BOLETÍN PETROLERO
16 noviembre 2021

LA OPEP+ Y EL CAMBIO CLIMÁTICO

La decisión del pasado 04 de noviembre de la OPEP+, de mantener invariable el volumen de flexibilización de los recortes en 400 mil MBD, se produce cuando existe un debate abierto sobre el cambio climático y las medidas que deben acordar los países para reducir el consumo de energías fósiles, así como, las señales claras de que existe una demanda insatisfecha de petróleo y gas, producto de la recuperación de la economía mundial.

La OPEP ha hecho caso omiso al incremento de la demanda del mercado, que se proyecta con un aumento anual entre 5,12 y 5,65 MMBD en 2021, para ubicarse en 97,54 MMBD, ubicando el precio por encima de 80 dólares el barril (un aumento del 87,14% y 95,67%, respectivamente respecto a sus cotizaciones del 2020).

Tal como lo expresamos en nuestra entrevista con la agencia EFE, publicada en nuestro blog www.rafaelramirez.net, del día 02 de noviembre, la OPEP+ debe considerar seriamente establecer una banda de precios entre 70 y 80 dólares el barril, tanto para satisfacer la demanda, como para no encarecer el costo de las energías fósiles, más aún cuando su uso está severamente cuestionado por las emisiones de contaminantes a la atmósfera.

Los actuales niveles de precios, permiten la entrada de la producción petrolera, más costosa y contaminante, como la proveniente del Fracking y Shale Oil norteamericano, la producción con minería a cielo abierto de arenas bituminosas en Canadá o la producción Costa Afuera y las zonas protegidas ambientalmente, como es el caso del Ártico.

La única razón por las cuales, las grandes economías industrializadas, no han sustituido el consumo de petróleo y gas por otra fuentes energéticas, es porque, realmente, tal como se ha demostrado con la crisis del gas en Europa, en estos momentos, no existe una alternativa económicamente viable que sustituya a los hidrocarburos. La transición energética no será un cambio inmediato, pero el encarecimiento del petróleo y el gas, harán que las grandes economías industrializadas aceleren los planes para tal fin.

La OPEP+ pareciera responder más a los intereses geopolíticos de Arabia Saudita y Rusia que a los del resto de los países del grupo.

PRECIO

Los precios del petróleo se mantienen al alza, sobrepasando desde el 27 de septiembre el umbral de los 80 dólares el barril. El día de hoy, 16 de noviembre, a las 10 AM (GMT), los marcadores del crudo Brent y el WTI se cotizaron en 82,50 y 81,25 dólares, respectivamente.

PRECIOS CRUDOS BRENT Y WTI
(04 octubre – 16 noviembre 2021)

Fuente: Elaboración propia con datos de Intercontinental Exchange (ICE) y CME Group.

PRODUCCIÓN

La producción mundial de petróleo, condensados, LNG y líquidos no convencionales, se incrementa de forma gradual, principalmente, por la política de flexibilización de recortes de la OPEP+ y la entrada de volúmenes de otros productores. Según los datos del último Reporte Mensual del Mercado Petrolero[8]de la OPEP, del 11 de noviembre, la producción mundial se ubicó en 97,56 MMBD, de estos, corresponden a petróleo 84,64 MMBD.

PRODUCCIÓN MUNDIAL DE PETRÓLEO
(septiembre – octubre 2021)

Fuente: elaboración propia con datos del MOMR de la OPEP de octubre de 2021, el Ministerio de Energía de Rusia, la Administración de Información Energética y Argus Media.

La producción de petróleo de los países miembros de la OPEP al mes de octubre fue de 27,45 MMBD –los niveles más altos en año y medio–. Arabia Saudita junto a los países del Golfo Pérsico (sin Irán), sumaron una producción de 19,238 en octubre MMBD, correspondiente al 70,1% de la producción OPEP y los países africanos (sin Libia), presentaron una producción de 3,96 MMBD. Por su parte, Irán, Libia y Venezuela –los tres países de la OPEP exentos de recortes de producción– presentaron, en octubre, una producción conjunta de 4,26 MMBD, de los cuales 2,5 y 1,17 MMBD corresponden a Irán y Libia respectivamente; mientras que la producción de Venezuela sigue estancada en torno a 590 mil barriles día de petróleo.

Existen fuertes expectativas por el reinicio de las negociaciones entre Estados Unidos, Europa e Irán, con lo cual podrían entrar volúmenes adicionales de producción iraní, hasta recuperar su cuota de 4 MMBD de petróleo, en cuyo caso la OPEP, deberá ajustar sus cuotas, para abrir espacio a la producción iraní, en detrimento de otros países que no pueden cumplir con las suyas, cuyo caso más claro es Venezuela.

VENEZUELA

La industria petrolera venezolana sigue mostrando señales inequívocas de un colapso estructural en todos los sectores que la comprenden: producción de petróleo y gas, refinación y exportaciones; privando a la economía venezolana de su principal ingreso económico, hundiendo al país en una profunda crisis económica, política, social y humanitaria, de dimensiones catastróficas.

Incapaz de articular un plan para la recuperación de la industria petrolera, luego de 7 años de persecuciones internas, encarcelamiento de sus trabajadores y desvío de los recursos de PDVSA, el gobierno nacional proclama que “ha superado el modelo rentista petrolero[1] [17], renunciando, aparentemente, a cualquier intento de recuperar las capacidades productivas de la diezmada empresa nacional: Petróleos de Venezuela.

Este anuncio de Maduro de abandonar al sector petrolero se produce luego de reiterados fracasos de sus sucesivas juntas directivas al frente de PDVSA y el no cumplimiento de las reiteradas promesas del presidente y sus ministros de recuperar los niveles de producción de petróleo del país, así como las capacidades productivas del parque refinador nacional.

Teniendo Venezuela las mayores reservas del petróleo del planeta, certificadas en el año 2007, durante nuestra gestión en el gobierno de Chávez, en 316.000 millones de barriles de petróleo, la declaración de maduro parece ser una claudicación oportunista de las intenciones del gobierno en gestionar nuestra empresa nacional y la explotación de nuestro principal recurso, para ceder su manejo a los capitales privados, nacionales e internacionales, a los cuales, en reiteradas oportunidades los ha invitado a hacerse cargo del sector petrolero nacional, creando para tal fin la muy opaca e inconstitucional Ley Antibloqueo”.[2] 

Las declaraciones de Nicolás Maduro y su renuncia al manejo soberano del principal recurso de los venezolanos demuestra lo que hemos dicho en reiteradas ocasiones: el problema del colapso de la industria petrolera no tiene su origen en ningún aspecto técnico, sino que resulta ser un problema eminentemente político y de incapacidad del gobierno para gestionar y administrar la economía nacional.

Producción petrolera

El último Reporte de Monitoreo de Mercado de la OPEP, ubica la producción petrolera venezolana en 590 MBD para el mes de octubre, un incremento de 10% respecto al mes de septiembre.

PRODUCCIÓN PETROLERA DE VENEZUELA
(octubre 2021)

Este incremento se produce por la exportación de crudo mezclado con la nafta y condensados que, en una cantidad no determinada, han sido suministrados al país desde la República Islámica de Irán.

Esto indica que, al incremento del 10% reflejado en la producción venezolana, correspondiente a octubre, habría que restar el volumen  de condensados y naftas que fueron importados por el país para mezclar con nuestro crudo pesado y así exportarlo.

En condiciones normales de operación, el condensado y la nafta que se utiliza para producir crudos pesados de la Faja Petrolífera del Orinoco, se extrae en los mejoradores y ese volumen se vuelve a reutilizar para producir más volúmenes de crudos pesados. Pero, cuando los mejoradores no están trabajando, o no están a máxima capacidad, como es la situación actual, no existe manera de separar la nafta y condensados, por lo cual debe venderse como mezcla a un precio inferior al precio del mercado.

Lo que hacen los compradores es que, esa mezcla, que no reúne las condiciones comerciales de las segregaciones venezolanas, conocida como DCOM, la compran para, en sus propias instalaciones, separar el componente pesado y el componente liviano; o en otros mercados, como el asiático, existen cazadores de “gangas”, que compran el crudo fuera de especificación, con descuentos del 40 y 50% del precio y le cambian la denominación a bitumen y lo usan para quemar en el sector industrial o generar productos de baja calidad.

Más allá de todos estos artificios técnicos y comerciales, la realidad es que la producción de petróleo en Venezuela sigue estancada a los niveles de producción que tenia el país en los años ‘30, es decir, un retroceso de 90 años en nuestras capacidades productivas.

La caída de la producción petrolera en Venezuela, no tiene antecedentes en ningún país petrolero, que no haya estado sujeto a invasiones o conflictos armados. Entre el año 2014 y 2021, la producción de petróleo del país pasó de 3,015 millones de barriles día que teníamos al cierre de diciembre de 2013, al nivel actual de 590 miles de barriles día, es decir, hemos perdido 2,4 millones de barriles día, una caída del 80,4% de nuestra capacidad productiva.

PRODUCCIÓN PETROLERA DE VENEZUELA
(2013 – octubre 2021)

NOTA: SE INDICAN LOS PROMEDIOS ANUALES
Fuente: Elaboración propia datos MOMR Opep

Esa diferencia, es decir, los 2,425 millones de barriles día que se han perdido en el país por la incapacidad del gobierno de gestionar la industria petrolera y la persecución interna contra sus trabajadores, que ha llevado a la cárcel y al exilio a cientos de ellos, así como ha provocado la salida del país de 30 mil trabajadores especializados en el área petrolera, equivalen a los precios actuales de nuestro crudo de referencia, WTI, a 62 mil millones de dólares de ingresos petroleros anuales, de los cuales se ha privado al país de manera irresponsable.

El fracaso del gobierno en la gestión de PDVSA es más evidente aún cuando el mismo presidente ha anunciado, de manera reiterada, a partir del año 2017, luego de que arremetió contra los trabajadores petroleros y militarizo la empresa, que el país aumentaría su producción petrolera, incumpliendo de manera reiterada su palabra.

En el año 2017 prometió junto a su ministro de Petróleo y presidente de PDVSA, el general Manuel Quevedo, que la producción de petróleo del país que se encontraba en ese momento 1.8 MMB, se incrementaría en el periodo de un año, en 2 millones de barriles diarios de petróleo. No solo no cumplió su promesa, sino que para el año 2018 la producción petrolera venezolana había caído 38% por debajo del nivel de 2017.

Igual sucedió en el año 2020, cuando, luego de un año de actividades de la fracasada Comisión Presidencial Interventora de PDVSA, instalada en febrero de ese año, el presidente de la República y su ministro de Petróleo, Tareck El Aissami, prometieron que para finales de 2021, la producción de petróleo se ubicaría en 1,5 millones de barriles dia. Igual mintieron.

Al cierre del año, ya con los reportes del mes de octubre, la producción venezolana promedia 531 mil barriles diarios de petróleo, 64,6% por debajo de la meta anunciada por estos funcionarios a principios de año.

Lo mismo ha sucedido con el colapso del sistema de refinación nacional, luego de un prolongado periodo, que inicia en 2017, de desviación de recursos, falta de mantenimiento, paradas de planta y la persecución de los mejores gerentes y cuadros técnicos del sector de refinación nacional, nuestras refinerías operan muy por debajo de sus capacidad instalada de procesamiento, de 1,2 millones de barriles dias de productos, lo que ha sometido a la población venezolana a una prolongada escasez de combustibles esenciales para la vida y la actividad diaria de la población, tales como: gasolina, diesel y gas.

Ante esta situación, y luego de reiteradas fallas y accidentes que el gobierno ha atribuido a ataques terroristas de todo tipo, incluso, ataques misilísticos, el ministro de petróleo prometió, en un esfuerzo propagandístico con una agencia internacional, que el suministro de combustibles al mercado interno se regularizar en el país, fijando de manera tajante que para el mes de julio “se acabarían las colas en las estaciones de servicio”. No solamente mintieron de manera descarada al país, sino que el gobierno , aprovechando la última devaluación oficial de la moneda, incrementó el precio del combustible a precios internacionales, en un país donde el salario mínimo mensual, equivale a 1,5 dólares al mes.

Guyana: continúa desarrollándose como provincia petrolera

Mientras el gobierno nacional ha fracasado en el manejo de PDVSA, pese a tener las reservas de petróleo más grandes del mundo, las transnacionales petroleras siguen avanzando en el mar territorial del territorio Esequibo en sus planes de convertir a Guayana en una poderosa provincia petrolera.

Planes que avanzan en el territorio en reclamación  ante el silencio y la inacción del gobierno venezolano. Lo que ha permitido, no solo la pérdida de facto del Esequibo y sus recursos naturales, sino el bloqueo a nuestra salida a la fachada Atlántica del país.

El pasado 20 de octubre el presidente de Guyana, Irfaan Ali, en medio de su primera visita oficial a Emiratos Árabes Unidos (EAU), estuvo en el Puerto de Khalifa, donde se reunió con el presidente de Abu Dhabi Ports, Mohamed Juma Al Shamisi, firmando un acuerdo para que EAU monte un centro logístico con un puerto de aguas profundas en Guyana, para que los Emiratos pueda conectarse comercialmente con el resto del continente americano y el occidente africano, informó[18] el departamento de prensa presidencial de Guyana.

El presidente guyanés dejó claro que su gobierno le “ofrecerá” a EAU todas las facilidades e incentivos para que las inversiones sean “factibles” para ambas partes, ofreciendo, no solo el petróleo y el gas, sino el “agua dulce sin explorar” que se encuentran en los países que componen la CARICOM. Incluso, en las negociaciones llegó a plantear una conexión entre la idea del “corredor regional de transporte de gas” entre Brasil, Surinam, Guyana Francesa y Guyana, con el centro logístico que EAU quiere montar en territorio guyanés. Según las propias palabras del presidente Ali, el acuerdo con EAU “está conectado con las oportunidades en los sectores de petróleo y gas en Brasil”.

Luego, en una conferencia de prensa[19] ofrecida en Dubai, el presidente guyanés ofreció los recursos energéticos de su país como los de más bajo costo en la región, “la combinación perfecta” con las energías renovables.

Antes del inicio de la visita oficial a EAU, el director general de la Oficina para la Inversión del Gobierno de Guyana, Peter Ramsaroop, había informado que “está tomada” la decisión para que Dubai construya un gasoducto de 220 km, para el transporte del gas producido en el campo Liza en sus fases 1 y 2.

De igual forma, autoridades guyanesas informaron[20] que avanzan en las negociaciones con los Emiratos Árabes Unidos para la construcción de un gasoducto de 220 kilómetros de longitud cuyo tendido iniciará el próximo año 2022. El propósito principal respecto a esta obra es sustituir la anticuada infraestructura existente para el suministro eléctrico cuya fuente de energía es el fuel oil y aprovechar las grandes reservas de gas asociadas a los yacimientos petrolíferos.

Con el interés de las transnacionales petroleras de EE.UU, Canadá y China, Guyana los últimos años ha estado realizando actividades de exploración y explotación petroleras en yacimientos ubicados en aguas territoriales en el área en disputa del territorio Esequibo, por lo que parte de esas riquezas pudieran ser de los venezolanos.

 Referencias Bibliográficas


Link articulo de este fin

articulo de la Ley Antibloqueo