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ActualidadLa muerte en Venezuela y el socialismo Utóbyco

La muerte en Venezuela y el socialismo Utóbyco

¿Será que realmente el gobierno se ha ocupado de la salud pública en estos años? ¿Será que esa ha sido su prioridad? Para el 2018 la tasa de mortalidad en Venezuela era un poco más alta  que en 1970, 6, 98 muertes por cada mil habitantes. En tiempos de Chávez bajó hasta  4 por cada mil.  De  Hoy no se sabe. Nadie publica estadísticas confiables. Según estos datos oficiales, en el 2013, la tasa de mortalidad era de 6 muertes por cada 1000. En cifras absolutas, el MIJ refiere, para el 2018, 5.257 muertes de mano de organismos de seguridad del estado, no hay cifras de casos registrados por el ministerio público, ni de otros organismos privados u oficiales. En el 2019 se dice que más de 5.000 personas murieron por resistirse a la autoridad, 60,3 por cada 100.000.

Sin hacer comparaciones y sin considerar la realidad de fondo, estos datos sirven para mostrar que en el país muere mucho más gente por la desidia y la violencia que por el virus. Según La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) sitúa a Venezuela entre el tercer país del mundo — después de Yemen y Sudán del Sur— que atravesarán en los próximos meses los más altos riesgos para su seguridad alimentaría y su agricultura, así se desprende del más reciente reporte Alertas Tempranas del trimestre abril-junio 2019, donde constataron que el 21% de la población no come lo suficiente, este porcentaje equivale a 6.8 millones de venezolanos.” https://cronica.uno/

El de la alimentación es un indicador que se puede reforzar con una anecdotario de personas conocidas, de clase media, que encerradas en sus casas por el virus y comiendo lo que pueden, y que no contenga lo que los daña (así hay muchas en el país, que no pueden con la dieta de los Clap), simplemente se mueren de hambre, están desnutridas, están mal alimentadas, son candidatas a morir por el virus, pero más rápido de simple inanición. 

Al gobierno de Maduro (¡a Maduro!) no le importa mucho aquellos que mueren por mala nutrición y de sus consecuencias: padecer enfermedades mortales, mentales, del sistema nervioso en general  –pronto tendremos que publicar estadísticas de suicidios, no porque no los haya, sino porque se van a empezar a notar en la calle –. El gobierno no puede ser indiferente a las otras muertes, como lo ha sido con aquellos que comen basura de la calle los cuales niega que existan (yo los he visto, nadie puede decirme que es mentira, o que son pagados por la oposición).

La mala alimentación, la importación de alimentos por volúmenes de forma masiva, basura que desechan otros países, para alimentar de forma indiscriminada a la población no puede ser una política de salud pública, social, de un Estado medianamente organizado y responsable de la salud colectiva. Se supone que hay un ministerio para eso y un instituto de nutrición. Y que se supone, porque así lo vocea Aristóbulo Isturiz cuando le toca su torno, que este es un gobierno responsable y con sensibilidad social (porque ya parece que tienen prohibido hablar de socialismo): ¿Por qué ahora somos una población desnutrida y enferma?

Están los que se mueren de cáncer y de infartos, que son muchos. Anualmente muere gente en Venezuela de enfermedades epidémicas y endémicas, como la malaria o la tuberculosis (47 por cada 100 mil habitantes en el 2019) más que todos lo muertos de corona virus que puede haber en el país en dos años o tres. Se pueden cuestionar las estadísticas pero no se puede cuestionar el retroceso hacia un pasado que se suponía superado.

Las estadísticas de la pandemia oculta las muertes por el malvivir de los habitantes del país, el malvivir por hacer de la población una “abstracción”; hacer de la gente una “variable” más dentro de los “cálculos del crecimiento económico”, del famoso “desarrollo de las fuerzas productivas”, capitalistas –insensibles al sacrificio que tiene que hacer la población frente a los discursos fatuos y la ostentación de muchos de los funcionarios de este gobierno de tener cómo y con qué comprar zapatos caros y tener gimnasios personales en sus casas.. “Eso es envidia”, dicen los tontos y los más tontos… ¡Pero claro que es envidia!, ¿Acaso el capitalismo y la propiedad privada no está hecha para que la gente sienta envidia de los que tienen, que se resienta de su falta salud y de la salud y comodidades de los que la tienen? –  

Afortunadamente hay gente como Toby  Valderrama y su socialismo utóbyco, como lo llama otro cansado del socialismo, que sigue viendo espejismos donde solo hay un desierto. Si no fuera por esa crítica quirúrgica al gobierno, hecha por él y gente como él, quizás se hubiese expandido el virus de la idiotez con más rapidez,  y todos estuviéramos babeando, esperando una caricia de “la mano invisible” de Jesús Farias y el mercado, todos estuviéramos viendo visiones como San Antonio el anacoreta, en el medio del desierto. Gracias a Toby Valderrama y su Grano de Maíz Chávez pudo ver muchos zorros haciéndose pasar por socialistas. El socialismo “Utóbyco” es mucho socialismo para el madurismo, que ni siquiera pudo con el simple reformismo; mucho menos iba a poder con el socialismo, que los venció ya cansados Chávez, con la mente embotada de cuentas pendientes, de ambiciones y deseos personales.

¡Necesitamos más socialismo utóbyco! ¡Viva Chávez! ¡Viva el Plan de la Patria antes de que fuera falsificado por el madurismo!

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