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ActualidadRelanzamientos, o sea, una manera de no rendir cuentas.

Relanzamientos, o sea, una manera de no rendir cuentas.

Los relanzamientos de misiones, de programas, de inversiones y mandatos  es oficializar la impunidad. En los relanzamientos se siente la ausencia del líder. No hay manera de que el presidente rinda cuentas sobre las inversiones que se perdieron en cada proyecto, planes y misiones fracasados, de que asuma su responsabilidad. No hay forma de que hable con la verdad, de que sea claro y conciso, de que uno lo entienda o le crea.

El modo explosivo como aparecen, gracias a la magia de la televisión, los desarrollos agrícolas, las estadísticas, las cuentas, cada vez que el presidente relanza un proyecto (un motor, una misión, un capítulo del congreso de la patria ¿recuerdan el congreso de la patria?), empeñado en desarrollar una economía  productiva (?), una “economía expansiva”, nos hace pensar en la mentira mediática, la misma que ellos denuncian de los medios controlados por la derecha, o la otra derecha.

Todavía uno recuerda a Chávez hablar de la producción de alimentos, y de la posibilidad de exportar el excedente, después de abastecer al país, o las necesidades de la población. Maduro HOY, produce alimentos para exportar: pesca, agroindustria. Desabastece al país y encarece la vida, pues invierte el dinero de todos los venezolanos  en la empresa privada que es inclemente con su mezquindad y su egoísmo. Después de quebrar la industria petrolera, necesita divisas y pretende obtenerlas, a futuro, de las exportaciones privadas; para capturarlas les ha dado todo tipo de facilidades: no pagan impuestos. Ni siquiera las petroleras pagan, hoy día, impuestos y tampoco regalías – ¡hasta se cogieron 4  súper tanqueros! –. Igual lo hacen en el Arco Minero con otras inversiones privadas, el cuanto de la recuperación de las arenas residuales;  en eso del oro, según parece, el Estado cuenta con una participación simbólica. Y los exportadores todos son capitales privados, hasta tiene su ley constitucional madurista de “Inversiones Extranjeras” la que les otorga legalmente esas ventajas, “estímulos”, diría Jesús Farías, fanático de los eufemismos.

El asunto es que ese empeño de Maduro de querer acabar con el rentismo y desarrollar las fuerzas productivas, pasando por encima de la gente, de su salud, de su calidad de vida, de sus necesidades, es una idea capitalista vulgar, común y corriente, ¡nada nuevo!,  la cual solo beneficia al capital, al capitalismo, y profundiza las diferencias sociales: los ricos ahora son más ricos y los pobres somos cada vez más pobres.

La “seguridad alimentaria” la convirtió Maduro en un negocio de pequeños y medianos empresarios, encareciendo la vida. Sustituyó las responsabilidades y la economía socialista del Estado por cajas de comida mala, importada de México, Colombia, de Turquía, Brasil y China. Hasta ahora no he visto arroz CLAP, o Sardinas CLAP, o Caraotas CLAP. Pura importación, porque los que producen alimentos son manos privadas y para ellos, si no hay ganancias (muchas ganancias) no hay negocio, “si no hay leal no hay lopa”. Los camaroneros exportan y no dejan en el país un centavo partido por la mitad. Los pescadores venden en dólares en alta mar, cuando no tienen los permisos. Cuando los tienen, exportan. Y cuando venden aquí lo hacen como si fueran pescaditos de  oro, a precios ridículamente altos, dolarizados.  Las empresas socialistas pasaron a manos privadas. Eso es lo que promueve Maduro con su idea ridícula de expandir la economía, matando de hambre y necesidades a la población desvalida.

Todo esto lo decimos, suponiendo que esa sea la verdadera intención de Maduro, sin embargo, no creo que él ni nosotros veremos el día en que,  de esta forma, Venezuela se pueda convertir en un país potencia. La verdad es otra.

Si su población es ignorante, enferma y no se alimenta bien, la posibilidad de que Venezuela pueda salir adelante como sociedad (como nación, como patria) es nula. Negar esta realidad con el cuento de la “expansión de la economía” esconde la verdadera razón por la cual Maduro miente. Y esta es, que todo el gobierno ya hizo su trabajo de zapa, y está ahora de salida.

Maduro y su gobierno destruyó el trabajo de Chávez, tanto espiritual como material y ahora es tiempo de retirarse, sin abucheos, sin que les lancen piedras y zapatos. Por eso debe mentir hasta el final. Maduro se ocupó en estos siete  años en voltear el Plan de la patria de Chávez, hacer las cosas ahí descritas al revés, alterar todo su significado – así seguramente lo acordaron los parlamentarios del  Grupo de Boston, para emparejar las diferencias con la oposición y volver a la democracia burguesa, de allí ese entusiasmo por las elecciones –.

Las razones siempre son más insanas y más vulgares que esos discursos y arrebatos. Ese relanzamiento nuevo es cosa de chiste. Relanzamientos de relanzamientos de relanzamientos…, hasta que nos salgamos del país y caigamos al mar. Lo lógico, lo decente es, que cuando relanzas un programa digas por qué fracasó el anterior intento, averiguar cuáles son los factores de su fracaso; recibir un informe, un inventario, hacer control de daños y buscar al, o los responsables… Pero los diputados de la Asamblea Nacional Constituyente, un organismo de control sustituto de la Asamblea Nacional, no están para eso, ellos solo aprueban leyes (porque no las discuten) de “inversiones extranjeras” y similares, las demás son de relleno, para justificar el sueldo y el tiempo perdido. Pero el TSJ, ¡y mucho menos el fiscal!, está para averiguar por qué fracasan los planes y proyectos nacionales, las misiones y de más parapetos jurídicos hechos para botar la plata en seudo-empresarios y burócratas astutos.

Sin embargo en el 2013 Diosdado Cabello lo sabía bien, y lo decía con claridad ¡Qué le habrá pasado en estos años?  https://youtub.be/5v4-6m1nHKA . En aquel entonces, los que ahora insisten en expandir la economía, y mientras la bicha se expande sostener la población con una dieta miserable, denunciaban y exigían sanciones y responsables, lanzándole indirectas al difunto Chino Khan, sospechoso de traficar con divisas y favorecer a empresarios y funcionarios del gobierno. ¿Por qué ahora Diosdado no hace lo mismo cada vez que Maduro anuncia un “relanzamiento”?  Porque, detrás de cada relanzamiento debe haber un tramposo y un responsable…

En tiempos de elecciones todo parece normal…

¡Patria socialista o muerte!  ¡Lucha por el socialismo! ¡Independencia es patria socialista!

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