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ActualidadLa Ley orgánica de las comunas, ¡pura paja!

La Ley orgánica de las comunas, ¡pura paja!

En el estado actual que vive el país, con la falta de gobierno; desdibujada la revolución por el control del capitalismo, por la emergencia de buscar qué comer, unos, y buscar negocios y qué robar, otros; descentralizar el gobierno en comunas es como querer apagar el fuego con gasolina. Si instaurar el Estado comunal fuera posible en estas condiciones, dejaría de existir Venezuela como nación, tendríamos al Coqui gobernando las hordas del oeste de Caracas, al Wilexis las hordas del Este, a los “irregulares” (de los que habla  Diosdado) fundando pueblos en Apure, a los paracos del Táchira marcando sus fronteras con Barinas y con el vasto imperio del  Alejo Hernández del Tunal, la república independiente del Arco Minero, y así hasta llegar a los combates entre grupos de desertores de la FAN en todo el territorio, otrora nacional… Sin control ideológico, sin formación política revolucionaria, sin conciencia del deber social, sin cuadros políticos convencidos y sin una dirigencia revolucionaria convencida nunca habrá un Estado comunal socialista, ni tendrá sentido socialista cualquier ley de comunas que se aplique desde arriba. Sin embargo siempre tendrá su sentido.

Antes que todo, como decía Chávez, hay que alcanzar el punto de no retorno al capitalismo –como lo dejó escrito en el Plan de la Patria–, sólo así se puede ir consolidando (no decretando) un Estado comunal. La ley orgánica de las comunas sigue el mismo camino de las contradicciones que infectan a todas las otras hechas por el madurismo. En este gobierno anarquizado por el liberalismo económico donde la política la hacen empresarios, los bufetes de los empresarios y agencias de publicidad, las comunas si acaso alcanzarían a ser “circuitos electorales”, o comunas de producción al servicio de grandes empresas: comunas de producción de autopartes para Toyota, comuna para la producción de naranjas para el Tunal, otra para la producción de pesca también para el Tunal, otras de celulares para Huawei, etc. etc., ese es el sentido que tienen las comunas en esao cualquier otra ley que intente organizar “comunas” en este momento. El comunismo de Maduro es una gran empresa trasnacional (ni siquiera nacional), ¡esa es su idea de desarrollo de las fuerzas productivas!, capturar a la población para la producción de mercancía, impulsar grandes desarrollos capitalistas en un estado de control total de los recursos humanos y materiales.

En el desarrollo del socialismo comunista la conciencia del deber social crece junto a la organización comunal,  va la par, luego se va perfilando la norma, la ley. Pero tal y como lo pretende hacer el gobierno se trata de una trampa para facilitar el control de los recursos humanos (y materiales) para la producción capitalista en zonas específicas y “especiales”. Es un modelo de desarrollo a lo Shandong mezclado con Nazismo, ¡pragmatismo! La ley orgánica de las comunas es una idea pragmática para trocar la organización comunal en una organización para la producción capitalista, disimulada  como socialista. Si nos ceñimos a los hechos, ya casi que no hay contradicción sus leyes y la realidad, porque cada vez hay más desigualdad, hay menos justicia social y menos espíritu socialista.

Lo más curioso del anuncio del Estado comunal descentralizado y de la Ley orgánica de las comunas es que se hace justo cuando se supone que hay un conflicto militar con grupos de irregulares en la frontera con Colombia, es decir, justo cuando más se necesitaría unidad de mando, control sobre las decisiones políticas y militares, de los  recursos etc. ¡Eso sí sería una verdadera contradicción! Sin embargo, concediéndole cierta coherencia al gobierno, sabemos que por algún lado miente; lo más probable es que mienta con el conflicto militar en la frontera, que, a pesar de que lo haya habido,  éste sea más propaganda que realidad, más de llevarnos a perpetuar el estado de alerta nacional y de esta manera obligarnos a alargar más el gobierno de Maduro y Jorge (y Diosdado), de mantenerlo en el poder porque hay que “defender la patria”; un golpe a lo Galtieri, y “antorchas en manos” perseguir a los “traidores”, como los nazis antes de entrar a la guerra.

Pero la Ley de las comunas y la propuesta del Estado comunal son más firmes que un conflicto que se debe alimentar constantemente con mucha leña, en ellas se esconde la premeditación, la trampa de convertir a Venezuela en un gran proveedor de mano de obra, de recursos energéticos, agua, infraestructuras, baratos y bajo control capitalista (no habrá ley del trabajo, tampoco ley de hidrocarburos, del ambiente, etc.), como lo describimos más arriba y en otros escritos.

¡Antes que nos alcance “la marcha de las antorchas” del fascismo, volvamos al socialismo, a Chávez y al Plan de la Patria! ¡No a la guerra con Colombia! ¡Fuera el nazismo de Venezuela!  

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