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ActualidadUn asunto tragicómico

Un asunto tragicómico

En 1979, cuando el ejército de Idi Amín se retiraba de Uganda, perseguido por el de Tanzania, dejó una estela de muerte, saqueos, violaciones y crueldades. Los militares de Tanzania al capturar a los rezagados se los entregaban al pueblo para que los descuartizaran y jugaran un rato con sus miembros, y futbol con las cabezas. Esta es una escena impresionante, para muchos macabra, pero real, debe estar en los archivos de ITV, de “Panorama”, el famoso noticiero inglés.

De esta experiencia podemos sacar en claro que los tiranos no escarmientan con la historia ni se arrepienten de sus locuras de poder, exacerban sus pecados mientras más se acercan  a su  final. Esa es su tragedia, ir hasta el final, no hay tiempo para el arrepentimiento, solo es un reto al destino. Aunque la comparación es chocante resulta útil para explicar lo que hace y puede pasar en el futuro con las policías políticas y fuerzas especiales de aquí, como el FAES o la inteligencia política y militar, que, todavía hoy en el poder andan paranoicos en las calles. La violencia injustificada o inclusive justificada por la ley,  genera más violencia, exacerba la violencia sobretodo aquella que acopia la venganza.

Pero el caso de la huida de Idi Amín también puede explicarnos esa inquina del gobierno de Maduro con Rafael Ramírez y con los trabajadores petroleros, es como si estuviera de retirada y quisiera llevarse todo por delante, un acto de venganza dirigido a enemigos personales y a gente inocente. Se les aprueba un nuevo contrato colectivo y al mismo tiempo se los somete a chantajes y a la persecución psicológica, al acoso laboral de ser señalados en la lista de “la banda de Ramírez”. Para ser más específicos ya hay quienes se ofrecieron a elaborar una lista con los nombres que componen la banda de Ramírez para mortificar a muchos inocentes con la delación, o quebrar la lealtad al ministro Ramírez; obligando a que aparezcan “patriotas cooperantes” acusándose unos a otros en un estado de terrorismo fascista, persiguiendo fantasmas…. ¡una locura lo que es capaz de hacer Maduro “sin querer queriendo”!

Con Ramírez, dispuestos a aniquilarlo antes de salir, se monta un show enviando una comisión para solicitar su extradición, aun sabiendo que será solo un gesto inútil y un paseíto gratis pagado a cuatro vivos. Nombraron a José Brito, un diputado arrebatado de odio, el cual está dispuesto a revisar “todos los palacetes” de Italia –como dice alguien por ahí –… Pero son sorprendidos con una sanción de la Unión Europea, en otras palabras, que si viajaron ya no podrán hacer mucho, quizás sean todos expulsados de la zona europea porque, como asamblea, no se le extenderá visa a ningún país miembro de la Unión; la Asamblea Nacional que no es reconocida por Europa, ¿Cómo va hacer para buscar hasta debajo de las alfombras de los palacetes a Ramírez?. Quizás no alcanzaron a hacer esa solicitud y los devuelvan, si no es que ya lo hicieron.

Sin embargo se hace el Show mediático. Dentro de Venezuela Ramírez es “juzgado sin juicio”  por el fiscal y este diputado exaltado (y en aporrea, lo hacen igual otros, insaciables de venganza), como criminal y ladrón, sin juicio legal, sin tribunales, sin jueces verdaderos, sin pruebas, usando la simpleza de la calumnia y el chisme. Y con los empleados de PDVSA y del ministerio, están obligando a una cacería de brujas, usando la lista de la “banda de Ramírez”, producto genuino  de un estado de terror, el cual usa el miedo como herramienta de control. Parece que el madurismo antes de irse quiere arrasar con todo lo que pueda, “dañar todo lo que deba ser dañado”, como parafrasea Maduro a Fidel, moral y físicamente…

…La aparición de Chávez en el escenario político de este país fue una verdadera revolución dramática. De unos actores cansados de repetirse a sí mismo emergió un tipo valiente, inteligente, jovial, visionario sin muchos complejos. Fue capaz de entusiasmar por mucho tiempo a toda nuestra sociedad, inspirarla, educarla, auparla para cambiar el orden social… ¡Pensar que un hombre como Chávez no sabía lo que estaba pasando el PDVSA es una injusticia con él, es creerlo un tonto, igual con Ramírez y su equipo!, asegurar que no se sabía sobre los casos de corrupción, grandes y pequeños, pensar que no se investigaban o no se investigaron o sospecharon, que no se sancionaron administrativamente. Pero ¿cómo se puede saber esto, si aquellos que pueden contar la otra versión de la historia están perseguidos, muertos o silenciados, y no se pueden defender…, y el otro, Chávez, está muerto?  La “indignación” de algunas personas, por lo que hicieron con PDVSA no puede ser más grande que la verdad, política y administrativa de la empresa. Por más defraudados que se sientan  algunos no pueden ponerse por encima de la verdad, no les da derecho a calumniar, a imaginar lo que no es, a hacer juicios y justicia fuera del alcance de la verdad, de los hechos, o por lo menos de las otras versiones de los hechos; hay jueces (cuando los hay) para juzgarlos, y esta verdad no está en un solo lado, debemos escuchar las partes involucradas; como en el templo  de Rashomon los intereses personales enturbian la verdad. Hasta ahora sólo se conoce una sola versión del cuento, contado por una sola de las partes, y repetido, como un mantra, mil veces, por gente que dice estar indignada por la corrupción, que creen que algunos, como nosotros, somos millonarios (!!!) y que por eso defendemos a Ramírez. Pero el mérito de defender una causa está en no lucrarse con eso (claro, a menos que ésta sea, precisamente eso, lucrarse, como el madurismo lo hace defendiendo la causa de sus jefes: clientelismo político, quid pro quo como les justa decir a los abogados). Sin embargo lo que les molesta a los “indignados”, personas decentes que solo saben  dolerse del país,  es que nosotros defendemos la misma causa de Chávez –y a Ramírez dentro de ella – de gratis, ¡eso molesta! Gente que no se atreve nadar a lo hondo, a discutir ideas, se quedan chapuceando en al lodo, en el piso impenetrable del chisme y las calumnias…, también de gratis.

La simpleza lógica del chisme y la calumnia, la facilidad como se presentan “los hechos”, en este caso, es la clave para dominar las mentes simple, que ven el mundo tal y como nos lo muestran en la televisión los periodistas y publicistas que trabajan a favor del gobierno, es decir, la moral vista en blanco y negro; la simpleza del fascismo, la tiranía mediática y el maniqueísmo moral capitalista. Lamentablemente así ven el mundo los que calumnian al mundo con sus prejuicios y desde sus propios miedos: lo ven plano.

Pero para hacer una revolución socialista no basta con deseos y poses moralistas, hay que pensar, ensayar, tomar riesgos, como lo hizo Chávez y Ramírez. El que siempre respeta la norma no está haciendo una revolución está confirmando lo instituido, el estatus quo. Estos falsos revolucionarios lo quieren todo, que los llamen “revolucionarios” y al tiempo “respetuosos de la ley”. Pero, ¿cuál ley? Para hacer una revolución socialista, la única ley que sirve es la ley de la revolución y del socialismo, todo lo demás es pose, pacatería, cuando más dignos se muestran solo son unos hipócritas cobardes que prefieren justificar el robo del capitalismo y de aquel capitalista que conocen, a romper una norma, a brincar una ley a la vista de todos, con bolas, con responsabilidad, como lo hizo Chávez el 4 de febrero de 1992… Lo de Maduro es una comedia, da risa.

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