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EN EL FUTURO DE LUIS BRITTO GARCÍA

En el futuro de Luis Britto García hace rato que el madurismo dejó el gobierno porque una reacción explosiva del chavismo auténtico tomó el control del país y retomó el camino de la revolución socialista, condenada a muerte por Maduro.

La cosa empezó así. Oficiales, jóvenes de espíritu, reunieron a sus superiores en un saloncito y los llamaron a dimitir o superar la vergüenza de claudicar ante la estulticia de los “escorpiones y babosas que se pelean por vender nuestro país al mejor postor”.

Ya en las universidades los mejores luchadores acordaron convocar una manifestación nacional para defender la educación, los derechos de sus trabajadores, obreros y empleados, y la revolución de Chávez, reconociendo que fue traicionada.

Los petroleros rechazan las promesas vanas de los sindicatos gobierneros y llaman al paro general exigiendo reinstalar a sus viejos compañeros y a sus mejores ingenieros. En la CRP claman la presencia de Luongo. Los héroes del paro petrolero del 2004 se reúnen de nuevo para exigir el regreso de Ramírez para que ordene y arme de nuevo el plan “plena soberanía petrolera” y detenga el robo de Chevron y Repsol: “¡si quieren nuestro petróleo, que paguen por él!”, gritan en La Campiña y el grito hace eco en Cabimas, Maracaibo y Maturín.

Los obreros en las fábricas toman las plantas exigiendo mejores condiciones de trabajo y mejores sueldos. Algunos más atrevidos destapan la olla de las ganancias exorbitantes de sus dueños –¡y a la complicidad del gobierno! –, aprovechando el pauperismo de los trabajadores,

Se escucha ¡chas, chas! de gente bajando de los cerros y disparos. Los jefes de calle convocan a sus vecinos y los consejos comunales se reúnen a discutir la situación que se escucha en rumores y se conoce por algunas noticias divulgadas en las redes sociales.

Una “junta patriótica socialista” da sus primeras declaraciones desde la clandestinidad: “Compatriotas, estamos en la encrucijada de la historia, o salvamos la patria o nos rendimos ante la miseria de la codicia y la estupidez…”. La voz del líder se hace viral en las redes y se escucha en todas las emisoras rebeldes del país.

El ministro de la defensa dimite ante una junta militar de oficiales patriotas que exige al gobierno llamar de nuevo a elecciones o renunciar. El gobierno se ve forzado a convocar nuevas elecciones con la resistencia de algunos (pero estos son amenazados con ser encarcelados y se calman)…

…En el 2025 se realizan las elecciones y las gana de forma aplastante la junta patriótica socialista-chavista sobre la base de acción de ejecutar el viejo Plan de la Patria de Chávez, adulterado y mutilado y olvidado por ya sabemos quiénes. Se organiza un gobierno de recomposición nacional, se convocan a todos los actores sociales, a los trabajadores representados por nuevos líderes; a docentes, políticos honestos, profesionales de todas las áreas del conocimiento, técnicos petroleros, se liberan a todos los presos políticos, se restituyen a los trabajadores en sus cargos y se recompone PDVSA bajo la dirección de Rafael Ramírez Carreño con un equipo técnico y político de alto nivel.

Al pasar del tiempo el nuevo gobierno revolucionario ha tenido que resistir con pasión, fuerza y trabajar duro para defender la producción y la industria petrolera, la producción de alimentos, de muchas conspiraciones y sabotajes de la derecha tradicional y la derecha madurista, que ahora, sin sanciones, se reúne con Mariacorina en Mayami, asesorados por Estados Unidos. Los trabajadores están alertas, el pueblo en la calle, activo, despierto, ante la reacción madurista y de la derecha de siempre; pelea en la calle contra los conspiradores contrarrevolucionarios.

En 30 años la junta patriótica se ha hecho pueblo, el alma de Chávez se ha hecho pueblo y su espíritu está en las aulas de clase, en los CDI y en los hospitales, en las fábricas recuperadas de los conspiradores, y en PDVSA.

Ahora “El trabajo crea toda la riqueza, toda la riqueza debe remunerar al trabajo. En treinta años –o mejor mañana- el aparato productivo será de propiedad social de quienes lo hacen producir. La plusvalía dejará de ser devorada por la burguesía parasitaria nacional y transnacional. En lugar de ello, remunerará el trabajo, costeará la educación, la salud, la investigación científica, el ocio creativo, la defensa. Si quedaran vestigios de explotación capitalista, su producto será redistribuido mediante impuestos regidos por los principios constitucionales de territorialidad y progresividad: las rentas producidas dentro de nuestro territorio pagarán impuestos en él (y no en Paraísos Fiscales o en el país de origen de las transnacionales), sus tasas crecerán proporcionalmente al monto del beneficio. Se aplicará estrictamente el principio del artículo 301 de la todavía vigente Constitución de la República Bolivariana de Venezuela según el cual «No se podrá otorgar a personas, empresas u organismos extranjeros regímenes más beneficiosos que los establecidos para los nacionales». Por ser principio constitucional, su infracción acarreará la nulidad absoluta de los actos contrarios a él, y severas sanciones para los perpetradores.” “Venezuela en 30 años”, es el sueño de Chávez hecho realidad.

Es un privilegio contar con visionarios en las filas de la revolución socialista.

¡VOLVAMOS A CHAVEZ!

GENOCIDIO EN GAZA

Se cumplió un año del inicio de la intervención militar isarelí en la Franja de Gaza, en la Palestina ocupada. Lo primero que hay que decir, es que no hay nada que justifique el genocidio en Gaza. Sin avalar el asesinato de civiles por parte de Hamas del 7 de octubre, hay que precisar que ello no es el origen del conflicto militar; éste se remonta a mas de 70 años, cuando Palestina fue ocupada, con aquiescencia de los países occidentales, los mismos que hoy guardan silencio ante la tragedia palestina. 

El pueblo palestino es la víctima en la ocupación y el colonialismo israelí, y, por tanto, tienen legítimo derecho de luchar  por su independencia contra la potencia ocupante. Israel ha acumulado un enorme poderío militar, gracias al sostenido apoyo militar y económico que ha recibido –fundamentalmente de los Estados Unidos, Inglaterra y otros países europeos–, convirtiéndolo en un enclave militar y expansionista y pieza clave de occidente, para mantener una permanente presencia e influencia en la estratégica región del Medio Oriente.  

Las fuerzas políticas mayoritarias de Israel, que mantienen en el poder a Netanyahu, no sólo son políticamente de extrema derecha, sino que son representantes de la ideología sionista, aquella que pregona la supremacía racial de los israelíes sobre los árabes y tienen como objetivo declarado la ocupación de todos los territorios de Palestina y más allá, hasta las riberas del Río Jordan, que, según ellos, les pertenece por voluntad de Dios.  

Para lograr este objetivo, Israel ha venido avanzando en la ocupación de todos los territorios, expulsando al pueblo palestino, reduciéndolo a vivir en verdaderos “ghettos”, para luego aniquilarlos, como están haciendo dentro de la Franja de Gaza y en buena parte de los territorios ocupados de Cisjordania. 

Lo que hace Israel contra el pueblo palestino es, en la práctica, “la solución final” que impusieron los nazis a los judíos: desplazarlos y aniquilarlos, hasta ser expulsado de su territorio. Ese ha sido el objetivo declarado por los más conspicuos representantes del gobierno de Netanyahu: el ministro de defensa, Yoav Gallant, y el ministro del interior, Moshe Arbel.

El genocidio de Israel en Gaza, tiene números aterradores. En un año de implacable y desproporcionada acción militar, han sido asesinados 41.800 palestinos, de los cuales el 60% son mujeres y niños, y heridos más de 95 mil.  Para ser más preciso, en tan sólo un año, Israel ha asesinado a más de 16 mil niños palestinos. Éstos, los niños palestinos, son objetivo militar de Israel, quienes aducen que son “potenciales terroristas”. No sólo han muerto casi 17 mil niños, lo cual resulta el número más alto en un año de cualquier conflicto militar desde la II Guerra Mundial, sino que no menos de mil han sufrido mutilaciones en sus extremidades, y más de 17 mil han quedado huérfanos. 

Israel ha violado todos los Acuerdos Internacionales en materia de Derechos Humanos, así como la Convención de Ginebra y los Tratados Internacionales para Conflictos Armados. Ha bombardeado 26 hospitales y 477 escuelas. Ha asesinado más de 200 trabajadores humanitarios de las Naciones Unidas, más de 100 periodistas y destruido 170 mil edificios, arrasando con la infraestructura de servicios, especialmente, electricidad y agua, así como las mezquitas en Gaza.   

Dos millones de palestinos, que sobreviven prisioneros en Gaza, tienen que desplazarse permanentemente de una u otra zona bajo ataque de Israel; incluso, se han lanzado desesperadamente a las orillas del mar, porque ni siquiera en los campos de refugiados escapan a la masacre israelí. 

La superioridad militar de Israel es enorme. La maquinaria bélica de asesinar niños y civiles palestinos, es alimentada continuamente con las bombas de gran potencia y precisión, suministradas –en un flujo de la muerte permanente– por parte de los Estados Unidos y otros países occidentales.

La mortífera precisión que ha alcanzado el armamento israelí, gracias al apoyo tecnológico de las grandes corporaciones norteamericanas, le permite incluso identificar por voz e imagen a su víctima, antes de realizar un bombardeo preciso. No hay errores en las acciones militares de Israel, y por ello son actos punitivos, que van desde el asesinato de líderes y periodistas palestinos, hasta el de sus familias y cualquier objetivo que las fuerzas israelitas considere necesario barrer del mapa, para seguir aterrorizando al pueblo palestino y, finalmente, doblegarlos en su voluntad de luchar e incluso, de vivir. 

Mientras, en los territorios ocupados de Cisjordania, las fuerzas militares de Israel, junto a los colonos israelíes, han asesinado a más de 600 palestinos, y encarcelado a no menos de 7.500, realizando permanentes “pogroms” o “noches de cuchillos largos”,  con agresiones contra los habitantes de dicho país y el incendio de sus casas, así como la ocupación de sus propiedades.   

El silencio de las potencias mundiales, ante el genocidio cometido por Israel en Palestina –particularmente las de occidente, que lo sostienen–, es la expresión trágica del “doble standard” que rige sus políticas internacionales. Pero, la inacción de las poderosas monarquías del Golfo, es una puñalada a la noble Causa del Pueblo Palestino, convirtiéndose en una postura cruel que, por sus propios intereses económicos y alianzas políticas, han dado la espalda a la lucha justa del mundo árabe.

Sólo Qatar, Egipto y, en mucho mayor medida, Irán, han denunciado a viva voz lo que sucede en Palestina, así como el genocidio que allí se perpetra. 

La realidad es que los que tienen posibilidades de incidir y detener el genocidio, han preferido callar, ver hacia otro lado, mientras Israel desarrolla una verdadera limpieza étnica en los territorios palestinos. 

Pocas voces se han levantado en contra del genocidio en Gaza. Una de ellas, la del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, quien –por supuesto– fue declarado “persona non grata” por Israel. Los órganos del Sistema de las Naciones Unidas han informado y reportado, permanentemente y desde el terreno, las atrocidades cometidas por Israel en Gaza. Pero, en el Consejo de Seguridad, donde hace 20 años se autorizó la invasión norteamericana en Irak (por la supuesta presencia de armas de destrucción masiva), los Estados Unidos veta, una y otra vez, cualquier iniciativa para poner fin al conflicto, incluso, la del cese al fuego.  

Por su parte, Sudáfrica, en representación del sentimiento anticolonialista que viven sus pueblos y el espíritu de justicia de Nelson Mandela, introdujo una demanda ante la Corte Penal Internacional, denunciando a Israel por la comisión de crímenes de lesa humanidad y pidiendo orden de captura en contra de Netanyahu y su ministro de la defensa, esto último,  aún no ha sido decidido. Como siempre, se impone la impunidad del poder.  

Es impresionante la enorme manipulación mediática que las corporaciones internacionales de propaganda hacen a favor de la agresión militar israelí. Para empezar, mencionan como origen de todo el conflicto lo sucedido el 7 de octubre de 2023, mintiendo descaradamente sobre sus raíces (la ocupación de Palestina por parte de Israel), silenciando el permanente desplazamiento del pueblo palestino, desde la Nakba de 1947, hasta hoy día, siempre bajo la agresión militar israelí que los ha acorralado o expulsado de su propio país. 

Por otra parte, se refieren al genocidio como “la guerra entre Israel y Hamas”, cuando ello no es ninguna guerra. La superioridad militar de Israel, es abrumadora. La respuesta de los distintos grupos armados palestinos, que luchan contra la ocupación, entre ellos, Hamas, no puede detener la maquinaria militar israelí, que actúa, sobre todo, desde el aire, con sus drones, jets y bombas de precisión. La resistencia palestina es heroica, pero, obviamente, no puede detener la agresión militar israelí. 

Sin embargo, la propaganda internacional justifica el genocidio palestino, en una supuesta lucha contra Hamas, así como, ahora justifica los bombardeos contra Beirut, en una contra hacia Hezbolá. No les importa que el Líbano sea otro país, donde, por cierto, Hezbolá es un partido político legal, con una importante representación y factor determinante en el precario equilibrio en esa nación, que estuvo sacudida por años de cruenta guerra civil. 

Pero a Netanyahu no le importa, justifica el asesinato de más de 2 mil libaneses y los masivos bombardeos en contra de Beirut y el sur del Líbano, con una guerra contra Hezbolá, como si ésta fuera una guerra justa. 

Netanyahu sigue en desarrollo de su política militar agresiva y criminal, sin importarle ninguna Convención Internacional, ni la Carta de las Naciones Unidas. De hecho, voló a la Asamblea General de la ONU para insultar a dicho organismo y a los países allí representados, mientras daba la orden de asesinar, nuevamente con una bomba de alta potencia,  a Hassan Nasrallah (líder de Hezbolá), justificando ante el mundo el terrorismo de Estado. 

Ahora se baten vientos de guerra con Irán, quien ha respondido a los sucesivos bombardeos y agresiones israelíes en contra de sus líderes y, más aún, de su Embajada en Damasco. Ésta pareciera ser la “guerra deseada” por Israel y los actores internacionales que lo sostienen, incluyendo –lamentablemente– algunas monarquías del Golfo Pérsico. Se espera, en cualquier momento, una retaliación de Israel, al lanzamiento de misiles por parte de Irán el pasado primero de octubre.

Israel y los Estados Unidos, están decidiendo en este momento dónde golpear a Irán, si a sus instalaciones petroleras o las nucleares. 

Aquí se abre cualquier escenario de escalamiento de un conflicto que puede tener graves consecuencias para la humanidad, más aún, si se agregan a ello las tensiones y la guerra, tras la invasión de Rusia a Ucrania en febrero de 2022.  

Los “perros de la guerra” avanzan. Miles y miles de víctimas inocentes pagan con su vida por un orden internacional injusto, donde persisten tragedias como la del Pueblo Palestino, donde la verdad es un tabú y los mas altos valores de la humanidad son sacrificados por los intereses del poder y la fuerza.  

Lo que sucede en Gaza, es una prueba para todos los pueblos del mundo. Tener conciencia del horror de la guerra, de la impunidad del poder, del colonialismo y de la opresión de un pueblo. El pueblo de Bolívar, no puede resignarse a vivir bajo la violencia y la razón de la fuerza. No podemos perder nuestra grandeza, nuestro amor a la humanidad, a la esperanza. 

Justamente, porque estamos en la oscura noche del madurismo, en el éxodo de nuestra patria, debemos elevar el pensamiento, no ser indiferentes, ver lo que sucede alrededor del mundo y no conformarnos con vivir en el abismo. Existen razones sagradas para luchar por nuestro país y los pueblos del mundo. 

Lástima que en nuestro país no existe más la voz valiente y el ejemplo de Chávez. Hoy, Venezuela, en su propia tragedia, otrora voz de esperanza y fuerza para fijar una postura ante el mundo, perdió toda relevancia internacional. Ni siquiera maneja el petróleo (está en manos de la Chevron o la OFAC). A nadie le interesa lo que diga este gobierno, sobre todo, porque no tiene moral alguna para levantar su voz en contra de la injusticia, mientras oprime a su propio pueblo.

“…Y, SIN EMBARGO, SE MUEVE”

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Esta frase («Eppur si muove”, en su idioma) es atribuida al físico y astrónomo italiano Galileo Galilei, luego que fue obligado a abjurar de su visión heliocéntrica del mundo ante el Tribunal de la Santa Inquisición en 1633. 

Pasada la época oscura de atraso y violencia de la Inquisición, las ideas de Galileo se impusieron, demostraron ser ciertas y resultaron en una contribución extraordinaria al pensamiento de la humanidad y el avance de la revolución científica. «Eppur si muove”. 

Este episodio del susurro desafiante de Galileo, colocado ante la hoguera de la inquisición, lo traigo a colación para insistir en dos temas estrechamente vinculados, que no se entienden, o no se quieren entender, en las actuales condiciones en el mundo político venezolano: sin el CHAVISMO, no puede haber un cambio político en el país; e inmediatamente precisar que el CHAVISMO y el MADURISMO son dos cosas distintas, antagónicas. 

Sin embargo, el madurismo, que tras la muerte del Presidente Chávez asaltó el poder para frenar el avance revolucionario bolivariano y acabar con la V República, sí que lo entiende, y muy bien. Ellos saben que se las pueden arreglar o derrotar políticamente a los sectores tradicionales de la oposición, a los cuales conocen bien, saben dividirlos y manejarlos; pueden, incluso, convivir con su base social tradicional, incluyendo los sectores económicos como Fedecámaras o las transnacionales petroleras, y también con los EEUU; pero con el Chavismo, no. Al Chavismo tienen que derrotarlo, desaparecerlo como opción política, subversiva, peligrosa, para el nuevo orden.

Esta idea, tan precisa y poderosa, es lo que explica el cuadro de la situación política actual: en el país NO existe una alternativa revolucionaria, bolivariana, chavista, que luche por el poder. 

El chavismo de Chávez, existe como bloque histórico. Está allí, en el pueblo, en la Fuerza Armada, donde su prédica y su ejemplo dejaron una honda huella. Sin embargo, carece de liderazgo. 

El madurismo, consciente de su deriva derechista y de la existencia del Chavismo como fuerza, ha descabezado al campo Bolivariano y al liderazgo que podría conducirlo para retomar el poder y el camino trazado en el Plan de la Patria. Lo ha despojado de contenido, tal como han hecho con el PSUV, convertido en un partido Adeco. 

Por ello, el gobierno ha sido implacable y violento en contra del chavismo de Chávez, de su liderazgo auténtico, leal al pueblo y al socialismo. Nos ha colocado en el ostracismo, reprimido y perseguido con fuerza. 

Otra parte del liderazgo chavista –lamentablemente, buena parte de él– está disperso, neutralizado, alejado de todo. Muchos han preferido el silencio, no hacer nada, con la eterna excusa “táctica” de que “no es el momento”, para, finalmente y sin darse cuenta, convertirse en un sujeto político inofensivo. Otros, sobre todo militares, se han transformado en otra cosa que sería impensable el 4 de febrero, siendo lo que sea, “hasta emprendedores”, menos chavistas.

Quien quiera ubicarse, a quién le asalte la duda de saber en qué campo está, solo revise lo que hizo Chávez con el Petróleo, con PDVSA, con la Soberanía, con la economía, con el Pueblo, las Misiones y Grandes Misiones, y compare lo que ha hecho el actual gobierno en los mismos sectores. Quien quiera comparar el país de Chávez, con el «milagro» madurista, solo vea alrededor la pobreza, el salario mínimo, la injusticia, la desigualdad; pregunte cuántos se han ido del país y si vive con miedo a opinar, si puede decir lo que piensa.

Por su parte, los sectores políticos de la oposición tradicional, su liderazgo, NO supieron conducir y capitalizar el descontento enorme que existe en el país en contra del gobierno y, mucho menos, aprovechar y conducir la reacción popular después del fraude del 28 de julio. Le echaron un balde de agua fría. No entienden a los sectores populares o no son capaces de trabajar con ellos; pensaban reeditar las manifestaciones del Este de Caracas, sin considerar que buena parte de su base social se fue del país. Sus peleas internas no le permitieron apoyar un mismo curso de acción, donde muchos de sus líderes arrastraron los pies. La intolerancia y prepotencia de sus dirigentes fundamentales, no les permitió establecer una política de alianza o un mensaje inclusivo para el Chavismo, más allá de un tuiter. 

No lo hicieron porque no creen en ello, pensaron que estar arriba de la ola es para siempre, se les nubló el pensamiento político y su propuesta programática sigue siendo absolutamente anti-chavista. Y eso lo sabe la gente, el chavismo, civil y militar. 

Pensaron que bastaba con ofrecer “garantías” a la cúpula del madurismo, sin entender que al Chavismo, eso no le importa. 

El Chavista requiere de garantías y políticas mucho más amplias y concretas, entre ellas: restablecer la Constitución, la Soberanía Petrolera; retomar el control de la economía; atender a los más pobres; no entregar o privatizar el país; no iniciar una nueva razzia de persecución e intolerancia política (para eso, ya tenemos al actual gobierno); no arrasar con las Fuerza Armada Bolivariana. 

En fin, el Chavismo quiere un cambio político, sacar al madurismo del poder. En todos los sectores populares, bastiones del chavismo, perdió el candidato del gobierno; pero, al mismo tiempo, no quiere volver a la IV República. El Chavismo quiere reconquistar lo que el madurismo le ha arrebatado.

Como hemos escrito, en el país existe una nueva situación, después del fraude del 28 de julio. Los estrategas del madurismo pensaron que, con una elección express, un “blitz” electoral, podrían conquistar su añorada legitimidad perdida, pero salieron con las tablas en la cabeza y están más aislados que antes. Ni siquiera los gobiernos más cercanos, de los presidentes Lula, Petro, López Obrador, lo reconocen; mucho menos, el presidente Boric. 

Hasta el 10 de enero de 2025, tenemos un gobierno en funciones que actúa desconociendo los resultados o sin mostrar las actas electorales. Pero a partir de ese 10 de enero, si maduro se juramenta como presidente en esta situación absolutamente inconstitucional, tendremos un gobierno sin sustento legal ni legitimidad constitucional, un gobierno impuesto por la violencia.

En 1952, la Junta Militar en Venezuela realizó unas elecciones para elegir una Asamblea Nacional Constituyente, que redactaría una nueva Constitución y nombraría un presidente provisional. Aunque los principales partidos políticos, AD y el Partido Comunista, estaban prohibidos, participaron URD y Copei. Sorprendentemente (a pesar de todas las ventajas que tenían), la Junta Militar perdió y URD, liderada por Jóvito Villaba, obtuvo el 62,8% de los votos. La Junta Militar desconoció los resultados, metieron a Jóvito Villaba en un avión y lo sacaron del país, y a partir de allí se instaló, formalmente, la dictadura de Marcos Pérez Jiménez, que pocos años después, el 23 de enero de 1958, fue derrocada por la Junta Patriótica de Gobierno, presidida por Fabricio Ojeda y que agrupaba a todos los factores políticos del país.

Ésto es un pasaje de nuestra historia contemporánea, con aprendizajes, aciertos y errores. El Partido Comunista y la Acción Democrática de la resistencia, eran de índole progresista, opciones revolucionarias a la dictadura Perezjimenista; sin la existencia de estas dos organizaciones políticas, la dictadura, probablemente, hubiese durado mucho más. Sin embargo, el liderazgo político de entonces, sobre todo la de estos dos partidos en la resistencia, lograron entender la necesidad de unificar esfuerzos para tomar el poder, un objetivo que alcanzaron. 

Lo que sucedió luego de la victoria del 23 de enero, es otra historia, con muchas enseñanzas para los revolucionarios. Pero la prioridad, es salir de la Dictadura, como lo fue entonces el salir de Pérez Jiménez, de Benito Mussolini o del mismo Pinochet. Como dijo Salvador Allende, en su última alocución a su país, el 11 de septiembre de 1973,  desde Radio Magallanes, cuando se producía el infame Golpe de Estado: “se abrirán las grandes alamedas, por donde pase el hombre libre”. De eso se trata.


Reivindicar a Chávez, el auténtico, rescatarlo de la manipulación y la intolerancia, ser leal a su obra y pensamiento, es una de las posturas políticas más peligrosas en el país. Los que nos mantenemos con Chávez y el socialismo, somos objeto de verdaderos linchamientos morales y la más feroz persecución política; pero, en verdad les digo, y parafraseando a Galileo Galilei, que “…y, sin embargo, se mueve”.

“YO, EL SUPREMO”

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Observando los últimos acontecimientos en nuestra atribulada patria, me viene a la mente la obra de ese gran escritor paraguayo, Augusto Roa Bastos, escrita en 1974 y titulada “Yo, el Supremo”, inspirada en la figura de Gaspar Francia, dictador paraguayo que se mantuvo en el poder entre 1814 y 1840. 

En la novela, Roa Bastos, hace una excelente relación de los argumentos con los que el autócrata pretende justificar su permanencia en el poder, con la ayuda de su incondicional secretario, “Patiño”. 

El Dictador, solitario y repudiado por su pueblo, mediante circulares y decretos, busca defender su figura, reconstruyendo la historia del Paraguay, y “el camino revolucionario” que él, Gaspar Francia, impulsó para llegar a instaurar su “Dictadura Perpetua”. También se desliga de las críticas sobre la violencia y el terror de su gobierno, y justifica su accionar en los objetivos de liberar a la República del acecho de “enemigos extranjeros”.

No dejan de sorprender las similitudes entre las peripecias de Patiño y las torpes astucias del dictador, con lo que sucede actualmente en Venezuela, donde el madurismo busca la manera de justificar la violacion de la Constitución, para instaurar su propia “Dictadura Perpetua”. 

Podríamos citar, igualmente, “El Oficio de Difuntos”, obra de nuestro gran Arturo Uslar Pietri, que retrataba perfectamente la dictadura de Juan Vicente Gómez; o podría ser “El Señor Presidente”, del Premio Nobel guatemalteco Miguel Ángel Asturias, inspirada en la dictadura de Manuel Estrada Cabrera; “La Fiesta del Chivo”, donde el Premio Nobel Vargas Llosa, retrata la terrible dictadura de Rafael Leonidas Trujillo (Chapita) en República Dominicana; o la obra maestra del Premio Nobel colombiano,  Gabriel García Márquez, “El Otoño del Patriarca”, donde el Gabo desmitifica la figura del dictador como tal, que podría ser cualquiera de los que ha azotado la América Latina, para colocarlo en su justa dimensión de un tirano con ambición, ego, violencia e intereses personales. 

Lástima, que lo que vivimos en Venezuela no es la ficción ni el realismo histórico o mágico de una obra de la narrativa latinoamericana, sino la tragedia de nuestro pueblo, con un gobierno que ha destruido al país para satisfacer sus propios intereses, y nos ha llevado a una situación de opresión y pobreza, donde se ha impuesto una terrible niebla de miedo y desesperanza en el pueblo. 

Lo que sucede en Venezuela es la consolidación de una situación, donde la violencia del Estado se impone sobre las justas aspiraciones del pueblo, que ha buscado, en las vías constitucionales, la manera de ejercer la soberanía sobre sus propios asuntos. 

La nueva realidad del país nos retrograda a los momentos de oprobio y atraso superados en América Latina, cuando se liberó de las dictaduras que azotaban a nuestros pueblos y luego entró en una época luminosa, que tuvo su clímax en la Región con los gobiernos progresistas –unos– y revolucionarios –otros– de Chávez, Kichner, Lula, Pepe Mujica, Evo Morales, Rafael Correa, entre otros.  

La condición fundamental de este empoderamiento popular que se abrió en América Latina en esos años, fue que la legitimidad de estos gobiernos descansaba en el Principio de que la Soberanía reside en el pueblo. 

Sin embargo, pocos países y liderazgos han resistido a la ola restauradora de gobiernos reaccionarios en nuestra Región, luego de la muerte del Presidente Chávez, uno de los líderes fundamentales de este proceso.  Solamente, los gobiernos progresistas del Presidente Lula Da Silva, Gabriel Boric, Gustavo Petro, en Brasil, Chile y Colombia, respectivamente,  han podido sostenerse con base en la legitimidad que otorga el pueblo.  

Así, lo que sucede en Venezuela es un retroceso, no sólo en términos políticos y de las libertades fundamentales, sino económicos y sociales, cuando éste gobierna para satisfacer los intereses de las élites económicas, tanto las tradicionales, como las nuevas, que los sostienen en el poder.

El gobierno quiere pasar la página del fraude. Ni siquiera ha sido capaz de mostrar las Actas de las mesas de votación. El CNE está en desacato de la Ley; el TSJ viola la Constitución; el presidente se juramenta, sin cumplir los requisitos legales. Pero parece que nada de esto importa, como no le importó a Carmona aquel ignominioso 12 de abril de 2002.

Los  nombramientos de ministros en el gobierno son más de lo mismo, un enroque, un cambio de barajitas. No existe un propósito verdadero, ni honesto, de cambiar nada en el país. No hay autocrítica, no hay discusión, ni intención de enmienda. Están agotados y decididos a mantenerse en el poder, a pesar de tener un mayoritario rechazo popular y de violar la Constitución.

En el área petrolera, sin duda, la más importante del país, las  autoridades designadas responden a la intención del gobierno de profundizar la entrega del petróleo y el gas, así como, lo que queda de PDVSA. Nada cambiará, el petróleo sigue en manos de la Chevron, el gas de las transnacionales de Trinidad y Tobago y la producción por debajo del millón de barriles/día.

Las  nuevas autoridades no tienen nada de nuevo para el sector. Son las mismas caras en distintos cargos. Han estado allí, a los máximos niveles de dirección, desde que inició el colapso de la industria petrolera, con la arremetida y persecución de la que fueron víctimas cientos de trabajadores y gerentes petroleros, muchos de los cuales, aún están presos, sin ningún tipo de derechos.  

Es decir, en el sector más importante de la economía nacional, no se espera nada nuevo: seguirá el desmantelamiento de nuestra Política de la Plena Soberanía Petrolera del periodo Presidente Chávez, cuando, por cierto, manteníamos una producción promedio de 3 millones de barriles/dia de petróleo, sosteníamos las garantías sociales y a la economía nacional. 

A pesar de la compleja situación del país, el gobierno no anuncia ningún plan serio, ninguna política de cambio; al contrario, insiste en la violencia y la manipulación para sostenerse en el poder.

Ahora tratan de recoger los platos rotos en el Chavismo. Cada vez está más claro que el pueblo chavista no les cree, no los apoya. En las últimas elecciones el gobierno perdió por paliza en los Estados, parroquias y sectores tradicionalmente chavistas. Ahora llaman a un “Congreso” del Chavismo, donde ellos mismos deciden quién es “fundador” o no del chavismo, quién “estuvo o no” con el Comandante. Las ausencias son enormes, notables. No pueden ocultar los hechos, ni cambiar la historia.

Volviendo a la narrativa latinoamericana, hay un pasaje de la obra del Gabo, en el “Otoño del Patriarca” donde el autor, refiriéndose al dictador, dice: “Para él, las estaciones del año eran meras formalidades, que podía cambiar a su antojo. Cada vez que se aburría de la primavera, decretaba el verano; si el invierno le parecía un fastidio, lo convertía en otoño”. 

Esto, aunque parezca un chiste, pasa en nuestro país con las navidades, con la historia del chavismo, con el avión en República Dominicana, con el Esequibo y con las novelescas denuncias de “complots” e “intentos” de golpe de Estado. 

Ahora hay nuevos enemigos “extranjeros”. Se arremete contra quien sea, pero se olvidan cosas fundamentales, con inconsistencias discursivas: quien negocia en secreto con los EE.UU. es el gobierno; quien ha entregado el petróleo a la Chevron (EE.UU.), es el gobierno; quien recibió a Erik Prince (fundador de Blackwater, hoy Academi, principal contratista militar privada estadounidense) en noviembre de 2019 en Caracas, fue el gobierno; quien permitió a la Exxon-Mobil (EE.UU.) instalarse en el Esequibo, fue el gobierno. Y ahora, se olvidó del tema. Así como estos, hay innumerables ejemplos, mientras seguimos en el abismo.  

Es como para dejar la indiferencia o el miedo. Reflexionar, pensar un poco en el futuro del país.

Entrevista con EL MERCURIO (Chile) | Rafael Ramírez: “Después del fraude, Maduro ha quedado al descubierto, desenmascarado como un dictador”

Rafael Ramírez (Caracas, 1963) fue ministro del Petróleo y Minería de Venezuela entre 2002 y 2013 y presidente de la petrolera estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) entre 2004 y 2013, por eso era conocido como el “zar petrolero” durante la administración de Hugo Chávez, y fue uno de los hombres más cercanos al mandatario hasta su muerte por cáncer en marzo de 2013. Con Nicolás Maduro como Presidente, Ramírez se mantuvo al frente de la administración del crudo, en 2014 fue nombrado canciller y, después, embajador ante Naciones Unidas, hasta diciembre de 2017, cuando fue removido del cargo luego de cuestionar al madurismo por las 130 muertes en las protestas de ese año.

En entrevista con “El Mercurio” desde Italia, donde vive con su familia en calidad de refugiado tras su rompimiento con el oficialismo, el ingeniero mecánico acusado en 2017 por la fiscalía venezolana (leal al oficialismo) de corrupción en la industria petrolera, dice que después de las presidenciales del 28 de julio Maduro es un dictador, que hay “mucha tensión” en el gobierno y que chavistas y opositores deberían apuntar hacia la misma dirección: volver al orden constitucional.

—¿Hay alguna posibilidad de que Maduro deje el poder, más de un mes después de las presidenciales del 28 de julio?

“No, no hay posibilidad, a menos que exista suficiente presión popular, en la calle, y suficiente presión internacional. El Maduro que yo conocí, y la gente que está con Maduro, ya no son lo que eran con Chávez. Los conozco a todos en detalle. Yo estaba muy cerca de Chávez, y aunque Chávez nunca se confió enteramente de las actuaciones de Maduro, pues bueno, siempre lo tenía cerca, era su ministro al exterior.

Pero después de la muerte de Chávez, Maduro se transformó, salió lo peor que había en él, y ahorita todos ellos, Maduro, Diosdado (Cabello, nuevo ministro del Interior), se han degenerado por el poder, y se ha convertido en un dictador. A partir del fraude y la autoproclamación de Maduro como Presidente, se convierte ahora, por primera vez, en un dictador de manera abierta. Es una persona que tiene un alto rechazo popular, y que ni siquiera ha sido capaz de cumplir con los mínimos legales para estar en el poder. Ha violado la Constitución y ahora se han ido por la vía de la represión y la violencia.

En este punto debo decir que sobre la izquierda latinoamericana ha habido un permanente chantaje, y creo que eso sucede un poco en Chile, respecto a que si hay que apoyar a Maduro, que está agobiado por las sanciones americanas, que está bloqueado, nada de eso es cierto. Yo aquí quiero saludar la posición del Presidente Gabriel Boric, porque me recordó su declaración un poco a cómo era Chávez, quien iba sin hacer cálculos y actuaba de acuerdo a sus principios. Boric lo ha dicho muy bien, Maduro no es un gobierno de izquierda, y está actuando como una dictadura, de tal manera que no reconoce ese gobierno.

Y ha sido también una posición secundada de una manera más suave por Lula, por Petro, por AMLO. Pero yo creo que después de las elecciones del 28 de julio y del fraude, Maduro ha quedado al descubierto, desenmascarado, como un dictador. Y como todos los dictadores, y como pasó en Chile, no va a ceder el poder, sino es con una presión popular en la calle y con un aislamiento internacional. O sea, nadie puede reconocer una dictadura que está masacrando y oprimiendo a nuestro pueblo”.

—¿Usted esperaba una decisión así por parte de Maduro?

“Sí, claro. Conociendo bien a esta gente, dije desde principios de año que Maduro, sabiendo que no tiene apoyo popular, adelantó las elecciones que tenían que ser a fin de año, porque trataba de encontrar a la oposición desordenada, desunida, sin candidato. Y se equivocó, porque la oposición reaccionó inteligentemente, buscaron un candidato único. Inhabilitaron a María Corina (Machado), Maduro secuestró la tarjeta de 10 partidos políticos tradicionales. Pero resulta que abriendo esa rendija el pueblo se expresó mayoritariamente, y fueron manifestaciones masivas en repudio a Maduro. La crisis llegó a tal punto de crispación que nadie estaba apoyando un paquete de derecha, ni el paquete de María Corina, ni menos al señor Edmundo González, que es un señor absolutamente desconocido. Era como un plebiscito, la gente lo que quería es que Maduro se fuera”.

Ramírez enmarca dentro de ese mismo plan las trabas del gobierno para que no pudiesen votar los 5 millones de migrantes venezolanos habilitados (de casi 8 millones que han salido del país), y también la designación de funcionarios leales al oficialismo en organismos clave, como Elvis Amoroso (“la mano derecha de Maduro y de Cilia Flores —Primera Dama de Venezuela— en la Asamblea Nacional”) al frente del Consejo Nacional Electoral; o en el Tribunal Supremo de Justicia, donde Maduro “hizo todas las trampas posibles”. “Es decir, Maduro se preparó para hacer este fraude”, dice Ramírez, y agrega: “Sí, eso es un golpe de Estado”.

El exministro destaca que “el chavismo votó contra Maduro en las zonas populares”, lo que lo lleva a “un tema muy importante para entender lo que está pasando en el país: que el madurismo es distinto al chavismo”.

—¿El madurismo partió con la muerte misma de Chávez?

“Más allá de temas de orden personal, obviamente Maduro es una persona carente de liderazgo. Yo estaba al frente del equipo electoral cuando fueron las elecciones de Maduro en 2013, y perdió 900 mil votos (respecto del triunfo de Chávez en 2012), y si hubiera seguido la campaña, Henrique Capriles (candidato opositor) le gana por paliza. O sea, Maduro no tenía el perfil para ser Presidente.

Pero a partir de 2014 Maduro comienza a hacer cosas en el orden económico, petrolero y social que lo separaron mucho de Chávez. Por ejemplo, yo fui el vicepresidente de Maduro en el área económica durante cuatro meses, le propuse un conjunto de medidas que se correspondían con lo que hizo Chávez, y no aceptó nada. Me di cuenta entonces de que Maduro obedecía a grupos económicos que se hicieron millonarios con el tema cambiario, con la repartición de PDVSA. Me di cuenta de que había dos visiones distintas. Pero, además, Maduro comenzó una política extraña de cancelar los programas sociales de Chávez, eliminó las ‘misiones’, los programas de ayuda a los más pobres y arremetió contra la industria petrolera”.

Ramírez destaca otra diferencia entre Maduro y Chávez: “la violencia del Estado” en la represión de las protestas de 2014 (40 muertos) y de 2017 (130). “Ellos dicen que las protestas eran violentas, está bien, es verdad, pero el Estado no puede responder con violencia porque es una cosa desproporcionada. Eso nunca había pasado”, dice el exministro sobre la represión de las protestas de 2017 contra la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente controlada por el oficialismo, que dejó sin poderes al Legislativo, dominado por la oposición. “Cuando eso sucedió fue que decidí renunciar, porque yo intentaba que Maduro enmendara, corrigiera los errores. Pero no; me di cuenta de que se habían transformado en otra cosa. No hay nadie de Chávez con Maduro, nadie. El único que queda es Diosdado”.

—¿Admite algo de la responsabilidad que le endosa el gobierno de Maduro por la corrupción petrolera y el mal estado de la industria del crudo?

“Mira, lo que ha sucedido en Venezuela con la industria petrolera es 100% responsabilidad de Maduro, nosotros no tenemos nada que ver. Estoy hablando del cambio de políticas, de la destrucción de la industria. O sea, en la junta directiva que él colocó en PDVSA estaba Delcy Rodríguez (vicepresidenta y recién nombrada ministra del Petróleo); el jefe de producción de petróleo era un arquitecto, el jefe de refinación era un militar de Diosdado, el jefe de comercio era un hombre de Tareck el Aissami (exministro procesado por corrupción), se repartieron la industria, eso es algo muy serio”.

—¿Tiene contacto con dirigentes del gobierno?

“Yo me mantengo en contacto con el chavismo. Yo soy de los fundadores del PSUV empre por distintas vías, y ellos cuidándose mucho, hablo con dirigentes chavistas. Algunos están en el gobierno, otros no, incluso con militares. Pasó que cuando suceden estas elecciones y se postula Edmundo González, obviamente bajo la influencia y la dirección de María Corina Machado, eso generó una reacción de miedo dentro del chavismo, aun en los que están en contra de Maduro. Porque ese sector de la oposición intolerante tiene toda una vida hablando de que va a perseguir a los chavistas, va a disolver al Ejército, habrá una cacería de brujas. Entonces, los militares dicen “¿por qué voy a dar un salto al vacío con esta señora? Ahorita estamos mal, pero no sé cómo vamos a estar después”. Yo planteaba, incluso a los sectores de la oposición, que, en estos momentos de crisis, es bueno hablar claro y hacer un llamado a todos los sectores del país. Venezuela confronta una situación extraordinaria, Maduro es un dictador. Y lo primero que tenemos que hacer todos los factores políticos, desde la derecha hasta la izquierda, pasando por todos sus matices, incluyendo sobre todo el chavismo, es ponernos de acuerdo para reconquistar la democracia, volver al hilo constitucional”.

—¿Sus contactos chavistas en el gobierno le dicen que hay tensión o están todos alineados?

“Hay mucha tensión. El país está paralizado, Maduro se ha dedicado a reprimir; todo el mundo sabe que el gobierno está atendiendo los intereses de un grupo pequeño: los hermanos (Delcy y Jorge) Rodríguez, Diosdado, Maduro, Cilia, Vladimir Padrino (ministro de Defensa), y los militares están ahí observando. Han sostenido este gobierno, pero el sector militar, institucional, estoy seguro de que ante una situación verdadera que permita restablecer la Constitución actuarán en cumplir su responsabilidad institucional (…). Porque los militares tampoco tienen por qué enterrarse con Maduro. Hay una cúpula del generalato que está muy corrompida, le han entregado la conducción a la economía del país, yo los conozco, eran simples militares y ahora son potentados. Pero están todos los cuadros medios y bajos de las FF.AA., gente del pueblo, porque nuestro ejército no es de castas, es fundamentalmente popular, y eso está allí”.

Enlace de la nota en El Mercurio digital.elmercurio.com/2024/09/07/A/IP4FE7P7#zoom=page-width

CARTA ABIERTA PARA ADAN CHÁVEZ, A PROPOSITO DEL BLOQUE HISTORICO MADURISTA

No te escribo como amigo, que alguna vez lo fuimos, pero la constituyente de diosdado se atravesó en el camino y la amistad no aguantó. Te escribo como un chavista que eres, con  una responsabilidad mayor con el Comandante, de defender su memoria, su legado.

Mucho tiempo, demasiado, han esperado para reaccionar frente a la deriva errada del madurismo, deformando el legado del Comandante, desdibujando su imagen, ocultando sus ojos, renegando del histórico color rojo, y avergonzados de decirse chavistas. Esa actitud, sumada a su desastrosa gestión, le valieron el rechazo masivo en la última elección, ya antes siete, ocho millones se habían ido del país, documentando la derrota moral del madurismo.

El madurismo, desesperado, atónito frente la pérdida de apoyo, busca retomar el disfraz de chavismo, revive las palabras, habla de Socialismo, se recuerda del legado de Chávez, pero no pasa de la retórica, en la práctica es un torpe operador de la restauración capitalista. Ahora, inventa un bloque histórico, que es, más bien, un disparate histórico, una grosería, intentan llenar el vacío que por diez años cavaron. Convocaron lo que ellos llaman generaciones, agrupando a los más conspicuos chavistas de ayer, que hoy no supieron defender el legado del Comandante, se plegaron a la deriva hacia el capitalismo. Dejan por fuera a las clases sociales motoras de la Revolución, al psuv, a su tan cacareada unidad cívico-militar-policial.

Y te convocan a ti, necesitan desesperadamente pintarse de chavista, y te piden prestado el apellido. Te hacen cómplice del sepelio del legado de Chávez. Ahora es tu momento ¡Soro!, de defender a Chávez, el que tu guiaste para que no dejara la carrera militar sino que la usara para reivindicar el honor de ser militar, patriota de verdad. Tu ejemplo y tu prédica, tu experiencia, nutrió al Revolucionario que poco a poco se iba formando. Al final debías sentirte orgulloso, el discípulo salió extraordinario, tuviste éxito, te ganaste el título de profesor, no de física, sino de Revolución, materia mucho más compleja.

El madurismo hoy te convoca para ese bloque histórico, que ya sabemos es una medida desesperada para tapar su carencia de apoyo, su falta de estrategia, su derrota. Es tu oportunidad de dar un paso al frente, desligarse de los que aniquilan la memoria de Chávez. Piensa un poco, qué te diría Chávez, o mejor, oye lo que Chávez te dice, allá en el silencio de tu soledad. Atiende la voz del Comandante, y por lo menos renuncia a participar de esa pantomima, hazlo por respeto a Chávez y a la masa que sufre el desastre que significó la traición al Comandante.

Hazlo Adán, aún hay tiempo, hazlo y la Historia te absolverá…

SOBRE LA PATRIA SE CIERNE EL FASCISMO

Lo que ha sucedido en el país, luego del fraude del 28 de Julio y el Golpe de Estado del 29, cuando se desconoció la voluntad popular y se produjo la auto-proclamación de maduro en el CNE, ha llevado al país, como dijimos en nuestro artículo anterior, a una nueva situación, completamente distinta y peligrosa.

Ya nada es como antes, ya no se trata de la permanente pugna entre los sectores que se disputan el poder en Venezuela luego de la muerte de Chávez, los cuales, por cierto, con sus evidentes matices y diferencias,  son las caras de la misma moneda. 

No, ahora ha sucedido algo más importante, que cambia de manera radical la vida del país y marca, de forma definitiva, la naturaleza de este gobierno: la instauración del fascismo o, para ser más exactos, desde el punto de vista teórico-conceptual, la de la violencia del pranato.

El madurismo, desde el gobierno y con el control de todos los Poderes del Estado, y sobre todo, con el apoyo del Generalato y la cúpula militar, ha vulnerado abiertamente la Constitución y las leyes de la República. 

Lo han hecho sin importarles nada, de una forma descarada. No recurrieron a las excusas de Carmona, del “vacío de poder”, ni de los militares “preñados de buenas intenciones”, que secuestraron a Chávez, el 11 de abril de 2002.  Ahora, el madurismo, viola la Constitución y desconoce los resultados electorales, así, “a lo arrecho”, porque le da la gana. 

La evidente ausencia de apoyo popular, que quedó de manifiesto, tanto con las masivas manifestaciones de rechazo, durante la campaña electoral express, así como, con la abrumadora votación en su contra, ha llevado al madurismo a no guardar más las apariencias y decidirse a darle una patada a nuestro Texto Constitucional. Y ello, tiene un alto costo político, a lo interno y a lo externo. 

El madurismo adelantó las elecciones del 28 de julio, 6 meses, y desarrolló toda una operación política, buscando ganar legitimidad nacional e internacional; y todo le salió mal. Sus estrategas se equivocaron feo, “vinieron por lana y salieron trasquilados”.  Y ésto sucedió, fundamentalmente, por su desconexión con la realidad nacional, tal como ocurrió con la cúpula de la IV República a finales de los 90’. Siempre es importante recordar aquel dicho que le gustaba repetir a nuestro amigo José Vicente Rangel, “en política, lo más peligroso, es lo que no se ve”. 

Es sorprendente cómo, para un gobierno, todo puede aparentar estar bajo control, hasta que le das al pueblo una ventana táctica, una rendija, por la que pueda expresarse. Por ello, aunque el Chavismo, no tuvo candidato, fue correcto participar en las elecciones, porque el acto electoral, no sólo es un derecho consagrado en la Constitución, al cual no podemos renunciar, sino que permitió exponer al mundo la debilidad del madurismo. 

Ahora, “el rey está desnudo”, sólo lo apoyan las élites que se han beneficiado del saqueo del país; y no nos referimos nada más a la nueva burguesía revolucionaria, sino a Fedecámaras, e incluso, a la Bolsa de Valores de Caracas. Pero, lo que queda claro de estas elecciones, es que a este gobierno no lo quiere nadie.

A nivel internacional, sólo cuenta con pocas solidaridades automáticas, pero con el rechazo UNÁNIME de los grandes países de nuestra región, en particular, los que tienen gobiernos progresistas: Chile, México, Colombia y Brasil. Y ésto último es importante, porque el madurismo siempre ha contado con una especie de “cheque en blanco” de la izquierda del continente, en la falsa idea de que maduro es la continuación de Chávez. Pero, hasta eso perdió.  

No es cualquier cosa la postura del Presidente Lula, sin duda, el Líder con mayor influencia en la Región y amigo cercano del Comandante Chávez y de la Revolución Bolivariana.  

Así, el gobierno de maduro luce hoy más aislado y débil que nunca, y por eso recurre al fascismo y la violencia del pranato. 

El madurismo ha lanzado a sus policías y grupos parapoliciales –verdaderos psicópatas– a la calle, a reprimir al pueblo. maduro y sus más estrechos colaboradores, sobre todo, el fiscal sicario, han dado luz verde y estimulado a estos grupos armados para que actúen ilegalmente en contra de miles de venezolanos, la mayoría de ellos, jóvenes. 

Los distintos organismos de DDHH y familiares de las víctimas, han denunciado la detención, después de las elecciones, de más de 2.400 venezolanos, la mayoría de ellos, por haber sido testigos de mesa o, simplemente, por manifestar en público sus posturas políticas o tener en sus celulares (que en estos tiempos modernos, se han convertido en una extensión de la propia personalidad, y por tanto, son sujetos a la protección de la privacidad) alguna opinión contraria al gobierno. 

De estos miles de detenidos, más de 100 son menores de edad, algunos, casi niños. La inmensa mayoría, han sido llevados a penales con presos comunes, según palabras del mismo maduro, “para ser reeducados” en dichos infiernos a los que tales detenidos están sometidos. 

Además, los organismos de DDHH y familiares, han denunciado la muerte, por razones políticas, de, al menos, 15 venezolanos, y la desaparición forzada, cuando menos, de 25 dirigentes de la oposición. 

El madurismo se regodea de su violencia y se burla de las víctimas. Exponen al escarnio público a aquellos detenidos que se doblegan a sus presiones; pero, además, hacen mofa del dolor de las madres y familiares que se aglomeran frente a  los sitios de reclusión, donde maduro asegura que sus hijos serán “reeducados”. 

En este punto, habría que preguntarse y, sobre todo, senalarle a aquellos que aún apoyan a maduro, incluyendo la legión de tuiteros, cómicos, instigadores de odio y uno que otro “intelectual”: ¿a cuenta de qué están detenidos?, ¿por qué el gobierno acusa a estos venezolanos, la mayoría jóvenes, de terroristas?, ¿de qué mal los va a “reeducar” el madurismo?, ¿cuál es el delito de expresar sus opiniones políticas y de decir lo que les dé la gana, por las líneas privadas de sus teléfonos? Ésto es lo más parecido a un gobierno fascista, donde la forma de pensar es un delito.

El madurismo ha creado un complejo sistema de represión policial, parapolicial y judicial, para instalar el miedo en la sociedad. Una estructura como la que se instauró en las dictaduras del Cono Sur. 

Habría que volver a preguntar: ¿Por qué se ha llevado al pueblo venezolano a vivir en el miedo, a no poder expresar siquiera sus ideas o preferencias políticas? ¿Por qué el pueblo debe agachar la cabeza? ¿De qué tiene que avergonzarse? ¿Por qué tiene que aceptar en silencio, que le destrocen sus vidas y al país? ¿Por qué defender la Constitución y las leyes, es un acto terrorista? 

Pues no, señores, nada de ésto tiene justificación. No fue para ello, que Chávez se alzó en armas el 4 de febrero de 1992; no fue por ésto que el pueblo se lanzó a la calle el 13 de abril de 2002, en defensa de la Constitución, en contra del zarpazo golpista de Carmona; no fue por ello que derrotamos el criminal Sabotaje Petrolero de 2002-2003, que derrotamos políticamente la guarimba y la violencia e intolerancia política, en el período entre 2001-2004.  

No. El chavismo, el campo bolivariano y, sobre todo, las mayorías de hombres y mujeres del país, conquistamos una posibilidad de construir una nueva sociedad, de conquistar la Soberanía Plena sobre nuestra economía y nuestra política, y donde se actuaba apegados estrictamente a la Constitución y las leyes.

Construímos un sistema político bajo el amparo de un Texto Constitucional Garantista por excelencia, que protege los derechos de todos, donde cada quien podía decir lo que quería, expresar sus opiniones libremente, y donde el Principio de la Democracia Participativa y Protagónica, la expresión más acabada del postulado constitucional de que la Soberanía reside en el pueblo, se ejercía de forma permanente. 

Estábamos construyendo un país, con un Plan de la Patria (el original) que, a pesar de las diferencias de visiones y de propuestas,  avanzaba en el ejercicio permanente de la, con P mayúscula, donde el pueblo era el gran árbitro que decidía los destinos de todos en cada contienda electoral, y su decisión era sacrosanta, inviolable, con un Presidente, el Comandante Chávez, que jamás hubiera permitido la violación al Texto Constitucional, ni hubiera levantado las armas de la República, en contra de su propio pueblo. 

Entonces, nada de ésto, tiene que ver con el chavismo. La destrucción del país y el derrocamiento de la V República y de nuestras instituciones, es única y exclusivamente responsabilidad del madurismo. No pueden hacerlo en nombre de Chávez

Afortunadamente, tenemos una historia reciente, de la cual formamos parte, y tenemos la palabra y obra del Comandante, que desenmascara todos los días, a pesar de las maniobras y la propaganda, la naturaleza antichavista y anti popular de este gobierno. 

Insisto en este punto, porque el chavismo está llamado a hacerle frente al madurismo, esa es su responsabilidad histórica. Luchar para restablecer la Constitución y las leyes de la República y, fundamentalmente, para preservar los derechos soberanos del pueblo venezolano. 

De no hacerlo así, el chavismo, incluido la figura del Comandante, será barrido por los acontecimientos. En estas circunstancias, donde se instaura una dictadura, y la violencia se ha convertido en la norma, no se puede callar. El silencio es criminal. El pueblo no tiene nadie que lo defienda. 

La indiferencia y el miedo, no son una opción para el chavismo Realmente, no lo son para ningún demócrata o alguien que, sencillamente, quiera a su país. Pero el Chavismo es vanguardia y debe actuar.

Ahora el gobierno trata de consolidar su nueva situación. Con un origen ilegal e ilegítimo, y un enorme rechazo popular, utiliza la violencia fascista o del pranato, para reprimir y acabar con cualquier disidencia; óigase bien, cualquiera. 

El rol de la cúpula militar y del generalato, ha sido fundamental para permitir la perpetración del asalto y la violacion del Texto Constitucional, el cual juraron defender. Habría que ver si van a sostener esta situación y permitir que se consolide en el tiempo. Solo que se debería recordarles las palabras del Padre de la Patria, cuando dijo “maldito el soldado que apunta su arma contra el Pueblo”.

Es por esto, que ahora el gobierno habla de una unidad “cívico-militar-policial”, diluyendo el rol de la Fuerza Armada Bolivariana y entregando el país a la violencia policial. 

Mientras tanto, promulgan leyes express, sin debate popular y, por supuesto, sin disidencia alguna, con el absoluto control de la Asamblea Nacional, para crear un nuevo marco jurídico que soporte la actuación del fascismo. 

Las instituciones están absolutamente subordinadas a las decisiones del dictador, mientras que, las distintas facciones y grupos del madurismo, se reparten las cuotas de poder de lo que queda del país. Todos obtienen lo que quieren sin importarles lo que sucede al pueblo; unos se convierten en ministros-policías, otros, toman control del petróleo para terminar de rematar nuestra Soberanía. Todos los que pasan por el gobierno salen achicharrados, directo al basurero de la historia.

En esta nueva situación, el gobierno ha perdido toda credibilidad, por eso imponen el silencio. Nadie les cree. No sólo los aliados y la comunidad internacional dudan del último proceso electoral, sino que, el pueblo venezolano, aunque se ve obligado a callar, no se come las excusas del gobierno ante el desastre del día a día: ni sanciones, ni sabotaje, ni terrorismo, ni Chávez.

El último apagón nacional, es una muestra de ello, a pesar de que todas las instalaciones eléctricas están militarizadas y sus policías controlan la vida nacional, el gobierno insiste en que se trató de otro “sabotaje”. Ya no son las iguanas, ni los ataques con rayos, ahora es una sofisticada “operación de sabotaje” desde los EEUU, dirigida por los líderes de la oposición. Nadie les cree.

En esta nueva situación, el gobierno luce débil y desesperado, de allí la violencia. Ya no pueden manipular, ni engañar a nadie.  El país sigue a la deriva, en manos de una cúpula incapaz, aferrada al poder, mientras la Patria se desmorona. El Pueblo tiene la palabra.

LA CONSTITUCIÓN Y QUÉ NOS PASÓ

Cuando nos dimos como poder constituyente con nuestra amada Carta Magna en el 99, fue con la idea de traer cambios concretos que beneficiaran al pueblo venezolano todo. Eran momentos de alegrías, de nuevas ideas desde un pueblo lleno de esperanzas, pero sobre todo, lo vital era su fiel cumplimiento, no letra muerta. Cumplir la constitución es fundamental porque eso expresa la altura que tiene un pueblo en valores. No podemos interpretar la constitución a nuestro antojo ni buscarle la vuelta, como decimos en el campo, sino interpretarla como está allí escrita de forma tácita y clara y hacerla cumplir, gústenos o no los resultados que arroje su cabal cumplimiento.

En el periodo Chávez se cumplió con nuestra constitución, sobre todo con el 91 constitucional. La niña, como la llamábamos por sus pocos años de haber nacido, era la punta de lanza y la guía hacia el Sur de una revolución llena de esperanzas dónde la mayoría de los ciudadanos la portábamos con orgullo. Aún guardo mi pequeño libro, pero grande por estar lleno de la sabiduría popular.

La constitución no es de un factor político, le pertenece a todos los venezolanos y se debe cumplir a cabalidad para que brille la justicia y la paz ciudadana sea un hecho real. Si la utilizamos para la conveniencia de un factor u otro, deja de cumplir su fin y comienza el reino de la anarquía y la imposición, deteriorándose así las instituciones y mancillando al pueblo, poder constituyente, que es en donde realmente reposan los demás poderes.

Qué nos pasó?
Indiscutiblemente el deterioro de la cuarta república era evidente, la corrupción campeaba, había alimentos en los anaqueles, pero la gran mayoría del pueblo no cubría la canasta básica, la pobreza crecía y los ricos disfrutaban de su dulce vida; claro, debemos reconocer que existía una clase media pujante, pero el pueblo de a pie o clase baja, padecía sus penurias, y de no ser así, el pueblo molesto no hubiera aplaudido la asonada del 4F como lo hizo, ni hubiera apoyado a Chávez mayoritariamente en el 1998 cuando ganó con amplia ventaja Popular.

Chávez no gana con la izquierda, la cual en esos tiempos no pasaba de un 5%, sino que gana con un pueblo militante y simpatizante de todas las tendencias y, sobre todo, gana con las bases adecas y copeyanas, las cuales eran las mayorías del momento; pero allí mismo desde su simiente, comienza el deterioro por la infiltración del reformismo y de los zorros y camaleones del puntofijismo que no perdieron tiempo y aprovecharon la ola para introducirse e implantar los vicios de la vanidad en el proceso histórico. Siempre lo he dicho, Chávez no era un Dios, era un ser humano con grandes ideas y valores, pero fue engañado audazmente en muchas ocasiones. La corrupción siempre ha existido en todo gobierno, históricamente hablando, en unos más y en otros menos; lo importante es neutralizarla, como lo trató de hacer Chávez, porque erradicarla es imposible, ya que la vanidad en el ser humano es un hecho incambiable, sobre todo cuando se junta con la prepotencia, el ego y la sencillez brilla por su ausencia.

Chávez sabía y lidiaba con todo eso, sabía que estaba infiltrado, pero un solo hombre no hace montañas. De allí, que impulsó las escuelas de formación ideológica en donde debía formarse el nuevo hombre, las nuevas generaciones para qué la ética y la moral fuera la ruta a seguir; pero sorpresa, estas no tuvieron el apoyo esperado y en muchas regiones los que designaron para coordinar esa tarea, eran los mismos zorros y camaleones mañosos infiltrados de la cuarta república. Debemos aclarar, que las bases adecas-copeyanas y de otras tendencias que apoyaron a Chávez, eran ese pueblo honesto, humilde y sencillo, que querían un mejor país. Una cosa son las bases populares de esos partidos tradicionales y otras los militantes y oportunistas de oficio de esas corrientes políticas cuartarepublicanas..

Chávez transitó un camino rudo de golpes y guarimbas por parte de los que se resistían a un cambio real en el país, incluso por los traidores internos con solapa, que hoy son tan descarados, que algunos lograron después de su partida, cargos de gobierno y otros son flamantes parlamentarios impuestos por el partido para elecciones populares; pero aún así, se avanzaba, los salarios todos cumplían con el 91 constitucional, de hecho, sus tres últimos salarios, fueron los más altos de Latinoamérica, siendo el último decretado en el 2012 antes de su muerte, el mayor con un sueldo mínimo de 476 dólares y un cesta ticket que lo elevaba a 600 dólares de ingresos al mes para los trabajadores. Impulsó y firmo una ley digna para el pueblo trabajador. En materia de vivienda, la cantidad fue histórica, igual en salud, deportes y otras áreas donde sus logros están allí. La educación y la cultura, estaban en el tapete, nunca en la historia de nuestro país, se habían entregado millones de libros gratuitos al pueblo y culturalmente, Chávez personalmente impulsaba y resaltaba nuestro acervo cultural y no transculturizaba al pueblo con culturas extranjeras ni con Reguetones inmorales que incitan a la violencia, a los vicios y al sexo libre, sino que nuestra identidad nacional era resaltada permanentemente por el mismo presidente y por el ministerio correspondiente . En materia petrolera, la producción promedio era de tres millones de barriles diarios y el cual se vendía a precio justo a todo aquél país que lo quisiera comprar. Chávez fue un líder fundamental que ayudó para que los precios del barril en el mundo fueran equilibrados a través de la Opep y no vendidos a precios de gallina flaca. De allí el malestar de los gringos quienes no descansaban para tratar de derrocarlo y no me extrañaría que estuvieran detrás de su lamentable muerte. En fin, con Chávez se avanzaba a pesar de las dificultades, la economía era estable a pesar del bloqueo solapado que nos mantenían los gringos, pero Chávez sabía moverse en la geopolítica, la cual dirigía personalmente. Con Chávez no habían presos políticos por protestar y reclamar sus derechos, ni por pensar distinto, no habían bolsas de comida para manipular a las masas; lo que sí había, gracias a nuestros ingresos de PDVSA, eran Pedevales, Mercales y mercados a cielo abierto en todo el país donde usted compraba, no le regalaban, compraba con su tarjeta o dinero en efectivo logrado con el esfuerzo de su trabajo, la cesta familiar a precios populares.

No me extenderé más por ahora de lo logrado en su periodo, pero que no me vengan a decir que no puedo hablar de Chávez, ya que argumentos de sobra hay para defender su idea y su gestión. Errores!, y quién no?, pero avances?, muchísimos. Ya lo dije; Chávez no era un Dios, era un hombre y como tal, cometía también sus errores. Error Craso fue tratar de endiosarlo para aprovecharse de su nombre, que hasta un ridículo padre nuestro le crearon para la manipulación y que lo que se logró, fue iniciar el principio de la merma popular porque el pueblo no es pendejo y las grandes mayorías de nuestro país, son cristianos y eso ofendió sus creencias, lo cual me indica que había un plan para desacreditar la figura del comandante, pero no han podido ni podrán..

Hoy la extrema derecha lo sataniza, porque el enemigo real es su pensamiento que vive en el imaginario Popular y porque se han aprovechado de las torpezas cometidas por los oportunistas; pero a pesar de todas estas dificultades en las que nos metieron los vanidosos, prepotentes y ególatras que destruyeron a las fuerzas históricas más grande de Latinoamérica por malvados y sectarios, Chávez volverá hecho Pueblo Grande y nada en su momento lo detendrá para lograr los sueños del pueblo que han sido congelados por ahora.

Revolucionario, Chavista, Antiimperialista y enemigo frontal de la hipocresía oportunista hasta la Victoria Siempre.

UNA NUEVA SITUACIÓN: LA DICTADURA

Lo que ha sucedido en el país después de las elecciones del 28 de julio: el Fraude, la Auto-proclamación de maduro ante el CNE y ahora, la sentencia inconstitucional del TSJ, colocan al pueblo venezolano ante una nueva situación, distinta a todas las anteriores: la instauración de una Dictadura.

No vaya a creer nadie que se trata de la “dictadura del proletariado”. Ninguna dictadura es buena y ésta, en particular, no tiene ninguna justificación histórica, ni nada de heroico; es una dictadura más, de derecha, como las que azotaron a la América Latina durante el siglo XX, representante de los más oscuros y antinacionales intereses, incluidos, los de las transnacionales petroleras que afincan sus garras en el país.

Lo que ha sucedido, es un retroceso enorme para el país y, por supuesto, una patada a la V República y a todas las conquistas políticas económicas y sociales alcanzadas durante el gobierno del Presidente Chávez, e incluso, a aquellas de los gobiernos de la IV República. Se ha retrocedido en términos de democracia, de soberanía popular, provocando el derrumbe de la institucionalidad y del Orden Constitucional. Por cierto, no del viejo orden, sino del que se empezó a construir con Chávez con la V República y la Revolución Bolivariana y cuya defensa nos costó Golpe de Estado, Sabotaje Petrolero y violencia.

Con estas acciones, el madurismo le da el golpe de gracia al Estado y a las instituciones al servicio del pueblo, que nacieron tras la entrada en vigencia de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Retrocedimos a un orden reaccionario, represivo, al servicio de las minorías, donde se hace “lo qué maduro diga”, una dictadura que seguirá llevando al país al abismo.

El gobierno de maduro está aislado internacionalmente con su zarpazo a la Constitución. Ni siquiera ha conseguido el apoyo de los gobiernos progresistas de la región: ni Brasil, Colombia, México y, mucho menos, Chile, están dispuestos a darle un “cheque en blanco” a maduro y convalidar un Golpe de Estado. 

El madurismo, sin apoyo popular y recurriendo a la violencia, se aferra al poder, dan un Auto Golpe de Estado y “se saltan a la torera”, o mejor dicho, porque “les da la gana”, la soberanía popular y la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.

El fraude cometido con el CNE de Elvis Amoroso, fue una burda patraña que desconoce la voluntad del pueblo venezolano y, a estas alturas, ni siquiera han mostrado las Actas, violando la propia Ley Electoral y, lo más importante, vulnerando el artículo 5 del Texto Constitucional, que establece de manera clara que “la soberanía reside irrevocablemente en el pueblo, quien la ejerce a través del voto”

Toda la absurda historia del supuesto “hackeo” masivo al CNE, sólo equiparable a los ataques por parte de las iguanas al sistema eléctrico nacional, no exime a dicho órgano de mostrar las Actas; más aún, cuando emitió un Boletín que, además, dio ganador a nicolás maduro. 

Al día siguiente de la elección, cuando maduro corre al CNE y se autoproclama vencedor y, por ende, presidente reelecto, está reeditando la acción de Carmona, cuando se autoproclamó y juramentó como presidente dictador, el 12 de abril de 2002. Ninguna de las dos acciones tiene basamento legal, ambas proclamaciones son ilegítimas; y tan dictador es maduro, como Carmona. 

Fue tan burda la maniobra del CNE, que maduro se vio en la necesidad de ir a su TSJ, cuya Junta Directiva está constituida por sus incondicionales y familiares, para introducir un “recurso” que no está previsto en ley alguna y que aún es secreto.

El TSJ decide hacer el “trabajo del CNE”, es decir, usurpa las funciones del órgano electoral, que en nuestra Constitución está consagrado como uno de los 5 Poderes del Estado. Dicha acción resulta inconstitucional, puesto que viola el artículo 138 de la Carta Magna, que establece que “toda autoridad usurpada es ineficaz y sus actos son nulos”. Es decir, la decisión del TSJ, es Nula de toda Nulidad y por lo tanto, no tiene efecto alguno.  

No es mi pretensión hacer disertaciones jurídicas, pero insisto en estos temas, porque debe quedar claro que se ha violado la Constitución, la misma por la cual luchamos tanto en los inicios del período del Presidente Chávez, la que constituyó su “leit motif” y establece los fundamentos del ordenamiento jurídico nacional. Es el “libro de todos”, el mismo que Chávez siempre esgrimió con su zurda, y el que hoy es violado abiertamente por el madurismo. 

Pero además –este tema es importante precisarlo–, porque el apego a la Constitución y a la voluntad popular, es lo único que otorga legitimidad a un gobierno. 

El chavismo, como movimiento político cívico-militar, siempre se ha fundamentado en el apego a la Constitución y la subordinación a la voluntad del pueblo. Chávez jamás hubiese permitido la violación del Texto Constitucional, ni hubiese pasado por encima del pueblo, a pesar de que estuvimos en situaciones complejas, incluso, de debilidad politica. Violar la Constitución, nunca fue una opción para el Comandante .

Nosotros lo advertimos y anticipamos en nuestros escritos: el madurismo, obligado por la Constitución y en búsqueda de la legitimidad perdida hace muchos años, diseñó unas elecciones a su medida. Sabiéndose sin apoyo popular, conscientes de ser una absoluta minoría y de tener el rechazo mayoritario en todo el país, producto del estruendoso fracaso (inocultable) en la conducción del gobierno, se preparó con anticipación para hacer un fraude.

La confiscación de partidos políticos, la represión en contra de cualquier disidencia del chavismo, el nombramiento de Elvis Amoroso en el CNE y la designación de una nueva y más incondicional directiva en el Tribunal Supremo de Justicia, pavimentó el terreno para el auto Golpe.

A pesar de todas estas ventajas, el madurismo todavía adelantó las elecciones en 6 meses, unas elecciones “express” condimentadas con inhabilitaciones, detenciones de civiles y militares, bajo la excusa de “otra” supuesta conspiración detectada y anunciada por el propio maduro y su fiscal sicario.

Las elecciones se realizaron en estas condiciones, ausentes de garantías y transparencia; el gobierno activó y desató todo tipo de obstáculos y torpes astucias, pero, a pesar de ello,  el pueblo de Venezuela aprovechó esta “ventana táctica”, como decía Chávez, para expresar su rechazo al gobierno.

Las manifestaciones de rechazo al madurismo fueron masivas. Ahora bien, quisiera insistir en un hecho: el pueblo no salió y no se manifestó masivamente en apoyo de un liderazgo o una propuesta de derecha. No. El pueblo salió en rechazo a maduro, y lo hizo tanto la base social de la oposición, como la del chavismo. Quedó claro que una cosa es el madurismo y otra es el Chavismo. 

No hay que confundirse en esta valoración política de lo sucedido, porque entonces, no se puede comprender lo que ha pasado y lo que pasará en adelante.

Habría que decir, igualmente, que el liderazgo opositor, signado por el personalismo y un historial de intolerancia, capitalizó esta situación de descontento generalizado –porque así lo estimuló el madurismo–, y lo hizo, a sabiendas –como sabemos todos– del rechazo a estas posturas en el seno de las Fuerza Armada Bolivariana e importantes sectores del país.

A pesar de las masivas  movilizaciones, de la alta participación electoral y de la aplastante derrota del madurismo, pareciera que el sector de oposición no tenía, realmente, ningún plan político para hacer valer la voluntad popular en un escenario previsible de fraude. 

Estos sectores, a la luz de lo que ha sucedido, parecen haber dejado pasar el “momentum” de la situación política. En efecto, el pueblo de Petare y de las zonas populares de Caracas, salió el 29 a exigir el respeto a la voluntad popular, pero no estaban claros los objetivos, no había  conducción política. Fue solo al final de la tarde, cuando el liderazgo opositor llamó a realizar “asambleas de familia” y volvieron a sus espacios tradicionales del Este de la Capital. 

Si el 13 de Abril de 2002, el liderazgo Chavista hubiese frenado al pueblo pobre que bajó de los barrios, enfriando la pasión y el ímpetu popular para “otra oportunidad”, el dictador Carmona hubiese consolidado el Golpe de Estado. Fue la movilización popular del 13 de abril, la que le dio soporte a la reacción militar que dio al traste con la dictadura y restableció el Hilo Constitucional.

La falta de movilización popular y la ausencia en las calles del liderazgo opositor, permitió entonces, que el aparato de represión del madurismo, se desplegara a sus anchas, con toda su violencia y detuviera a miles de personas, incluyendo, a cientos de menores de edad, imponiendo el miedo y la desmovilización, mientras consolida su Auto Golpe. En este momento, la represión está desatada y se han activado todos los mecanismos de persecución y coerción política en el país. Es lo que hace una dictadura, donde no hay ley ni Constitución que valga. 

Ante esta situación, está clara una lección que todos los actores y sectores políticos del país, deben entender: sin el Chavismo, no es posible derrotar al madurismo. El madurismo es el enemigo de todo el país, en la medida que no solo viola los derechos políticos, económicos y sociales, y los Derechos Humanos del pueblo venezolano, sino que, impide la solución política, en el marco de la Constitución, a la grave crisis que padecemos. 

Al cerrar las vías constitucionales, el madurismo abre cualquier escenario, siendo el más probable el de la confrontación y la violencia, pues la profunda crisis del país no se resuelve mientras maduro se mantenga en el poder; al contrario, el pueblo venezolano, no aguanta la continuidad de esta tragedia.  

En el marco de esta nueva situación política en el país, de un gobierno sin legitimidad, dictatorial, habría que preguntarse si el chavismo y los dirigentes chavistas, incluyendo, a lo que queda del PSUV y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, van a convalidar la violación de la Constitución.  

El chavismo y los dirigentes que estuvimos con Chávez, tenemos la responsabilidad histórica de fijar una postura en contra de la violación a la Constitución y la voluntad del pueblo, bases fundamentales de la legitimidad de cualquier acción política. Esto es un asunto de principios, que está por encima de cualquier otra consideración o interés, pues se trata de la Patria que todos en algún momento soñamos.

Nada, ni nadie, ningún interés personal o grupal, puede estar por encima de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el Libro de todos, nada puede justificar conculcar los derechos de los ciudadanos y las posibilidades del ejercicio pleno de la soberanía popular

Entrevista con Carol Fior Pérez – EN TACONES TV | Rafael Ramírez: «Con la institucionalidad que creó el Presidente Chávez se podía hacer política. Con Maduro, se volvió violenta y represiva»

El ex ministro de petróleo de Venezuela y embajador, Rafael Ramírez, fue entrevistado para República Dominicana por la periodista Carol Fior Pérez, en el programa EN TACONES TV, donde se repasó la presidencia de Hugo Chávez y el acontecer nacional durante el mandato de Nicolás Maduro, debido a los acontecimientos generados por las elecciones presidenciales ocurridas en Venezuela el pasado 28 de julio en Venezuela

El ex ministro de petróleo del presidente Chávez, explicó cómo fue la políticas petrolera durante su gestión y lo que ha sucedido desde que el gobierno de Maduro intervino la industria petrolera. Igualmente, identificó las causas y actores principales que han llevado al pueblo venezolano a convertirse en la víctima de la represión económica, social y física, por parte del Estado. «Nunca pensé que colocar el petróleo al servicio del pueblo venezolano, iba a causar una persecución y represión en mi contra«, afirma el también ex embajador venezolano.

Acá la entrevista completa