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Por quién doblan las Campanas

«… la muerte de cualquier hombre me disminuye, porque estoy ligado a la humanidad; y por consiguiente, nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por tí.»

John Donne (Meditacion XVII 1624)

Hago referencia al título de una de las obras más hermosas de Ernest Hemingway, publicada en 1940, luego de su experiencia como miembro de las Brigadas Internacionales en su lucha contra el fascismo en la Guerra Civil Española, ambientada en 1937, en lo que sería la ofensiva Republicana en Segovia.

Nadie puede ser indiferente en lo que pasa a su alrededor, en su colectivo, del cual somos parte indivisible, cuando se afecta nuestro interés general como pueblo, algo de nosotros se desmorona, en nuestra pertenencia a un grupo humano y a nuestra propia existencia, por ello, el pensamiento de John Donne y la obra de Hemingway tienen una vigencia extraordinaria para nosotros

Lo que ha sucedido, con las detenciones del ex ministro Rodríguez Torres, el ex jefe de la Casa Militar y ex director del CECODENA General López Ramírez y otros oficiales del Ejército, de los «Centauros» de Chávez, así como, las órdenes de captura contra otros oficiales como Cliver Alcalá, deben llamarnos la atención de lo que está pasando en el seno de nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas.

No sé a ciencia cierta de qué se les acusa o qué cosa hicieron, o si realmente hicieron algo, en casos como el del ex ministro Rodríguez Torres, he tenido diferencias con algunas de sus posiciones, apariciones públicas y coincidencias con la derecha, pero, no puedo dejar de expresar mi solidaridad con él y el resto de los oficiales en estos momentos difíciles para ellos y sus familias.

No deja de molestarme la imagen de la detención de Rodríguez Torres, por efectivos del SEBIN, el mismo cuerpo de inteligencia que él creo y dirigió por tantos años junto al Comandante Chávez; no deja de preocuparme la suerte del General López Ramírez, amigo, y en el que reconozco la honestidad y la lealtad a Chávez, tantos años trabajando juntos, apoyando al Comandante en su trabajo; o la suerte de oficiales que, aunque no los conozco como personas, sí sé por su actuación, trayectoria y desempeño de su compromiso con la Patria, con la doctrina militar Bolivariana y con los valores que el Comandante Chávez sembró en la Academia Militar, cuna y custodio del pensamiento Bolivariano.

Entonces, ¿qué está pasando?, ¿quién los acusa?, ¿de qué se les acusa?, ¿quién lleva a un tribunal a los hombres o los muchachos de Chávez? Resulta que ahora este grupo de oficiales, todos provenientes del movimiento Bolivariano en el seno del Ejército, del 4 de febrero, del MBR 200, ahora, ¿resulta que son traidores?, ¿traidores a qué?, ¿quién lo dice? Nó, algo muy grave está pasando, como decía un amigo, lo más peligroso en política, es lo que no se ve a simple vista.

Por supuesto, esta nueva «razzia» viene antecedida y acompañada por la acción erosiva y destructora del «pranato» de la política, que ofende y sentencia como si fuese un tribunal inquisitorio y por los «twitter» de las redes sociales que controla el gobierno. En una fiesta, un aquelarre, donde festejan por igual el madurismo y la extrema derecha golpista. ¿Quién lo diría?

Pero lo que está cada vez más claro, a menos que alguien no lo quiera ver, es que el madurismo necesita acabar con el Chavismo para subsistir. Es como una «cosa» que capturó al Chavismo, se apropia de sus espacios con violencia, para luego destruirlos, vaciarlos de contenido, hacerlos indiferentes, dóciles, quitarles todas sus capacidades de reacción, apagar la llama sagrada en su seno, para ellos poder obrar, como están haciendo, en establecer un nuevo pacto de coexistencia con la misma derecha que combatió hasta la muerte, que nunca le dió tregua, al Comandante Chávez.

De las instituciones fundamentales, los soportes de la Patria que el Comandante nos legara, están PDVSA y la Fuerzas Armadas Bolivarianas. La primera garantiza nuestra soberanía económica, la segunda, nuestra soberanía territorial, integral.

Primero le tocó el turno a PDVSA, se persiguió, encarceló, desacreditó a la empresa como un todo, a mi persona como la cara visible de la gestión junto al Comandante Chávez, no les importó enlodar nuestro nombre y reputación, en una alianza con la extrema derecha guardaron silencio, mientras ella arremetía contra la gestión de Chávez-Ramírez, pasaron información tendenciosa y falsa a medios y agencias de inteligencia extranjeras, para estimular una agresión en mi contra en el exterior. Luego de que sacaron a todos los «ramiristas» de PDVSA, resulta que la propia gente que ellos pusieron a dirigir la empresa, terminó siendo un desastre. Así, fueron las decisiones del madurismo las que acabaron con la empresa. Acabaron con sus capacidades técnicas, la vaciaron de emoción, se impuso el miedo, la persecución, la mentira y la corrupción extendida para hacer cualquier cosa, desde grandes negocios hasta chapucerías de todo tipo.

La producción sigue en picada, el último reporte del país a la OPEP, comunicación directa, es decir, que no deriva de las fuentes secundarias, indica una producción de 1.5 millones de barriles día en febrero, la más baja de nuestra historia, con una caída de 183 mil barriles día desde el reporte de enero: un desastre. Ya no es el precio del petróleo, ya no es la corrupción (hay más de 80 presos, entre ellos, dos exministros, ex presidentes y juntas directivas nombradas por el Presidente), ya no es la conspiración, ahora está en manos del General Quevedo (cuidado mi General, no vayan ahora a acusarlo de traidor, si no recupera la producción -un millón en 6 meses fue la promesa-orden). La respuesta es dura de aceptar por el gobierno, porque es su fracaso, su mala gestión, sus malas decisiones, su incapacidad.

Ya no van a poder seguir echándole la «culpa» a Ramírez, porque allí están los números que no mienten, tampoco a Chávez con la infeliz frase de que «era muy fácil hacer revolución con un barril a 100». Nó, la culpa del desastre en PDVSA es de Maduro, acabaron con la nave indestructible de Chávez, el portaviones, que pasó doce años bajo fuego enemigo, quebraron la férrea unidad y voluntad de los trabajadores petroleros, quienes hoy abandonan por miles la empresa, entre decepcionados y hastiados. ¿Cómo sucedió ésto?, son cosas del madurismo.

Ahora parece que le toca el turno a nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas, en particular, al Ejército, cuna del Movimiento Bolivariano. Yo siempre he sido absolutamente respetuoso de nuestras Fuerzas Armadas, es algo que aprendí del Comandante Chávez y de mi formación política y cultural. Las armas son cosa seria y la institución que tiene constitucionalmente el monopolio de la defensa de la Patria, la soberanía y las garantías sociales, no sólo goza de todo mi respeto, sino de mi admiración.

Por supuesto, estoy hablando de la Fuerza Armada Bolivariana, imbuida de su Doctrina Militar Bolivariana, heredera de las glorias de nuestros Libertadores y del Padre de la Patria Simón Bolívar. ¡Me refiero a las Fuerzas Armadas populares, patriotas y Chavistas! La que constituye la garantía de la paz y de nuestra integridad como país.

Durante todo mi desempeño en altas responsabilidades del Estado y ahora como Político de civil, siempre he sido muy cuidadoso y respetuoso de las Fuerzas Armadas, sus códigos, su disciplina, sus promociones, su cultura, su manera de ver las cosas.

Definitivamente, la unión cívico-militar que logró el Comandante Chávez, es única y extraordinaria, porque confluyen y se complementan dos visiones de la sociedad en un sólo propósito de construir una Patria Soberana, donde la Soberanía reside en el Pueblo y las Armas de la República jamás volverán a levantarse en su contra, sólo lo harán, en defensa de sus garantías sociales, y de la Constitución.

Era entonces y sigo siendo muy cuidadoso a la hora de emitir cualquier opinión al respecto. Sólo trato de recordar cómo actuaba el Comandante Chávez, pues él personificaba en sí mismo el fenómeno de la unión cívico-militar, y aunque era el jefe de nuestra revolución y su líder político, jamás perdió su condición de soldado y de Comandante en Jefe, ejercicio que hizo siempre en absoluto apego al honor y a los códigos de conducta del mundo militar Bolivariano. Era un jefe que reconocía de qué proceso venían las Fuerzas Armadas, y sabía lo que tenía que hacer para que fuesen conscientes de su rol en este momento histórico, siempre al lado del pueblo.

Los enseñó a ser críticos y conscientes, subordinados al Estado, a los Poderes civiles, pero a la vez vigilantes y garantes de que no existiesen poderes fácticos ni extranjeros que estuviesen por encima de los intereses del pueblo, de la Constitución, conscientes de que nunca más serían subordinados a la oligarquía, ni a ningún otro grupo de intereses mezquinos. Así entiendo yo, la misión dada por el Comandante a sus Fuerzas Armadas Bolivarianas.

Siempre me indicaba que ayudara a las Fuerzas Armadas, a mejorar sus capacidades de combate y defensa, así lo hicimos y lo hicimos de una manera que significó un cambio estratégico y un extraordinario disuasivo a los enemigos de la Patria. Fue un avance estratégico de nuestras Fuerzas Armadas, bajo la conducción del Comandante Chávez.

Pero además de los grandes proyectos, bases aéreas, equipamientos, entrenamiento, infraestructura, siempre estaba preocupado del oficial, del soldado, de la familia militar, sus condiciones de vida, su dignidad de soldado del pueblo, su vestimenta, alimentación, su educación, conocimiento, su relación con los grandes temas del país, con los problemas del pueblo, con la conducción del Estado.

De manera tal que, como Chavista y venezolano, me preocupo mucho cuando veo actos o situaciones que afecten la moral o el prestigio de nuestros oficiales o soldados. Verlos degradados, o hechos presos, o perseguidos u ofendidos en «twitter», es algo que me resulta chocante. Cuando veo civiles que, estando en las máximas instancias del poder, hacen una parodia de lo que son los códigos militares, la vestimenta, los símbolos, cuando se usa a nuestros militares para el ejercicio de la política con «p» minúscula, cuando el «pranato» ofende a nuestros oficiales, su honor, entonces veo que se traspasa un límite que no deja de preocuparme y a la vez, de molestarme.

Que se arremeta contra los oficiales de Chávez, los del 4 de febrero, los del Movimiento Bolivariano, los de su Academia, es algo que está mal, a lo que hay que prestarle atención. Más aún cuando sabemos que estamos amenazados por potencias extranjeras, que vén a un país debilitado por el caos creado por la incapacidad de este gobierno, que ha abierto todos los flancos y minimizado todas las capacidades y los pilares de nuestra Revolución y de la Patria.

Estas situaciones son aún más graves cunado ocurren en medio de una de las peores crisis económicas de las que se tenga noticias a nivel mundial, con una espiral de la mega inflación que estrangula a nuestros ciudadanos, expropia su trabajo; una caída por tercer año consecutivo del Producto Interno Bruto, lo cual indica un desmantelamiento o paralización de nuestras capacidades productivas; un sistema cambiario que se mantiene, absurdamente, con la intención declarada de controlar algo que es incapaz de controlar: la cotización del paralelo, las propias subastas del «Dicom» indican una paridad de 54.000 bolívares por dólar, ¡una mega devaluación!, mientras el paralelo sigue por arriba de los 200.000 bolívares por dólar. Cuando nosotros le propusimos al Presidente levantar el control de cambio en el 2014, e ir a un cambio único, propusimos 25 bolívares por dólar como tasa de equilibrio, no lo aceptaron y ahora tenemos esta situación ¡completamente fuera de control!

El costo de las malas decisiones del Presidente, de su inacción, parálisis o desconocimiento frente a la conducción de la economía, su incapacidad para manejar este tema, la de sus «asesores» (que nadie sabe de dónde diablos salieron, ni por qué tienen tanto poder), de sus equipos de incompetentes, pero fieles al madurismo, el costo de todo ésto lo está pagando nuestro pueblo, el pueblo de Chávez, ahora comiendo de la basura, desesperado por obtener medicinas, alimentos, por salir del país a hacer cualquier cosa.

Pareciera que el madurismo no vé, no quiere ver, la realidad en la calle, los números, indicadores, los miles de venezolanos cruzando nuestras fronteras como sea, la extorsión de las mafias en manos de las que caen nuestros ciudadanos que tratan de salir del país, sus sufrimientos. No vé la corrupción extendida en todo el país, las conductas anti sociales que genera la crisis económica y social, el «sálvese quien pueda», las salidas individuales, lo que sufren nuestros muchachos en el exterior, explotados, maltratados, haciendo lo que sea, en vez de estar en Venezuela. ¡Qué fracaso! En vez de evitar que se vayan y hacer lo que sea para no seguir perdiendo médicos, ingenieros, oficiales, mecánicos, jóvenes, lo que hace el «pranato», es ofenderlos.

Están creando las condiciones políticas, espirituales para el advenimiento del fascismo en el país. Están sembrando odio, intolerancia, la conducción del madurismo es la única responsable de esta situación. Quiero que lo digamos bien alto: El Comandante Chávez no es responsable de este desastre. Cuando nos pidió que apoyáramos a Maduro, como lo hicimos para las elecciones, no pensaba que moriría, pensaba que estaría allí, conduciendo la batalla, pero no podría estar en el ejercicio de la Presidencia por su condición de salud, que, en aquel 8 de diciembre de 2012, era sólo una hipótesis.

Así interpreté siempre ese mensaje del Comandante, no que fuese un cheque en blanco para que se impusiera en el país el madurismo, se desmantelaran los equipos de gobierno de la Revolución, los programas sociales se convirtieran en un mar de improvisación, sólo para tener el control de todo, que PDVSA fuese perseguida o destruída, que los oficiales de las Fuerzas Armadas Bolivarianas o del 4 de febrero fuesen encarcelados o perseguidos.

No fue para que se desataran, en medio de la improvisación y la prevalencia de los grupos económicos que sostienen al madurismo, los mecanismos más salvajes del capitalismo: la mega inflación, la mega devaluación, la destrucción del aparato productivo, la aniquilación de la producción petrolera. No quería el Comandante que se destruyera a PDVSA, para luego abrir las puertas al regreso de las transnacionales petroleras sin el control mayoritario de PDVSA, no querría Chávez el retorno de la Exxon Mobil y el regreso de la Apertura Petrolera.

No fue un cheque en blanco para dejar de lado al PSUV y crear otro partido, con otros colores, donde Chávez no aparece por ningún lado, para cambiar el Plan de la Patria, para derogar la Constitución de 1999 (votada por todos los venezolanos), para dejar de lado al socialismo, para crear una situación de miedo y persecución en el país, donde todo está grabado, perseguido, donde a los funcionarios que caen en desgracia, los exponen al escarnio público, esposados, todo transmitido por VTV, como si fuesen delincuentes, los ván a buscar a sus sitios de trabajo, a sus hogares, a cualquier hora, y se los llevan presos encapuchados, sin derecho a la defensa, al debido proceso.

No querría Chávez que salieran sus Ministros, nunca lo dijo y menos que trajeran al gobierno a todos aquellos que él puso a un lado. No querría Chávez que los jóvenes, los niños que él abrazó y protegió, los de las escuelas y liceos bolivarianos, los de las universidades y los profesionales, terminan haciendo cualquier cosa en el exterior, maltratados por las oligarquías de esos países que siempre nos ha odiado, sólo porque el madurismo convirtió al país en una pesadilla.

La respuesta es el autoritarismo desatado, desbocado, se ha producido un envilecimiento de la dirección del madurismo, pareciera no importarles nada, están «sobrados», todo es un chiste, una improvisación, un baile, una trampa, una mentira, un anuncio fallido tras otro, mientras se persigue chavistas utilizando un triste personaje ansioso por la notoriedad, se estrechan las manos de los enemigos del Comandante Chávez, se impone la candidatura de Maduro a la reelección sin importar el pésimo gobierno que ha hecho y el rechazo de cerca del 80% de la población. Se decide quién vá a las elecciones o nó, qué partidos pueden participar o nó, quién vá preso y quién puede ser candidato, se juega al caos, porque allí los pranes tienen notoriedad, ventaja.

Durante la «Cosiata», se llamó «Morrocoyes» al grupo de aduladores de Páez y operadores de la persecución del Libertador, la traición a su legado. Los Bolivarianos fueron perseguidos, desplazados, la nueva República sólo pudo mantener su independencia, pero, el pensamiento Bolivariano, quedó sepultado por más de cien años. El país quedó sumido en un largo período de inestabilidad, atraso y pobreza para el Pueblo, hasta que, por la abundancia de sus recursos y la debilidad del país, el imperialismo y sus transnacionales petroleras hundieron sus garras, saquearon nuestros recursos y truncaron las posibilidades de un modelo de desarrollo propio. Ojalá no se repita la historia.

Me encontré un joven venezolano, de esos que hay por miles fuera del país, ingeniero, atendiendo en una venta de comida. Luego del impacto inicial y de controlar los impulsos de la rabia, se impuso en el joven el carácter del verdadero gentilicio del venezolano, muchachos sanos, trabajadores, buena gente, honesto. Hizo muchas preguntas, todas validas, los jóvenes que se han ido, tienen muchas preguntas y reclamos a la dirigencia política, de cualquier signo. Ellos tienen razón, son los vulnerables, se sienten estafados, son los que deberían estar trabajando y viviendo en nuestro hermoso país. Yo le insistí en que hicimos cosas buenas, muchas y que este desastre no era culpa de Chávez. Él, lamentablemente de forma incorrecta, hace una relación directa entre el gobierno de Maduro y el Legado de Chávez. Al final, hicimos votos porque saliéramos bien de todo ésto, nos dimos las manos. Como muchos jóvenes en el exterior, quieren volver al país, yo lucharé para que lo hagan.

Los líderes históricos del Chavismo tenemos mucho que hacer, estemos donde sea, perseguidos, presos, en el gobierno, gobernaciones, en su propio desierto, en el silencio, en el miedo, bajo las piedras, desplazados, vilipendiados, exiliados. Tenemos que trabajar unidos para recomponer las fuerzas, reconquistar nuestros espacios, los espacios del Pueblo, de Chávez. Así como vamos, cualquier cosa distinta al futuro de país por lo que tanto luchamos, puede pasar, enfrentamos situaciones complejas, enemigos poderosos, el autoritarismo y los extravíos del poder.

Hay que desbaratar el nuevo pacto que el madurismo ha hecho de espaldas al pueblo, no podemos seguir presenciando cómo nuestro pueblo se hunde en la miseria y desesperanza. Compatriota, tú que me lees, le hablo al dirigente popular, al dirigente político, al joven, desde cualquier sitio que te encuentres, no puedes seguir pensando que no tiene que ver contigo, no puedes pensar desde el silencio del cálculo político, que esta situación no te afectará algún día, no puedes presenciar impávido como nuestra obra colectiva, el legado de Chávez, por lo que tantos han dado su vida, se pierda en un intento vano de mantener el poder a costa de lo que sea, «… nunca hagas preguntar por quién doblan las campanas: doblan por tí.» Con Chávez siempre ¡Venceremos!

Después del túnel

Hago referencia al título del libro escrito por el guerrillero, político, escritor y poeta, ya fallecido, Diego Salazar Luongo, extraordinario ser humano y dirigente revolucionario que, sufrió tortura, prisión y persecución desde la Dictadura de Pérez Jiménez a manos de la Seguridad Nacional, y luego en los sucesivos gobiernos de la IV República, en las tenebrosas casas de tortura del SIFA, en los «Tigritos» del DIM, fue preso político durante siete años en el Cuartel San Carlos. Posteriormente, se incorporará a la Dirección Nacional del Movimiento V República; fue Constituyentista en 1999 y luego de su fallecimiento, sus restos fueron honrados en el hemiciclo de la AN con la presencia del Comandante Chávez, quien tuvo palabras de elogio y afecto a su memoria.

En este libro, por el cual le impusieron una sentencia de 30 años por Rebelión Militar, Diego Salazar relataba, ya desde la prisión, los pormenores de una de las operaciones político-militares más espectaculares del mundo: la Fuga del Cuartel San Carlos, el 18 de enero de 1975, así mismo, narraba sus vivencias como preso político y de cómo le hacían frente los presos a las privaciones, torturas, aislamiento y abusos de todo tipo, incluyendo el maltrato y la persecución a los familiares.

Nosotros, desde la calle, teníamos como tarea fundamental, distribuir el libro, que, por supuesto fue prohibido y recogido por el gobierno, además de denunciar la situación a la que eran sometidos los presos políticos y en general, la represión que se vivía en el país y que eran silenciadas por los medios de comunicación, comprometidos como estaban con la «auto censura». Sólo algunas voces, excepcionales y valientes, denunciaban lo que sucedía, por ello mi reconocimiento a José Vicente Rangel.

Aunque ya habían pasado los años de represión salvaje de Betancourt y Leoni, había cesado la actividad de la mayoría de los Frentes Guerrilleros (sólo quedaba el «Américo Silva» en Oriente) y el período de mayor violencia en el país había cesado, a partir del gobierno de Caldera y la «pacificación», la represión pasó a concentrarse en los partidos y dirigentes políticos que insistían en el intento revolucionario.

Así, mantener una postura y un accionar revolucionario continuaba implicando un alto riesgo, en aquellos años de reflujo del movimiento popular y hegemonía de los partidos de la IV República, donde existían cuerpos para-policiales y organismos de seguridad, que actuaban con toda impunidad. Los gobiernos de turno hicieron del abuso del poder una práctica extendida a todos los niveles del Estado, incluyendo un Poder Judicial que era el instrumento para cometer y amparar todo tipo de fechorías e injusticias.

Nosotros, militantes revolucionarios, en «Ruptura», muy jóvenes aún, desde el Liceo Aplicación en Caracas, el Frente Cultural del Pedagógico, La Vega y todo el Oeste de la Ciudad, desde El Paraíso, San Martín, Catia, Antímano hasta Caricuao, teníamos una actividad política intensa, en la calle.

Sin embargo, las circunstancias eran muy adversas, se venía de un movimiento guerrillero derrotado y los dirigentes presos o perseguidos, buena parte de la izquierda negociando y asimilándose al sistema, el país en plena bonanza petrolera, la hegemonía y control de todo por parte de AD-Copei, «los extravíos del poder», como escribió Héctor Malavé Mata, la corrupción, la degradación de las élites políticas y económicas, era el Clímax de la IV República.

Pasarían 14 años durante los cuales se entregó nuestra industria petrolera, se aplicó un paquete económico neoliberal. Era el colapso de la IV República. En 1989 sobrevino el «Caracazo», como un acto desesperado del pueblo y la respuesta del gobierno fue brutal.

Luego, vendría la rebelión militar Bolivariana del 4 de febrero de 1992; el «por ahora» del Comandante Chávez, que estremeció la conciencia de nuestro Pueblo, quien; con posterioridad de la prisión, conquistó su extraordinaria victoria electoral; el proceso Constituyente de 1999 que puso fin a la IV República, así avanzamos en este intento de «Refundar la Patria»: la Revolución Bolivariana. Luego de la partida del Comandante hace ya largos cinco años, caímos en esta trampa, de donde saldremos como salieron los combatientes guerrilleros, por aquel túnel del San Carlos a las calles, a retomar el camino de Chávez.

En aquellos años difíciles de la IV República, la fuga del San Carlos, fue un hecho político extraordinario, de una audacia tremenda, que sólo la inspiración, conciencia y voluntad de lucha de sus protagonistas, pudieron lograr. Fue un túnel construido desde la prisión, de 44 metros de largo, la tierra fue colocada en el techo del cuartel, con los riesgos que se corrían por ser la prisión militar más custodiada del país.

El hecho denotaba la unidad de los revolucionarios, el temple, valor y, sobre todo, la voluntad de seguir combatiendo. Fue una operación militar compleja, con la toma de las viviendas aledañas, donde se estimaba que saldría el túnel, listos para atacar el cuartel en caso de ser descubiertos. En la Calle, la fuga nos moralizó, aquellos combatientes del PRV-FALN y BR, que alcanzaron la libertad, volvieron para seguir luchando por sus ideales, a organizar el movimiento popular.

Diego Salazar, capturado después de la fuga de sus compañeros, fue torturado con saña por los organismos de seguridad, quienes en él concentraron su odio y molestia por la humillación que había sufrido el gobierno, tras el éxito de la operación.

Luego pasó al San Carlos, donde ya como preso político, nunca perdió su alegría y su voluntad de lucha, hasta que fue liberado y se sumergió en el seno del movimiento popular, gozando del respeto y admiración de los que nunca se quebraron, ni traicionaron. Es un referente para todos nosotros.

Escribiendo estas líneas, vuelvo al presente al ver una nota de agencias especializadas, donde PDVSA vende cargamentos de crudos en una subasta, es decir, no los vende de acuerdo con contratos de largo plazo que es lo más transparente y seguro. Es lo que hacíamos anteriormente, utilizando fórmulas de Precio, que, por cierto, era lo que establecía la Oficina del Ministerio en Viena. Ahora PDVSA, sin un precio mínimo de referencia, hace una «subasta», donde se liquida nuestro petróleo al «mejor postor», volviendo a las prácticas de la Apertura Petrolera, donde se daban descuentos masivos, de hasta un 40%, estimulando la corrupción y el fraude al Fisco.

Igualmente, se ha cedido a empresas petroleras extranjeras, participación de PDVSA en operaciones de producción de petróleo en el país, en una privatización de la industria, que es inconstitucional. Se anuncia la creación de Empresas Mixtas en la Faja, con capitales vinculados al Partido Popular de España, sin acuerdo entre gobiernos que lo amparen, o procesos de competencia, sin bonos de entrada, sin que se conozcan los términos y condiciones de esos contratos, que son de interés público y sin que la contraparte de PDVSA, tenga las capacidades técnicas o financieras, para desarrollar los complejos proyectos de nuestra Faja Petrolífera del Orinoco.

Se crean Empresas Mixtas, en plena producción, donde los socios son familiares de connotados dirigentes de la oposición, los mismos que anuncian y prometen el derrocamiento del gobierno.

Las grandes empresas de servicio y de perforación, se ván del país, no por la guerra económica, sino porque no les pagan, pero se otorgan contratos de perforación y servicios, a empresas sin ningún tipo de experiencia o respaldo, mientras se desmantela nuestra propia empresa de servicios petroleros, sus taladros se dejan inoperativos, sin servicios, los trabajadores sin la debida atención.

Se crean empresas públicas para que produzcan petróleo, pero se convierten en intermediarias, que lo que hacen es sub contratar operaciones o sencillamente, no producen petróleo, porque no tienen la capacidad, ni la experiencia.

Los que han ocupado la Vicepresidencia de Finanzas de la empresa, no sólo no están dedicados a tiempo completo a su trabajo, sino que tienen muchos otros en el gobierno y desconocen la complejidad del negocio petrolero; no tienen experiencia, no lo conocen, entonces, no entienden de las prioridades en los pagos. Así, al no tener sentido de las magnitudes y no saber qué hacer, postergan planes de mantenimiento o grandes inversiones o pagos a proveedores cruciales de químicos, lodos de perforación, piezas, repuestos y servicios, todo lo cual, exige puntualidad y disciplina en su cumplimiento.

Se hacen operaciones de endeudamiento y auxilios financieros, comprometiendo activos de la empresa o volúmenes de producción, sin tener una visión estratégica, ni priorizar las operaciones.

En las grandes refinerías del país, comenzaron a detener operadores, por grupos enteros, acusados públicamente de estar «involucrados» en el contrabando de gasolina, sin pruebas y otra vez sin conocer las operaciones de la empresa. Se pusieron a ensayar con esquemas de gestión, donde los diferentes grupos políticos decidían quién debía dirigir la instalación, como si se tratara de una operación de baja complejidad. Nó, la Refinación de petróleo es un asunto delicado. Operar por ejemplo el CRP, la refinería más grande del mundo, implica actividades muy complejas donde se requieren ingenieros de procesos o ingenieros químicos con muchos años de experiencia operativa, no en una planta, en todas las plantas, que pueda interactuar con producción, con Comercio y Suministro, que tenga herramientas de gerencia, de administración.

Existe una desbandada de trabajadores, profesionales y técnicos, en las funciones claves de la empresa: Automatización y Control «AIT» (el cerebro de la empresa), Exploración, Estudios de Yacimientos, Perforación, Producción, Refinación, Finanzas, la empresa se queda sin capacidades técnicas, sin conocimiento, se va quedando sólo con personal administrativo o de otras funciones que no son medulares. Los obreros no tienen elecciones, ni discusión del Contrato Colectivo, tampoco un salario adecuado, ni protección de la empresa.

Los trabajadores, gerentes, profesionales, no están dispuestos a vivir bajo sospecha, a seguir maltratados: al miedo, a la persecución, a los bajos salarios, al escarnio público. Se han cometido graves errores en el trato a los trabajadores, se fracturó la unidad y autoestima de los trabajadores petroleros, otrora orgullosos de portar sus colores Rojos Rojitos y trabajar para beneficio del país.

Se ha «ordenado» que se incremente la producción en un millón de barriles en el primer semestre del año. Esto resulta muy difícil, no porque exista una «conspiración» desde el exterior para «tumbar» la producción como se ha dicho de manera irresponsable, sino porque se siguen cometiendo errores en la conducción de la empresa, en la debida atención a las operaciones medulares, se les ha hecho mucho daño a las capacidades propias.

Adicionalmente, la Empresa es dirigida por personal que no conoce o no sabe nada del negocio, ni de la operación. Están allí cumpliendo encomiendas políticas o reportando a operadores políticos, pero sin un Plan para rescatar a la Empresa del deterioro que se le ha causado, desde el 2014 hasta el presente.

Un respetado y estimado amigo me pregunta qué cosa tengo que decir sobre la situación de PDVSA, donde existe una aparente traición de los altos directivos, me pregunta por haber sido Presidente de PDVSA.

Sólo puedo decir que, luego de diez años al frente de PDVSA, bajo el Gobierno del Presidente Chávez, y haber sorteado con éxito dificultades políticas extraordinarias, como el Sabotaje Petrolero, la eliminación de los Convenios Operativos, su migración a las Empresas Mixtas, el proceso de Nacionalización, la toma con éxito y continuidad operacional de todos los campos de producción, instalaciones de producción y procesamiento que habían sido privatizadas, la certificación de las reservas de petróleo más grandes del mundo, la confrontación con las transnacionales, los Juicios internacionales, la activa participación de la empresa en todas las tareas políticas y revolucionarias, necesarias para consolidar y sostener nuestro proceso de profundas transformaciones político-sociales.

Le entregamos al Presidente Maduro, una PDVSA, Roja Rojita, con todas sus capacidades operacionales restablecidas, solida, una empresa políticamente consciente, donde «se respiraba patria» en palabras del propio Comandante.

Una poderosa empresa con 231.120 millones de dólares en activos y 84.486 millones de dólares en patrimonio, con un superávit (ganancia) de 12.907 millones de dólares en 2013. Reservas certificadas de petróleo de 298.353 mil MM de barriles.

Una empresa del Estado que aportó entre 2001-2013, 207.913 millones de dólares para el desarrollo social, financiando 33 Misiones Sociales, FONDEN y FONDESPA. En ese mismo período logramos captar 487.000 millones de dólares para el Estado y el Pueblo.

Entreguamos una empresa, la más importante del país y la quinta más importante del mundo, en aquel momento, con una producción de petróleo de 3.01 millones de barriles por día; con una exportación de 2.425 millones de barriles día y 590 millones de barriles día al mercado Interno.

Nuestras refinerías nacionales con una capacidad operativa de procesar y producir 1.127 millones de barriles día de productos, abasteciendo completamente al mercado interno; 301 taladros activos; 76 buques operando. ¿Cómo pudo dilapidarse este baluarte de nuestra economía?

El equipo que me acompañó durante doce años tanto en el Ministerio de Petróleo, como en PDVSA, era un equipo capaz, Chavista y comprometido con la Patria. Un grupo humano trabajador, probado en la derrota del Sabotaje, con experiencia técnica y política en el manejo de una empresa como la nuestra: siempre en combate, asediada por las transnacionales, con múltiples obligaciones, con proyección internacional y eje central de la economía nacional. Entregamos PDVSA con todos sus números en positivo en agosto de 2014.

A principios de 2014 me comprometí con el Presidente Maduro a aportar 43.000 millones de dólares al país, y; al final, fueron 45.000 millones de dólares, en un esfuerzo extraordinario para que pudiese hacer frente a la tormenta económica que ya se asomaba en el 2014. Le advertí que el precio del petróleo caería, nó por la producción del petróleo de esquistos en los Estado Unidos, como han hecho creer los enemigos de la OPEP, sino por la confrontación política y militar abierta entre grandes productores del Golfo, USA, Irán y Rusia, enfrentamiento donde más de 300 mil Sirios han perdido la vida.

Esos recursos extraordinarios, de 45.000 millones de dólares, se malgastaron: se entregaron ese año 8.000 millones de dólares a los viajeros, un alto dirigente del gobierno me decía que eso «era socialismo», se entregaron esos recursos, para que CENCOEX pagara las «deudas»; se hicieron pagos a transnacionales por recomendaciones al Presidente, recomendaciones de su círculo íntimo.

Al mismo tiempo, ya como Vicepresidente Económico, advertí al Presidente, quien es constitucionalmente el responsable de la Hacienda Pública, que lo complejo de la situación, hacía necesario la toma de decisiones económicas: había que hacerlo con tiempo. No fuimos escuchados.

Con algunas medidas que tomamos en el sistema cambiario y con una comunicación adecuada con el sector económico del país, tuvimos resultados en pocas semanas: ¡Habíamos logrado bajar el paralelo de 95 bolívares por dólar a 53 bolívares por dólar!

Tenía que modificarse el sistema cambiario, no funcionaba, no funciona, porque encarece enormemente los costos de PDVSA, que tenía que vender todos los dólares que captaba al BCV, a una tasa de 6 bolívares por dólar, pero, pagar todos su compromisos y deudas en el país, al costo del paralelo. Así, cuando la tasa llegó a 10 bolívares por dólar, PDVSA tenía que pagar sus costos a 200.000 bolívares por dólar.

No funciona, porque se convirtió al dólar en la mercancía más barata, quien obtenía dólares preferenciales, primero a través de CADIVI y luego del CENCOEX, hacía grandes fortunas o bien por sobrecostos o bien, por sólo usar una porción de los dólares preferenciales para importar y la gran mayoría, para manipular el mercado negro. Se han hecho grandes fortunas de esta manera.

Le dimos al Presidente un estudio, hecho en PDVSA, con información obtenida en CADIVI, donde estaban todas las empresas, caracterizadas por actividad y por montos, que habían recibido y reciben dólares preferenciales. No pasó nada.

Advertimos del problema del desacato de los precios regulados; el de seguir imprimiendo dinero inorgánico; el de la liquidez; la afectación al aparato productivo interno por lo barato que resultaba inundar el mercado con productos importados, sobre todo por el propio gobierno; demostramos que la banca no pagaba impuestos; había que hacer una reforma fiscal; que había que establecer impuestos a la riqueza ( como en la mayoría de los países europeos); que había que estimular la producción interna, las exportaciones no petroleras, reactivar la exportación de las empresas básicas, subsidiar a la agricultura y a la producción de alimentos, lo cual resultaba mucho más conveniente que importar en divisas los mismos alimentos, que podían producirse en el país.

Con el pago de la Deuda, al cambiar las condiciones macroeconómicas del país, ha debido trabajarse con tiempo, como comenzamos a hacer desde el 2014 con un reconocido grupo internacional, un proceso de renegociación para cambiar los plazos de vencimiento de los bonos.

Hablamos de la necesidad de impulsar una política monetaria para proteger nuestra moneda, unificando todos los fondos bajo la cuenta de Reservas del BCV, tanto para darle inmunidad soberana a estos recursos, como para restablecer un monto adecuado de nuestras reservas líquidas.

Propusimos que se auditara la deuda con los proveedores del país, los cuales utilizaban tasas distintas, de acuerdo con sus intereses para reclamar montos exorbitantes al Estado, que se priorizaran los pagos, propusimos, y habíamos avanzado, en un proceso de venta de CITGO, manteniendo los contratos de largo plazo de suministro de crudo, a efectos de no perder el mercado, pero, desprendiéndonos de unos activos, que sólo ocasionalmente nos dieron dividendos y que, por estar en territorio norteamericano, y bajo sus leyes, siempre han estado propensos a sanciones y a confiscaciones, como lamentablemente ha sucedido. Nada de ésto se hizo.

No sé a ciencia cierta qué intereses o grupos pudieron más que los del país, lo que sí sé, es que provocaron mi salida, ¿quién o por qué el Presidente se decidió a no hacer nada? ¿Qué criterios privaron?. Yo le advertí que el daño al país sería muy grande, y que yo no estaría más al frente de una Vicepresidencia donde todos los grupos, metían la mano, intervenían, sospechaban, y querían tener el control de todo.

Por eso, se inventaron «El Sacudón», así se llamó la maniobra, cuyo único propósito era cambiarme para después desmantelar a todo el equipo al frente de la industria petrolera. El Presidente tenía su candidato desde el inicio de su gobierno para tomar el control de PDVSA, hoy está detenido. En aquel momento, le dije que PDVSA no era cualquier empresa, era el pilar de la economía, que vendrían tiempos difíciles. Que esperara, no había apuro, no cambiara de caballo en medio del río. Lo hizo y se equivocó.

Le comenté al compañero que fue a mi oficina a transmitirme la decisión del Presidente de «refrescar» la empresa, de que eso era un riesgo, pero era una decisión tomada, yo lo sabía, había sido antecedida de una campaña de desprestigio, una guerra sucia de los palangristas del circuito nacional.

Uno de los vicepresidentes de PDVSA fue nombrado Ministro de Petróleo y sólo duro un año. El otro Vicepresidente, responsable de la producción, fue nombrado Presidente de la empresa, aunque no tenía ni el peso, ni la visión estratégica para moverse en las aguas turbulentas de la situación interna del país. No fue capaz de hacer valer sus criterios, hoy día está detenido.

Desde mi posición como Embajador Representante Permanente de Venezuela ante la ONU, decidí concentrarme en mi trabajo, tener un rol activo en el Consejo de Seguridad y en los distintos Organismos de la ONU. Así me mantuve.

Desde Caracas era permanentemente hostigado por los grupos que llegaron al poder. Sucedió algo que no me esperaba, no me esperaba en revolución, ni en un gobierno Chavista, que me alertó de que algo malo pasaría: comenzó una purga y persecución feroz en contra de todos los cuadros técnico-político que me acompañaron, que acompañaron al Comandante Chávez durante doce años al frente del Ministerio de Petróleo y diez al frente de PDVSA.

Fueron removidos uno a uno, despedidos, colocados en «flotavén», jubilados, o les levantaron expedientes o acusaciones por cualquier cosa, a los cuadros fundamentales de la Empresa. ¡Del Ministerio de Petróleo sacaron 200 personas y trajeron 200 nuevas de una Alcaldía! Los de PDVSA, héroes en la derrota del Sabotaje Petrolero, tuvieron que salir del país, o fueron detenidos por agentes del Sebin, acusados de cualquier cosa. Se impuso el miedo.

No es sólo que se removieron cientos de cuadros, al mejor estilo de la IV República que tanto criticamos, sino que fueron sustituidos por personas sin capacidad, comprometidos con los nuevos «Jefes». Ya no era Chávez el Jefe y Ramírez su Ministro y hombre de confianza en la industria, sino que ahora había muchos «Jefes», pugnando por el control de la Empresa. Se dividió a los trabajadores, se fracturó su unidad monolítica en torno a Chávez, ahora se les acusaba de «ramiristas».

Los Directivos de CITGO, Presidentes de PDVSA y Ministros de Petróleo que han sido acusados de corrupción y señalados como conspiradores, que están encarcelados, fueron colocados en esas responsabilidades por el propio Presidente Maduro, luego de mi salida. Ya han pasado cuatro años desde que no tengo injerencia alguna en PDVSA o en el Ministerio de Petróleo, ni en los múltiples cambios de Junta Directiva o altos cargos de Dirección. Creo que es el propio Presidente quien debe evaluar sus decisiones y los resultados obtenidos.

Creo que estos son los elementos fundamentales de la crisis actual en PDVSA, no hay tal conspiración mi estimado amigo, hay mucha improvisación, subestimación, desconocimiento e irresponsabilidad, en el manejo de una empresa tan importante y estratégica, como nuestra querida y hoy maltrecha PDVSA.

Siempre he sido un hombre sereno, aplomado. Me he mantenido leal a Chávez y a mis principios y así será para siempre.

En la ONU, comencé a recibir señales y alertas de que las cosas van mal, muy mal en el país. Al observar el deterioro de PDVSA, por sus números, informaciones, noticias, y sabiendo que, lamentablemente, por no haberse tomado ninguna de las decisiones económicas recomendadas, entramos a una de las peores crisis económicas y sociales del país; al observar las imágenes de violencia en las calles, el descontento social, la mega inflación desatada, desabastecimiento de todo tipo, la caída durante tres años consecutivos del PIB; una situación económica caótica, capitalismo salvaje, un paquetazo de ajuste neo liberal, pero sin ningún objetivo de estabilización; cuando comencé a ver a la cantidad de jóvenes venezolanos, saliendo por cualquier medio del país, Chavistas o nó, son jóvenes del futuro de la Patria, me dí cuenta que los líderes históricos del Chavismo, teníamos que decir y hacer algo con respecto a este desastre.

Cuando veo a nuestro pueblo, el más pobre, desesperado, haciendo colas, comiendo basura, manipulado; cuando veo a los profesionales, ancianos, niños, amas de casa, trabajadores, soldados, pasando todo tipo de necesidades y privaciones, en un estado colectivo de tristeza, desencanto y desesperanza. Cuando veo los indicadores sociales por el piso, a nuestra economía y nuestra empresa destrozada, el país muy mal, entonces concluyo en que es imperativo un cambio, es urgente hacer algo. Pero hacerlo desde el campo de la revolución, no permitir que caigamos en manos de la extrema derecha, que demos un salto al vacío.

He pensado mucho en el ejemplo de mi padre, en los compañeros de lucha, en los viejos guerrilleros, los hombres y mujeres héroes y heroínas que han luchado entregando su vida por las banderas de la Revolución que Chávez enarboló y que reivindicó a nuestro Pueblo, nuestra Patria, acumulando un extraordinario capital político que hoy día se ha dilapidado, de manera irresponsable.

Pensé en los combatientes que lograron salir de aquel túnel, su valor, su conciencia, su determinación a vencer todas las adversidades, para lograr una salida a su prisión, para volver al seno del pueblo y al combate por la vida.

Creo que los Chavistas estamos en ese túnel, el país todo está en ese túnel. La derecha se agrupa en un Frente para la toma del poder, apoyados por factores externos. Mientras, en el Chavismo se imponen candidaturas a dedo, bajo coacción, el Presidente crea otro partido y persigue cualquier opinión disidente.

El Chavismo debe reagruparse, para conducir la reconstrucción del país. Los líderes históricos, los obreros, el movimiento popular, el PSUV, debemos avanzar unidos, con la urgencia y audacia del excavador del túnel, vamos a insistir, tenemos cómo hacerlo, sabemos hacerlo, nos corresponde a todos luchar por el futuro de la Patria, que nada de ésto haya sido en vano. Dejar el miedo atrás, avanzar con Chávez siempre ¡Venceremos!

La entrega del petróleo

Quiero dejar por escrito, una alerta de cara al futuro: se han creado las condiciones y se ha dado inicio a la entrega de nuestro petróleo y gas, en una vuelta de la nefasta “apertura petrolera”.

Esto ha sucedido de la mano de un gobierno que se proclama Chavista pero que, en medio del caos económico, del cual tiene la mayor responsabilidad, está echando por tierra uno de los principales aciertos del Comandante Chávez como ha sido su política petrolera. El madurismo, cual “caballo de Troya”, le abre las puertas a las transnacionales petroleras, quienes gustosamente volverán al saqueo de nuestro país.

En medio de la diatriba de la política con “p” minúscula, con su escarceo diario, arbitrariedades, insultos de todo tipo y la guerra de “twitters”, se han venido socavando los pilares que sostienen a nuestra política de Plena Soberanía Petrolera.

Uno de estos pilares es PDVSA. Durante la IV República, la “apertura petrolera” convirtió a PDVSA en un administrador de contratos, el Ministerio de Energía y Minas de entonces había cedido sus competencias a la operadora y ya no sería más el asiento de la política petrolera.

Así, la vieja PDVSA no solo entregó a las transnacionales las mejores áreas de la Faja Petrolífera, sino que la renombró Faja Bituminosa, y, en base a ese fraude, derogaron todo el régimen fiscal petrolero existente, se aceptaron las regalías de 1%, el impuesto sobre la renta No petrolero, se prometieron nuevas áreas de expansión, se aceptó el arbitraje internacional, se cedió el control de las exportaciones y de las operaciones de producción a las “Asociaciones Estratégicas”. Era el fin de la empresa nacional, y de una política petrolera nacional.

La vieja PDVSA, no sólo ya no volvería a operar, sobre todo en las nuevas áreas y prospectos de la Faja Petrolífera del Orinoco, sino que se iría desprendiendo de todas sus actividades medulares: taladros, inyección de agua, de gas, procesamiento de gas, transporte, además de la propia producción de petróleo, a través del otorgamiento de “convenios operativos” a empresas privadas, donde la vieja PDVSA era responsable de su diseño y asignación en distintas rondas, con la correspondiente flexibilización de condiciones fiscales para las empresas y aceptación del arbitraje internacional, ya en ejercicio de lo que sería su rol como “agencia petrolera” en sustitución del Ministerio de Energía y Minas.

El proyecto Cristóbal Colón tenía en su intención y diseño el modelo de lo que sería la apertura petrolera en desarrollo: regalías de 1%, operadoras transnacionales, arbitraje internacional, todo el gas para la exportación, cero industrialización de los hidrocarburos en el país.

De hecho, el esfuerzo aperturista, siguió avanzando durante el inicio del Gobierno del Comandante Chávez, donde lograron promulgar la Ley Orgánica de Hidrocarburos Gaseosos, que abría las puertas a la privatización del sector y la resistencia que hicieron, a través de la Vieja PDVSA a la nueva Ley Orgánica de Hidrocarburos, hasta que llegaron a la confrontación con el Estado, desde su participación en el Golpe de Estado de 2002, hasta el Sabotaje Petrolero del 2002/2003, donde sus agentes nacionales fueron derrotados y las transnacionales se “replegaron” y concentraron su acción en las Juicios de Arbitraje internacional tanto en contra de la empresa, como en contra de la República.

A las transnacionales no les interesa que los países productores tengan sus propias y fuertes empresas nacionales, operadores propios, capaces de desarrollar los recursos de su país atendiendo a una visión e interés de país petrolero. Fue sólo a partir de la llamada “revolución de la OPEP” en 1973, cuando los países productores tuvieron sus propias empresas nacionales, tomando el control de las operaciones, cuando la organización, fundada en 1960, tendría efectivamente la posibilidad de incidir definitivamente sobre el precio del petróleo.

A partir de allí el enfrentamiento entre las transnacionales y las empresas nacionales petroleras ha sido permanente, en todos los terrenos, desde la competencia, la tecnología, los mercados, hasta cuestionar su propio carácter “nacional”, tratando de “capturar” a sus cuadros gerenciales, técnicos, legales, en sus centros de enseñanza y de pensamiento, hasta lograr “capturar” a la propia empresa y entonces, como sucedió con la vieja PDVSA en nuestro país, se convierten en agentes, vehículos, de los intereses transnacionales, ahora representados en el país por el rostro de la empresa nacional.

Una matriz o proceso que antecede o acompaña los procesos de apertura petrolera es el debilitamiento y/o descalificación de la empresa nacional, se cuestiona su visión nacional, su subordinación al Estado, el control que el mismo ejerce sobre sus decisiones y propiedad, en consecuencia, se les acusa de falta de “transparencia”, “opacidad” y corrupción. Por eso, instan a las empresas nacionales a “modernizarse” entendido esto como abrirse al capital transnacional, a su control, su escrutinio, ceder su propiedad, operaciones y que sus decisiones tengan solo motivaciones comerciales, renunciando a su carácter nacional.

El gobierno se ha trazado una línea de debilitar y golpear a nuestra empresa nacional, la Nueva PDVSA. No termino de entender las motivaciones del ensañamiento del madurismo en contra de nuestra principal empresa en el país, no existe otra igual, ni tan poderosa, la única capaz de competir internacionalmente, la quinta a nivel mundial, y es 100% propiedad del Estado.

No hay otra empresa tan estratégica para el Estado venezolano, ni para el país, como la Nueva PDVSA, por ello su propiedad está reservada al Estado en nuestra Constitución. Nosotros la recuperamos del sabotaje petrolero, la reconstruimos desde sus cimientos, sus cuadros técnicos y gerenciales, sus trabajadores, sus miles y miles de jóvenes profesionales acudieron al llamado de la patria para recuperar la empresa desmantelada durante la apertura petrolera y destrozada por el Sabotaje Petrolero.

Le dimos el carácter nacional y popular que la empresa nunca tuvo, por primera vez, la Nueva PDVSA se convirtió en una empresa nacional, al servicio del pueblo venezolano, subordinada al Estado en cumplimiento de las misiones estratégicas que le fueron encomendadas.

Además, rescatamos todas las capacidades operativas de la empresa y abarcamos nuevas áreas operacionales que nunca habíamos asumido. Revertimos con éxito todas las operaciones que habían sido privatizadas o cedidas durante la apertura y lo más importante, fuimos capaces de asumir con éxito las vastas áreas nacionalizadas en el 2007, en la Faja Petrolífera del Orinoco y atraer a las empresas petroleras internacionales, las más importantes de ellas, a invertir en nuestro país, pero absolutamente subordinados a nuestras Leyes y nuestro régimen Fiscal Petrolero, restablecido por la Revolución, con plena soberanía jurisdiccional y nuestra empresa nacional operando y exportando con éxito.

A partir del 2014 comenzó el desmontaje de nuestra Nueva PDVSA, se le ha golpeado en el corazón, en sus trabajadores, sus técnicos, gerentes, se les ha acusado de corruptos y se ha generalizado una persecución que ha acabado con la autoestima y respeto que los trabajadores se ganaron al calor de la batalla por la Plena Soberanía Petrolera y la reconstrucción del país. Antes de ser acusados de corruptos, pasaron tres años persiguiendo a los “ramiristas”, desmantelando sin ningún tipo de cuidado ni responsabilidad todas las capacidades técnicas y gerenciales de nuestra empresa.

La incapacidad manifestada por el gobierno de Maduro tal vez tiene su mejor expresión en el desastre de PDVSA. Se colocaron personas sin ninguna experiencia, ni capacidad, a dirigir un sector tan complejo, difícil como el petrolero. El madurismo desprecia el estudio y el trabajo, el conocimiento y experiencia acumulada de tantos años en nuestra Nueva PDVSA y estoy hablando de experiencia en tiempos de Revolución, con Chávez.

No es fácil dirigir una empresa como PDVSA y cumplir todas las tareas asignadas por el Estado, estamos hablando de una cantidad inmensa de tareas en la batalla por la derrota de la pobreza en nuestro país. Lo hicimos y lo hicimos bien. Lo hicimos durante más de diez años con un Jefe muy estricto y exigente: el Comandante Chávez. Pero lo hicimos en base a capacidad, estudio y mucho pero mucho trabajo. Allí están los números y está la gestión, es una de las pocas gestiones que todo el país conoció de primera mano, porque rendíamos cuenta todos los domingos en Aló Presidente, porque entregamos obras, porque asumimos retos públicamente, porque fuimos capaces de traer al país más de 480.000 millones de dólares. Éramos el instrumento del Estado para el ejercicio pleno de la soberanía sobre el manejo del petróleo, en nuestra política internacional, alianzas estratégicas, soberanía sobre nuestro territorio, sobre todos nuestros recursos.

Esa era la PDVSA de Chávez. ¿Que ha pasado desde el 2014?, es increíble que la respuesta sea tan simple como absurda, el madurismo quería “controlar” a PDVSA, poner a sus acólitos, así mismo, como si fuese una cosa sencilla, no importa si tenían capacidad o experiencia, no importa, había que desplazar al “ramirismo”, al Chavismo, a cualquier grupo humano que no fuese el suyo. Querían a los “suyos” y eso es lo que hay en la Junta Directiva de PDVSA y sus filiales, no puedo poner en duda las intenciones de los que asumen esas responsabilidades, yo no soy de esos irresponsables que emiten acusaciones, juzgan y descalifican sin siquiera una prueba, pero lo que, si les puedo decir, es que los que han asumido la dirección no tienen ni la capacidad, ni la experiencia, ni el conocimiento.

En una empresa petrolera, así como en la ingeniería y las matemáticas, el desempeño se mide por resultados. Veamos, ¿no es suficiente que la producción de petróleo haya caído desde el 2013 hasta hoy día en más de 1.2 millones de barriles diarios, para darse cuenta que la gestión en este periodo ha sido un desastre?, a diferencia de otros países, como México y su yacimiento en Cantarell, no se trata de ningún fenómeno geológico, ni nada extraordinario, es más trágico y sencillo: incapacidad, subestimación, improvisación.

Quien adelanto la “vendetta” contra la obra de Chávez, contra mí y contra los “ramiristas” debe estar satisfecho, porque controlan la empresa, pero ¿a qué costo? y ¿por qué?, parece no importar mucho, solo querían quitar del medio los obstáculos a sus planes. Los que han hecho la tarea, lo han hecho con saña y con hambre de poder, ambiciones, muchos negocios y compromisos con grupos económicos.

El costo que vamos a pagar es muy alto, lo va a pagar, lo está pagando, todo el país. Ahora que la empresa está por el suelo y todos sabemos que así será muy difícil recuperarla, a pesar de las promesas y los anuncios de recuperar un millón de barriles en “cuestión de meses” como han dicho, porque sabemos que eso no es más que otro “blofeo”, otro anuncio sin fundamento, que demuestra un profundo desconocimiento de cómo funciona una empresa de estas dimensiones. Lo que va a pasar realmente, es que van a seguir entregando el petróleo y el gas a empresas transnacionales, de cualquier tamaño o calidad, es una rebatiña, ya lo están haciendo.

Están llamando a las empresas privadas, nacionales e internacionales, a que asuman la producción, se negocia con el “agua al cuello”, en una desesperada posición de debilidad, producto de la pésima gestión de estos últimos cuatro años. A cambio, las empresas piden “flexibilizar” las condiciones, piden las mejores áreas, piden que PDVSA ceda en su participación, ceda áreas en plena producción, donde ya las inversiones fueron hechas, a cambio de desesperados auxilios financieros, para paliar la mala gestión económica en el manejo de la deuda, se entregan las mejores áreas petroleras, es así de simple: una privatización de PDVSA.

Para pagar favores políticos o lograr los famosos “acuerdos” con la oposición se entregan áreas en producción a relacionados con líderes de la oposición, se rematan activos de la empresa, que son del país.

Se han entregado proyectos emblemáticos del Comandante Chávez, proyectos muy importantes para garantizar el abastecimiento de nuestro mercado interno y para la necesaria industrialización de los hidrocarburos, los proyectos de gas costa afuera, tanto el Proyecto Rafael Urdaneta y el Mariscal Sucre, ¿se recuerdan del “Perla 3X” ?, ¿del “Cruz de Mayo” ?, ese gas, lamentablemente, no vendrá a la patria.

Se crean nuevas empresas, a la cuales se les asigna campos importantes, pero que sencillamente no tienen ni capacidad ni experiencia operacional. Se han convertido en agencias de proyectos y “negocios”. Obtienen un área y luego salen a buscar las empresas operadoras. Así, ha pasado en áreas tan importantes como la Faja Petrolífera del Orinoco y en áreas tradicionales.

Se han otorgado “descuentos” en las ventas de petróleo, por eso se ataca a los mecanismos establecidos de “fórmula de precios”, que son públicos, verificables. En comercio y Suministro los “traders” son los que “resuelven” las emergencias y el comercio de hidrocarburos en esta debilitada e intervenida PDVSA. El sector refinación por el suelo, experimentando con distintas modalidades de gestión, todas incapaces de enfrentar la profunda pérdida de capacidad para refinar y procesar, igual están los mejoradores, lo cual se traduce en una importación masiva de productos, fallas en el abastecimiento interno, importación de nafta para producir crudo pesado y ventas de crudo de la Faja, semi procesado por falta de capacidad de los mejoradores, con descuentos por calidad.

Una PDVSA débil, sin capacidades para producir el petróleo y el gas que necesitamos para nuestro desarrollo, es la antesala de la entrada al país de todo tipo de empresas para hacer el trabajo que antes hacía PDVSA. Entonces vendrán, como ya lo han convertido en una práctica, las excusas: el “precio del petróleo”, la “corrupción”, la “conspiración”, etc. Pero el daño está hecho y el retroceso enorme en términos de soberanía y en la posibilidad de sostener nuestra Política de Plena Soberanía Petrolera y nuestra economía.

Esta situación de abandono, maltrato y persecución, una verdadera “cacería de brujas” dentro de la empresa, ha provocado un éxodo de profesionales, sobre todo jóvenes, que han salido de la empresa, del país. Los conozco, son muchachos y muchachas extraordinarios, con unas capacidades técnicas, entrenamiento, calidad política y humana, que están hartos de lo que pasa en la empresa. Recuperar estas capacidades, que lo haremos, pasa por volver a traer al país tanto joven talentoso, capacitado, honesto, que no se calan que los traten como delincuentes, sospechosos permanentes, ni las posibilidades de obtener un salario digno o satisfacer sus necesidades fundamentales.

Otro pilar que sostienen a nuestra política de Plena Soberanía Petrolera, que ha sido socavado y vulnerado, es nuestro marco legal. En el diseño de nuestra política petrolera, se establecieron mecanismos de discusión y aprobación de los contratos, que garantizaban el estricto apego a nuestra Ley Orgánica de Hidrocarburos y nuestra Constitución. Se consideraron contratos de interés público, justamente para garantizar una discusión y un debate abierto sobre la naturaleza de los mismos, sus condiciones. No queríamos otra “apertura petrolera” en secreto, tras bastidores. El TSJ no sólo salvaguardaba nuestra soberanía jurisdiccional, sino que era la máxima instancia a la cual recurrir si algún ciudadano o grupo con interés legítimo los cuestionaba.

Pero la vuelta a la “apertura petrolera”, necesita un instrumento legal, una instancia, “algo” que les dé tranquilidad y seguridad a las transnacionales. Como no es posible hacer una “apertura” pasando por las Leyes vigentes, entonces se ha recurrido a las nuevas instancias de gobierno.

La ANC aprueba la “Ley de inversiones extranjeras”, donde se contemplan mecanismos de resolución de controversias entre las “partes”, el que ellos acuerden. Resulta que nuestras decisiones soberanas no pueden ser sometidas al arbitrio de nadie, nunca más se debe vulnerar nuestra soberanía jurisdiccional, ninguna empresa transnacional o de ningún tipo puede equipararse como una “parte” al Estado Venezolano, capaz de llevarlo a tribunales internacionales por el ejercicio de su soberanía. Todavía estamos batallando en los juicios internacionales con las transnacionales y, por cierto, perdiendo en el sector minero.

Por otro lado, el TSJ se abroga la potestad de aprobar contratos petroleros, que pasan directamente del ejecutivo, sin ni siquiera dar la discusión pública de los mismos, nadie conoce los términos y condiciones, pero lo más grave es, que, siendo aprobados por el TSJ, ya se agotan las instancias de cualquier apelación. Ahora se hacen contratos a la medida de cada empresa, contratos que nadie conoce, que nadie discute, nadie conoce a los socios, sus capacidades, su plan, el compromiso, términos, régimen legal aplicable, régimen fiscal, etc.

Estos dos pilares que sostienen a nuestra Política de Plena Soberanía Petrolera, se tambalean, se socavan y con ellos las posibilidades de sostener en el tiempo nuestra política. Todos los sectores del país deben hacer una reflexión sobre este tema, porque de lo contrario, si perdemos nuestra política petrolera, no vamos a poder resolver nuestros graves problemas económicos, al contrario, se agravarán.

A veces este tema no se discute como asunto que debería ser de prioridad nacional o de unidad nacional de los patriotas. Hay que tener el suficiente pensamiento estratégico para entender que, por encima de los intereses de grupos e intereses políticos, debe prevalecer el interés de toda la nación. La Política de Plena Soberanía Petrolera, debe ser una política que apoye todo el país, porque nosotros seremos, por muchos años más, un país petrolero. Debemos reconocernos así, en vez de negarlo y no actuar en su defensa, debemos asumirlo, defender nuestra política y luego, dar la batalla de ideas de cómo utilizar y hacer una distribución popular y revolucionaria de la renta petrolera para reconstruir al país, con una economía diversificada y basada en el trabajo, para lograr tener una sociedad más justa, gratificante y solidaria.

Si no hacemos algo ahora, si no levantamos la voz, si no decimos nada, esta nueva “apertura petrolera” seguirá avanzando de espaldas al país, a las fuerzas políticas, en el caos, se mueven las transnacionales, lo sigo alertando, sé lo que están haciendo y nuestras fuerzas patriotas deben reaccionar y evitar el saqueo de nuestro país. Con Chávez siempre ¡Venceremos!

El candidato

Bueno, aparentemente en el torneo de las triquiñuelas políticas y de las manipulaciones de todo tipo a la que estamos ahora sometidos en el país, en esta fiesta de la política con «p» minúscula, pareciera que las próximas elecciones presidenciales se decidirán porque sólo habrá un contendor en el terreno: Maduro.

No fue posible transitar un proceso de debate, discusión y contienda entre distintas posiciones en el Chavismo, en el seno del PSUV o del Polo Patriótico; solicitamos unas primarias y la respuesta fue agresiva, avasalladora, violenta: «no hay primarias y además, estas expulsado». A nadie le quedaron ganas de decir nada en el Congreso Extraordinario del PSUV para «aclamar al candidato Maduro».

En mi caso, no bastó con eso, además he sido el centro de la saña obsesiva de todo tipo de personajes, que uno no sabe de dónde salieron, cuál es su mérito, su contribución al país, su trayectoria. Ahora se practica el «pranato» de la política, donde cualquier desequilibrado, corrupto, incapaz, resentido o lleno de odio, se siente estimulado para arremeter contra los dirigentes de la Revolución Bolivariana; cualquiera ofende y ataca, desde gente vulgar y violenta que tanto daño le ha hecho a nuestro movimiento, hasta tristes poetas que han devenido en inquisidores de revolucionarios.

No fue posible dar una discusión en el seno de las fuerzas chavistas; craso error en una situación política, donde se impone un profundo debate para evaluar qué es lo que ha pasado; cómo hemos llegado aquí; por qué se ha provocado tanto daño a nuestro pueblo, a nuestra economía y a nuestro país.

Habría que dar una discusión colectiva crítica y autocrítica para entender cómo llegamos a esta situación; cómo es posible que, después de su partida , se haya instalado en el poder, un gobierno que ha sometido o expuesto a nuestro pueblo a los embates económicos y sociales propios del desarrollo de políticas violentamente neoliberales, qué; por omisión o ignorancia, ha permitido que nuestro país, esté bajo la acción de las fuerzas más depredadoras, especulativas y corruptas del capitalismo más salvaje y atrasado posible.

La estrategia del silencio, del «dejar hacer o dejar pasar», el cálculo político, el miedo, es una conducta inesperada de un partido revolucionario y de tantos cuadros civiles y militares que se la jugaron con Chávez para liberar a nuestro país, para conquistar su soberanía. Todo está en riesgo de perderse, o «acomodarse» en un nuevo pacto, en el que el Comandante Chávez no tiene nada que ver, y del que seguro no estaría nada orgulloso. Sólo hay que escuchar lo que él predicó por todo el país, educando al pueblo, elevando su conciencia y dejando clara su visión de patria. Aquí no hay «interpretaciones» que valgan. Lo que vale es su palabra y ejemplo.

Si alguien requiere evidencias de lo que sostengo, entonces salgan a la calle, trate de completar un mercado para la familia y los muchachos; de conseguir las medicinas para los viejos, los niños; si lo consigue y vive de su sueldo, entonces se dará cuenta que, NO alcanza. No se puede sostener un país donde existe un proceso mega inflacionario, una devaluación brutal y una crónica escasez de productos básicos, medicinas y servicios de todo tipo. En el que los especuladores, actúan a sus anchas, ante la ausencia de una política correcta, o acertada o exitosa del gobierno, cuyas prioridades o capacidades parecieran sólo existir, en el campo de la maniobra política, para mantenerse en el poder.

Excusas hay muchas, pero son únicamente eso, excusas: la guerra económica (la cual perdimos hace tiempo y amerita en consecuencia, una revisión y rectificación profunda de todo); las sanciones ilegales (que las padecen otros países bajo ataque externo y que, sin embargo, sus gobiernos son capaces de garantizar las condiciones de vida a sus pueblos); que si la culpa es de PDVSA (ahora todo es culpa de la administración Chavista de PDVSA, barrieron con la PDVSA Roja Rojita, la Chavista. Desde mediados de 2014, han hecho de todo, se la repartieron, la desmovilizaron y persiguieron, tomaron pésimas decisiones, pero, sin embargo, TODO sigue siendo culpa de la administración de Chávez-Ramírez); que si la corrupción (resulta que, según ellos, éste repudiable fenómeno sólo ocurre en PDVSA, no se habla de CADIVI, CENCOEX, la Banca, los Ministerios ejecutores de obras de infraestructura, del sector privado, etc.); que si un sabotaje, otro sabotaje, ahora una conspiración, que si un plan terrorista, etc.

Pero NUNCA se ha dicho, o ha dicho el Presidente, que es el responsable de la Hacienda Pública y de PDVSA: «me equivoqué», «no entiendo ésto o lo otro», «voy a convocar a todos los que tengan experiencia o sepan cómo gobernaba Chávez», «necesito ayuda», o cualquier otro gesto, SINCERO, de rectificación.

Pero no, lo que prevalece es la soberbia, es el chisme, es el interés mezquino, la voracidad de los grupos económicos, es una actuación errática e improvisada que ha destrozado al país, y que está echando por la borda, todo el bienestar y avance económico y social que alcanzamos con el Comandante Chávez.

Incluso se ha llegado a afirmar, así sin ningún rubor, ni vergüenza, que «éste ha sido el gobierno más atacado y que ha enfrentado más dificultades en la historia», es decir, un «gobierno heroico». Se insinúa que Chávez tiene la culpa de este desastre, al «tomar decisiones equivocadas», al insistir en «vivir con un precio de petróleo a 100 dólares el barril», que «era muy fácil gobernar así». Insensatos, Judas de la revolución. Asuman sus responsabilidades, dejen de buscar excusas y culpables distintos a ustedes mismos y, sobre todo, dejen quieto al Comandante Chávez; él no tiene la culpa de lo que está pasando, y, seguro, no hubiese permitido que se llegase hasta acá.

Incluso, el Presidente Maduro se abroga un carácter de «protector del pueblo», ¿protector de qué?, ¿de sí mismo?, ¿de las acciones de su propio gobierno? El pueblo está en su derecho de decir: «Yo no quiero tu protección, no la necesito, no me sirve para nada, yo quiero el poder». Se ha sometido a nuestro pueblo, al escarnio de estar pendiente de una caja con algunos alimentos de sobrevivencia, de un «bono» tras otro, un carnet; todo un chantaje que destruye la conciencia, el valor del trabajo, el esfuerzo colectivo y las posibilidades de pasar a la ofensiva popular, para enfrentar esta situación sin precedentes.

Se debe rescatar el ejercicio pleno de la Democracia Protagónica y Participativa del pueblo en el ejercicio del Poder, rescatar el espíritu social de alegría y construcción de la Patria. El proclamarse en «protector» es una terrible subestimación de las capacidades del pueblo, y una soberbia que asombra.

Por el lado de la oposición, los partidos de la MUD, entrampados en sus compromisos, sin independencia de acción, sin liderazgo, sin saber qué hacer, provocan violencia, negocian, piden intervención extranjera, hasta una invasión, para luego quedar sujetos a la estrategia de otros; los factores que los apoyan desde el exterior, terminan imponiendo su visión, sus intereses, sus puntos de vista. Entonces la MUD no va a elecciones, o por lo menos, eso es lo que han declarado.

Así es que Maduro aparentemente competirá solo, tal vez, acompañado por alguno que otro candidato «de conveniencia», en unas elecciones en las que se ha propuesto que incluyan al Parlamento, pero, al parecer se impone el madurismo, no hay que manejar el lenguaje de señas para entender que eso está pasando.

Siendo ésto así, una realidad política que veremos en qué termina, y toda vez que, en mi caso, se me niega mi derecho al ejercicio de mis derechos políticos y se me persigue y calumnia, entonces, yo propongo otro candidato: el Comandante Chávez.

Porque si a ver vamos, no hay propuestas, no hay diferencias programáticas para elegir en las próximas elecciones. Aquí estamos en una confrontación de grupos de poder político y económico, grupos que se disputan la renta petrolera y ganan posiciones en un proceso de negociación que se inició con la partida de nuestro Comandante Chávez.

NO hay ninguna diferencia, no me refiero a los discursos y a las poses, me refiero a los hechos, objetivamente éste no es un gobierno Chavista ni socialista, a pesar del trabajo y compromiso revolucionario de muchos compañeros. Ésto, es aún más trágico si evidenciamos que se chantajea, con un avasallante poder comunicacional y control del estamento político del país, a amplios sectores de nuestro pueblo, a hombres y mujeres honestos y revolucionarios, que, SÍ son Chavistas y seguro están entrampados en un mar de contradicciones, porque ellos sí le ven la cara, todos los días, al sufrimiento y a las carencias del pueblo.

A estos sectores honestos los conozco, es la mayoría, en el PSUV, Polo Patriótico, Poder Popular, Fuerza Armada, PDVSA, Gobernadores, Alcaldes, Misiones, intelectuales, en todo el país. Los conozco y respeto, sé que trabajaremos de nuevo juntos en la reconstrucción del Legado de nuestro Comandante, del país.

El madurismo ha impuesto una manipulación, con base en el abuso de la figura y el gran amor que todos tenemos por el Comandante, sus principios, valores; también en virtud del control que se tiene de las redes sociales y medios de comunicación, y; por la torpeza del discurso y acción violenta de una oposición que sólo ofrece persecución y caos.

Entonces, es comprensible el éxito de la manipulación del madurismo, que, acompañada del miedo, la represión y la utilización de prebendas para paliar la caótica situación económica del pueblo, generan un control social y político, que permite que esta extraña y única trágica situación, se mantenga en el tiempo.

Un revolucionario, o un patriota, hombre o mujer progresista, alguien a quien le duela el país y tenga criterio propio, debería tratar de definir sus preferencias políticas en base a un programa mínimo, para resolver y salir de la terrible crisis de todo orden en la que nos encontramos. Vamos a construir juntos, los invito, a construir, discutir, en pensar y desarrollar un programa mínimo, el del candidato Chávez, el de la Revolución, el de todo el país, para superar este caos.

Se trata de volver a Chávez, partiendo de su legado, de su gobierno, resultados y situación económica y social de 2012. Considerar este año como año base, y restablecer todos los indicadores. Revisar, a la luz del daño causado desde 2013 hasta ahora, y de una profunda discusión de las rectificaciones necesarias y correcciones en el orden económico y social, de lo hecho durante el período del gobierno revolucionario del Comandante Chávez; tomar decisiones que nos devuelvan las condiciones de estabilidad, bienestar, crecimiento y fortaleza que caracterizó a nuestro país durante ocho años, luego de la victoria de la Batalla de Santa Inés, en el referéndum aprobatorio de agosto de 2004, para, a partir de allí, Así comenzar a avanzar en un proceso de recuperación del país.

Así como el año 2012 es un buen año base, como indicador de índices de gestión de gobierno, en lo económico, social, planes y proyectos; la Constitución de 1999, es el Marco Legal que tiene una extraordinaria riqueza y potencialidad de desarrollo, incluyendo sus reformas.

La Constitución tiene plena vigencia, así que, siempre cuidando no traspasar la «línea Roja de Chávez», agregando las garantías y derechos que deben establecerse para todas las formas del Poder Popular y nuevas formas económicas, la ANC debe culminar su trabajo y dejar de gobernar.

El Plan de la Patria está completamente vigente, sus Objetivos Históricos y su propuesta de construir el Socialismo Bolivariano del Siglo XXI, como una alternativa al sistema Capitalista, depredador, explotador e insostenible.

Cada objetivo fue desarrollado por Ministerios, empresas y organismos del Estado. Por supuesto que, a raíz del tiempo transcurrido y lo que ha ocurrido, habrá que revisar las metas, políticas y programas de cómo y cuándo alcanzar los Objetivos Históricos definidos en el Plan de la Patria.

Hay que restablecer la Democracia Participativa y Protagónica, así como, las plenas libertades políticas, de opinión, expresión, movimiento, reinstaurarse el Estado de Derecho para estimular la participación política del pueblo, de toda la sociedad.

Deben rescatarse las Misiones sociales emblemáticas del Comandante Chávez: La Misión Barrio Adentro, Robinson, Ribas, Sucre, Alimentación, Gran Misión Vivienda Venezuela. Acá deben colocarse como meta los Objetivos de Desarrollo Social acordados por las Naciones Unidas y recogidos en los Objetivos de Desarrollo de la Agenda 2030.

Es importante recordar que, durante la gestión del Gobierno Revolucionario del Comandante, nuestro país fue uno de los primeros de alcanzar los «Objetivos del Milenio» de la ONU, lo cual era nuestro orgullo nacional y provocaba un reconocimiento de la comunidad internacional a los logros de nuestra Revolución. Hoy día hemos retrocedido en todos los índices de desarrollo, y esta realidad constituye un indicador claro de la dramática situación que vive nuestro Pueblo.

A estas Misiones, deben devolvérsele su naturaleza y eficacia inicial. Actualmente, languidecen bajo el peso del burocratismo y el sectarismo del control político de cada Ministro en su respectivo Ministerio. Se les ha arrebatado la frescura y la fuerza de la emoción y participación popular. El estado actual de control y persecución ha ahogado la naturaleza y vida propia de las Misiones que eran espacios conquistados por el Pueblo para resolver sus problemas de manera efectiva ensayando nuevas formas de gestión colectiva, promoviendo la solidaridad, la participación de todos, teníamos brigadas de construcción de viviendas de la Misión Ribas, Casas de Alimentación, Empresas Comunales. Todas se han venido abajo, se han desmovilizado.

Hay que garantizar el funcionamiento óptimo de toda la infraestructura de salud, educación, escuelas, liceos, universidades. Garantizar los programas de protección de la Revolución, los alimentos a los niños, los medicamentos, los enfermos crónicos, los de alto riesgo, incorporar a los jóvenes de los liceos y las universidades a un programa masivo de ir al seno del pueblo a combatir la pobreza, la especulación; incorporarlos a la producción, que no se vayan del país.

Hay que trabajar como prioridad y con carácter de emergencia el tema económico, reunir a lo mejor del pensamiento económico, escuchar y discutir, nó con grupos de interés, detrás de sus intereses mezquinos y sectoriales, sino una revisión de las acciones de corto y mediano plazo que habrá que tomar, siempre en el marco de la protección de nuestras garantías sociales, las posibilidades de satisfacer nuestras necesidades cumpliendo los Objetivos Históricos del Plan de la Patria.

Hay que construir un Plan Económico que sea asumido por un Presidente que se comprometa y entienda de su importancia, que coloque al país y nuestro pueblo por encima de cualquier cálculo político y que, por supuesto, tenga la capacidad de entender dónde está parado y tenga el valor de ir hacia adelante con un Plan Económico, con metas creíbles, progresivas, con información clara, con ayuda internacional, abriendo todas las posibilidades, siempre en el marco de nuestra Constitución, Leyes, programa y objetivos políticos.

Este Plan debe ser asumido, entendido, compartido y desarrollado por todo el Pueblo, todas las Empresas del Estado, todo el sector productivo nacional. Un Plan que exige compromiso, sacrificios y objetivos sociales claros. Un Plan que preserve la Soberanía sobre nuestros recursos naturales y estratégicos, sobre el Petróleo, el Oro y otros Minerales; que combata efectivamente al sector especulativo financiero, manipulador de la economía.

Revisar el Arco Minero, que ha sido una entrega de nuestros recursos naturales a capitales transnacionales, depredadores del ambiente e improductivos. Revisar los contratos entregados en la Faja Petrolífera del Orinoco sin procesos de selección o acuerdos internacionales que los sustenten, sin haber cumplido con los extremos de nuestra Ley, que obliga a una revisión exhaustiva y discusión pública de los Contratos por ser de interés público.

Debe levantarse el control de cambio, que no controla nada y que genera un diferencial absurdo que convierte al dólar en la mercancía más barata del país, aún con el nuevo valor del «Dicom», sigue siendo objetivo de los especuladores, obtener dólares a esos precios, para seguir especulando y amasando las enormes fortunas que han hecho, producto de este masivo acto de desfalco al país.

Debe establecerse una política monetaria con un cambio único y un mecanismo que le permita intervenir al Banco Central, pero que responda a fundamentos económicos más reales. Hay que restablecer las capacidades técnicas del BCV, de su Directorio, permitiendole ejercer sus competencias en estrecha coordinación con el equipo económico. Es indispensable que se emitan cifras, que propongan cursos de acción, que tengan el debido conocimiento sobre países sumergidos en procesos de mega inflación.

Deben restablecerse las capacidades técnicas y políticas en el Ministerio de Economía y Finanzas; equipos capaces de adelantar e implantar el Plan Económico que se acuerde. Equipos con suficiente peso político para poder transmitir los mensajes correctos al país y al mundo. Estamos en un escenario económico que requiere la máxima capacidad técnica y el máximo compromiso político. Que se pongan las cuentas nacionales en orden, que se relacione con el sector internacional, con los aliados estratégicos, capaces de ser interlocutores válidos y proteger al país de la rapiña de los grandes intereses que nos acechan.

Un Ministerio de Finanzas que a su vez encabece el equipo económico, y tenga la fuerza de poner «un parao», a las iniciativas que comprometen nuestro futuro, privatizan nuestras reservas de petróleo y oro. Un Vicepresidente Económico al que se le permita conducir la economía, sin dobles comandos.

Debe mantenerse nuestra política de Plena Soberanía Petrolera, nuestro Régimen Fiscal Petrolero, rescatado junto al Comandante Chávez; los contratos petroleros; la soberanía e inmunidad jurisdiccionales; el control político sobre el desarrollo de los Planes de Negocio de PDVSA y sus socios internacionales; garantizar el abastecimiento interno; reservar nuestro recursos gasíferos para abastecer el sector eléctrico y desarrollar la petroquímica como única vía para la industrialización de los hidrocarburos. Cero descuentos en los precios de venta del petróleo; cero rebajas de impuestos o regalías petroleras; cesar el otorgamiento de nuevas áreas, hasta no hacer una exhaustiva revisión de los planes del desarrollo de nuestras reservas de petróleo y gas y que se correspondan a nuestras prioridades e intereses nacionales. Mantener una presencia permanente y activa en el seno de la OPEP, nuestro país tiene mucho que decir en el seno de nuestra organización, allí, a pesar de todos los problemas, sigue retumbando la voz y el prestigio del Comandante Chávez.

Debe recuperarse a PDVSA. Restablecer sus capacidades técnico-políticas, tanto a nivel de su Junta Directiva, como de sus filiales, áreas de negocios, refinerías y áreas de producción. En la Junta Directiva de PDVSA deben nombrarse cuadros técnico- políticos con capacidades de estructurar y dirigir un Plan de Emergencia hacia la empresa, restableciendo sus capacidades productivas, financieras, su prestigio, credibilidad y fortalezas. La empresa no la pueden dirigir personas sin conocimiento del sector, sin que los reconozcan como interlocutores, por muy buenas intenciones que se tengan, hay que saber de la operación, del negocio y no se puede improvisar.

Hay que sentarse y revisar qué ha pasado en este período. Hay que dejarse de excusas y fantasías e irresponsabilidad del madurismo, que si «hemos detectado una conspiración desde el exterior para que caiga la producción de petróleo», que si «hay otra conspiración en el CRP», que todos los contratos de PDVSA serán revisados en Miraflores (¿por quién?, eso no es serio), que si «toda PDVSA es corrupta», dejar el «quítate tú, para ponerme yo». Hay que sacar a los empresarios de las decisiones de PDVSA.

El año base acá, será el cierre de la empresa en el 2013, son metas plausibles de alcanzar en el corto plazo: una producción de 3 millones de barriles días; una capacidad de refinación nacional de 1.2 millones de barriles día; una exportación de 2.4 millones de barriles día; una producción de gas de 7000 millones de piés cúbicos día, tanto para la reinyección, sector eléctrico y petroquímico.

El precio del petróleo se ha incrementado un 50% con respecto al precio del año pasado, suficiente para restablecer un ingreso Fiscal y de divisas adecuado para el funcionamiento del país (ésto por supuesto sólo es posible con una política cambiaria distinta). Debe hacerse una revisión de los compromisos de caja y de los volúmenes de producción de PDVSA, comprometidos con operaciones financieras, y lograrse un manejo distinto, que permita liberar los barriles de exportación para que ingresen los recursos al país. Es un período especial.

Debe restablecerse la moral, entusiasmo y autoestima del trabajador petrolero, dejar de perseguirlo, no pueden seguir llegando agentes enmascarados y llevarse personas detenidas del medio de reuniones, de sus propias oficinas. No puede maltratarse tanto a los trabajadores en su moral, sus condiciones de trabajo, sus equipos, sus salarios, su protección social. No puede haber una paralización técnica de las operaciones, sencillamente porque los que deben tomar las decisiones, o no saben de qué se trata o les da miedo tocar ninguna decisión, no vayan a terminar señalados de corruptos o presos.

Hay que restablecer los servicios petroleros, técnicos, indispensables para las operaciones. Hay que restablecer las filiales de PDVSA y su carácter popular, su emoción, la movilización de sus trabajadores, el prestigio de la Empresa, volver a la PDVSA Roja Rojita.

Este espacio no me permite seguir extendiéndome, adelanto estos y profundizaremos en otros, sobre todo el tema productivo, financiero, internacional, el éxodo de venezolanos, volver sobre PDVSA, sobre el tema financiero, institucional, político, el rescate de lo afirmativo Venezolano, de lo positivo de nuestro pueblo y gentilicio; dejar atrás esta pesadilla de violencia, intolerancia, improvisación, autoritarismo, limitaciones de todo tipo y dramático retroceso en el bienestar de nuestro pueblo.

La campaña por Chávez comienza ahora, con una discusión franca y abierta de los problemas del país, sin atajos, ni descalificaciones, sin miedo, una reanimación de nuestro pueblo y sus fuerzas morales. Necesitamos un candidato Chavista que nos permita recuperar al país, un futuro mejor es posible. Con Chávez siempre ¡Venceremos!

La gallina degollada

Como en el cuento de terror de nuestro suramericano Horacio Quiroga, ahora asistimos impávidos al degollamiento de nuestra «gallina de los huevos de oro», es decir, de nuestra querida Nueva PDVSA.

Nuestra empresa, refundada por la Revolución y rescatada por el pueblo del desastre en que la dejaron los autoproclamados «meritocráticos» después del Sabotaje Petrolero, fue, durante todos los años del Gobierno Revolucionario del Comandante Chávez, el puntal, la vanguardia de nuestras posibilidades de transformaciones económicas y sociales, de la estabilidad económica y social del país.

Fue sólo después de derrotar el Sabotaje Petrolero, que rescatamos a nuestra empresa nacional y la convertimos en el instrumento de desarrollo y despliegue de nuestra Política de Plena Soberanía Petrolera, la política petrolera del Presidente Chávez. Era el nacimiento de la Nueva PDVSA y su subordinación al Estado Venezolano.

Antes de este acontecimiento, el Gobierno, por intermedio del entonces Ministerio de Energía y Minas, era incapaz, no tenía posibilidad de impulsar ni desarrollar a la entonces novísima «Ley Orgánica de Hidrocarburos», promulgada en el marco de las Leyes Habilitantes de 2001 y que era expresión de las disposiciones de la Constitución de 1999, específicamente, de la reserva que el Estado había hecho de la actividad petrolera y de su empresa nacional Petróleos de Venezuela, por «razones de soberanía económica, política y de estrategia nacional».

El Presidente Chávez le asignaba una gran importancia al manejo de PDVSA y a la conducción de nuestra política petrolera, yo estuve allí con él, desempeñando ambas responsabilidades durante 12 años consecutivos. Entonces, tengo autoridad para hablar, por el conocimiento de los detalles, razones y motivaciones en decisiones relativas a la Política Petrolera y PDVSA. Por eso siempre actúo con la mayor responsabilidad en mis opiniones y comentarios en cuanto al tema, porque no se trata sólo de mi gestión al frente de la Industria, es la de nuestro gobierno en ese periodo.

Puedo decir, que nuestra Política Petrolera y nuestro desempeño al frente de la empresa, ha sido exitosa y beneficiosa para el país, tal como lo reflejan sus resultados y sus efectos sobre la economía en el periodo. Por primera vez, en cien años, se utilizó el petróleo como instrumento de liberación de nuestro pueblo, reafirmando nuestra soberanía, con una correcta política de defensa del precio, explotación de nuestro recurso, captación de renta, establecimiento de alianzas estratégicas, ocupación del territorio, fortalecimiento de nuestra empresa y participación en el desarrollo social y en el de toda la Nación.

PDVSA pasó de ser una empresa elitesca y anti nacional, a convertirse en una empresa nacional, de los venezolanos, con todas las capacidades y experticias técnicas, para competir en un negocio tan complejo a nivel mundial, subordinada al Estado y al servicio del pueblo.

Pero como le gustaba decir al Comandante Chávez: «Dios habla con la matemáticas». Así, utilizando esta frase atribuible a Pitágoras, veamos algunos números, sólo algunos. Por supuesto, me centraré en los años de mi gestión.

En 1999 nuestras reservas de petróleo eran de 78 Mil MMBls, en 2013 nuestras reservas de petróleo eran de 298.353 mil MMBls. En 1999 PDVSA tenía 48.000 MM $ en activos y 32.000 MM$ en patrimonio, con un déficit (pérdida) de 14.626 MM$; pero en el año 2013, la Nueva PDVSA tenía 231.120 MM$ en activos y 84.486 MM$ en patrimonio, con un superávit (ganancia) de 12.907 MM$. En 1999, no existía el concepto de Desarrollo Social, más allá de un escaso asistencialismo y la consabida «cesta de Navidad»; entre 2001-2013, la Nueva PDVSA desembolsó 207.913 para el desarrollo social, financiando 33 Misiones Sociales, FONDEN y FONDESPA.

Durante la batalla por la Plena Soberanía Petrolera; se eliminaron los Convenios Operativos, con los que se había privatizado la producción de PDVSA, se Nacionalizó la Faja Petrolífera del Orinoco, certificamos la reserva de petróleo más grande del mundo, acabando con la estafa del bitumen, por medio del cual se saqueaba nuestro petróleo; se ajustó el Régimen Fiscal Petrolero (Regalías, Impuestos), pasando la participación del Estado del 57% al 94% del negocio; se conformaron más de 33 Empresas Mixtas con Empresas Internacionales, donde PDVSA mantenía un 60% mínimo de participación y el control total de las operaciones, exportaciones y; todas las empresas subordinadas a nuestras leyes y a nuestra Soberanía Jurisdiccional. En ese período logramos captar 487.000 MM$, para el Estado y el Pueblo.

En el último informe de gestión de 2013 se reflejan claramente los resultados del trabajo: una producción de 3.01 Millones de barriles por día; una exportación de 2.425 Millones de barriles día, 590 MBD al mercado Interno. Nuestras refinerías nacionales con una capacidad operativa de procesar y producir 1.127 millones de barriles día de productos, abasteciendo completamente al mercado interno; 301 taladros activos; 76 buques operando. Obtuvimos 134.326 Millones de dólares de ingresos; 13.023 millones de dólares al desarrollo social; 19.262 millones de dólares en Regalías y otros impuestos; 7.845 millones de dólares en Impuesto Sobre la Renta; 12.907 millones de dólares de ganancia integral. En el período entre 2005-2013, se invirtieron más de 121.678 millones de dólares en el desarrollo del negocio.

La Nueva PDVSA, además de su desempeño exitoso en el período, se transformó en punta de lanza de nuestra política exterior, dándole piso concreto a las relaciones estratégicas. Manteniendo una correcta política de diversificación de mercados que nos permitió colocar el 42% de nuestra producción en Asia, 35% en USA, 14% en El Caribe, 4% en Europa y 5% resto del mundo.

La Nueva PDVSA se avocó a coordinar y trabajar en los grandes proyectos del Comandante Chávez, un esfuerzo extraordinario, para darle base material productiva al «Proyecto Socialista Orinoco», desplegado con gran esfuerzo de nuestros obreros y grandes inversiones en lo que sería el futuro del país y el reordenamiento de nuestro territorio: El Proyecto de la Faja Petrolífera del Orinoco, nuestra ventana al futuro. Igual coordinamos, con base en nuestras capacidades humanas y técnicas, varias Misiones Sociales, entre ellas, las de mayor impacto: Misión Barrio Adentro, Misión Ribas y la Gran Misión Vivienda Venezuela.

En la Nueva PDVSA no quedó vestigio de la tercerización y se revirtieron con éxito todas las operaciones que habían sido privatizadas durante la «Apertura Petrolera». Nuestra empresa, estaba allí, donde se requería su esfuerzo: recuperamos nuestras capacidades operativas e impulsamos nuestro alcance de trabajo en áreas nuevas como Costa Afuera, La Faja, el Gas, taladros, transporte, usamos nuestra propia tecnología, combustibles limpios, alcanzamos soberanía operacional, recuperamos con éxito las actividades que habían sido privatizadas, recuperamos la calidad de vida de nuestros trabajadores, escuelas, sedes, viviendas; no hubo Estado ni Municipio al que no se le prestara ayuda: asfalto, escuelas, carreteras, puentes, fábricas; al Poder Popular, a la agricultura, a otros Ministerios, empresas, entes del Estado; hicimos más de 660 mil viviendas con la Gran Misión Vivienda Venezuela, Petrocaribe, las Comisiones Mixtas de Cooperación; entregamos nuestras sedes a las Universidades: la Bolivariana, la UNEFA, el Instituto Universitario de Caracas, construimos nuevas universidades, Aldeas Universitarias; los Distritos Sociales de PDVSA; las maravillas de PDVSA La Estancia: Plaza Venezuela, Boulevard de Sabana Granda, el Cine Cardón, la Plaza Venezuela, Las Laras, La Esfera de Soto, etc.

Desarrollamos todas las iniciativas del Comandante, por más complejas que fueran, lo hicimos, y se cumplió el objetivo trazado, en alimentación, abastecimiento, apoyo a las centrales termoeléctricas, suministro de gas, fábricas de todo tipo para industrializar al país, empresas comunales. Hicimos revolución y nuestros trabajadores, eran libres, orgullosos, formados profesionalmente, técnicamente, consientes, estudiaban, participaban en las actividades políticas, sociales y culturales voluntariamente, sin presión, sin listas. No se perseguía a nadie.

Si en este proceso, esta ofensiva, algún directivo, gerente o trabajador, se corrompió, traicionó este esfuerzo, entonces, que asuma su responsabilidad, que tenga un juicio justo. Yo no apoyo, ni he apoyado la corrupción. Lo que digo es algo más claro que el agua: PDVSA no es la única que ha sufrido este flagelo, puedo mencionar infinidad de empresas públicas y privadas, instituciones que han incurrido en este tipo de faltas. Lo que no puedo aceptar es que a los trabajadores de la Nueva PDVSA se les trate como a unos delincuentes y que este argumento de la corrupción se use contra la Nueva PDVSA, para poder arremeter contra ella y tomar el control de todos sus procesos y repartírsela o degollarla para satisfacer intereses grupales o mezquinos, preparando el terreno para su privatización.

Un compañero de mi afecto, comentaba, que si yo pensaba que por no estar al frente de la Empresa ella no podría funcionar. No hermanos, no se trata de intereses personales o apetitos de poder, no, yo tuve una gestión exitosa y revolucionaria con el Comandante Chávez, yo lo que soy es el Ministro de Petróleo de Chávez, así me conoce el pueblo y de eso estoy muy orgulloso. Lo que yo sí quisiera es retar a quien sea a comparar nuestra gestión, la de Chávez-Ramírez, con cualquier otra.

No puedo aceptar que el pranato de la política, arremeta contra este trabajo hermoso, bueno, gratificante a favor del país, de su desarrollo. No me interesa qué cálculo político estén haciendo los que así actúan o los que guardan silencio, la verdad es que lo que está pasando en PDVSA es un desastre y es culpa de quienes la han administrado a partir de 2014 hasta la fecha. Si PDVSA no se recupera, no habrá recuperación de nuestra economía, aunque es necesario superar el modelo rentista petrolero, la realidad es que éste seguirá siendo hegemónico en el país por más tiempo, hay que captar la renta para construir otro modelo.

En vez de destruir la empresa, con una insólita irresponsabilidad y falta de capacidad y liderazgo, lo que hay que hacer es asumir sus responsabilidades, rectificar sus errores, restablecer la autoridad y sus capacidades técnicas y operacionales para sacarla de esta situación de colapso, terror y persecución en que se encuentra.

Ahora se argumenta que se descubrió otra «conspiración» para tumbar la producción, yo me pregunto ¿hasta cuándo el Presidente y los que conducen la empresa van a seguir evadiendo su responsabilidad?, todo es una conspiración, un sabotaje, ¿hasta cuándo? La gente está cansada de que el gobierno no asuma su responsabilidad.

¿Que hay injerencia extranjera y presión política?, sí, pero siempre la ha habido y el Comandante Chávez, no solo la denunciaba sino que la derrotaba. Si estamos confrontando una guerra económica, entonces es claro que la estamos perdiendo y por tanto hay que cambiar la conducción en esta guerra para preservar nuestras conquistas.

Siempre hay una excusa: la corrupción, la conspiración, PDVSA, presos van y presos vienen. Todos están presos o perseguidos, ¿y ahora qué? ¿Es culpa del Comandante Chávez?, ¿de sus decisiones anteriores?. Los que estuvimos a su lado: ministros, oficiales, compañeros estamos en la obligación de hacer una raya roja. Hasta acá fue el Gobierno del Comandante Chávez y de 2013 hacia adelante, el Gobierno del Presidente Maduro. Yo soy Chavista.

El problema de todo esto es que por la vía que va, cosa que tengo más de un año escribiendo, denunciando, y conversando, y que me ha costado persecución política, pranato, ofensas, acusaciones y linchamientos morales, hasta la intención de entregarme a gobiernos extranjeros, hostiles. Todo ésto va a terminar en la entrega de PDVSA, la reversión, en los hechos, de la Política de Plena Soberanía Petrolera, se habla de «flexibilizar», «romper las amarras para la inversión extranjera», ¿Qué significa eso?, junto a la nueva «Ley de inversiones extranjeras» y la sentencia que permite la aprobación de los contratos petroleros directamente por el TSJ, pareciera que vamos a un retroceso en nuestra política petrolera.

Aquí los que «conspiran» son las transnacionales y los grupos económicos que quieren ponerle la mano al petróleo, como hicieron con el «Arco Minero», estimulan la persecución de los revolucionarios, el caos y el éxodo, para luego venir a «salvar» a PDVSA, privatizándola. Será el saqueo de nuestra empresa, y por ende, del país.

Hay una tendencia, clara y preocupante, del gobierno, de distanciarse del Comandante Chávez. Ahora parece su obra fue mala o debe ser superada. Tenemos al Presidente Maduro, porque Chávez se nos fue, no porque fuese un mal Gobierno, al contrario, ha sido el mejor gobierno de nuestra historia.

Han sido una serie de decisiones que, una tras otra, se alejan de Chávez: primero PDVSA, ya no es la Nueva PDVSA Roja Rojita, es otra; luego la Constitución, ya no será la de Chávez, será otra, que ni siquiera sabemos que será; luego, ya no es el Plan de la Patria de Chávez, su legado para la posteridad, ahora será otro Plan; ahora ya no es el PSUV, ahora es otro partido, sin color, sin pasión, sin ideología, es algo «ni fu, ni fa», es el nacimiento del madurismo.

Por esto se persigue a los rostros políticos asociados a la gestión del Comandante Chávez, les incomodamos, yo lo he advertido, uno por uno seguirán saliendo, desplazados y perseguidos, lo cual parecía simplemente impensable hace unos pocos años atrás.

Yo creo en Chávez, en sus políticas desarrolladas exitosamente a favor del pueblo y del país, creo que lo que está sucediendo se aleja mucho de su obra, su política, su esfuerzo.

Habría que preguntarse: ¿Cuál es el Plan económico?, ¿vamos a reelegir al Presidente sólo porque manifiesta la intención de mejorar?, ¿quién es el responsable de la Hacienda Pública?, ¿vamos a ir al colapso, a la derrota, a un pacto, a una guerra?, ¿se va a provocar un conflicto para que sea un escenario donde todos perdemos?, ¿cómo hacerle frente a la injerencia extranjera, cómo disuadir una agresión?, ¿Cuál es el rol del PSUV?, ¿Qué va a pasar con PDVSA y nuestra política petrolera?, ¿Qué va a pasar con nuestros recursos naturales, el petróleo, el gas, el oro?, ¿hasta cuándo va a seguir la represión y la persecución a la disidencia política? Son todas preguntas orientadoras de una discusión impostergable.

En mi contra sigue la agresión, con la palabra, las acusaciones de seres indignos, inmorales. ¿Quién les cree?, en una extraña alianza con lo peor de la extrema derecha, pretenden agredirme, perseguirme, vilipendiarme. No podrán. La política del sector que está controlando el poder y apartando o persiguiendo a los Chavistas, se den cuenta o no, está claramente representado en las bravuconadas, descalificaciones que se profieren a cada rato, me recuerda mucho aquella actitud altisonante de Noriega.

El odio expresado contra mí, es el mismo profesado de manera irresponsable contra los venezolanos que se han ido del país por la situación económica, social, de seguridad, la falta de perspectiva de futuro. ¿Cómo se pueden hacer este tipo de declaraciones miserables, contra los jóvenes y venezolanos de todo tipo que salen de la patria, con tristeza a buscar nuevos horizontes? ¿Nadie va a llamar la atención sobre ésto? ¿Es que no hay un jefe que ponga las cosas en su sitio? ¿No hay responsabilidad política?

Yo si espero que pronto puedan volver la gran cantidad de venezolanos, jóvenes, profesionales, obreros, que han salido al exterior, dejando la Patria. Yo lo dije en mi artículo «No te vayas», los he visto en las calles, de mesoneros, trabajando, explotados, algunos con rabia, la mayoría, como somos los venezolanos, sin odio.

Volverán muchachas, muchachos, volveremos. El que siga esperando una postura mía de comparsa o coro con la extrema derecha o nuestros agresores extranjeros, no me conocen, me subestiman. Mi postura, mi posición, es y será siempre desde el bando del Bolivarianismo, de la patria. Hablo por los que no pueden, los amenazados, los que han caído en el chantaje del silencio. Alertar, orientar, defender los principios, trabajar por la unidad del país y de las fuerzas patriotas, es nuestra responsabilidad histórica. Lo que está pasando en PDVSA es un reflejo de lo que está pasando en todo el país. Se impone una profunda reacción política para acompañar al pueblo en recuperar el legado de Chávez. ¡Con Chávez siempre, Venceremos!

Berruecos

El nombre de estas montañas en el Pasto Colombiano quedó asociado para la historia, a uno de los más trágicos y terribles actos de traición al Libertador Simón Bolívar y a su ideal de la Gran Colombia: el vil asesinato de nuestro querido e inmortal Gran Mariscal de Ayacucho: Antonio José de Sucre.

La emboscada de Berruecos y el crimen del «Abel de América», como llamara el Libertador Simón Bolívar al Mariscal de Ayacucho, en medio del dolor por la noticia de su asesinato, episodio lleno de traición, ejecutado por resentidos con la causa Bolivariana y estimulado, ordenado por jefes y grupos que necesitaban acabar con Bolívar, sus hombres y mujeres más leales, acabar con su proyecto, para instaurar el propio, satisfaciendo sus aspiraciones e intereses.

Ya la agresión directa contra Bolívar había tenido lugar en el intento de asesinarlo del 25 de septiembre de 1828 en Bogotá, y Sucre tuvo que abandonar Bolivia tras sufrir el golpe de Estado, que casi le cuesta la vida en abril de 1828. En 1826 se había producido «La Cosiata» con Páez al frente, era manifiesta la conspiración santanderista en Colombia y la de Flores en Ecuador.

Se había conformado un cuadro político opuesto al ideal Bolivariano, conspiración que avanzó inexorablemente de la mano de antiguos colaboradores del Libertador, que lo fueron traicionando uno a uno, hasta que el Padre de la Patria muere, entre el canto de esclavos y rodeado de los pocos afectos que le quedaban.

El Ejército Libertador se desmovilizó, el pueblo en armas volvió al vasallaje de los nuevos señores, las «grandes lanzas» de la independencia, los hombres más intrépidos y aguerridos, no supieron siquiera que les pasó ni en qué se convirtieron, se desvanecieron. Los más leales al Libertador, aquellos que no cayeron en Berruecos, pagaron cara su lealtad, fueron olvidados, excluídos o exiliados. Manuela, Robinson, Urdaneta. Con ellos todo un pueblo.

Es un ciclo que se ha venido cumpliendo en nuestro país, con trágicas similitudes que sin embargo engranan perfectamente con la imposición de nuevos modelos de dominación, nuevos acuerdos.

Así, tras la muerte del Libertador, de su ideario independentista y Republicano, que incluía la abolición de la esclavitud (propuesta con la que pocos de sus jefes militares comulgaban), la Gran Colombia y la creación de nuevas Repúblicas de ciudadanos iguales ante la Ley, sólo sobreviviría la Independencia Política de aquéllas. Como él mismo lo diría premonitoriamente

«… la independencia es el único bien que hemos adquirido a costa de los demás. Pero ella nos abre la puerta para reconquistarlos bajo vuestros soberanos auspicios, …»

Tuvieron que pasar años hasta que las viejas lanzas y los hijos del Ejército Libertador, bajo la conducción de Zamora y Falcón dieran inicio a la Guerra Federal, 20 de febrero de 1859. Bajo la consigna de «tierra y hombres libres», avanzó una revolución social, hasta que el balazo traidor cegó la vida de Zamora en 1860. Sobrevino otro pacto, en 1863, el «Pacto de Coche» y de allí, otro período histórico, con otro modelo, ahora Federal.

El dictador Juan Vicente Gómez se encargó de convertir a nuestro país rural en un país petrolero, patio trasero de los Estados Unidos y sus transnacionales petroleras, quienes, no sólo saquearon nuestras riquezas por casi 70 años, sino que además impusieron un modelo económico, el rentismo petrolero, que aún persiste y que ha deformado, desde la raíz, la conducta social y política de nuestro país y nos convirtió en una economía capitalista dependiente, muy atrasada.

El 23 de enero de 1958, tras un movimiento insurreccional, fue depuesto el dictador Marcos Pérez Jiménez y existían todas las condiciones para evolucionar hacia un proceso revolucionario de profundas transformaciones políticas, económicas y sociales. En las propias narices de las fuerzas de izquierda, se concretó un nuevo pacto de dominación, el «Pacto de Punto Fijo». Se encargó, el binomio AD/Copei, de ahogar en sangre a las fuerzas de izquierda civiles y militares. La violencia Betancurista, con apoyo irrestricto norteamericano, derrotó a las guerrillas y creó las condiciones para la estabilización del nuevo pacto, que destrozó a nuestro país y que conocemos como la IV República.

Hoy celebramos el 4 de febrero, Día de la Dignidad. Ese día, el Comandante insurge y entra en la vida política del país con su acción intrépida que, aunque resultó en una derrota militar, sin embargo, se convirtió en una extraordinaria victoria política. Con el «por ahora» del Comandante Chávez, se logró romper el silencio y la «pax» impuesta por la IV República. Su ejemplo logró movilizar al Pueblo, en apoyo a la Revolución Bolivariana.

Vaya mi saludo y reconocimiento a los oficiales y soldados de la patria, que insurgieron y lo arriesgaron todo, siguiendo al Comandante Chávez y a su propuesta de un país mejor, justo, soberano, independiente, revolucionario y Bolivariano. A todos mi respeto.

Con el Gobierno del Comandante Chávez se logró establecer, por primera vez en nuestra historia plagada de traiciones al pueblo, un gobierno profundamente popular y revolucionario, con un Jefe, un Líder indiscutible, que no necesitaba de pactos ni «astucias mediáticas», para estar en el corazón del pueblo.

De hecho, el Comandante siempre rechazó cualquier tipo de pacto, gobernó de cara al pueblo, logró, tras derrotar uno a uno los descabellados y violentos planes de desestabilización estimulados desde el exterior: Golpe de Estado, Sabotaje Petrolero, Guarimbas y un largo etc., ganarse el respeto nacional e internacional, incluso de sus contrincantes más acérrimos.

Con el Comandante Chávez pudimos avanzar, como nunca antes, en el manejo soberano de nuestros propios asuntos, entre ellos, y tal vez de los más importantes, el petróleo.

Con el petróleo bajo control del Gobierno Revolucionario, pudimos avanzar en consolidar un prolongado período de estabilidad y crecimiento económico del país, un largo tiempo de bienestar para toda la sociedad, se logró pagar en gran medida la deuda social a nuestro pueblo, derrotando la exclusión, la pobreza, garantizando trabajo, educación, salud, cultura, tener una sociedad menos desigual.

Él logro construir, estimular y crear las condiciones legales y políticas para edificar un complejo entramado de organizaciones, Misiones y Consejos Comunales, todas ellas, parte del Poder Popular, con la idea de gobernar con el pueblo, para el pueblo. Nuestra empresa petrolera, PDVSA, rescatada del Sabotaje y refundada bajo otra ética y compromiso, ya ahora al servicio y subordinada al Estado Venezolano, se convertiría en uno de los brazos ejecutores más importantes de todos los programas de la Revolución Bolivariana, y comprometida profundamente con el Comandante Chávez.

Con la Política de Plena Soberanía Petrolera del Comandante Chávez, no sólo logramos restablecer todas las capacidades de nuestra empresa nacional PDVSA y frenar su privatización, sino que recuperamos el control de todas las áreas operacionales, y en particular logramos nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco, para luego certificarla como la reserva de petróleo más grande del mundo.

Gracias a una acertada Política Petrolera, de estrecha cooperación y liderazgo en el seno de la OPEP, contribuimos a mantener un prolongado período de estabilidad del precio del petróleo en el mercado internacional, y restablecer un régimen Fiscal que garantizara al Estado Venezolano una justa retribución como propietario del petróleo. Fueron más de 480 mil millones de dólares entregados al Estado, sus empresas, sus distintas instituciones, Gobernaciones, Alcaldías, Misiones y Poder Popular para todos los programas sociales, de infraestructura, económicos, productivos, de defensa de la Nación, internacionales.

Yo reivindico esta política y esta ejecutoria, estoy orgulloso de ella, del trabajo al frente del Ministerio y de PDVSA, la más transparente y escrutada de nuestra historia. Todos los números están allí, más temprano que tarde esta realidad será evidente, cuando cese la canalla de echarle tierra a la gestión revolucionaria en PDVSA.

Junto al Comandante Chávez y siempre bajo su orientación, logramos hacer lo que nunca se había hecho con el petróleo en nuestro país: convertirlo en un instrumento de liberación, de redención de los más pobres, y eso es lo que a mí en lo personal me interesa, haber hecho el bien, contribuido a la reconstrucción nacional, ayudar a los humildes, a los olvidados de siempre, haber apoyado todas las iniciativas revolucionarias y transformadoras del Comandante Chávez, abrir las posibilidades de romper nuestra dependencia, y poder desarrollar un programa socialista en nuestra patria, para beneficio y bienestar de todos. Siempre en el marco de la Ley, esa era una condición entre ambos, pero sin estar mirando a los lados, sin temores a los poderes que enfrentábamos, fueran los que fueran. Así lo hicimos. Esa es mi gesta, nuestra épica al lado del Comandante, la reivindico como cualquiera está en el derecho de reivindicar al 4 de Febrero.

Aquellos que hoy desde las más altas instancias del gobierno, luego de desaparecido el Comandante Chávez (ni se les hubiese pasado por la mente hacerlo con él en vida), cuestionan esta política de distribución popular y revolucionaria de la renta petrolera, cuando sobre todo la acusan de corrupta, les diría como dice la Biblia

«¡Hipócrita! Saca primero la viga de tu ojo, y entonces verás con claridad para sacar la mota del ojo de tu hermano»
(Mateo 7:5)

Si me lo permiten, le agregaría, además de hipócritas el calificativo de ¡irresponsables y cobardes! ¿Por qué no hicieron estas denuncias y ataques cuando el Comandante Chávez estaba vivo? ¿Que pudiese defenderse?

Si a mí el Comandante Chávez, en los doce años que trabajé a su lado, me hubiese hecho, aunque fuera algún señalamiento que pusiese en duda mi honorabilidad y honestidad, no sólo hubiese renunciado de inmediato, sino que me hubiese sometido a las instancias que correspondieran para aclarar cualquier duda o acusación.

Lo haría, primero; porque era mi Jefe y tenía la moral para exigir cualquier explicación, segundo; porque sé que no se hubiese prestado a ninguna artimaña como ésta para hacerme a un lado, si así hubiese considerado necesario hacerlo, él siempre actuaba de manera valiente y asumía sus decisiones y, tercero; porque sé, que él garantizaría el Estado de Derecho, siempre presumía la inocencia y sabía que mis acusadores tendrían que demostrar mi culpabilidad, si fuese el caso y yo tendría derecho a defenderme. Esa era su forma de actuar, y así actuó en varios casos.

Un amigo, me ha comentado que es el momento de la autocrítica. Estoy de acuerdo, creo que el Chavismo tiene necesariamente que discutir y revisar los problemas que hemos confrontado. Pero es una discusión de TODOS, no sólo contra un sector. Creo que es una oportunidad para que todo el país revise su desempeño: el sector público, el privado, el financiero, el político, todos. ¿Cuál es su rol en el desarrollo del país? ¿O vamos a seguir en esta hipótesis de aniquilamiento?, ¿perder las posibilidades de avance de nuestro país?, ¿seguirá la intolerancia, la falta de honestidad, la improvisación?, al final de todo ésto, los venezolanos, sobre todo los jóvenes, siguen abandonando la patria por cientos de miles, porque no vén perspectivas de futuro en nuestra querida Venezuela.

Yo comenzaría por decir que si se han cometido errores en el camino, y seguro se cometieron, siempre hay que evaluarlos en el contexto de nuestra conflictividad permanente, nuestras debilidades institucionales, de capacidades productivas, de las fisuras del sistema que heredamos, de la ética hegemónica capitalista, facilista, de apropiación de la renta petrolera, cortoplacista, en tremenda lucha contra la ética del trabajo.

Edificar un nuevo país debe ser tarea del trabajo, como valor fundamental, nó de la apropiación de la renta. Todas nuestras leyes de la Administración Pública, están hechas para repartir la torta entre entidades empresariales especializadas en apropiarse de la renta.

El vaso comunicante que establecen las leyes y muchas instituciones y empresas del Estado, entre el sector privado tradicional que creció a la sombra de la IV República, con las nuevas estructuras y programas de la revolución, le ha hecho mucho daño a la gestión pública, en la administración de la renta petrolera.

Allí está el Plan Ferroviario, «de nada a la nada», como decía molesto el Comandante Chávez, los proyectos de vialidad, infraestructura, del FONDEN, del Fondo Chino, las Ciudades Educativas, los Grandes Hospitales y muchos otros. El funcionamiento de CADIVI fue un escándalo, del CENCOEX, lo es, igual la política cambiaria, las importaciones, los manejos de operaciones financieras, ventas de activos, incluso traspaso de activos o participaciones en empresas contrarias a la Constitución. La entrega del Arco Minero a la «Golden Reserve», la misma empresa que el Comandante Chávez expulsó del país por defraudar al Estado, ¿pregúntese de la mano de quién volvió al país?, ¿alguien se recuerda de los «gabinetes móviles» ?,¿de la «ciudad del acero»?, ¿de las tierras ocupadas o recuperadas, o nacionalizadas?

No señores, es un problema mucho más complejo de lo que se ha mencionado, mucho más que echarle la culpa a PDVSA. La falta de planificación, de compromiso del ejecutor privado, nacional o extranjero, de control popular. ¿Cómo hacer una revolución con «las armas melladas del capitalismo»?, además, un capitalismo tan ineficiente y obsoleto como el nuestro, porque han vivido de apropiarse de la renta petrolera, de obtener los dólares del Estado, un sector privado incapaz de exportar nada, ni de satisfacer el mercado interno, un país donde florecen los bancos como por arte de magia y se crean empresas de maletín por montones, de acuerdo con los intereses de cada jefe político, nacional o regional, local. No, no, insisto, es muy complejo, y cada sector tiene que repensarse para poder salir de esta situación.

El Comandante Chávez ya hablaba en sus discursos de estos problemas, de allí la expansión de nuevas empresas, creación de empresas populares, cooperativas, nuevos actores. En PDVSA lo hicimos con éxito en algunos sectores, como nuestras propias fábricas de tubos, de válvulas, de materiales de construcción, nuestras alianzas para fabricar plataformas, de servicios petroleros, taladros, en el desarrollo de las Misiones, en particular, la Ribas y Barrio Adentro, en la Gran Misión Vivienda Venezuela, donde el Poder Popular, las brigadas de construcción de la Misión Ribas y de los Consejos Comunales, por ejemplo, demostraron la eficacia de una gestión con distintos valores y propósitos, una gestión socialista.

Pero el problema es mucho más amplio que la gestión en los procesos productivos, tenemos un sector financiero y un sector importador acostumbrado a apropiarse de la renta petrolera, con manipulación cambiaria e importaciones fraudulentas. Unas políticas públicas que han debido modificarse ante las evidencias de sus resultados. He dicho reiteradamente que, desde 2013 ha debido cambiarse la política cambiaria, inoperante, que ha favorecido la destrucción de las capacidades productivas internas, ante la posibilidad de obtener dólares muy baratos y con ellos, importar cualquier cosa, y todavía le queda para alimentar el mercado paralelo de divisas. Hacer, por un lado, grandes fortunas y acumulación de capitales, y por la otra, vía inflación y devaluación, apropiarse de los ahorros y del trabajo de otros.

Las empresas, todas, con sus excepciones honrosas, tanto nacionales, internacionales, así como las «amigas», han manipulado sus costos con el tipo de cambio y la incertidumbre económica. Han buscado obtener ganancias, allí impera la ética del capitalismo, con el diferencial cambiario. Reciben divisas de un contrato del sector público, consiguen un operador financiero nacional o internacional, para hacer una triangulación de venta de parte de esas divisas al precio del paralelo, y con la cantidad extraordinaria de bolívares que obtienen, pagan sus costos en el país. Ha sido una espiral. Pero no estoy hablando de sectores productivos nacionales o de servicios, que han tenido que recurrir a la compra de dólares al precio que sea para poder tener insumos y seguir trabajando, estoy hablando de los grandes importadores y empresas, que han hecho fortunas de esta manera, y cuyos nombres nunca verás en una campaña de tuiter o en las páginas de palangristas, mucho menos acusados por el señor Fiscal, porque son «amigos» o «intocables», o señores muy «honorables».

El pasado 2 de febrero, pasó inadvertida para la opinión pública mundial, (cada vez genera menos atención lo que trata de hacer el gobierno), el llamado «Congreso Extraordinario» del PSUV.

Quiero saludar a los militantes del PSUV, organización de la cual soy miembro fundador y de cuya Dirección he formado parte, tanto por decisión del Comandante Chávez, como por elección de sus delegados en el último Congreso. He desempeñado las tareas de Vicepresidente político del PSUV tanto en el Oriente, como en el Occidente del país. Conozco a sus cuadros fundamentales y a la esencia y cualidad política y humana de sus miembros, confío en ustedes y nada, ni nadie, me separará de las posiciones políticas que me fueran asignadas por el Comandante y por la opinión libre de los delegados de nuestro partido, las cuales he honrado y lo seguiré haciendo con mi lealtad a Chávez y a nuestra Revolución.

Este Congreso Extraordinario fue convocado para convalidar lo que ya habían anunciado los voceros del madurismo. El Presidente es «aclamado» para ser el candidato a la reelección en las próximas elecciones, que ya están decididas, donde participará la oposición o parte de ella, independientemente de los acuerdos en República Dominicana, ya el pacto está hecho. Es un nuevo pacto, hecho a espaldas de la mayoría del Chavismo y del país.

A veces, me dá dolor, ver a compañeros honestos jurando que jamás habrá otra traición al pueblo, que no habrá más pactos, sin darse cuenta que, con acción u omisión, se ván deslizando inexorablemente a un nuevo pacto, que sólo sus instigadores y promotores saben de su alcance.

Yo creo que es un grave error. Significará el fín del Chavismo. No se discutió nada, se le falta el respeto a todo el Chavismo. El Presidente nos ha conducido a la peor crisis de nuestra historia, en nombre de nuestro Comandante se ha «desgobernado» al país, se le ha impuesto a nuestro pueblo un paquete neoliberal salvaje, en una mezcla de incapacidad, improvisación y falta de ética para el ejercicio de la política, del poder. Un gobierno capturado por un círculo íntimo nefasto y corrupto, que ha hecho y seguirá haciendo lo que sea para mantenerse en el poder. ¿Para qué la reelección?, ¿siguen vigentes las banderas del socialismo, de Chávez?, ¿Cuál es el programa para enfrentar esta crisis y salir con nuestros propios piés, sin entregar la soberanía sobre nuestro petróleo?, ¿Cuál es el compromiso del candidato a la reelección, el plan económico?, ¿Qué oportunidades tendría de triunfo, si la derecha articula un candidato único con todo el apoyo internacional? No se discutió nada, como si ésto fuera una monarquía.

Yo, que he tenido serias diferencias con el ahora candidato y las he manifestado públicamente después de agotar todos los canales y toda la paciencia, que lejos de ser una característica es una virtud, pedí unas primarias en el PSUV, por cierto, contempladas en nuestros estatutos, señalando que «puedo ser yo, u otro compañero u compañera», para abrir el debate, como debe hacerse en un partido revolucionario, de allí para adelante se ha volcado en mi contra toda la furia del «pranato» de la política, contra mi persona, mi nombre, mi honor y ¡Oh estúpida insensatez!, contra mi gestión durante el Gobierno del Comandante Chávez.

El presidente en sus palabras arremete en mi contra. Observando, pienso, ¿qué le pasa?, ¿cómo es posible que yo sea su obsesión?, ¿Qué haría si Chávez estuviese entre nosotros y lo escuchara referirse así de un compañero?, seguro lo pondría en su sitio, como en Macagua. ¿Cómo es posible que éste sea el discurso de un Presidente, ante su propio partido, ante el país, en momentos tan difíciles y críticos para toda la Nación? ¿No se dá cuenta la alta responsabilidad que tiene ante la historia?

¡Ya basta de acusarme y achacarme, junto a PDVSA todos los problemas del país! ¡ya basta de Berruecos, emboscadas y traiciones!, asuman sus responsabilidades, han tenido el poder bajo su absoluto control, como nunca nadie. Tienen todo, hasta los medios de comunicación. Es momento, si todavía hay oportunidad, de rectificar y gobernar para resolver los terribles problemas que aquejan al pueblo venezolano. Dejen de «malponer» el nombre de Chávez entre los jóvenes y el mundo. ¡Éste no es un gobierno Chavista!

Cuando estas cosas pasan pienso en los compañeros que están allí, veo los que aplauden, ¿cómo se sentirán allí sentados?, ¿para ésto fue el 4 de febrero?, ¿por ésto murió nuestro Comandante Chávez?, ¿dónde están las Fuerzas Morales?, ¿por qué tanto miedo? ¿Es que nadie se da cuenta que nuestro pueblo sufre?, ¿Que nuestros jóvenes se ván del país?, ¿Que ellos sí destrozaron PDVSA?, ¿Qué la economía no funciona? Qué desastre, el Presidente está concentrado en su «vendetta» personal en mi contra. No se ofende el nombre de un hombre sin consecuencias, ¿sabe?

Al mismo tiempo que ésto sucede, el Secretario de Estado, Rex Tillerson, recorre la región anunciando intervención sobre nuestro país, mientras tanto, el Presidente persigue revolucionarios, inhabilita a sus contendores y sigue abusando del poder.

Rex Tillerson, ex CEO o Jefe de la EXXON MOBIL, es el más claro representante del imperialismo que ha visitado estas tierras en muchos años. Nosotros lo derrotamos legalmente con Chávez con ocasión de la Nacionalización de la Faja, asi lo ha reconocido él mismo en una entrevista, donde señaló que no actuó con la mejor estrategia frente a nuestra política petrolera.

Siempre tengo fresco el recuerdo del impresionante acto y las palabras del Comandante Chávez, cuando junto a más de 40 mil trabajadores de la Nueva PDVSA Roja Rojita, entró en vigencia el primero de mayo de 2007, el decreto de Nacionalización de la Faja, eran años de Revolución, fervor patrio.

La Exxon Mobil intentó una acción judicial de confiscación de activos de PDVSA en el exterior, 12 mil millones de dólares en el 2008, ante tribunales ingleses, llamada «Mareva Injuction», los derrotamos y el Comandante Chávez, me recibió con un nutrido aplauso en el Consejo de Ministros (es lo único que basta a un revolucionario), festejó y le explicó al pueblo, era un triunfo del país.

Luego, nos llevaron a Juicios de Arbitraje que habían sido acordados por la IV República durante la Apertura Petrolera, primero ante la Cámara de Comercio Internacional, una demanda mil millonaria, los volvimos a derrotar, con el Comandante Chávez nos fuimos a la Faja y desde allí en un «Aló Presidente» con los obreros, le explicó al pueblo, otro triunfo del país.

De seguido, Exxon nos volvió a demandar ahora ante el CIADI (Centro de Arbitraje Internacional) en Washington, otra vez una demanda de miles de millones de dólares, los volvimos a derrotar y apelamos porque pensamos que la sentencia tenía un problema de fondo. La última sentencia a nuestro favor, la recibimos ya yo estando en la ONU, por supuesto que celebré, ¡esa victoria era del Comandante Chávez! Me extrañó que nadie mencionó el tema en el país, mas que no fuera un comunicado frío y una declaración tan floja que parecía que hubiésemos perdido.

Organicé entonces, una reunión con nuestros diplomáticos y expertos de los países petroleros de la ONU, para explicar el caso y cómo lo manejamos de manera exitosa. Me parece de los más importante explicar nuestras experiencias para ayudar a otros países hermanos. Ese mismo día recibí una llamada del entonces Ministro de Petróleo, hoy detenido, donde, con algo de vergüenza me pedía que «no hiciera o declarara nada» porque «se estaban tratando de llegar a acuerdos con ellos». Me extrañó y decepcionó, más me dió pena ajena. Reflexionaba, qué diferencia, ¡son dos gobiernos completamente distintos!

Después vino la confirmación, «vox populi» en la ciudad de Nueva York que dos ministros del gobierno, pidieron reunirse con la Exxon Mobil para negociar su regreso al país, e incluso que explotaran en conjunto con PDVSA el campo que la Exxon se apropió en nuestras aguas territoriales en disputa con Guyana. Algún Ministro me diría luego, que eso demostraba una especie de «iniciativa pragmática», yo decía para mis adentros, «sí como el Arco Minero».

El imperialismo sabe de nuestros problemas, de los errores, de la debilidad interna, de la desesperación o falta de coherencia demostrada en distintas «iniciativas pragmáticas», que han impulsado un sector que cree que con ellos se puede andar para adelante y para atrás. Movilizas al pueblo para recoger firmas contra el Decreto de Obama, «diez millones», todos firmamos, pero después alguien los convence de no crearle problemas de Imagen a Obama, no fastidiarlo pues, con la entrega prometida por el Presidente. No se hizo. Luego, alguien pensó que aproximarse al entorno de Trump durante la campaña sería buena idea, hasta se hizo el mayor aporte como empresa, a través de CITGO, para el acto de proclamación del nuevo Presidente, hasta estas negociaciones con Exxon y otras propuestas a las agencias del Departamento de Justicia, para resolver problemas que no son del Estado.

Nó, no funciona así, si nó pregunten a los libios, que estuvieron con un doble juego con las potencias occidentales que le ha costado muy caro a su pueblo. Ante cualquier potencia extranjera que nos amenace y pretenda agredirnos, no se pueden mostrar dos caras, ni debilidad. No basta el discurso, si por detrás se intenta negociar. Rechazo las agresiones norteamericanas, su intromisión en nuestros asuntos internos, como lo he escrito y, lo más importante, como lo hice permanentemente representando a nuestro país ante las Naciones Unidas y en el Consejo de Seguridad.

Son momentos muy difíciles para nuestro país, nuestro pueblo y nuestro futuro, podemos caer, de manera acelerada, en una situación de violencia y desestabilización inimaginable. Son momentos en que se requiere la máxima lealtad al Comandante Chávez y su legado, máxima seriedad, no se puede estar envilecido por el poder. Hay que volver al pueblo y al camino de Chávez.

Berruecos está allí, sigue emboscando y fusilando la lealtad a la Patria. Hoy más que nunca, hay que pensar y actuar como lo hizo el Comandante Chávez, si se ha fraguado un nuevo pacto de espaldas al pueblo, entonces, que cada quien asuma su responsabilidad con la historia. Con Chávez siempre, ¡Venceremos!

Carta abierta al pueblo de Venezuela

El pasado 25 de enero el Fiscal General, nuevamente arremetió contra mi nombre y mi reputación, acusándome y condenándome de una vez, de la comisión de supuestos delitos de corrupción durante mi gestión al frente de la industria petrolera.

El Fiscal, con amplia cobertura comunicacional, actúa con claro abuso de poder, violentando mis derechos fundamentales: a la presunción de inocencia, al debido proceso, al derecho a la defensa y anuncia, que pronto emitirá orden de captura en mi contra y solicitará la «alerta roja» en Interpol, como si se tratara de un delincuente.

El Fiscal, aunque es un personaje capaz de hacer cualquier cosa motivado por su afán de cumplir sus ideas fantasiosas, sin embargo, no tiene el valor para llevar adelante esta canallada por sí solo. El Fiscal, actúa sólo por instrucciones del Presidente y su entorno íntimo. Cual títere, hace el mandado y es capaz de prestarse a cualquier cosa por su agradecimiento de que lo sacaran del hueco donde cayó después que el Comandante Chávez le quitara su apoyo a la Gobernación de Anzoátegui. Está lleno de rencores y resentimientos, pero «es» el Fiscal y se presta para cometer esta infamia en mi contra.

¿Cómo llegamos a este punto?, ¿Por qué se arremete con tanta saña en contra de un revolucionario que ha trabajado y luchado lealmente al lado del Comandante Chávez?

¿Por qué se arremete contra una gestión, que es la gestión de Chávez, una gestión que fue fundamental para alcanzar y consolidar los extraordinarios avances políticos, sociales y económicos de nuestro país durante los años que estuvimos en revolución?

¿Por qué soy agredido?, siempre he actuado apegado a mis principios, en el marco de la Ley, nunca abusé del poder, en ejecución de las orientaciones de nuestro Comandante, a favor del Pueblo y nuestra patria.

¿Por qué atacan nuestro trabajo?, que logró enfrentar y derrotar con éxito al capital transnacional, así como, la hegemonía para el desarrollo de nuestro modelo propio, una de las gestiones más transparentes y escrutada hasta el mínimo detalle, tanto por el mismo Comandante, así como, por los mecanismos de control de la Administración Pública, del sector internacional, de nuestros socios y relacionados.

¿Por qué se arremete contra PDVSA y nuestra Política Petrolera?, una de las empresas más importantes del mundo, que la rescatamos junto a Chávez, los trabajadores y el Pueblo, del sabotaje petrolero, de la privatización, que operó como la empresa más exitosa del país, que cumplió todas las tareas asignadas para derrotar la pobreza, que se echó al hombro a todo el Estado y a la economía del país, que cumplimos con éxito todas las tareas asignadas, ayudamos a todos los sectores en el esfuerzo de la gestión de gobierno. Una empresa y una política soberana que rescató el petróleo, y cuyos resultados económicos se tradujeron en prosperidad y desarrollo sostenido del país durante el gobierno revolucionario. Una empresa, la Nueva PDVSA, «Roja Rojita», la de Chávez, profundamente nacional y popular, revolucionaria, instrumento del ejercicio pleno de nuestra soberanía.

Se nos persigue, a nosotros que nunca hicimos cálculos egoístas, ni teníamos otro plan, ni éramos de ninguno de los «grupos», que sólo éramos Chavistas y revolucionarios, que acompañamos al Comandante en su audacia, cuando se metió a lo «hondo», con el «santo y con la limosna», contra el podrido sistema capitalista y dependiente, a conquistar la independencia, lo acompañamos cuando rasgó las tinieblas, abrió las puertas a un gobierno popular y revolucionario

¿Por qué atacan al sector petrolero, a PDVSA, uno de los pilares del Legado del Comandante Chávez?, ¿por qué me atacan, al rostro y nombre emblemático de Chávez y su Política Petrolera, uno de su cuadros históricos?

La respuesta es dura, pero cada vez más evidente, aunque se niegue y no se quiera reconocer o decir: este gobierno hace tiempo que está lejos de ser, lo que nuestro Comandante Chávez quería para su pueblo y para el país, lejos de su Legado y de su Plan de La Patria, mucho menos, es un gobierno socialista.

Desde el inicio de este gobierno, el Presidente fue rodeado por un grupo extraño, además de su entorno íntimo, un grupo empresarial y político, que siempre estuvo allí, agazapado y que fueron actuando de manera persistente, convenciendo al Presidente que «él» debía tener su propio liderazgo, perfil, que «él» era el líder, el nuevo «jefe». Obviaron estos personajes que Nicolás Maduro llegó allí, por el Chavismo, porque Chávez lo pidió el 8 de diciembre, por una posibilidad de continuidad del gobierno de Chávez, de su política, de su Legado, para evitar el asalto de la derecha que se sentía victoriosa después del fallecimiento del Comandante.

Pero, el Comandante en su última alocución del 8 de diciembre, nunca dijo que cambiara a su gobierno, sus políticas, se trataba de poder asumir una nueva elección, si él no estuviese en condiciones de ejercer la Presidencia. Pero él no pensaba morir, siempre pensó estar allí, entre nosotros, creo que así lo entendimos todos, nadie pensó en el escenario de su desaparición física. Es en ese contexto que hay que entender el mensaje del 8 de diciembre.

Creo que, sobreviniendo el fallecimiento del Comandante, el actual Presidente ha debido entender que había sucedido algo fuera de lo previsto por el Presidente Chávez y por tanto se imponía un gobierno, donde, aunque él sería el Presidente tendría que trabajar con la Dirección del equipo de Chávez, y muy cuidadoso de gobernar todos juntos, para enfrentar la tormenta, su elección implicaba el ejercicio de una voluntad colegiada, no individual o personal.

No lo entendió así el nuevo Presidente, ni su papel, ni su responsabilidad. No entendió que no se trataba de sustituir a Chávez, sino de continuarlo. El pueblo nunca quiso cambiar a Chávez, lo perdimos en batalla. El nuevo Presidente se ha debido imponer él mismo la mayor rigurosidad y disciplina, para enfrentar y derrotar la tentación del poder, la ambición de los nuevos grupos, que tratarían de crear círculos de poder, de influencia, para hacer otro gobierno.

Inmediatamente, comenzaron a actuar estos grupos, oportunistas, primero se fue apartando a los Ministros de Chávez. Cualquiera diría, «está en su derecho, es el Presidente», no es verdad, éste era el equipo de Chávez en un gobierno Chavista, pero digamos que sucede, sin embargo, a lo que no tenía derecho, es a apartarse de las políticas del Comandante, de su forma de gobernar y sus principios de actuación. Comenzaron a aparecer personajes a los que justamente el Comandante Chávez había puesto de lado durante su gobierno.

Empezaron los afiches con el nuevo Presidente en posición de «bateo», el ensalzamiento a su personalidad, los aduladores de oficio, el ego, y comenzó un control milimétrico de los medios del Estado, las adquisiciones de medios privados, las alianzas y acuerdos, por lo menos, extraños. Una insistencia del nuevo Presidente de que reconociéramos que «él» era el nuevo «jefe», «él» era el Presidente. Y es verdad, es el Presidente y eso hay que respetarlo, yo lo respeto, pero para ser el nuevo jefe o siquiera acercarse a la estatura de Chávez, hay un trecho insalvable.

No se entendió que, para llegar a acercarse a Chávez, tiene que trabajarse de manera extraordinaria y en equipo. En cuanto a la autoridad sobre un movimiento político o sobre un colectivo, ésta no se decreta, se conquista, con trabajo, estudio, disciplina, ejemplo, decisiones acertadas, actuaciones justas, sin parcialidades, ni grupos, por encima de los intereses mezquinos. Es lo que se llama la «autorictas», pero cuando no se tiene, se recurre al autoritarismo para imponerla.

Igualmente se insistió en hacer un gobierno diferente, dejando languidecer o desaparecer las estructuras, equipos y fórmulas creadas por el Comandante, en un empeño por crear nuevas y distintas iniciativas, una tras otra, sin continuidad y consistencia. Todos estos últimos cinco años están llenos de iniciativas fallidas e improvisadas, con la subsecuente ineficacia o incapacidad del gobierno en la gestión de soluciones a los problemas del pueblo.

En paralelo, se impuso la tesis de controlar, todos los puestos del Estado, del gobierno, con personas «suyas», familiares, amigos, incondicionales. Que no tuviesen capacidad, conocimiento, ni convicciones revolucionarias, ni éticas, no era un problema, lo importante es que eran de los «suyos» y de allí para abajo un desmantelamiento de todos los equipos del gobierno revolucionario del Comandante Chávez, siempre con el argumento de la «corrupción». Qué insensatez y daño tan grande le han hecho a la Revolución Bolivariana y a las instituciones del Estado.

Para ello, se impusieron tesis extrañas como aquella del «sacudón», con alta rotación de cuadros, cambios sucesivos, todo orientado a desmantelar los equipos de trabajo, como si el Gobierno de Chávez hubiese sido malo. No importaba que los ministros o viceministros no tuviesen experiencia, hasta se argumentaba que quien había sido Ministro con Chávez para una cosa, seguro sería buen Ministro para otra. Al final imperó la improvisación, falta de continuidad y ahora el equipo de gobierno es desconocido por su alta rotación, no tiene peso político, nuevamente dentro de la conseja de que «nadie te haga sombra»

El tema económico ha sido el «talón de Aquiles» de este gobierno. Hacía mucho, pero mucho tiempo que todos los grupos políticos, económicos, de poder querían controlar PDVSA y la política petrolera. El Comandante Chávez lo sabía, probablemente encontró en nuestro equipo, un grupo humano comprometido con la transformación del país, como seguramente encontró en los distintos grupos humanos con los cuales fue haciendo sus equipos de gobierno, aupándolos, estimulándolos.

Pero en el caso de PDVSA, la capacidad, conocimiento, honestidad y probidad fueron determinantes para estar el manejo de un sector tan complejo como el petrolero, el corazón de la economía, conformado por un entramado de relaciones internacionales, comerciales y de negocios, con tantos riesgos tentaciones en cuanto en convertirse en un agente de las transnacionales o sencillamente, en un corrupto, un sector creado y estimulado por más de cien años desde la aparición del petróleo en nuestro país, era, o es, el sector vaso comunicante por excelencia con las transnacionales, la única empresa del país en disputa y competencia a nivel internacional.

A los inicios del gobierno del Comandante Chávez, me antecedieron otros presidentes de PDVSA, ajenos a nuestro programa nacional, incluyendo un general activo que terminó de golpista. Esa fue la experiencia del Comandante con el sector petrolero, hasta que llegamos al Sabotaje y la «toma de la Colina». A partir de allí, con un equipo de extraordinarios compañeros, incluyendo a Ali Rodríguez Araque, mi respetado amigo y amigo de mi casa, quien me conoce desde niño y sabe quiénes somos nosotros, comenzamos a trabajar en una Nueva PDVSA, nacional, popular, revolucionaria, la «Roja Rojita». Era la PDVSA de Chávez.

El Comandante, precisamente por las experiencias del Golpe de Estado y del Sabotaje, entendió lo importante de nuestro sector, que era capaz de derrocar gobiernos, por lo que, se dedicó personalmente a trabajar en su refundación, lo hicimos juntos, para mí fue un gran honor.

El que diga que el Comandante era un descuidado, o dejaba hacer, que tuviese «preferidos» por razones distintas al trabajo y las convicciones revolucionarias, está mintiendo. Al contrario, él era extremadamente exigente con los suyos, muy duro. En mi caso, era una revisión permanente, un escrutinio a mi conducta, accionar, gestión, con su mirada fija, penetrante, su intuición, todos sus mecanismos de control, toda la inteligencia y el poder político, popular, se hacía una idea de quién era quién, conocía muy bien a su equipo de hombres y mujeres. Su ingenuidad política quedó atrás con el Golpe de Estado.

Si el Comandante Chávez hubiese tenido alguna duda respecto a mi conducta, honestidad, lealtad o convicciones revolucionarias, me hubiese sacado del gobierno, no hubiese durado ni un año en tan altas responsabilidades. Todos los ayudantes militares, civiles y compañeros que compartimos esta etapa, saben que fue así.

Pues bien, fueron 12 años como Ministro de Petróleo y 10 como Presidente de PDVSA. No sólo estuve en esos cargos, sino que desempeñé innumerables tareas y responsabilidades de la más alta complejidad y compromiso. Ya la historia pondrá las cosas en su justo lugar.

Desde el primer año de gobierno el Presidente Maduro me pidió que le entregara el cargo de Ministro de Petróleo y Presidente de PDVSA, él quería «refrescar» el sector. Ya tenía sus candidatos, uno de ellos está preso y el otro, responsable por cierto de la venta de petróleo Sr Fiscal, goza de protección presidencial que por lo menos es inconsistente con su discurso. No había argumentos, razones. Querían PDVSA y por supuesto, la tuvieron. Yo hice mi entrega de manera escrupulosa, más de 24 cajas de documentos y mantuve copias digitales, de las cuales he hecho varias de respaldo, de toda la información de nuestras operaciones porque ya algo me olía mal en todo ésto.

Eran momentos terribles. Fue la primera andanada de ataques personales, como nunca antes. Sólo le dije en aquel momento al Presidente, que estaba haciendo lo que había prometido hacer Capriles si ganaba las elecciones: removerme e intervenir PDVSA, cosa que el Comandante Chávez en su discurso en La Guaira durante las últimas elecciones, dijo que no sucedería, y explicaba por qué la derecha me profesaba esas amenazas y tanto odio. ¿Quién sospecharía que después el nuevo gobierno, que se proclama Chavista, haría exactamente lo contrario a lo que Chávez dijo?.

Yo acepté ir a Cancillería por mantener la disciplina y manejarme en esta nueva situación, con la esperanza de que fuese sólo un hecho aislado y no un cambio cualitativo. De inmediato me desplegué por el mundo, me recibieron varios presidentes de países petroleros, puesto que yo estaba convencido que el precio del petróleo se desplomaría, no por el petróleo de esquistos norteamericano, sino por las razones geopolíticas que afectaban al norte de África, Siria y Medio Oriente. Fueron desestimadas mis advertencias. Se han debido tomar, en ese momento, las medidas económicas que propuse ante todas las instancias, incluyendo el Congreso del Partido, para enfrentar esta situación que ya estaba advertida. No se tomaron las medidas, se impusieron los intereses de los grupos económicos que se han hecho mil millonarios con el diferencial cambiario.

Al contrario, en vez de atender mis advertencias, algo, que todavía no sé qué fue, molestó mucho al Presidente, cuando intenté ayudar a los trabajadores de Cancillería y hacer algo por la institución, que luego de doce años de Revolución, estaba en una situación deplorable. Salí a las Naciones Unidas.

Nuevamente acepté por disciplina y para representar a mi país ante el máximo organismo de la política mundial y ante el Consejo de Seguridad. Lo hice de inmediato, disciplinado, ya muy preocupado, pero dando todavía espacio al tiempo y a la rectificación. Lo confieso, dentro del chantaje de «no afectar a la revolución», «la unidad», etc.

A PDVSA se entró a «saco roto». Se persiguieron a los llamados «ramiristas», es decir, los equipos formados después de la derrota del sabotaje petrolero, el equipo de Chávez. Comenzó un proceso de remoción, acusaciones, persecuciones, detenciones, se metió al SEBIN a determinar si las operaciones eran correctas o nó, imperó un profundo desconocimiento. Se removieron a los miembros de la Junta Directiva, técnicos-políticos, con una dilatada experiencia y conocimiento del sector y de los antecedentes de la empresa, con liderazgo y prestigio entre los trabajadores. La nueva Junta Directiva, respondía y responde a distintos grupos de poder, económicos y políticos que conforman los nuevos círculos alrededor del Presidente.

Se está abandonando paulatinamente nuestra Política Petrolera, la Faja Petrolífera del Orinoco, ahora se entrega al mejor postor, los campos petroleros a familiares y personas vinculadas a la derecha y la oposición venezolana. Con el petróleo se han sellado acuerdos y compromisos con un sector de la oposición, se intenta congraciarse con las transnacionales para que vuelvan al país, pero ahora será al saqueo.

Se decía que nuestros problemas económicos se debían a la caída del precio del petróleo, pero el petróleo ya ha subido hasta niveles por encima de un 50% respecto al año pasado, entonces, ahora, es la corrupción, ¡sólo PDVSA es corrupta!, pero después de llevarse presos a quienes han querido, que todavía no saben de qué se les acusa, incluyendo dos ex ministros y presidentes de la empresa, que se prestaron a toda esta mala gestión en estos últimos tres años y medio, ahora resulta que se trata de una conspiración, donde hay un «paro silencioso», dirigido por «mafias corruptas».

Nó. Son mentiras, patrañas. La realidad es que luego de improvisar hasta mas no poder, de fracturar la moral, unidad y disciplina de los trabajadores de PDVSA, luego de maltratarlos y hostigarlos, de remover a los cuadros técnico políticos de experiencia y conocimiento y de una abierta y grosera persecución, luego de restringir los recursos de inversión y mantenimiento, la producción de petróleo ha caído en más de un millón de barriles día, y las refinerías no pueden abastecer el mercado interno.

Un desastre, que está dirigido a entregar PDVSA y nuestra política petrolera a las transnacionales y los nuevos grupos económicos como sucedió tras la caída de la Unión Soviética. Es la esencia del nuevo pacto, no el que se discute en República Dominicana, el que ya se ha cerrado con factores de la oposición.

Este factor, aunado a una permanente improvisación, inacción y falta de capacidad en la conducción de los asuntos del Estado, además de una prepotencia y desconexión de la realidad, nos ha conducido a una terrible crisis económica y social, con unos efectos devastadores contra nuestro pueblo, que ha generado un éxodo y una paralización de nuestras capacidades productivas, con fenómenos de hambre, desnutrición y pobreza que no se pueden ocultar, aunque nada se publique ni se diga al pueblo. Es evidente la compleja y difícil situación que enfrenta el país, el deterioro de la calidad de vida de nuestro pueblo. Se va a requerir de un gran esfuerzo colectivo para superarla.

Todo este deterioro ha venido acompañado del surgimiento de las peores conductas sociales, o más bien, asociales en el seno de nuestro pueblo, a todos los niveles: la corrupción, el «bachaqueo», la falta de compromiso con un programa de transformación, las prebendas de hambre administradas para mantener el control social, la trampa y la mentira como una conducta extendida, la desesperanza, la frustración, la violencia, el incubo del fascismo, estimulado en las redes sociales. Es un gobierno que no emociona a nadie, que vive de la etiqueta, de las conspiraciones y de un escándalo tras otro, del miedo, de la manipulación emocional a nuestro pueblo, abusan de la esperanza Chavista.

Estas opiniones y alertas las he venido expresando de manera privada y luego pública. Tengo la información, el conocimiento, la moral para advertir esta grave y difícil situación, del peligro que acecha a la patria.

Ante la debilidad de nuestras instituciones y nuestra revolución, nuestros enemigos acechan, nos agreden desde el exterior, amenazan, sancionan, prometen invasión, revancha.

El gobierno, de manera secreta, ha tratado de establecer algún tipo de pacto con el imperio, pero éste quiere la entrega de todo. Emisarios especiales y ministros, han ido al norte a ofrecer acuerdos, se ofrecen oportunidades petroleras, contribuciones a la toma de posesión del Presidente, han hecho de todo. En Nueva York era conocido que dos ministros fueron a hablar con la Exxon Mobil a ofrecer arreglos, volver a la Faja Petrolífera, incluso explotar de conjunto las áreas limítrofes del país usurpadas por ellos de facto. Ni siquiera los recibió el presidente de la empresa. Las transnacionales lo quieren todo.

Se ha argumentado que cualquier crítica que se haga dentro del Chavismo sólo contribuye a fortalecer a la derecha, mientras, se negocia con AD, con UNT y otros factores para acordar una convivencia de intereses. Triste que se reflote a la derecha para mantenerse en el poder, a costa de lo que sea. Se ha sido muy habilidoso, no se puede negar, en los pactos, acuerdos, manejo de la oposición, sus contradicciones, pero debe hablársele claro al pueblo, al Chavismo, al país. No manipular sus sentimientos, se promete castigo a los culpables de la violencia, resarcir a las víctimas, sancionar a los que han traicionado la patria, mientras se hacen acuerdos secretos con ellos. Se crean nuevas alianzas, mientras se persigue a los revolucionarios.

Yo he asumido la responsabilidad de hacer estas advertencias, no sólo competen al Chavismo, competen a todo el país honesto, trabajador. Nadie me puede «etiquetar», con los «bots» de las redes sociales, nadie me puede descalificar. Podrían no estar de acuerdo con mis opiniones, mi punto de vista o los tiempos y circunstancias políticas, pero nadie me puede acusar de trabajar con la derecha, contra el país y sus más altos intereses. No he sido quien ha pactado con la derecha, ni ha traicionado a Chávez. Jamás me verán con la contrarrevolución, con su discurso, en pactos secretos. Si alguien me pregunta qué hacer, les diría: retomar el camino de Chávez, seguir su palabra, su ejemplo, su Plan de la Patria.

El Presidente arremete en mi contra, utilizando al Fiscal y todo el poder que tiene como jefe de Estado y de gobierno, me trata como al peor enemigo de la revolución, por mis opiniones políticas, por exigir una rectificación a favor del Pueblo. Se me quiere escarmentar, sentar un precedente, quien se atreva a disentir, será condenado al ostracismo y se arriesga a cualquier cosa. Grave error, están matando a la revolución, su moral, su ética, su irreverencia, lo que constituye su fuerza.

Sé que con cada artículo que escribo, le estoy dando otra vuelta a la soga que han puesto alrededor de mi cuello. Si ese es el precio que debo pagar por mi lealtad al Comandante Chávez, al pueblo y a todo el país, lo asumiré. Veo al mundo, con sus problemas, algunos avanzando a una velocidad inimaginable para nosotros, otros sumidos en el caos, la violencia y descuajados, desarticulados. Yo quiero y creo que el país aún esta en posibilidades de resolver sus problemas y salir de esta crisis sin más violencia, en el marco de nuestra Constitución.

He pedido públicamente la realización de primarias en el seno del Chavismo para escoger, por el voto popular, secreto, en ejercicio de la democracia protagónica y participativa, que consagran los estatutos de nuestro partido, a un candidato que sea capaz de conducir al país en este laberinto infernal, donde ya todo se ha convertido en una tragedia para amplios sectores de nuestro pueblo. Esta intención de ejercer mi derecho a la participación política dentro del Chavismo, del PSUV, ha sido respondida con saña, violencia, desproporción, odio.

Jamás me pasó por la mente que, a pesar de las diferencias que pudiese tener con el Presidente, este diera la orden de que me trataran como al peor de los enemigos, incluso, al solicitar la captura de Interpol, me están entregando a cualquiera de los gobiernos hostiles a nuestra revolución. Me hostigan, hasta el punto que no puedo ni siquiera ejercer mi defensa. El Presidente será responsable de lo que me pueda pasar a mi o a mi familia, cuando se desatan los demonios, cualquier cosa puede suceder.

Yo creo en el Chavismo, en que el Comandante Chávez no haya arado en el mar, creo en el pueblo humilde, ese que se mueve con el corazón, con la pasión del instinto redentor, creo en la juventud, en la honestidad, en el trabajo, en que un futuro mejor es posible. Creo en la dirigencia que se ha fogueado y combatido al lado de Chávez, creo en nuestras Fuerzas Armadas Bolivarianas, en la conciencia del país, en las Fuerzas Morales, como decía José Ingenieros.

Cada quien que asuma sus responsabilidades ante la historia, los que me ofenden y persiguen, los que dan la orden para el linchamiento, los que guardan silencio, los que son indiferentes. Deberán rendir cuentas a la historia y a la memoria de nuestro Comandante Chávez.

Hoy día, soy un perseguido político. Sigo firmemente convencido que nuestro país y nuestro pueblo merecen un destino mejor, y por ello lucharé asumiendo las consecuencias de cualquier agresión en ese pacto tácito con nuestros enemigos, en destruir mi nombre y horadar mi honor, en hacerme daño. Seguiré leal a mis principios y convicciones, honrando la obra, el ejemplo y memoria de nuestro Comandante. Con Chávez siempre, ¡Venceremos!

El error fundamental

La gente se pregunta, en todas partes, no sólo en Venezuela, sino en el exterior, cómo fue que llegamos a la situación actual, ¿por qué estamos como estamos?, ¿qué pasó? Voy a tratar de abordar este asunto, desde mi perspectiva revolucionaria y mis posiciones y responsabilidades asumidas durante el gobierno del Comandante Chávez, hasta mi salida.

Voy a referirme a elementos objetivos, aunque, por supuesto, no puedo desprenderme de mi subjetividad Chavista y revolucionaria. Nunca lo podré hacer, eso es lo que soy. Por otra parte, voy a seguir el mandato bíblico de reconocer mis propios errores.

La enfermedad y posterior fallecimiento del Comandante Chávez, nos sorprendió a todos, comenzando por sí mismo. El inicio de sus padecimientos estuvo rodeado de mucho secretismo.

Cuando alguien muy cercano se enferma y muere, sobreviene una etapa de negación de esta realidad. Nuestra condición humana y afecto por el Comandante, no nos permitió vislumbrar con objetividad el futuro sin él.

Asumimos la tarea de apoyarlo y trabajar el doble de lo acostumbrado, para aliviarle esos momentos de sufrimiento y con la responsabilidad fundamental de que todo funcionara en el país y sus instituciones, que no se produjera un caos, por su enfermedad y luego por su fallecimiento.

Acá reconozco ingenuidad de mi parte y creo que de otros compañeros del equipo de Chávez. No quisimos colocarnos en el escenario de su desaparición física, siempre pensamos que se recuperaría, en lo que a mí respecta, hasta el último día en que lo ví con vida ya en el hospital militar, en Caracas. Digo que fue un acto de ingenuidad, o más bien tiene que ver con nuestra condición humana, porque hoy, estoy seguro, de que otros sí lo estaban pensando e incluso, se estaban preparando para ello.

Comenzando por los tanques pensantes del gobierno norteamericano y sus agencias, quienes con base en información pública y filtraciones (que no sé cómo se producían), estaban monitoreando muy de cerca la situación del Comandante y siguiendo la trayectoria trágica e implacable de la misma, mientras, en paralelo, trabajaban en los escenarios de su desaparición, prepararon a la derecha venezolana para que tomara el poder, ya sabían que vendría una «tormenta» por su ausencia.

Por otra parte, en el campo del Chavismo, mientras la mayoría estábamos preocupados en trabajar muy duro y porque él salvara su vida, otros ya estaban pensando en su ausencia. Lo cooptaron, rodearon, se cerró un círculo difícil en torno a él, era difícil aproximarse. Llegado un momento es el mismo Comandante quien nos llama, me llama, para que estuviésemos a su lado hasta el final. Es como si él se hubiese dado cuenta en algún momento, que necesitaba romper ese cerco, llamar a algunos de nosotros para que lo acompañáramos en ese tramo final de su vida. Que pasó en esa etapa de cerco, sólo la historia lo dirá.

Había una cantidad importante de personajes políticos, hombres de negocios, sectores con intereses específicos, a los que el Comandante Chávez tenía a raya, a distancia, los había apartado del gobierno, de su apoyo político, los tenía distantes porque él sabía que estaban allí, tras bastidores, tras de algunos dirigentes políticos, apoyándolos y aupándolos, esperando su momento. Siempre estuvieron y el Comandante los iba apartando, tratando de construir su equipo, propio de él, de sus afectos y confianza, un equipo que no tuviese padrinos ni protectores, segundos planes, otras intenciones.

El Comandante Chávez siempre trabajó compartimentando el poder, nunca lo cedió a ningún sector, ni a una sola persona. Él conocía muy bien el origen del movimiento Bolivariano y sus características aluvionales, electorales, que él mismo no estaba forjado con base en una doctrina, sino en torno a su carisma. Por eso su empeño en subir el nivel de conciencia del Pueblo, su nivel de organización y participación, crear otras instancias político-sociales, crear el PSUV, dotarlo de una doctrina y una ideología. No le alcanzó el tiempo.

Él hablaba de pilares de su equipo, de su gobierno, del partido. Las Fuerzas Armadas Bolivarianas, en particular, el Ejército, la Economía, en particular, PDVSA, el Partido y el Poder Popular.

En función de ese esquema de equilibrios de poder y grupos, del peso específico de cada uno, sus áreas de trabajo y sus respectivos dirigentes, donde la mayoría eramos a la vez dirigentes del PSUV, el Comandante estructuró su gobierno y fue capaz de avanzar de manera eficaz en la conducción de nuestro país. Fue un esquema muy exitoso de trabajo, con él al frente como Líder y Jefe indiscutible de nuestro proceso.

Tenía la autoridad en el seno del Pueblo, del Movimiento Bolivariano, del PSUV, del Gobierno y el Estado, por su trayectoria, sus cualidades de dirigente y su asertividad en las decisiones.

En el pilar del área Económica, en particular, el Petróleo y PDVSA me ubico yo en lo personal y mi equipo cercano de trabajo, con la característica muy específica de capacidad técnica y conciencia política que siempre nos ha caracterizado.

Debo decir que jamás me aproximé al Comandante Chávez con otra intención que no fuera con la de apoyarlo en todo, ayudarlo, dar a la República, a mi país mi mejor aporte, trabajar e impulsar con mucha honestidad un proceso de transformación política verdaderamente revolucionario.

Mis razones son muchas, desde mi origen, mi historia, mis sentimientos, pero por, sobre todo, porque pasé y he pasado toda mi vida preparándome y estudiando para hacer una revolución socialista, porque creo en ello como nuestra única salida, nuestra única opción.

El Comandante Chávez me asignó y me iba dando más y más responsabilidades, cargos y posiciones, que por cierto, nunca pedí, pero que acepté y asumí con honor y con muchas ganas e ideas de cómo ayudarlo. Todas mis acciones desde el gobierno y desde el ámbito político han estado signados por mi lealtad al Pueblo, a Chávez, mi servicio al país y mi irreductible apego a mis principios políticos.

Fueron más de trece años a su lado y doce seguidos como su Ministro de Petróleo. Allí esta nuestra obra, para el escrutinio del pueblo, la historia pondrá las cosas en su sitio.

Algunas personas se molestan cuando yo menciono todo ésto, sin tener la grandeza de entender que nuestra obra y nuestro nombre está indisolublemente vinculada a la obra y al nombre del Comandante Chávez. Parece que ahora, la historia de Chávez y de sus más cercanos colaboradores, su obra y motivaciones está condenada al olvido y persecución. Pero no se puede truncar la historia, ni menospreciar el peso del Comandante en la conciencia y amor del Pueblo, que por cierto es lo único que mantiene a flote a todo ésto.

Pero lo que quería resaltar es que desde cada puesto, posición o responsabilidad que desempeñé para el Comandante Chávez, hasta mi última asignación como representante del país ante la ONU, siempre actué con beligerancia, con base en nuestros principios políticos, haciendo revolución, ayudando desde todos los espacios, desde el poder del Estado, Gobierno y del Partido, a las transformaciones políticas, económicas y sociales que todavía requiere el país. Sin cálculos políticos, personales, acomodaticios, egoístas, sin importar el tamaño y naturaleza del enemigo, siempre con Chávez, él daba el ejemplo y el apoyo para avanzar. Nunca creé que fraccionaran al Chavismo, nunca coloqué a nadie en otros cargos para «conquistar espacios de poder», siempre ayudé a todos que cumplieran sus objetivos.

Así, cuando fallece el Comandante Chávez, yo resulto incómodo para el nuevo Presidente, para su entorno íntimo. Yo era de Chávez y era de su equipo más duro y cercano, con una clara definición y conducta revolucionaria. Se impuso la tesis de que Nicolás tenía que diferenciarse de Chávez, que nadie le hiciese sombra, así lo hizo y ha sido un estruendoso fracaso.

Diferenciarse del Comandante Chávez, su programa, sus propuestas, su obra, su conducta, el ejercicio del poder, su legado ha sido el error fundamental del actual gobierno, error que está pagando caro todo el país.

Si gobernar un país como el nuestro y más aún después de una figura tan importante como la de Chávez, resulta difícil por sí mismo, haber hecho de lado al Comandante, ha resultado de una torpeza que sólo se explica, si es que se puede, desde los abismos de una personalidad insegura, inestable, manipulable y de la acción sistemática e influencia muy poderosa de sectores de poder, esos que siempre estuvieron allí, agazapados, que consiguieron la oportunidad de emerger, ocupar espacios y truncar la experiencia revolucionaria hacia un nuevo acuerdo, un pacto de supervivencia de un mal gobierno reformista, que por supuesto, tiene sus días contados, y que se ha convertido en una plataforma para el ejercicio del poder, que les garantice algún espacio político en el futuro y donde puedan evadir sus responsabilidad por todo el mal que han causado.

El colapso de la economía ya se causó y lo sufre el pueblo. El hecho de que el gobierno sacrifique todo para pagar la deuda, no quiere decir que la economía no haya colapsado ya. El gobierno se mide por los parámetros capitalistas, mientras pagues a los creedores no has colapsado, independientemente de lo que sufre el pueblo por la situación económica, que ni si quiera en los más terribles experimentos neoliberales, se ha producido: una inflación de 2600%, una devaluación de facto de magnitudes inimaginables, con un cambio oficial a 10 bolívares por dólar y un paralelo de 210 mil bolívares por dólar, unos precios que escalan en horas, un aparato productivo paralizado, una caída del PIB por tres años consecutivos a niveles de catástrofe, la imposibilidad de satisfacer las necesidades básicas, fundamentales del pueblo, la salud, la alimentación, la seguridad, los servicios. Los indicadores de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas muestran un retroceso con respecto a los del gobierno del Presidente Chávez.

El no mostrar estadísticas de ninguna cifra del desempeño económico y de nuestros indicadores sociales no sólo le resta credibilidad al gobierno, sino que impide la toma de correctivos y la planificación adecuada, pero además, es inútil esconder la cabeza como el avestruz.

El daño que se ha hecho a nuestra industria petrolera, a PDVSA es incalculable. Se ha actuado con improvisación e incapacidad, se ha actuado con ensañamiento contra una de las principales obras y creación de la Revolución. Nadie se cree el cuento de que PDVSA y sus trabajadores son una entidad corrupta e inmortal. Han utilizado el recurso de las acusaciones temerarias y detenciones arbitrarias, sólo para poner en las posiciones de control de la empresa a las personas de su confianza o grupo, personas sin capacidad alguna, sin calidad política. Cayó la producción en un millón de barriles de petróleo, nuestro sistema de refinación está colapsado, las finanzas manejadas sin criterio, ni conocimiento, ni transparencia. Se persigue a los trabajadores. Se ha provocado un éxodo de los mejores cuadros técnicos, de la juventud. Se maneja al trabajador de PDVSA como si la empresa estuviese ocupada. Los maltratan, los acusan, los persiguen.

Que insensatez, acabar con una empresa por querer controlarla, al precio que sea. Si querían controlar uno de los pilares de Chávez, la economía, el petróleo, PDVSA, lo hicieron, destrozándola. Se me parece mucho a la destrucción de Palmira por las fuerzas del ISIS.

Pero no es cualquier empresa. Es la principal empresa del Estado, el operador de la explotación de nuestros principales recursos: el petróleo y el gas. Se abre el camino para la entrega, para la entrada a saco roto de las trasnacionales, tengo más de un año advirtiéndolo y está sucediendo en este mismo momento, ante el silencio de todos, entre escándalo y escándalo, entre conspiración y conspiración, se desmonta la Política de Plena Soberanía Petrolera, la Política Petrolera de Chávez, de la Revolución.

Siempre se argumentó que el problema económico del país era causa de la caída del precio del petróleo. Eso no es verdad, ya tuvimos esos precios en el pasado con el Comandante Chávez, pero de cualquier manera, el precio ha subido 50% con respecto al año pasado y eso no se traduce en una mejoría de la situación interna. Ahora se dice que no son los precios, es la corrupción.

Según esta matriz, PDVSA es la única entidad del país, donde se produce este fenómeno detestable. Repito, no es verdad. Pero en todo caso: ¿dónde están las investigaciones en CADIVI, CENCOEX, la Tesorería de la Nación, la banca pública y privada, los ministerios ejecutores de obras, el FONDEN, el Fondo Chino, etc.? Allí están los intocables, señor Fiscal.

Pero ahora no es la corrupción, es otro «plan conspirativo» que se ha develado en PDVSA, en esta ocasión, para tumbar de manera deliberada la producción. ¿Hasta cuándo? ¿Por qué no asumen su responsabilidad en lo que sucede en el país? ¿Vamos a seguir de una conspiración a otra? Cada una más inverosímil que la otra, en todos los sectores, petrolero, eléctrico, alimentación, importación, producción y un largo etc. que nadie cree.

Por cierto, ahora la Contraloría General de la República anuncia una investigación en mi contra, adicional a las de Freddy Guevara y este señor devenido en Fiscal. Señala la notificación pública que dado que yo me desempeñé «… en el período como miembro de la Comisión de Contratación para la Procura de Bienes, Servicios y Obras de PDVSA…» Señor Contralor, no vaya a cometer los mismos errores del Fiscal por desconocimiento, tratando de cumplir la instrucción, cuyo claro objetivo es inhabilitarme políticamente. Usted debe saber que yo como Presidente de PDVSA nunca fuí miembro de ninguna Comisión de Contratación, ni de Procura de nada, no vaya usted por favor a caer en la lamentable situación de acusaciones basadas en Falsos Supuestos, como ha hecho el señor devenido en Fiscal con lo de la oficina de Viena.

El deterioro de la situación de Derechos Humanos en el país y la violación de los derechos fundamentales garantizados en nuestra Constitución, la presunción de la inocencia, el debido proceso, la inviolabilidad del hogar, es una alerta de a dónde hemos llegado. Jamás con el Presidente Chávez, tuvimos esta situación, de presos, desaparecido, allanamientos, hostigamientos, violación del debido proceso, confiscación del hogar, amenazas, órdenes de excarcelación que no se cumplen, etc.

Todo ésto compete al Fiscal, en vez de prestarse obsesivamente a una persecución política en mi contra, debería ocuparse de éstos y otros casos. Todos vimos el video de Oscar Pérez, le dió la vuelta al mundo, pidiendo la presencia de un fiscal según manifestaba, para entregarse, luego murió, aparentemente por la acción de un artefacto explosivo, que disparó alguien uniformado, también están los videos. Ésto no es nuevo en el país, durante la Cuarta República esa era la forma de actuar de los cuerpos policiales, de la DIGEPOL y otros, baste recordar el asesinato de «caraquita» en circunstancias similares en Petare. Si en ese momento hubiesen existido las redes sociales hubiese quedado su testimonio, o tal vez, el de Felipe Malaver, o los hermanos Pasquier. Lo malo de todo ésto, señor Fiscal, es que se está pareciendo mucho, a la Cuarta República y nadie dice nada.

En muchos aspectos, la actuación del gobierno nos ha retro traído a una situación de obscurantismo, asfixia, a un retroceso. Le han hecho la tarea a la derecha nacional e internacional, cuando meten todo ésto en un solo saco y lo llaman Chavismo, Revolución, Socialismo. Le han dado argumentos a la derecha, argumentos que nunca tuvieron con el Gobierno de Chávez, no porque ellos no lo quisieran, o ahora hubiese una «conspiración» nueva, nó, lo que pasa es que el Gobierno del Comandante Chávez nunca actuó de esta manera y cando algún exceso se producía, el mismo lo sancionaba de manera ejemplarizante, así destituyó jefes policiales o de cuerpos de seguridad y dió instrucciones muy precisas a las fuerzas del orden público sobre la manera de actuar, jamás interfirió con el Ministerio Público, ni ningún otro órgano del sistema de justicia, mucho menos en Tribunales, o en el TSJ, nunca juzgaba a nadie «a priori», en público. Era muy cuidadoso con tener su ética y la de su gobierno intacta, era una revolución.

Este gobierno no emociona a nadie, no transmite optimismo, no se vislumbra un futuro. Nuestros jóvenes, profesionales, estudiantes, obreros, todos, Chavistas, antichavistas, independientes, están saliendo del país a cualquier destino, en general les vá mal, los maltratan, explotan, ahora mueren. Es muy triste salir o estar fuera del país.

Yo quisiera poder volver a mi país, en este momento no tengo ningún tipo de garantías, sólo amenazas. Me retaba a que volviera el hermano de un gran amigo de mi padre, guerrillero, que vivió años fuera del país y en la clandestinidad por ser perseguido político, debería decirle al hermano que le cuente qué se siente.

Yo reto al Presidente Maduro a que me dé garantías para volver, que cese la persecución política en mi contra, la censura, que cesen las investigaciones que él sabe bien que son infundadas. Tendría muchas cosas que decir con relación a todas las operaciones de la revolución, pero yo soy un revolucionario y son secretos de Estado.

Si el Presidente Maduro me ofrece las garantías necesarias, entonces volveré al país para recorrer el camino de Chávez, para hablar con el partido, con los dirigentes, para hablar sin ser censurado. Hay posibilidades de revertir la situación y corregir el error fundamental, hay que volver a Chávez.

Si yo vuelvo al país, reto a Maduro a unas primarias, libres, con garantías, para definir quién hará frente al candidato de la derecha, quién será el candidato del Chavismo, puedo ser yo, puede ser otro compañero o compañera, pero creo que no puedes ser tú. Si insistes en mantenerte en el poder, a costa de lo que sea, se puede producir una fractura histórica en nuestro movimiento y nuestro país será presa de un largo y continuado proceso de desestabilización y caos, mientras el mundo y muchos países hermanos avanzan hacia el futuro.

El error Fundamental ha sido poner de lado a Chávez, volvamos al camino del Comandante, esta situación la podremos resolver a favor del pueblo, de todo el país, tenemos los recursos, las capacidades y la responsabilidad de intentarlo todo para salvar a la patria del abismo. ¡Con Chávez Siempre, Venceremos!

Entre el miedo y el caos

Entre el miedo y el caos naufraga un país, un sueño hermoso, la posibilidad de redimir a nuestro pueblo pobre y de zafarnos para siempre, de cualquier dominación, y avanzar en la construcción de nuestro propio futuro, nuestra propia concepción de la sociedad, una profundamente Bolivariana, Chavista, Socialista.

El miedo se ha impuesto, ha calado en todos los estamentos de nuestra sociedad, de nuestro ámbito político. Triste y deplorable condición que caracteriza a la actual situación. No estoy hablando del miedo establecido por la delincuencia y el malandraje en las calles y barrios de las ciudades, ni en los campos del país, en un virtual toque de queda donde la gente ha cambiado sus hábitos, su rutina de trabajo, su forma de vida y se encierra en sus hogares o busca refugio en cualquier sitio, puesto que las calles parecieran estar en control del hampa o por la desconfianza en los mismos cuerpos policiales. Nó, estoy hablando del miedo que prevalece en el quehacer político del país, por la persecución política, el hostigamiento, la vigilancia, las acusaciones más descabelladas y las detenciones arbitrarias de quien exprese una posición política contraria o cuestione las actuaciones del Presidente, de su círculo íntimo o de cualquiera de los varios «jefes» que ahora lo dirigen.

Es triste que ésto suceda en un gobierno que se dice Chavista. Más bien es deplorable. El Comandante Chávez nos legó un país de plenas libertades, libertad de pensamiento, de acción política, de participación. No sólo lo practicaba en su conducta diaria y en su manera de gobernar, sino que, tal vez lo más importante, nos legó una Constitución, donde se garantizan de manera amplia, extensa y avanzada todos los derechos fundamentales del ciudadano. Contemplando un complejo y bien elaborado andamiaje, marco jurídico, un sistema integral para garantizar la vida, la justicia, el debido proceso, presunción de inocencia, libertad, el honor, nombre propio, reputación, protección del hogar doméstico, seguridad jurídica, integridad física, moral, la confidencialidad de los datos personales, la democracia popular, participativa, los derechos humanos, políticos, de expresión, de asociación, tránsito, trabajo, religión, cultura, libertad económica, educación, salud, alimentación, hasta la propiedad. Todos los derechos están incluidos y garantizados por nuestra Constitución porque son consagrados progresivamente.

Igual estableció los instrumentos e instituciones para su garantía y protección, esto es, el Estado de Derecho. Restableció el concepto Bolivariano del Poder Moral, cada Poder con sus atribuciones y espacios bien definidos. Es probablemente la más avanzada del mundo.

Dejaba atrás el Comandante a la Cuarta República, con su estela de violaciones a los derechos humanos y abusos de todo tipo de los cuales echaron mano las élites de la Cuarta República para mantenerse en el poder.

Yo viví el período del gobierno revolucionario del Comandante Chávez como ciudadano y luego como Ministro y dirigente político a su lado. Siempre me sentí muy orgulloso y creo que fue un extraordinario aporte a la política del país, por la forma como nuestro Comandante ejerció el poder. Jamás lo escuché, ni siquiera en las circunstancias más apremiantes, ordenar alguna acción violenta, abuso, detención, acción para suprimir una disidencia, una opinión política o de cualquier tipo. Cuando un dirigente popular, o cualquier ciudadano, desde el más sencillo hasta cualquier otro exponía alguna idea, reclamación, queja, cuestionamiento, el Comandante Chávez, no sólo se interesaba y prestaba atención, sino que indagaba más y se metía al problema, hasta el final, estudiaba, no aceptaba la excusa de que era «un enemigo o un escuálido», siempre propendía a defender y escuchar al débil, al oprimido, a la mujer, al joven, al obrero.

Cuando algún ministro trataba de interponer una demanda por difamación, de esas que abundaban en el accionar opositor y de los grandes medios, él nos decía una y otra vez, que no había que «judicializar la política».

Jamás lo ví intervenir en ninguna decisión del TSJ, ni siquiera cuando la misma dictaminó que los hechos de abril no fueron un golpe de estado, ni cuando el Sabotaje Petrolero, ni incidía sobre la Fiscalía o cualquier otro órgano del Poder Moral, no amenazaba, mucho menos grababa a sus ministros o compañeros de trabajo.

Cuando el CNE, durante el referéndum por la reforma, informó que los resultados estaban muy estrechos, pero que faltaba aún el conteo de votos, tarde en la noche, que podrían dar una estrecha victoria a la opción de la revolución, él instó al CNE a que diera los resultados, en aras de la paz, qué él no podía introducir, imponer, una reforma tan amplia de la Constitución con un margen de votos tan estrecho.

Desde «La Batalla de Santa Inés» y a partir de allí hasta su última victoria en 2012, me desempeñé como su jefe de movilización y logística. Una vez, ya en campaña para la batalla de 2004, ante la incertidumbre en los resultados por la situación económica y de desestabilización en el país, le pregunté, eran altas horas de la noche en su despacho, que haríamos si perdía el referéndum. Se me quedó viendo y me dijo: entregamos el gobierno y nos vamos a las calles a recuperar el favor del pueblo. Nunca tuve dudas de la honestidad y ética del Comandante en el ejercicio del poder.

Al trabajar con él sentíamos y respetábamos su autoridad como Jefe de Estado, Presidente y Jefe de la Revolución. Era un hombre de un carácter fuerte, pero a la vez, profundamente humano. Nadie discutía su autoridad, porque siempre era el primero en todo: con su moral y ética intactas, primero en el trabajo, en el sacrificio, en el riesgo, en el esfuerzo, humilde, conocedor del pueblo, de los soldados, estudioso, valiente, muy respetuoso de todos, de sus compañeros, de sus contrincantes políticos, conocedor a fondo de los códigos de la conducta política y su significado. Así, él no temía por su autoridad, era un dirigente seguro de sí mismo, no le temía a la discusión de las ideas, a contrastarlas, no tenía miedo, ni complejos.

No es lo que pasa hoy día en el país, ni en el gobierno. Existe un temor extendido a decir algo que no esté en línea de lo que dice el Presidente, o ni siquiera eso, de lo que dice su círculo íntimo. Eso no es ni disciplina, ni lealtad, eso es MIEDO. Yo estoy sorprendido y preocupado por esa actitud. Porque los dirigentes, el partido, las instituciones y los distintos organismos del Estado se paralizan, no cumplen sus tareas de control, de alerta temprana, nadie dice nada. El silencio, la omisión, no dar la opinión oportuna, el aplauso fácil, es parte del problema.

Se ha utilizado la persecución para imponer este estado de cosas, esta conducta, se ha abusado de la disciplina del Chavismo. En los organismos públicos, en las empresas del Estado, se ha producido una «purga» de sectores Chavistas, sobre todo de los que trabajamos con el Comandante, o sencillamente por desplazamientos de grupos. Los programas de opinión, que con Chávez florecieron, se han ido cerrando uno a uno, los que quedan y emitían opiniones críticas han tenido que irse retractando o ajustando el discurso, convirtiéndose en una mueca de lo que eran, un coro de lo absurdo. Hay casos emblemáticos, no los voy a mencionar, pero los obligan a retractarse de sus opiniones para volver a sus programas. Es triste.

La actuación de los organismos de seguridad del Estado ha sido abusiva. Los allanamientos, las detenciones con rostros enmascarados, con gran profusión de hombres y armamentos para detener a quien sea, además de resultar ridículo, tiene la clara intención de atemorizar, amedrentar, callar la boca. Los juicios públicos, cuando el Presidente, el Vice presidente o el Fiscal sentencian a alguien en público, en cadena nacional, en rueda de prensa, están violando todos los procedimientos y garantías que establecen nuestra Constitución, que introdujo y respetó el Comandante Chávez, para que nunca nadie lo pudiese llamar, calificar de tirano o autoritario.

Toda esta acción directa de los distintos organismos e instituciones del Estado, viene acompañado de una agresividad en el lenguaje, en los mensajes, un «malandreo», una vulgaridad que expone como lo que son a los «pranes» de la política. ¡Qué daño le han hecho y le siguen haciendo a la Revolución! Han estimulado lo peor de las conductas políticas, la persecución, el fascismo, la violencia, los linchamientos morales, el silencio y el miedo.

En mi caso, el Fiscal sigue actuando en violación de la Constitución y de mis derechos fundamentales (sigo recordando la imagen de Tarek gritando lo mismo, detenido durante el golpe fascista de 2002). Se está violando la Constitución en todo el articulado que él mismo ayudó a redactar como Constituyente. ¿Cómo es posible ésto poeta? ¿Puede el deterioro llegar a tanto? ¿A cambio de qué? Dije el pasado artículo que conozco al Fiscal desde tiempos seguramente ya muy remotos para él, donde no tiene vuelta atrás, volver a Kabul. Sigo recordando la dura campaña que hicieron en tu contra las mismas personas que hoy te han asignado el papel de perseguidor de revolucionarios. Siempre contaste con mi apoyo. A pesar de todo lo que decían de tí, de tu relación con los empresarios del Estado, del rechazo generalizado de la militancia, te apoyamos desde PDVSA, sí la misma que ahora acusas y persigues, era nuestra responsabilidad. Te apoyamos políticamente hasta que el Comandante Chávez decidió quitarte su apoyo. Eso sí duele, que Chávez le haya quitado el apoyo político a alguien. Parece que ahora eso no importa, este es otro gobierno, rodeado de personajes a los que el Comandante Chávez puso de lado. Cosa extraña.

Mientras el Fiscal sigue tratando de enlodar mi reputación y la de compañeros como el Dr. Bernard Mommer (increíblemente le colocaron «alerta roja» en INTERPOL) mientras persigue familiares, como a la esposa de Mommer, funcionarios como Zerpa (no el Vicepresidente de Finanzas de PDVSA, sino la hija del ex magistrado), encarcela a otros como Nélida Izarra, él sigue atrapado en su mentira, haciendo un papelón.

Ahora el Fiscal se enteró de que nuestras fórmulas de precios se referencian al crudo mexicano, el Crudo Maya que es el referencial para el crudo pesado en el atlántico, pero también se refencia al WTI («West Intermediate Texas») que forma el precio en esta cuenca, junto a otros factores de calidad. Ahora puedes decir algo así como «descubrimos que el precio se fijaba primero en Texas y en México». No Tarek. Estudia, piensa bien antes de hablar, tal vez las transnacionales o Comercio y Suministro de PDVSA te puedan dar mejores argumentos. Porque esta política que ahora tú persigues, es parte de nuestra Plena Soberanía Petrolera, la de Chávez, no le dimos descuentos a NADIE, mucho menos a las transnacionales. Éstas acechan, esperando a que el Ministerio levante estos mecanismos de transparencia, volver, poco a poco, a la Apertura Petrolera.

Lo repito: la oficina de Viena sólo Fiscalizaba el precio, no vendía petróleo. Pero además, PDVSA y las Empresas Mixtas estaban en la libertad y obligación de vender nuestro petróleo por ENCIMA de la fórmula, si te dieras a la tarea de revisar a qué precios se vendió nuestro petróleo, verificarías que siempre fue un precio mejor para el país, que nosotros acabamos con la política de descuentos a los EEUU, que no aceptamos descuentos a Nynas en Europa y que yo como Ministro me opuse a los descuentos que pedía Petrobras para la «Abreu e Lima» o CNPC para nuestra refinería en China. Ahora, si alguien vendió por debajo de estos precios, o más bajo que el mercado, entonces debes abrir una investigación en Comercio y Suministro de PDVSA, en esa Vice Presidencia pudieses encontrar problemas, era su función.

Ahora con el abuso de las llamadas redes sociales, se coloca una etiqueta con una descalificación, una acusación, en minutos, con los famosos «robots». Los grandes medios silenciados, por cobardía, cuidando su puesto o por falta de ética profesional. No hay, con sus muy honrosas excepciones, nadie que diga la verdad. Nadie se atreve. Ésto así, no vá a terminar bien, para nada. Luego vendrán las reflexiones, sobre todo de los dirigentes, pero probablemente sea muy tarde.

Y no vá a terminar bien, porque mientras el silencio y el miedo se han impuesto arriba, allá abajo, el pueblo, el ciudadano de a pié, está molesto, se expresa de una manera peligrosa. Hay un caos económico que está poniendo mucha presión sobre la situación social.

Cuando digo que no vá a terminar bien, hablé en un futuro de corto plazo, para todo el país, para la estabilidad política del Estado, porque realmente para muchas personas del pueblo, ésto ya terminó mal. Para los que retrocedieron a la pobreza o pobreza crítica, los que abandonaron los estudios o el trabajo habitual, los que salieron del país, los que están siendo explotados, prostituídos o maltratados en el exterior, para ellos ya terminó mal. Para muchos niños y ancianos, para los que están buscando comida de manera desesperada hasta en los basureros, ésto ya terminó mal. Para el enfermo crónico o para quien tuvo un accidente o un padecimiento, para quien ha perdido algún ser querido por falta de medicamentos, por la delincuencia o la violencia política, ésto ya terminó mal. Para muchas de nuestras empresas, entre ellas PDVSA, para nuestro sistema de protección social, nuestra economía, nuestras posibilidades de cumplir con el Plan de la Patria de Chávez, ésto ya terminó mal.

Puede estar peor, si no hacemos algo. Mientras estamos entre el miedo y el caos, y avanzamos en un nuevo pacto, un nuevo acomodo de fuerzas, donde no sabemos de qué se trata la negociación, no en la superficie, en la declaración, sino en el fondo, en la realidad, mientras todo ésto sucede, se sigue desfigurando el Proyecto del Comandante Chávez.

Se ha trastocado, ésto se parece más a los efectos de un paquetazo neoliberal que a un gobierno socialista: la inflación desatada, que insisto, sí existe y está haciendo un daño terrible al que vive de su trabajo, siguen subiendo los precios, nadie puede atajar el desacato de las cadenas de distribución, comerciales, la caída de la producción nacional, la crisis en PDVSA, la situación de alimentación. Se vé gente desesperada, molesta.

Los videos de pobladores matando y destazando una vaca para comer sólo recuerdo haberlas visto en la Argentina de Menen, eventos de saqueos, en distintos sitios, los pronunciamientos de los trabajadores de PDVSA, el reclamo de soldados de la Guardia Nacional, por las duras situaciones económicas me preocupan, pareciera que deben encenderse algunas alarmas, en vez de saturar los medios de comunicación con desinformación o acusaciones de que son escuálidos o violentos, esos están sentados en el «Diálogo».

Yo quiero precisar algo, NO estoy de acuerdo con un paro en PDVSA, nadie puede paralizar la industria nunca más, por ninguna razón, a menos que seamos víctimas de una invasión o agresión militar, entonces será un tema de seguridad de la Nación. Pero, quiero hacer un llamado a los trabajadores petroleros, que nadie se deje utilizar o manipular por la derecha, nunca los trabajadores petroleros atentarán contra la empresa. Eso sí, su voz debe ser escuchada, atendidos sus reclamos laborales, deben ser restituído el nombre, la moral y las condiciones para que la empresa cumpla con su deber social, es el eslabón más importante de la economía. Todas las medidas que se han tomado para «controlar» a la empresa, la han desprovisto del liderazgo, conocimiento y calidad revolucionaria que la caracterizaron durante el gobierno Revolucionario del Comandante Chávez. Allí están los resultados.

La pretendida lucha contra la corrupción no es más que una excusa para tapar todos los errores que se han cometido en su conducción durante los últimos tres años y medio de la empresa. ¿Qué razón ha motivado al Presidente para convertir a la PDVSA del Comandante Chávez, a la Roja Rojita, como la cara de la corrupción o del fracaso de la Revolución? ¿Por qué? Yo estuve allí durante diez años y doce como Ministro de Petróleo del Comandante, no fue producto de un pacto o de un arreglo de fuerzas, fue su decisión, siempre lo fue, y nuestro sector y desempeño, fue muy exitoso, tanto que, no sólo sostuvimos la economía y el avance social de nuestro pueblo, sino que además fuimos la punta de lanza de nuestra política exterior, es decir, si no fuera por el petróleo, no tendríamos los apoyos internacionales que ahora tenemos.

Es la realidad, esa realidad no ha debido causar problemas al Presidente Maduro, a menos que la misma le molestara, o le incomodara. Hasta allí no llego. Pero de lo que si estoy seguro es que se debe tener un poquito más de responsabilidad histórica, responsabilidad con el país y con este pueblo, ser más leal a Chávez y cumplir con la tarea encomendada por el Comandante.

La derecha avanza, desde afuera y desde adentro. Ahora se recurre a una idea, que ciertamente la pensó el Comandante Chávez, pero no es lo mismo. Es decir, tiene el mismo título pero contenido distinto, como lo del Arco Minero.

El Petro, no es una criptomoneda, es sencillamente una especie de bono, donde se coloca de garantía nuestras reservas petroleras. Alertamos que es inconstitucional e ilegal. Nuestra Constitución reserva el petróleo como propiedad del Estado venezolano, es del dominio público y por tanto, inalienable e inejecutable, no puede ser embargable, ni colocada en garantía de ningún tipo.

La manera de explotar y desarrollar las reservas de petróleo están definidas claramente en la Ley Orgánica de Hidrocarburos, donde el Estado recibe una regalía en su carácter de propietario, impuestos por ser soberano y una participación mayoritaria en su explotación. Por cierto, quien dirige esta operación, era un militante o dirigente de la extrema derecha. Eso que quiere decir, además de que el gobierno tiene nuevos «amigos», indica claramente que éstas no son políticas, ni tiene objetivos revolucionarios, menos aún socialistas.

Hay que superar el miedo, el silencio, el caos, porque entre ellos, sucumbe nuestra revolución, nuestro país. No quiero que ésto suceda, me molesta tanta ceguera, tanta prepotencia, tanta improvisación. No lo podemos dejar a su suerte, ha costado mucho. Conocí a un gran Presidente, tuve un gran Jefe, un gran amigo, nuestro querido Comandante Chávez, he sido testigo de excepción de su obra y como tal, estoy convencido de la justeza de sus acciones y del socialismo, le debo lealtad en el pensamiento y la acción.

Pienso que todos los que han transitado este camino con el Comandante Chávez, deben pensar un poco más en lo que está pasando y siempre preguntarnos, qué esperaría el Comandante de nosotros, acaso ¿el silencio o la acción?, ¿el valor o el miedo? ,¿la calma o el arrojo? ¡Con Chávez siempre Venceremos!

Los ojos de los enterrados

Es el nombre del último libro de la Trilogía del «Ciclo Bananero» de Miguel Ángel Asturias, junto a «Viento Fuerte» y al «Papa Verde», en esta novela nuestro extraordinario Premio Nobel, uno de los más genuinos exponentes del realismo-mágico latinoamericano utiliza la figura de la leyenda Maya, que es común a los campesinos pobres de nuestra región, donde «los ojos de los enterrados sólo se cerrarán cuando la justicia llegue». En ella se describe la transformación de la conciencia mágica del pueblo en una conciencia revolucionaria, al grito de «Chos, chos, moyón con», estalla la rebelión campesina contra las bananeras norteamericanas donde la idea motriz resulta en la esperanza de la transformación de su dura realidad para que la justicia «reine entre los muertos en vida».

Muchos años después de aquel proceso revolucionario iniciado en Guatemala, y truncado con la intervención norteamericana y el derrocamiento del Presidente Jacobo Árbenz en 1954, nuestro Comandante Chávez insurge el 4 de Febrero de 1992 y , luego de la prisión y de recorrer al país verdadero, de un extremo al otro, asume el poder por la vía electoral, pacífica, una vía que venía marcada por la trágica experiencia del derrocamiento del Presidente Salvador Allende en Chile, 1973, donde el golpe fascista acabó, nuevamente, las aspiraciones del pueblo y donde sus muertos yacen aún con los ojos abiertos esperando por la justicia.

No es fácil hacer una revolución, es el acto más complicado, el que mueve la historia; «rasgar un instante las tinieblas, fulgurar apenas sobre el abismo…» (Bolívar, 1830), dar el salto, ir a contracorriente de todo el poder y la cultura de la dominación, romper la hegemonía, interpretar el sentimiento popular, canalizarlo, transformarlo en conciencia revolucionaria y sólo entonces, comenzar a avanzar en la construcción de la nueva sociedad, del futuro.

Para ello debe establecerse un nuevo «equilibrio armónico», como lo señala Wilhelm Reich en sus escritos, donde se construyan nuevas relaciones, se supere la hegemonía de la dominación y se le pueda dar una base material al nuevo equilibrio, a la nueva conciencia, que resultará muy frágil al inicio, más cuando está aislada, cuando depende de un líder, cuando no tiene relaciones y formas económicas que las sustente. Es precisamente el caso de nuestro país. Se alcanzó un nuevo nivel de conciencia en el Pueblo, liderada y soportada sobre los hombros y el carisma del Comandante Chávez, pero con una incipiente base material que la sustente, algunos ensayos y focos de nuevo tipo de relaciones económicas: PDVSA, Empresas Socialistas, Comunales. Mientras esas capacidades se formaban, todo lo soportaba, lo soporta la renta petrolera. Con la desaparición del Comandante, nuestra Revolución entra en un área de peligro inminente, más cuando no se entiende que nadie puede igualar el carisma y liderazgo del Comandante Chávez en el seno del Pueblo. Eso sí lo entienden muy bien nuestros enemigos.

Este tremendo vacío espiritual y político dejado por la ausencia del Comandante Chávez, sólo puede ser llenado con un esfuerzo colectivo centrado en mantener su legado, su política, su propuesta, sus formas. No hacer un uso abusivo de su nombre o su figura, sus fotos o peor aún, interpretarlo o silenciar partes de su discurso. Nó, el pueblo venezolano adquirió una conciencia que le permite identificar cuándo hay una impostura o una falsificación.

Siendo las relaciones capitalistas hegemónicas en nuestra economía, con la desaparición física del Comandante, éstas actuaron de inmediato para estrangular a nuestra Revolución, rompieron las amarras, se desataron. Ésto sólo fue posible porque Chávez tenía la fuerza y capacidad para subordinar las fuerzas económicas a sus propósitos políticos, mientras se construía, desesperadamente, una nueva hegemonía económica: la socialista. Es decir, siempre ha existido una guerra económica contra la revolución, sólo que Chávez fue capaz de ganarla. ¿Cómo la ganó?

Es en este contexto que debe entenderse el rol asignado por el Comandante Chávez a PDVSA. Ésta, la petrolera, es la actividad fundamental, estratégica del país, la que garantiza el poder político y permite avanzar en un nuevo modelo económico, permite avanzar en la transición. Porque, mientras se supera el modelo rentista petrolero, ¿quién sostiene al país?, ¿quién sostiene a las Misiones? ¿quién sostiene el modelo de protección social?, ¿quién paga la cuenta?, nadie.

El Comandante Chávez lo entendió con su perspicacia política, su capacidad para manejar situaciones. Así, cuando la «meritocracia petrolera» creía que nos daría el golpe de gracia con el sabotaje petrolero, luego del Golpe de Estado de abril de 2002, cuando paralizaron la industria en una clara subestimación del liderazgo del Comandante y de la conciencia de los trabajadores de la industria y del Pueblo, abrieron la posibilidad de «conquistar la colina» y destrabar el proceso de transformaciones económicas y sociales en el país, y sostener las transformaciones políticas.

Además, que, en su propia visión geopolítica del mundo, entendió que era el petróleo, nuestra condición de país productor, lo que, en una primera instancia, nos daba proyección internacional, lo que nos podría abrir las puertas al mundo. Luego sería su palabra, el ejemplo de nuestra Revolución, su mensaje liberador lo que nos abrió el apoyo en Latinoamérica, El Caribe, África, Asia, el mundo progresista. Pero al inicio de todo, el petróleo era nuestro portaaviones, con él cruzaríamos los mares y océanos, al Caribe, Suramérica, Rusia, China. Por eso prestaba tanta atención a la OPEP, conocía de la política petrolera, estudió, aprendió, con profunda humildad y se labró un liderazgo propio en el mundo petrolero, construyendo alianzas estratégicas, alianzas que aún nos sostienen y apoyan.

Así el Comandante Chávez entró en la Industria Petrolera, en PDVSA, con nosotros a su lado, siempre, la amó, la vivió durante el sabotaje, al frente de sus trabajadores, los conoció, apoyó, construyó un liderazgo interno, promovió liderazgos propios. Él, sin embargo, tenía muchas aprehensiones respecto a la cultura petrolera de la vieja PDVSA, de que se reprodujera la cultura de la meritocracia, es muy fácil que eso suceda por el carácter internacional y especializado del negocio petrolero, pero a la vez, entendía que era una actividad con un requerimiento de conocimientos y experiencia que no podían subestimarse, ni desecharse, ni improvisar. Por eso siempre seleccionó entre los mejores cuadros técnicos, los que pudiesen acompañarnos en la transformación de PDVSA, en crear la Nueva PDVSA.

La Nueva PDVSA, la Roja Rojita, es creación de Chávez. Yo estuve al frente de ella por diez años, doce como Ministro de Petróleo de Chávez, lo reivindico, me siento orgulloso, hicimos lo que teníamos que hacer, lo volveríamos a hacer, más rápido, más contundente. Creíamos que tendríamos más tiempo con Chávez, nadie imaginó un fín tan prematuro de su vida. Algún día sabremos con exactitud qué sucedió.

Pero tener a PDVSA, no bastaba por sí mismo. Tuvimos que desplegar la Política de Plena Soberanía Petrolera, recuperar el ingreso, la regalía, el impuesto, la producción, el precio, el control operacional, Nacionalizar la Faja Petrolífera del Orinoco. Es decir, desarrollamos la política petrolera de Chávez: nacional, popular, revolucionaria. Es la que todavía nos sostiene, es la única que salvará a la Quinta República de la debacle.

Pero también teníamos que acompañar la política con el desempeño operacional. Recuperamos todas las capacidades operacionales de la empresa, hoy día, podrán decir lo que sea, podrán mentir, en un coro extraño, impensable, con la derecha internacional, pero PDVSA, la Nueva PDVSA, operaba a satisfacción hasta el año 2014. Recuperamos todas las áreas, teníamos la producción en tres millones de barriles día, las refinerías abastecían al país de combustibles, exportábamos, había gas, se atendía al mercado interno. Se recuperaron las capacidades de transporte, perforación, procesamiento. Se entregaron al Estado Venezolano más de 500 mil millones de dólares en el período. Hicimos nuestro trabajo. Allí están los números, los resultados, nos tocó sostener esta revolución y este país por doce años y lo hicimos. Habría que preguntar por los resultados en otros sectores, por el uso de los recursos que entregamos, en nuestro caso, todo está soportado y documentado.

Con la Nueva PDVSA en plenas capacidades, el Comandante Chávez no sólo tenía la renta petrolera para sostener los avances sociales, sino que tenía la posibilidad de desarrollar una política económica que contuviese a las fuerzas del capitalismo, que derrotó a la guerra económica. Allí están los números que lo muestran, y que defienden su gestión: inflación promedio de 25%, estabilidad en el tipo de cambio, reservas internacionales, Fonden, Fondo Chino, crecimiento permanente de la actividad productiva, alimentación, entre otros índices que se traducían en el abatimiento de la pobreza, la pobreza crítica, el analfabetismo, las Misiones de salud, educación, alimentación.

Pero, además, la Nueva PDVSA hizo un esfuerzo extraordinario para apalancar justamente los sectores que darían paso a otro modelo económico: al socialismo. Dimos cantidades importantes de recursos al Fondo Zamora, a la agricultura, al Fondo Independencia, al Fonden, al Fondo Chino, a todas las Misiones Sociales, a la Alimentación, a la defensa nacional, a los convenios de cooperación internacional, nos hicimos cargo de pagar la gran mayoría de todas las nacionalizaciones que se adelantaron, el sector de industrias básicas, el sector eléctrico, las cementeras, fábricas de todo tipo, hicimos más de 600 mil viviendas, vías, Universidades, Centrales eléctricas, bases militares aéreas, las primeras granjas Eólicas, sistemas fotovoltáicos, asfaltado por miles de toneladas, escuelas, bulevares, espacios públicos, la Esfera de Soto, el Boulevard de Sabana Grande, Plaza Venezuela, espacios para el Pueblo, puentes, trenes, teleféricos, hospitales, entre otras, allí están. ¿Dónde están? ¿Qué hacen?

Por otra parte, el Comandante apoyó y creó nuevas filiales dentro de PDVSA, además de asignarle tareas específicas de acuerdo a la coyuntura.

Tal es el caso de PDVAL, había que derrotar el desabastecimiento de alimentos en el país que se presentó a partir de 2007, éste siempre ha sido un problema derivado de la poca capacidad de nuestro sector agrícola, industrial y por las posiciones monopólicas de cadenas enteras de distribución y producción de alimentos, en la Revolución se presentó una demanda en el consumo, producto del bienestar social, que requería mayor producción interna. Nos dieron la tarea de ocuparnos de combatir este fenómeno y lo hicimos. Tuvimos problemas, entre ellos derivados de la obstrucción de las mafias de importadores que nos veían como enemigos naturales, cumplimos la misión encomendada, pero tuvimos bajas. Actuó el Ministerio Publico, varios compañeros pagaron con años de libertad. Pero a nadie se le expuso en público, el Presidente no intervino, hubo un juicio, derecho a la defensa, no hubo videos de cuando se los llevaron presos. En fin, funcionó el Estado de Derecho.

Otras filiales y proyectos fueron muy exitosas, sobre todo las relacionadas con nuestras destrezas y conocimientos: AIT, Guardianes del Alba, PDVSA Industrial, PDVSA Ingeniería y Construcción, PDVSA Mantenimientos, Construpatria, Ducolsa, La empresa Mixta con VICOHA, PDVSA Servicios, PDVSA Gas Comunal, PDVSA transporte, Nuestra Flota de Buques, taladros, Sísmica, Fluidos de perforación, Fábrica de Válvulas, Nuestra primera Plataforma Costa Afuera (la «4 de febrero»), etc. Mención especial merecen PDVSA La Estancia, «La utopía de lo posible», Misión Ribas, Misión Barrio Adentro.

Comenzábamos el camino de industrializar nuestro sector, alcanzar la soberanía tecnológica, expandir nuestras fuerzas productivas, encadenar las cadenas productivas nacionales, diversificar nuestras tecnologías.

Ha sido una gran batalla, es lo que tenemos, la base material para resolver nuestros propios problemas, esta todo allí. Parece que está desconectado, que no se tuviese la capacidad para articular una respuesta adecuada, combativa, definitiva a la situación de crisis planteada. No tiene sólo que ver con la caída del precio del petróleo, durante años tuvimos precios de petróleo con Chávez entre 22-28 dólares el barril o por debajo de 100 dólares el barril. No, no tiene que ver sólo con eso, tiene que ver con falta de capacidad para articular toda la fuerza del Estado en el ámbito económico, productivo. NO se trata de rematar nuestros recursos naturales, se trata de poner a funcionar todo lo que tenemos. Hacerlo bien, saberlo hacer.

El factor que ha sido una falla recurrente en todos estos años, es que no tenemos control, ni capacidad de controlar los aspectos financieros de nuestra economía. El control de cambio, tuvo su razón en un momento determinado, pero a partir de 2012 ya era un mecanismo agotado, nos estaba consumiendo muchas divisas, para sostenerlo. Lo advertimos, no nos hicieron caso. Se han transferido cientos de miles de millones de dólares del Estado por esta vía al interés privado. Sea por la vía de importaciones ficticias, sobrefacturadas, manipulación del mercado paralelo, contratos sobrevalorados. Se han hecho fortunas aprovechándose del tipo de cambio, del diferencial cambiario.

PDVSA, capta dólares en el mercado internacional, sin embargo, tiene que venderlos al BCV a 10 bolívares, mientras todos sus costos y gastos se pagan a más de 100 mil bolívares por dólar. Es decir, la política cambiaria ha afectado las posibilidades de PDVSDA de cumplir sus compromisos y mantener su operatividad.

No se hizo un manejo adecuado del tema de la deuda. Ésta se contrajo en el marco de una estrategia del equipo económico con el Comandante Chávez, PDVSA tuvo que contraer mucha de esta deuda, tanto con el BCV, como con instituciones financieras y emisiones de bonos, en una parte para sostener su Plan de desarrollo, pero la mayor parte de ella para suplir las necesidades de recursos del Estado, enmarcados en el Plan de Desarrollo de la Nación. PDVSA cumplió su rol de empresa nacional, del Estado.

En el 2013, al ver que las condiciones macroeconómicas estaban cambiando aceleradamente, pero de una manera previsible, ha debido hacerse un manejo adecuado de la misma, había condiciones para cambiar sus vencimientos, así lo propusimos, lo trabajamos, lo presentamos, pero fue desestimado. No había sanciones, no teníamos encima los vencimientos. Ahora, se han tenido que desviar recursos vitales para satisfacer necesidades del país, sólo para pagarle a los tenedores de bonos. Se han hecho muchas operaciones extrañas. Se han liquidado muchos activos de la Nación. Se han hecho propuestas y anunciado iniciativas que hay que ver con mucho cuidado, algunas parecieran ser inconstitucionales, pero se argumenta que estamos en guerra, la realidad es que se permitió, por omisión o incapacidad que el agua nos llegara al cuello.

Yo verdaderamente no entiendo por qué ha habido un proceso de diferenciación de Chávez, de su obra, de su forma de actuar, su lógica política, su ética en el ejercicio del poder, tan marcado en estos años de gobierno. Lo he pensado mucho, meditado mucho, he dado el beneficio de la duda, dejado que corra el tiempo, no escuché a tantos compañeros que lo advirtieron tempranamente, todo en aras de la unidad, con la esperanza de una rectificación, pero no sucedió. Al final me parece tan injusto con el Comandante, con su Legado. Pareciera que alguien hubiese convencido al Presidente Maduro que él tenía que hacer su propia obra, su propia imagen, su propia historia, se ha trabajado en el ego, en la creencia de que el Chavismo le hacía sombra. Grave error. Al final lo hizo, creo que sin fortuna.

El Presidente Maduro ganó aquellas duras elecciones del 2013, tan estrechas, porque todos lo apoyamos, honestamente, sin segundas intenciones, sin otro plan que seguir en Revolución, lo hicimos por lealtad a Chávez, porque Chávez nos lo pidió. Pero el Comandante Chávez no dijo que apartaran a sus equipos de trabajo durante tantos años, que abandonaran el curso de su obra de gobierno, que otros, que no estaban allí ese día 8 de diciembre y otros que él había puesto a un lado de su gobierno, fueran los que ahora tomaran las decisiones. Paso a paso, ha venido sucediendo.

Se apartaron a los compañeros que durante tantos años fuimos Ministros de Chávez, no estoy hablando sólo de mi caso, que ya mas bien parecieriera, no sé por qué, una abierta confrontación política, incluso personal. Estoy hablando de que los equipos del Comandante Chávez fueron desmantelados, en todas las instancias, todos los organismos, pareciera que con la idea del «sacudón», se sacudieron a los equipos de Chávez. En el ámbito económico, con la excepción de mi muy estimado y respetado Comandante Castro Soteldo, todas son personas sin experiencia, ni formación, se dirá: si, pero «son de mi confianza», no es suficiente.

Se acusó a todo el sistema de alimentación de estar corrompido, se desmontaron los Bicentenarios, las casas de alimentación, los Pdvales y Mercales trabajan a medias, se abandonaron otros programas de alimentación, nos quedamos sin el sistema de distribución de alimentos del Comandante. Ahora son los Claps, sé que hay mucho trabajo detrás de cada Clap, mucho esfuerzo, mucho voluntarismo de compañeros muy valiosos, pero esa no era la idea del Comandante, nunca lo fue. Pareciera más bien triste que la respuesta a la escases y la imposibilidad de controlar a los comerciantes en sus precios, sea recibir una caja con alimentos de supervivencia, de producción extranjera. Poner al pueblo a pelear por una lotería, un pernil, que se convierta la necesidad en un chantaje como una condición para obtener un voto resulta doloroso.

Se quiere cambiar la Constitución de Chávez, «la bicha», «el libro de todos», el que Chávez siempre tenía a mano, que siempre mostraba, por el que tanto lucho él mismo, por la que sufrimos Golpe de Estado y desestabilización. Un ícono con apenas quince años de edad, «el libro azul «que el mismo Comandante reformó. Se dirá que es una nueva Constitución que tiene como base, como matriz la de Chávez. Pero ya no será más la Constitución de Chávez.

Se arremete contra la Nueva PDVSA, se la tilda de corrupta, de antro de corrupción, se afincan contra ella, después de mi salida, a mediados de 2014, se desató una persecución y un desmantelamiento de los equipos de trabajo que durante doce años se formaron y foguearon allí, con Chávez en la derrota del sabotaje petrolero, transformación y creación de la Nueva PDVSA, del Ministerio del Petróleo.

Se incitó a la división entre los trabajadores, se persigue a los «Ramiristas», mi querida y ya fallecida secretaria por doce años Itza Mata, una morena Chavista hasta los huesos, les respondía: ¡aquí todos somos Chavistas! Nadie podía entender que pasaba. Parecía que hubiese ganado la oposición, sacaron doscientos compañeros del Ministerio y de PDVSA desmontaron a todos los cuadros y jefes de áreas, filiales, miles en «flotavén», se perdieron inmensas capacidades técnicas, políticas, experiencias valiosas.

Recogieron calendarios, borraron o recortaron fotos, discursos, se modificaron archivos, se desmovilizó a la empresa. Todavía no se les acusaba de corruptos. Los que estuvieron conmigo durante diez años como vicepresidentes de PDVSA se prestaron para esto. Uno de ellos perdido en el olvido, el otro preso y filmado esposado en «chores», humillado, destruída su imagen y su nombre, luego de haber hecho todo lo que les dijeron que hiciesen. Me disgusta lo que Eulogio y Nelson, se hayan prestado a toda esta maniobra contra mí y la empresa, pero no puedo estar de acuerdo con el trato que se les dió. ¿Qué pasará con sus nombres? ¿Quién resarce el daño moral causado?

Luego, se eliminaron las filiales de PDVSA creadas por el Comandante Chávez, se dijo que PDVSA sólo se dedicaría a sacar petróleo, «al negocio», me sonaba tanto a la vieja PDVSA. Cero participación social, cero compromiso. Se crearon grupos internos artificialmente, se fractura la unidad , se pasan listas a los trabajadores en los pisos para que vayan a hacer bulto en una marcha tras otra, cero conciencia, cero pasión.

Se nombró una Junta Directiva, que reflejaba los distintos grupos políticos que entraron a saco roto en la empresa, los vicepresidentes, ahora todos son vicepresidentes, tenían experticias en cualquier cosa, menos en al área técnica-operacional que les correspondía, desde Finanzas, pasando por Comercio y Suministro, hasta Refinación. Hoy la empresa ha perdido un millón doscientos mil barriles días de producción y ha perdido sus capacidades de abastecer al mercado interno. La institución es acusada de corrupta, sus trabajadores perseguidos, asediados, maltratados. Pareciera nuevamente, que hubiese llegado al poder la «gente del petróleo», la oposición.

Todos los contratos se suspendieron, son miles y miles, porque los van a revisar en Miraflores. ¡Por Dios! ¿Quién? ¿Quiénes? Mientras tanto, todo está paralizado y nadie se atreve a tomar una decisión. Qué curioso, en el argumento de que lo único que es corrupto en el país es PDVSA, la obra de la Revolución, el Ministro de Petróleo de Chávez, es decir yo, se coincide en un extraño e indignante coro con la oposición y las transnacionales.

Se prepara su privatización, se entregan áreas de la Faja sin cumplir con lo establecido en la Ley, se emiten monedas, donde sólo el que tenga dólares las puede adquirir y por esa vía se comprometen áreas de petróleo, reservas que son del Estado, del dominio púbico, según nuestra Constitución, como el Río Orinoco, como Los Andes, como el Salto Ángel, es decir, de todo el Pueblo, no del que tenga dólares.

Ahora se nos acusa que los mecanismos que creamos para verificar que la operadora petrolera no vendiese petróleo con descuento era una operación para desfalcar al país. ¡Bravo! dicen las trasnacionales y «traders» que siempre se enriquecieron con los descuentos que daba la Vieja PDVSA. No estudian los acusadores, los que le pasaron la «chuleta» al Fiscal, se les olvidó mencionar el factor «K», luego vienen las aclaratorias. Que bochorno, que mala intención, que ignorancia, que papelón de los acusadores.

Ahora se va a cambiar el Plan de la Patria de Chávez. ¿En serio? ¿Quién lo vá a hacer? El Plan de la Patria es un documento póstumo del Comandante Chávez, así lo saben los compañeros que estábamos a su lado, su motivación era tener un documento para la posteridad, él tenía la angustia de no dejar ningún testamento político ante la posibilidad de morir, en ese momento, 2012, ya era una posibilidad.

El Comandante Chávez quería dejar un documento póstumo. Nos pidió trabajar en él, el Vicepresidente nos convocó, trabajamos acelerado y en estrecha comunicación. Chávez lo revisó, lo comentó, lo estructuró en sus objetivos estratégicos, lo corrigió, se cuidó de incluir y plasmar en él, al socialismo como la definición de su programa. ¡Es su legado, carajo! Lo que dejó para la posteridad. ¿Ahora lo quieren cambiar? por fines electoreros, dentro de las estrategias de tener «tu propio Plan». Ya no será el Plan de la Patria de Chávez. Sera otro, pero no el de Chávez. Yo no apoyo ésto, estoy indignado, de tanta manipulación y tanto silencio cómplice o cobarde.

El Comandante Chávez acaba de morir, en tiempos históricos, acaba de suceder. A mí me podrán perseguir y el Fiscal me acusará de lo que le digan que me acuse, pero yo soy Chavista, y ser Chavista es estar con lo que Chávez hizo, dijo, con su legado. Ser Chavista, no es acomodarse, subordinarse, tener miedo y guardar silencio ante la destrucción, paso a paso, del legado de nuestro Comandante, al que debemos lealtad, porque Chávez, dejó de ser hace mucho tiempo, de nadie, Chávez es patrimonio del Pueblo, de la Revolución, de nuestra querida patria. Es un sentimiento, con un profundo contenido revolucionario, subversivo, transformador.

Escribiendo estas líneas, observo con mucha preocupación videos de saqueos y eventos de violencia vinculados a la desesperación del pueblo por conseguir alimentos. Veo mujeres, hombres, niños, corriendo con cualquier cosa en la mano, la gente entrando y saliendo con lo que sea, gritos, angustia. Manifiestan por un pernil, por la dádiva prometida en las últimas elecciones. No son enemigos, es pueblo.

Al mismo tiempo, reviso las estimaciones y el desempeño económico del país, cifras no oficiales y otras recibidas de compañeros del gobierno, que me confirman que estamos en una situación de mucha precariedad económica, un caos, sin una política concreta, sin perspectivas. Los mecanismos especulativos por la mala gestión, entraron a saco roto en nuestra economía, golpean al pueblo, lo despojan de su riqueza, sin acción efectiva del gobierno, sin contendor.

Las informaciones desde PDVSA adentro son terribles, la producción sigue en caída, paralizados todos los procesos de contratación, las adquisiciones, nadie se atreve a tomar decisiones, todos son sospechosos, perseguidos. Vamos a colapsar. Hay mucho desconocimiento, mucho maltrato. PDVSA no merece ser tratada de esa forma, ni sus trabajadores, ni gerentes. La moral está por el piso.

Recibo información de personas detenidas, presas, «capturadas» en la «lucha contra la corrupción», que tienen violados sus más básicos derechos humanos, derechos a la defensa, al trato digno, a la presunción de su inocencia. Otros no saben por qué están presos, llevan ya tres años secuestrados y todavía no tienen una acusación firme. Sus hijos, menores de edad, en la calle, porque el Sebín tomó sus casas, violando la Constitución, el derecho a la protección del hogar.

Las redes sociales y medios, siguen manipulando a la opinión pública. Muestran una realidad virtual, no son canales de difusión de la verdad, son parte de una maquinaria de propaganda, ocultando la verdad, difundiendo la mentira, el odio, los linchamientos morales. Se ha impuesto la censura mediática, no sólo de los grandes medios, sino hasta los comunitarios. Chávez, promovió los medios comunitarios y ahora los cierran o botan a sus directores si abren sus espacios, que son del pueblo, a otras opiniones, no hablo de opiniones de la anti patria, hablo de opiniones dentro del campo de la Revolución.

Yo ya he sufrido esto en carne propia, cortes en entrevistas en vivo y directo, en el programa de Dossier con mi muy respetado amigo Walter Martínez, cuando TELESUR recibió la instrucción de no entrevistarme más en la ONU, la entrevista con Jorge Gestoso que cancelaron durante la Cumbre de los No Alineados en Margarita, la negativa de Últimas Noticias de publicar mis escritos, «falta de papel» me dijo el Profesor Eleazar, luego que «hablaría con los dueños», qué penoso, igual el Director del Universal, «hablaré con los dueños, «no es el momento», pregunto, quiénes son los dueños, el Vicepresidente de la República tal vez pueda decir algo. Yo sé de dónde sacaron el dinero para las adquisiciones de esos medios y quién fue el operador.

He sufrido los cortes en VTV, visto la vergüenza de los muchachos operadores, la pena ajena. De allí mi agradecimiento a PANORAMA, a los Pineda, a su apego a su tarea de difusión, de su amplitud, a Aporrea, un portal extraordinario que permite que se expresen todas las ideas, la batalla de las ideas, Globovisión, sí, la misma, siempre Vladimir, agudo, pendiente, aunque nos pongan cadenas durante la transmisión, allí esta, cumpliendo su papel de comunicador social, en Unión Radio le tienen terror al Ministro, no pude hablar en el momento más apremiante, por eso tuve que hablar a medios internacionales, a CNN, Reuters. Qué curioso fue lo mismo que pasó durante el Golpe de Estado contra Chávez, su hija, María Gabriela, sólo pudo salir por CNN.

Los voceros del imperialismo, ante la debilidad del gobierno, hablan de una intervención militar abierta contra el país, para «resolver» crisis humanitaria. Han provocado una peligrosa tendencia fascista, con mucho apoyo norteamericano, que insiste en salidas cruentas.

Hay un diálogo, secreto, con parte de la oposición. Alguien está negociando nuestro futuro y no sabemos los términos, ni qué se negocia, ni para qué. ¿Qué va a salir de allí, un nuevo pacto? ¿Un nuevo arreglo para el poder? ¿De espaldas al pueblo? ¿Otra vez un acuerdo?

Hay nuevos aliados: UNT, AD, Rosales, Ramos Allup, Borges. Mientras los trabajadores de PDVSA, son los culpables, los corruptos, los revolucionarios que decimos lo que yo digo, los que estuvimos doce años de Ministros del Comandante Chávez, ahora somos víctimas del pranato político, de la descalificación. Y nuestro verdugo es un robot de «tuiter» que crea tendencias, ficciones en minutos, la etiqueta es de la ofensa, la calumnia, la mentira.

Yo pregunto en voz alta, ¿cómo fue que llegamos a esta situación? ¿Qué va a pasar? ¿Y todo el esfuerzo, trabajo y sacrificio? ¿Y Chávez? El Comandante, creó mecanismos para la defensa de nuestra revolución, de la Quinta República. ¿Dónde están? ¿Se va a perder todo este esfuerzo? Ya el retroceso es brutal: la economía está destrozada, caotizada, perdidas las capacidades productivas, hiperinflación, mega devaluación, PDVSA está destrozada, el retroceso en los índices sociales es evidente, ha emergido lo peor de la conducta social, tristeza, frustración, rabia, individualismo, detrás de una lotería, sin metas históricas, razonas sagradas para la lucha.

El Partido, el PSUV, tiene que decir y hacer algo. El 2018 será un año crucial para la Revolución. Iremos a elecciones, se impone una discusión seria y profunda, de lo que ha pasado, los graves errores cometidos, los problemas que tenemos, la situación del país. Una discusión entre revolucionarios, sin ofensas, sin persecuciones, sin presos, ni linchamientos políticos. Lo que no puede es prevalecer el silencio, el miedo, el Comandante Chávez y este pueblo merecen un poco más de decisión, un poco más de sensatez, un poco más de entrega, un poco más de valor.

Que yo sepa, NO tenemos candidato. Yo soy miembro de la Dirección del PSUV, del equipo político del Comandante Chávez y hasta ahora no se ha dado ninguna discusión en este sentido. Acá no hay monarquías, ni príncipes, ni familias reales. Ésto debe parecerse más a una revolución, profundamente democrática y popular. Respetuosa de su militancia y de la diversidad de opiniones, del derecho a la participación política.

El Chavismo es una fuerza popular, revolucionaria, que está allí, en el seno del pueblo, luchando y sufriendo todas las vicisitudes y resistiendo. Acá no ha habido un sacudón porque el Chavismo lo contiene. No hay que abusar de su paciencia, no se puede seguir manipulando con la disciplina. La lealtad es a Chávez, a su idea, su legado, su Constitución, su Plan de la Patria, su Revolución. Que empeño el de desprenderse de Chávez, no de su foto, ni de su imagen (de ella nadie se desprende), digo el empeño de desprenderse de su legado, de su obra, de querer dejarlo atrás. Qué insensatez. Lo único que salva a este proceso, a nuestro pueblo, es Chávez, su legado, su obra y la conciencia que sembró en los más pobres, en las instituciones que creó, en los soldados, trabajadores, en el Poder Popular.

Creo que es nuestro deber levantar, alzar la voz en defensa de nuestra Revolución, en defensa de Chávez y del socialismo. Acá, para mí, siguen vigentes la Constitución de Chávez, la Nueva PDVSA Roja Rojita, las Fuerzas Armadas Bolivarianas, El Poder Popular, El PSUV, el Plan de la Patria. Acá sigue vigente, hoy más que nunca, la palabra y el legado de Chávez. Hay que luchar por ello, con fuerza, decisión, honestidad, valor, vale la pena, nuestro Comandante, nuestro pueblo lo merecen. Con Chávez siempre. ¡Venceremos!