender de las acusaciones en un tribunal y en los mismos espacios de información desde donde se lo señala como culpable…, y que la familia Flores (de Cilia Flores), que es dueña de una calle completa en la urbanización Cumbres de Curumo de Caracas, cerrada y vigilada, con garita y todo, hecho público y notorio, como que es un punto turístico de la revolución paradójica de Nicolás Maduro…, qué hace que de ella nadie sea capaz de sacar idénticas conclusiones y acusar a los Flores de corruptos, con la misma suspicacia como lo hacen con Ramírez? ¿Resentimiento, envida, cobardía, frustración, impotencia?, porque, certeza y sentido de justicia no es.

Rafael Ramírez no se puede defender en un país que no cuenta con sistema judicial independiente, o por lo menos equilibrado, pero tampoco se le permite hacerlo públicamente, porque está vedado por los medios del Estado y los semi privados. Y menos con un TSJ que hace en términos prácticos de auxiliar del ejecutivo nacional, que está ahí para asistir y justificar a las artimañas del gobierno, para sentenciar en contra de sus enemigos personales y políticos, engañar a los trabajadores, educadores, pensionados. Ese sentimiento de vengarse con la persona de Rafael Ramírez, de muchos que no saben de la causa y no conocen al personaje, muestra el lado miserable de muchos. ¿Impotencia?, es compresible la impotencia, pero a la vez muestra mucho resentimiento, y cobardía frente a las acusaciones teatrales y hasta histéricas, cargadas de amorgo odio, hechas desde Miraflores por sus voceros. Pareciera que los gritos de Maduro y las declaraciones y “evidencias” del fiscal, no los dejara pensar con ecuanimidad.

¿A qué viene el traje de preso de Guantánamo?

Veamos cómo se conduce el ministerio público. El estilo del fiscal es muy mediático y teatral. A Eulogio del Pino lo presentaron en televisión con unas esposas, como si ese ser tan poco atlético se les iba a escapar corriendo, y sin un juicio condenatorio lo mostraron así ante el mundo y su familia, tratado sin respeto, como un deshecho social. Y a Aular lo visten de preso de Guantánamo, como si la vestimenta oficial de nuestros presos fuera el naranja; porque, si son ladrones, el fiscal les coloca un antifaz, como los enemigos de Rico Mac Pato. No importa si lo tuvieron que comprar en una tienda de uniformes, el naranja impacta a la vista de todos nosotros, que somos usuarios de Netflix…. ¡Para producir Shows, busquen a Tarek William!, que conoce la semiótica cinematográfica.

El arte de saber leer. Entre otros conocimientos, la psicología forma parte del arte de saber leer lo que con psicología se hace para engañar a la gente simple. No podemos quedarnos con la primera impresión que impacta sobre nuestros prejuicios, hay que darnos tiempo para fijar una imagen completa y verdadera de lo que significa la representación. La presentación de Aular se trata de una puesta en escena, que está hecha para manipular nuestros sentidos, prejuicios, creencias, sentimientos y resentimientos. Si Aular está vestido de naranja –dicen quienes arman la escena – es porque será visto como un preso importante, comparado a Hussein, o Noriega. E inmediatamente nos imaginamos a Ramírez vestido de naranja, con unos grilletes en las piernas y encadenado en las muñecas, que es lo que se quiere despertar en la sociedad. Y así para muchos se cumple un deseo de justicia sobre alguien que odian sin saber exactamente por qué (como pasa con el comunismo, en otras mentes similares); solo sienten que hay algo o alguien que se debe odiar, como pago por nuestras desgracias personales: se trata de la psicología de las masas del fascismo en acción.

Si no estuviera tan ocupado con practicar la diplomacia, uno pensaría que detrás de todo este show está la mente torcida de Jorge Rodríguez, el psiquiatra del grupo comando del madurismo (imagino la risa de Diosdado al ver a Aular asustado y vestido de naranja, y diciendo: “¡Coooño camarada, se pasaron!”). Para ellos humillar a los más débiles es su fuerte (“¡Gran vaina! – diría un Toby Valderrama – joder a un indefenso amedrentado, humillarlo y ponerlo a decir medias verdades y mentiras, en contra de su voluntad. Pero, todos hemos visto que, frente a los emisarios del norte – sus enemigos de televisión cuando les patean el culo – ¡se cagan!, ¡se ríen solos!, son ellos los que se humillan de forma voluntaria, como si oraran en una mezquita”).

Si ese documento que presenta El Aissami fuera definitorio como evidencia, no detienen y exponen a ese pobre ser, para que declare en contra de su ex jefe de esa forma tan efectista y humillante. Pero necesitan convencer a una buena cantidad de resentidos capaces de replicar sus sentimientos y hacer fiesta de ese odio de forma pública y con inquina, con la crueldad de un niño. Es evidente que están desesperados. Presentar pruebas después de 10 años, cuando todos pensábamos que ya todas la presuntas evidencias en contra de Ramírez se conocían, se habían hecho públicas, o estaban consignadas en un tribunal. Parece que no, pero si no es así, entonces están haciendo público lo que se debería consignarse en un tribunal.

El problema es que si se hace público, Rafael Ramírez debería tener el mismo derecho a defenderse de la misma manera, de forma pública y desde los mismos espacios desde donde se lo imputa y lo condenan, es decir, en igualdad de condiciones. Y si se hace dentro de un tribunal, se debería aplicar el mismo principio del derecho a la defensa. Pero el resentimiento no entiende de justicia sino de venganza.

No obstante el gobierno con sus shows ha hecho que media Venezuela (derecha gringa incluida) quiera ejercer de juez y verdugo en contra de Rafael Ramírez y de los chavistas cercanos a él; ha sembrado el odio en su contra. Por eso, con toda razón, teme por su integridad física, por su vida, si regresa ahora al país. Este caso describe un método fascista, un método nazi, sionista; el método de lo irracional como forma de control de las masas.

SOLICITAMOS EL DERECHO A LA DEFENSA PARA RAFAEL RAMÍREZ EN IGUALES CONDICIONES QUE LAS DE SUS ACUSADORES.

¡VIVA CHÁVEZ!

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